domingo, 13 de octubre de 2013

HOY DOMINGO CENAMOS, ANGEL LEÓN, / EL CINE DEL DOMINGO, AMERICAN GANGSTER,/ QUE TIEMPO TAN FELIZ, .Mark Webber, despedida y cierre

Ángel León: «No quiero perder mi alma en televisión»TÍTULO; HOY DOMINGO CENAMOS, ANGEL LEÓN,.

  1. Para conocer a Ángel León (Cádiz, 1978) hay que verle cocinar a bordo del arrastrero Andalucía Segundo. Lograr que hombretones como el ...

    EL JUEZ 'BUENO' DE TOP CHEF

    foto la cena del domingo,

    -foto-Ángel León: «No quiero perder mi alma en televisión»

    El cocinero del mar debuta como jurado en televisión y confiesa: «La cocina exige disciplina»

    Para conocer a Ángel León (Cádiz, 1978) hay que verle cocinar a bordo del arrastrero 'Andalucía Segundo'. Lograr que hombretones como 'el Migue' y 'el Choco' se relaman comiendo un cocido de trigo y alboronía, al que León añade lomos de peces de descarte como zalemas, bogas, sapos y brecas, rociados por los jugos marinos de un erizo, no tiene precio. Por algo le llaman el chef del mar. Todo su horizonte es ese universo paralelo y profundo que habita el océano, los esteros y las marismas gaditanas donde obtiene sus peces y crustáceos, pero también algas, plancton y aromas.
    Desde hace unas semanas, Ángel León es, junto al volcánico Alberto Chicote y a la levantina Susi Díaz, juez de 'Top Chef' en Antena 3. El concurso trata de evaluar los conocimientos, la capacidad de improvisación y de organización de un paquete de cocineros profesionales, de todos los estilos y, fundamental para el éxito del programa, un cóctel de egos encerrados en el tumultuoso mundo de los fogones.
    León es responsable del restaurante 'Aponiente', que se encuentra (y seguro que no es casualidad) en la calle Puerto Escondido, en El Puerto de Santa María. Tiene una estrella Michelin. El chef del mar fue Premio Nacional de Gastronomía en 2012, galardón que comparte con Elena Arzak y con Pepe Rodríguez Rey, jurado del popular 'MasterChef'. El cocinero andaluz vive estas semanas abrumado por los compromisos y las llamadas, consecuencia del salto a la pantalla. Pero no descuida su visita diaria a la plaza, sus charlas con los proveedores de pescado y los clientes. «Quiero que la televisión sea una plataforma para que la gente me conozca. Pero no quiero perder mi alma, ni mi cercanía, ni mi yo. Hemos estado muy a gusto rodando el programa. Creo que se muestra el aspecto frenético de la cocina, pero, también, su lado bonito, creativo...».
    - Aunque a veces Chicote, con sus órdenes, parezca el capataz de una plantación negrera...
    - Los concursantes son profesionales y se les puede exigir más que a un aficionado.
    - Pero el ambiente, la tensión, el calor, los gritos, no son como para que los chavales corran a matricularse en Hostelería.
    - La cocina es un trabajo muy duro, que exige una enorme disciplina. Yo pasé tres años en 'Le Chapon Fin' de Burdeos (tres estrellas en 1933, hoy una). El infierno existía, yo creía que era solo cosa de los curas y del colegio. Era la disciplina cuartelaria de la mejor cocina del mundo, entraba con sangre. 'Oui, chef; oui, chef'. Siempre al límite. Luego estuve en Arcachon, en Toulouse, en 'La casa del Temple' de Toledo...
    - Usted es un fiel seguidor del original americano de 'Top Chef'. ¿Qué destacaría de la versión española?
    - La libertad, que no hay guión. Todos hemos podido presentarnos tal como somos en la vida real. Esas cosas yo las valoro mucho.
    - Bajo la chaquetilla azul le asoma un tatuaje extraño...
    - Sí. Es una tortuga. Estuve un tiempo embarcado en un pesquero chileno y ví que un marinero llevaba esa figura. Por entonces yo iba demasiado rápido en la vida. Cada vez que la miro, me sereno. Entiendo que tenemos que vivir más despacio.
    - Usted pesca con su padre desde niño en la bahía de Cádiz...
    - Sí, en una motora que se llama 'Escorpio', por el signo del zodiaco de mis padres. Yo era quien limpiaba el pescado desde niño. Antes también buceaba, pero me pilló un par de veces la borrachera de las profundidades y lo dejé. La mar es mi vida. No me quiero morir cocinando, mejor en un barco en la mar para que me conteste todo lo que le pregunto desde chico.
    Mucho más que merluza
    - ¿Su pescado favorito?
    - Parece que todos estamos obligados a comer lubina, dorada, mero, merluza y otras cuatro especies más... En la mar hay muchas más cosas, y de gran valor gastronómico. Hay que dar la oportunidad a otros bocados excelentes y más baratos... como la lisa o el albur, la lubina del pobre, que es una maravilla. También deberíamos comer las lenguas del pescado, una exquisitez con textura de cococha, aunque tienen mucho trabajo.
    - Uno de sus caballos de batalla son los altos precios del pescado en el mercado, la excesiva tajada de los comisionistas.
    - Claro. No entiendo que al pescador se le paguen 6,20 euros por un kilo de lubina que una hora después se vende a 35 en el mercado. En Puerto Real conseguimos cuatro puestos de venta directa para los pescadores. A las diez de la mañana lo tienen todo vendido, con precios sensatos. A 12 euros el kilo de lubina.
    Ángel León, además de ser un especialista en aprovechar todas las piezas de los atunes capturados en la almadraba de Barbate (el ronqueo) y de clamar por el aprovechamiento de las piezas que se descartan en la pesca industrial, ha puesto a punto un carbón de huesos de aceituna para asar, el clarimax (un clarificador de grasas hecho a partir de pláncton) y trabaja en el aprovechamiento de microalgas. «El mar -asegura este cocinero único- es el vientre fecundo del planeta».

