DAKOTA JOHNSON ACTRIZ,.fotos,.
Dakota Johnson: "He visto en mi familia el daño que Hollywood puede hacerte"
Dakota Johnson: "He visto en mi familia el daño que Hollywood puede hacerte"
Hija de Melanie Griffi th y Don
Johnson, hijastra de Antonio Banderas, nieta de Tippi Hedren... Dakota
Johnson ya tenía ganas de que se la empezara a conocer por sí misma. Y
con su papel en 'Cincuenta sombras de Grey' -ella es Anastasia Steele,
la protagonista- lo ha conseguido. A tres semanas del estreno, la actriz
nos habla en exclusiva sobre sexo, sadomasoquismo, feminismo y la
experiencia de crecer rodeada de estrellas de Hollywood.
La cita es en el mítico Chateau Marmont, el refugio Angelino de las estrellas desde que Hollywood es Hollywood. Dakota
Johnson es, como quien dice, una recién llegada a la industria del
cine, pero un lugar tan vetusto y lleno de historia como este parece el
escenario perfecto para hablar con ella.
Al fin y al cabo, es la tercera generación de estrellas de su familia. Hija de Melanie Griffith y Don Johnson (y nieta de Tippi Hedren), a sus 25 años ha llegado el momento con el que soñaba desde que era niña y acompañaba a sus padres en los rodajes. Se lo tiene que agradecer a Anastasia Steele, la protagonista femenina de Cincuenta sombras de Grey (estreno en España, 13 de febrero). El personaje de la novela erótica superventas de E. L. James era el papel más cotizado entre las actrices jóvenes de Hollywood. Johnson ni siquiera estaba en las quinielas, pero consiguió hacerse con él interpretando un explícito monólogo de Persona, la mítica cinta de Ingmar Bergman, durante la audición.
Hasta ese momento había mantenido un perfil relativamente bajo para una hija deestrellas como ella. Cuando terminó el instituto, firmó con una agencia de representación; trabajó como modelo para firmas como Mango; y empezó a conseguir pequeños papeles en películas como La red social, las comedias Eternamente comprometidos e Infiltrados en clase, o la cinta de acción Need for speed. Incluso tuvo su propia serie de televisión, Ben and Kate, pero solo duró una temporada en la parrilla. Johnson, que viste de negro y apenas lleva maquillaje, es amable, pero tímida y algo parca en palabras.
Me advierten de que está prohibido preguntarle por su vida privada. Y eso incluye a su famosísima familia. Se nota que no quiere hablar más de la cuenta o meter la pata. Y es que, aunque lleva toda la vida en el escaparate de Hollywood, nunca se había enfrentado a la fama (y a la prensa) en primera persona. Pero ya no es la 'hija de...', sino una estrella por sí misma.
XLSemanal. Creo que después de conseguir el papel, tuvo que guardar el secreto durante semanas. Eso sí que tuvo que ser una tortura, ¿no?
Dakota Johnson. En realidad fue maravilloso, porque no tenía que hablar de ello con nadie...
XL. ¿Y cómo reaccionó su entorno cuando por fin confesó?
D.J. Todo el mundo me preguntaba si estaba asustada.
XL. ¿Y lo estaba?
D.J. Sí, claro. Me daba miedo desnudar mi alma y mi cuerpo. No solo tenía que sentirme emocionalmente vulnerable, sino también físicamente expuesta. Fue una decisión difícil. Pero me pareció un argumento interesante desde el principio. Me intrigaba. Además, pienso que las cosas que te asustan son, precisamente, las que tienes que hacer.
XL. ¿Es cierto que, como suele decirse, las escenas de sexo acaban siendo puramente mecánicas?
D.J. Sí, es casi como seguir una coreografía. Todo es extremadamente técnico. Además, Sam (Taylor-Wood, directora de la película) logró que hubiera un ambiente seguro e íntimo en el rodaje. No digo que no fuera raro e incómodo, porque lo es, pero tampoco es que estés viviendo un momento sensual, ni mucho menos. Más que nada porque hay un señor sujetando un micrófono a dos metros de ti.
XL. La novela de E. L. James ha estado rodeada de polémica desde su publicación. ¿Cree que la relación sexual que ilustra es saludable?
D.J. Creo que es una visión única y diferente de las relaciones. Antes de hacer esta película, no estaba familiarizada con la subcultura sadomasoquista, pero es gigantesca y está presente en casi todo el mundo. Y creo que es perfectamente saludable. Son dos personas que se quieren desesperadamente; él no se aprovecha de ella, y ella toma sus propias decisiones sexuales. Creo que Ana es una mujer inteligente y elegante que tiene derecho a hacer lo que quiera con su cuerpo.
XL. Se ha llegado a tildar el libro de «antifeminista». ¿Entiende esas críticas?
D.J. Es curioso porque la mayoría de las personas implicadas en la película son mujeres. Y, sinceramente, creo que hemos hecho un gran trabajo amplifi cando el tono emocional de la historia de amor. No importa lo que se diga, es un estudio interesante sobre cómo fl uye la confi anza y el control entre dos personas.
XL. ¿Y usted se considera feminista?
D.J. Sí, creo que las mujeres tienen que estar socialmente consideradas igual que los hombres. Y por eso me resulta curioso que se diga que esta película es antifeminista. No puedo pensar en una película que defi enda más la idea de que las mujeres estén al mando de sí mismas. Puedo entender por qué la gente piensa que Christian la domina, pero ella no hace nada en contra de su voluntad. No es que la ate, la encierre y la torture.
XL. También se ha criticado la 'glamurización' de la violencia en la pareja. Supongo que no está de acuerdo...
D.J. No, en absoluto. De hecho, esta película hace pedagogía sobre lo que signifi ca la cultura sadomasoquista. Es una forma diferente de placer y a algunas personas les encanta. Y eso se tiene que aceptar y respetar. Todo el mundo tiene derecho a tener la vida sexual que le dé la gana mientras no haga daño a nadie.
XL. Este es el tipo de papel que puede encumbrar o hundir una carrera. ¿No le dio vértigo esa perspectiva?
D.J. Vaya, ¡gracias!
XL. No me negará que es un papel arriesgado para una actriz joven como usted...
D.J. Bueno, si a la gente no le gusta la película, no pasa nada. A algunas personas les gustará y a otras no. Haré otros fi lmes. Esta no es mi vida entera.
XL. Tenía nueve años cuando rodó su primera cinta, Crazy in Alabama, a las órdenes de su padrastro Antonio Banderas.¿Cómo recuerda aquella experiencia?
D.J. Fue como: «¡Por fin me dejan participar!» [Se ríe]. Crecí entre rodajes y rodeada de gente creativa. Por eso siempre pensé que, en algún momento, yo también haría lo mismo que ellos.
XL. ¿Y en su casa apoyaron esa vocación o intentaron quitarle la idea de la cabeza?
D.J. Crecí en un ambiente en el que no solo se aceptaba que quisiera expresarme artísticamente, sino que se me animaba. Así que sabía que terminaría haciendo algo relacionado con este mundo. De hecho, creo que una parte de mí pensaba que no sería capaz de hacer otra cosa.
XL. ¿Y siempre tuvo confi anza en sí misma?
D.J. Sí. Creo que tuve la suerte, aunque también la desgracia, de puede hacerle a alguien. Mis padres han pasado por mucho. Y mi familia también. Eso me ayudó a tener agallas.
XL. ¿Y precisamente por eso no le asustaba formar parte del mismo negocio?
D.J. Todo da miedo, ¿no? Pero hay que vivir.
XL. Supongo que sus padres le han dado muchísimos consejos para sobrevivir en esta industria. ¿Con cuál se queda?
D.J. Sí, me los dan, pero también me dejan que tome mis propias decisiones.
XL. ¿Le molesta hablar de su familia?
D.J. No me molesta a mí, pero les molesta a ellas (señala a las publicistas que están sentadas en un rincón y que intervienen para que cambiemos de tema).
XL. ¿Pero por qué? ¿Cuál es el problema?
D.J. Simplemente, creo que no necesito hablar de mi familia.
XL. Está bien. Hablemos de otras cosas. ¿Qué tal habla español? ¿Se animaría a rodar una película en nuestro idioma?
D.J. Creo que sería capaz, pero eso no quiere decir que vaya a hacerlo. Si me pones a prueba, seguramente mi español es horrible, pero cuando estoy un poco borracha, ¡puedo hablar con fluidez! Simplemente, tendría que hacerme alcohólica [se ríe].
XL. La fama siempre ha formado parte de su vida, pero ahora la está experimentando de primera mano. ¿Es muy diferente?
D.J. Sí, lo es. Cuando era pequeña, siempre era a la que pisoteaban cuando la gente trataba de llegar a mi madre o a mi padre. Era aterrador, porque quería protegerlos y también quería sentirme protegida. Solía pensar: «¿Qué les hace pensar que está bien observar constantemente a mi familia?». Cuando me hice mayor, entendí que la gente, simplemente, los admira. Pero, ahora, las redes sociales lo han cambiado todo. Todo el mundo es la prensa. Supongo que esto viene con el oficio. No lo sé, solo soy una artista...
XL. ¿Y qué hace para protegerse?
D.J. Para empezar, no estoy en las redes sociales. Y, luego, hacer una vida lo más normal posible. Me gusta pasar tiempo con mis amigos y apenas salgo. Llevo una vida muy tranquila.
XL. Está en un momento crítico en la carrera de cualquier actriz. Las decisiones que tome ahora pueden marcar el resto de su trayectoria ¿Cómo está escogiendo?
D.J. Elijo los proyectos que me emocionan, pero sobre todo los que me asustan. Si leo un guion y no me lo puedo quitar de la cabeza, señal defi nitiva de que tengo que hacerlo.
XL. ¿Dónde le gustaría estar dentro de diez años?
D.J. Haciendo películas con las que la gente disfrute. Y sueño con tener un rancho con caballos en Nashville.
El 'best seller' de la discordia
Inspirándose en la saga vampírica para adolescentes Crepúsculo y añadiendo altas dosis de erotismo a la mezcla, la británica E. L. James dio con la fórmula del éxito en 2011. Cuatro años después, las tres entregas de Cincuenta sombras de Grey han vendido más de 100 millones de ejemplares en todo el mundo y han sido traducidas a 52 idiomas. La trilogía cuenta la relación romántica, pero sobre todo sexual, entre Anastasia Steele -una estudiante universitaria virgen- y Christian Grey -el multimillonario dueño de un imperio empresarial con una vida sexual secreta y sadomasoquista-.
Popular entre las adolescentes, pero sobre todo entre mujeres maduras y casadas, algunos consideran que la novela ha inaugurado un nuevo género: el llamado «porno para mamás». Pero con el éxito llegó la controversia.En concreto, se haacusado a James de glorificar las relaciones abusivas. De hecho, un estudio elaborado por la científica social Amy E. Bonomi y publicado en el Journal of Women's Health, en 2013, advertía de que la relación entre los dos protagonistas contenía la mayoría de las características de una relación íntima violenta. El estudio, que utilizó los estándares establecidos por el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, concluyó que casi todas las interacciones entre Ana y Christian eran de naturaleza abusiva y que estaban «caracterizadas por el acoso, la intimidación y el aislamiento»
Privadísmo
-Nacida en 1989, hizo su debut en elcine con diez años, de la mano de su padrastro Antonio Banderas, en Crazy in Alabama. En la cinta, además, ella y su hermanastra -Stella Banderas- interpretan a las hijas de Melanie Griffith.
-Dakota tiene seis hermanastros: cuatro por parte de padre y dos por la de su madre.
-El papel de Dakota en Cincuenta sombras de Grey no ha caído bien entre algunos miembros de su familia. «Don Johnson está muy disgustado - ha revelado su abuela, la actriz Tippi Hedren-. Él siente lo mismo que yo. Solo he visto el tráiler. Pero es todo lo que voy a ver».
-Melanie Griffith, su madre, que saltó a la fama en 1984 interpretando a una estrella porno en Body double, la ha apoyado públicamente. Eso sí, asegura que no verá la película por expreso deseo de Dakota.
-Sus padres, alegando que no era una gran estudiante, la enviaron a un internado católico en el norte de California. Dakota lo odiaba y terminó convenciendo a Don Johnson para que la dejara regresar a Los Ángeles.
No es fácil crecer entre estrellas
Dakota sabe bien lo que Hollywood puede hacerle a alguien. Es el resultado de crecer en el seno de una familia tan famosa como desestructurada. Su padre, Don Johnson, ha estado casado cinco veces. Su madre, Melanie Griffi th, tres, las mismas que su abuela Tippi Hedren. Fue Hedren, de hecho, quien presentó a Johnson a su única hija cuando esta tenía 14 años. Ocurrió en el rodaje de The Harrad Experiment, con otro actor, Steven Bauer, y tras su divorcio sufrió problemas con la cocaína y el alcohol.
En 1989, Johnson y Griffith se casaron por segunda vez y nació Dakota. Se divorciaron cuando la niña tenía cuatro años. Más tarde, ya casada con Antonio Banderas, Griffith sufrió una adicción a los analgésicos. No es extraño, pues, que de adolescente Dakota fuera ingresada en una clínica de desintoxicación. «Mis padres me pusieron en una posición en la que tuve que enfrentarme a cosas de adultos a una edad muy temprana».
Al fin y al cabo, es la tercera generación de estrellas de su familia. Hija de Melanie Griffith y Don Johnson (y nieta de Tippi Hedren), a sus 25 años ha llegado el momento con el que soñaba desde que era niña y acompañaba a sus padres en los rodajes. Se lo tiene que agradecer a Anastasia Steele, la protagonista femenina de Cincuenta sombras de Grey (estreno en España, 13 de febrero). El personaje de la novela erótica superventas de E. L. James era el papel más cotizado entre las actrices jóvenes de Hollywood. Johnson ni siquiera estaba en las quinielas, pero consiguió hacerse con él interpretando un explícito monólogo de Persona, la mítica cinta de Ingmar Bergman, durante la audición.
Hasta ese momento había mantenido un perfil relativamente bajo para una hija deestrellas como ella. Cuando terminó el instituto, firmó con una agencia de representación; trabajó como modelo para firmas como Mango; y empezó a conseguir pequeños papeles en películas como La red social, las comedias Eternamente comprometidos e Infiltrados en clase, o la cinta de acción Need for speed. Incluso tuvo su propia serie de televisión, Ben and Kate, pero solo duró una temporada en la parrilla. Johnson, que viste de negro y apenas lleva maquillaje, es amable, pero tímida y algo parca en palabras.
Me advierten de que está prohibido preguntarle por su vida privada. Y eso incluye a su famosísima familia. Se nota que no quiere hablar más de la cuenta o meter la pata. Y es que, aunque lleva toda la vida en el escaparate de Hollywood, nunca se había enfrentado a la fama (y a la prensa) en primera persona. Pero ya no es la 'hija de...', sino una estrella por sí misma.
XLSemanal. Creo que después de conseguir el papel, tuvo que guardar el secreto durante semanas. Eso sí que tuvo que ser una tortura, ¿no?
Dakota Johnson. En realidad fue maravilloso, porque no tenía que hablar de ello con nadie...
XL. ¿Y cómo reaccionó su entorno cuando por fin confesó?
D.J. Todo el mundo me preguntaba si estaba asustada.
XL. ¿Y lo estaba?
D.J. Sí, claro. Me daba miedo desnudar mi alma y mi cuerpo. No solo tenía que sentirme emocionalmente vulnerable, sino también físicamente expuesta. Fue una decisión difícil. Pero me pareció un argumento interesante desde el principio. Me intrigaba. Además, pienso que las cosas que te asustan son, precisamente, las que tienes que hacer.
XL. ¿Es cierto que, como suele decirse, las escenas de sexo acaban siendo puramente mecánicas?
D.J. Sí, es casi como seguir una coreografía. Todo es extremadamente técnico. Además, Sam (Taylor-Wood, directora de la película) logró que hubiera un ambiente seguro e íntimo en el rodaje. No digo que no fuera raro e incómodo, porque lo es, pero tampoco es que estés viviendo un momento sensual, ni mucho menos. Más que nada porque hay un señor sujetando un micrófono a dos metros de ti.
XL. La novela de E. L. James ha estado rodeada de polémica desde su publicación. ¿Cree que la relación sexual que ilustra es saludable?
D.J. Creo que es una visión única y diferente de las relaciones. Antes de hacer esta película, no estaba familiarizada con la subcultura sadomasoquista, pero es gigantesca y está presente en casi todo el mundo. Y creo que es perfectamente saludable. Son dos personas que se quieren desesperadamente; él no se aprovecha de ella, y ella toma sus propias decisiones sexuales. Creo que Ana es una mujer inteligente y elegante que tiene derecho a hacer lo que quiera con su cuerpo.
XL. Se ha llegado a tildar el libro de «antifeminista». ¿Entiende esas críticas?
D.J. Es curioso porque la mayoría de las personas implicadas en la película son mujeres. Y, sinceramente, creo que hemos hecho un gran trabajo amplifi cando el tono emocional de la historia de amor. No importa lo que se diga, es un estudio interesante sobre cómo fl uye la confi anza y el control entre dos personas.
XL. ¿Y usted se considera feminista?
D.J. Sí, creo que las mujeres tienen que estar socialmente consideradas igual que los hombres. Y por eso me resulta curioso que se diga que esta película es antifeminista. No puedo pensar en una película que defi enda más la idea de que las mujeres estén al mando de sí mismas. Puedo entender por qué la gente piensa que Christian la domina, pero ella no hace nada en contra de su voluntad. No es que la ate, la encierre y la torture.
XL. También se ha criticado la 'glamurización' de la violencia en la pareja. Supongo que no está de acuerdo...
D.J. No, en absoluto. De hecho, esta película hace pedagogía sobre lo que signifi ca la cultura sadomasoquista. Es una forma diferente de placer y a algunas personas les encanta. Y eso se tiene que aceptar y respetar. Todo el mundo tiene derecho a tener la vida sexual que le dé la gana mientras no haga daño a nadie.
XL. Este es el tipo de papel que puede encumbrar o hundir una carrera. ¿No le dio vértigo esa perspectiva?
D.J. Vaya, ¡gracias!
XL. No me negará que es un papel arriesgado para una actriz joven como usted...
D.J. Bueno, si a la gente no le gusta la película, no pasa nada. A algunas personas les gustará y a otras no. Haré otros fi lmes. Esta no es mi vida entera.
XL. Tenía nueve años cuando rodó su primera cinta, Crazy in Alabama, a las órdenes de su padrastro Antonio Banderas.¿Cómo recuerda aquella experiencia?
D.J. Fue como: «¡Por fin me dejan participar!» [Se ríe]. Crecí entre rodajes y rodeada de gente creativa. Por eso siempre pensé que, en algún momento, yo también haría lo mismo que ellos.
XL. ¿Y en su casa apoyaron esa vocación o intentaron quitarle la idea de la cabeza?
D.J. Crecí en un ambiente en el que no solo se aceptaba que quisiera expresarme artísticamente, sino que se me animaba. Así que sabía que terminaría haciendo algo relacionado con este mundo. De hecho, creo que una parte de mí pensaba que no sería capaz de hacer otra cosa.
XL. ¿Y siempre tuvo confi anza en sí misma?
D.J. Sí. Creo que tuve la suerte, aunque también la desgracia, de puede hacerle a alguien. Mis padres han pasado por mucho. Y mi familia también. Eso me ayudó a tener agallas.
XL. ¿Y precisamente por eso no le asustaba formar parte del mismo negocio?
D.J. Todo da miedo, ¿no? Pero hay que vivir.
XL. Supongo que sus padres le han dado muchísimos consejos para sobrevivir en esta industria. ¿Con cuál se queda?
D.J. Sí, me los dan, pero también me dejan que tome mis propias decisiones.
XL. ¿Le molesta hablar de su familia?
D.J. No me molesta a mí, pero les molesta a ellas (señala a las publicistas que están sentadas en un rincón y que intervienen para que cambiemos de tema).
XL. ¿Pero por qué? ¿Cuál es el problema?
D.J. Simplemente, creo que no necesito hablar de mi familia.
XL. Está bien. Hablemos de otras cosas. ¿Qué tal habla español? ¿Se animaría a rodar una película en nuestro idioma?
D.J. Creo que sería capaz, pero eso no quiere decir que vaya a hacerlo. Si me pones a prueba, seguramente mi español es horrible, pero cuando estoy un poco borracha, ¡puedo hablar con fluidez! Simplemente, tendría que hacerme alcohólica [se ríe].
XL. La fama siempre ha formado parte de su vida, pero ahora la está experimentando de primera mano. ¿Es muy diferente?
D.J. Sí, lo es. Cuando era pequeña, siempre era a la que pisoteaban cuando la gente trataba de llegar a mi madre o a mi padre. Era aterrador, porque quería protegerlos y también quería sentirme protegida. Solía pensar: «¿Qué les hace pensar que está bien observar constantemente a mi familia?». Cuando me hice mayor, entendí que la gente, simplemente, los admira. Pero, ahora, las redes sociales lo han cambiado todo. Todo el mundo es la prensa. Supongo que esto viene con el oficio. No lo sé, solo soy una artista...
XL. ¿Y qué hace para protegerse?
D.J. Para empezar, no estoy en las redes sociales. Y, luego, hacer una vida lo más normal posible. Me gusta pasar tiempo con mis amigos y apenas salgo. Llevo una vida muy tranquila.
XL. Está en un momento crítico en la carrera de cualquier actriz. Las decisiones que tome ahora pueden marcar el resto de su trayectoria ¿Cómo está escogiendo?
D.J. Elijo los proyectos que me emocionan, pero sobre todo los que me asustan. Si leo un guion y no me lo puedo quitar de la cabeza, señal defi nitiva de que tengo que hacerlo.
XL. ¿Dónde le gustaría estar dentro de diez años?
D.J. Haciendo películas con las que la gente disfrute. Y sueño con tener un rancho con caballos en Nashville.
El 'best seller' de la discordia
Inspirándose en la saga vampírica para adolescentes Crepúsculo y añadiendo altas dosis de erotismo a la mezcla, la británica E. L. James dio con la fórmula del éxito en 2011. Cuatro años después, las tres entregas de Cincuenta sombras de Grey han vendido más de 100 millones de ejemplares en todo el mundo y han sido traducidas a 52 idiomas. La trilogía cuenta la relación romántica, pero sobre todo sexual, entre Anastasia Steele -una estudiante universitaria virgen- y Christian Grey -el multimillonario dueño de un imperio empresarial con una vida sexual secreta y sadomasoquista-.
Popular entre las adolescentes, pero sobre todo entre mujeres maduras y casadas, algunos consideran que la novela ha inaugurado un nuevo género: el llamado «porno para mamás». Pero con el éxito llegó la controversia.En concreto, se haacusado a James de glorificar las relaciones abusivas. De hecho, un estudio elaborado por la científica social Amy E. Bonomi y publicado en el Journal of Women's Health, en 2013, advertía de que la relación entre los dos protagonistas contenía la mayoría de las características de una relación íntima violenta. El estudio, que utilizó los estándares establecidos por el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, concluyó que casi todas las interacciones entre Ana y Christian eran de naturaleza abusiva y que estaban «caracterizadas por el acoso, la intimidación y el aislamiento»
Privadísmo
-Nacida en 1989, hizo su debut en elcine con diez años, de la mano de su padrastro Antonio Banderas, en Crazy in Alabama. En la cinta, además