    TÍTULO; EL CINE DEL DOMINGO, AMERICAN GANGSTER,.
    American Gangster 
     
    Reparto
    Denzel Washington, Russell Crowe, Carla Gugino, Cuba Gooding Jr., Josh Brolin, Ruby Dee, Chiwetel Ejiofor, RZA, Ted Levine, Armand Assante, Ric Young, Clarence Williams III, John Ortiz, John Hawkes, Jon Polito, Kevin Corrigan, KaDee Strickland, Common, T.I.
     
     Nueva York, 1968. Frank Lucas (Denzel Washington) es el taciturno chófer de un importante mafioso negro de Harlem. Cuando su jefe muere inesperadamente, Frank aprovecha la oportunidad para construir su propio imperio. Gracias a su talento, se convierte no sólo en el principal narcotraficante de la ciudad, inundando las calles con productos de mejor calidad y precio, sino también en un hombre público muy respetado. Richie Roberts (Russell Crowe), un policía marginado que conoce bien las calles, se da cuenta de que una persona ajena a los clanes trepa por la escalera del poder. Tanto Roberts como Lucas comparten un estricto código ético que les aparta de los demás y los convierte en dos figuras solitarias en lados opuestos de la ley. Cuando se encuentren, el enfrentamiento entre ellos será inevitable.
     
     TÍTULO; QUE TIEMPO TAN FELIZ, .Mark Webber, despedida y cierre.
  2. A primera hora de ayer en España, muchos veían con sorpresa cómo un Red Bull tenía problemas. El asombro no era por el fallo del KERS, ...
     

    Motor

    -foto, del medio, Mark Webber, despedida y cierre

    La 'pole' del australiano en Japón supone un pequeño premio para un piloto que dejará el 'paddock' cuando finalice 2013 y que nunca aceptó de buen grado ser el escudero de Vettel

    A primera hora de ayer en España, muchos veían con sorpresa cómo un Red Bull tenía problemas. El asombro no era por el fallo del KERS, algo que ha perseguido de manera intermitente al equipo austríaco a lo largo de toda la temporada, sino por el número que lucía el monoplaza afectado. Esta vez no era Mark Webber el que tenía que jurar en arameo por el enésimo fallo de su RB9, sino Sebastian Vettel. El alemán se presentaba en Suzuka como el más firme candidato para salir primero hoy, pero se tuvo que conformar con un 'simple' segundo puesto.
    La mala suerte que ha perseguido a Webber a lo largo de la temporada se ha convertido ya en un chiste recurrente en el 'paddock' y entre los aficionados. Hasta el propio Mark, que es uno de los pilotos más divertidos de la F-1 en el trato personal, se lo toma con cierto humor. No le queda más remedio. Ayer, por Twitter, incluso Jean-Eric Vergne le mandaba un mensaje al respecto: «Colega, podrías haberte quedado con el gato negro en tu coche después de Corea! Felicidades por la 'pole'». El francés acababa de bajarse de su Toro Rosso, cuyos frenos traseros se bloquearon y provocaron un pequeño incendio.
    Webber afronta la recta final de su carrera en F-1 con más amargor del que hubiera esperado. Su rol como escudero de Vettel no llegó por gusto, sino prácticamente por imposición. El australiano ha sido el piloto de transición entre la primera época de crecimiento de Red Bull y la era de gloria del equipo. La fulgurante irrupción de Vettel le relegó, de manera obligada, a un papel de segundón, pese a que siempre se rebeló cuando pudo. Aquel «no está mal para el piloto número dos», o la famosa bronca en Malasia por el 'Multi 21' no son más que las demostraciones públicas de una incomodidad que, poco a poco, fue socavando las ganas de Webber de seguir en la F-1.
    El australiano no es, posiblemente, un piloto puntero. No al menos en esa imaginaria linea en la que están Fernando Alonso, Lewis Hamilton, Sebastian Vettel o Kimi Räikkönen. Webber no es un superclase. Rozó el éxito en aquel alocado 2010 y poco más. En cuanto Red Bull hizo un 'all in' por Vettel, las opciones de cumplir el sueño de proclamarse campeón se fueron disipando. No obstante, que su marcha de la F-1 no nos haga olvidarnos de sus grandes 'peros'.
    Por un lado, nunca ha entendido bien las Pirelli. Eso es un error común a muchos pilotos, pero en el caso de Webber, según ha confesado él mismo en diversas ocasiones, el entendimiento de los neumáticos no ha sido su fuerte. Por otro lado, lo raro es que Webber no pierda posiciones en la salida. El australiano no arranca casi nunca mejor que los rivales que tiene al lado, lo que muchas veces ha echado por tierra buenas clasificaciones.
    El líder de Porsche
    Cuando cierre su maleta en Brasil, Webber pondrá fin a una larga trayectoria en Fórmula-1 que empezó, sustituyendo a Alonso en Minardi, en Australia 2002. Su marcha se precipitó cuando recibió una llamada desde Alemania. Concretamente desde Stuttgart. En las oficinas de Porsche le ofrecieron un reto: liderar el regreso de la mítica marca a la máxima categoría del campeonato del mundo de resistencia. Webber no se lo pensó. ¿Qué mejor aliciente para un piloto como Webber que convertirse, por fin, en el líder de una escudería?
    Uno de los que más le echará de menos es Alonso, con quien comparte amistad y descubridor, Flavio Briatore. El piloto español ha sido, sobre todo en estos últimos dos años, más compañero de Webber que Vettel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario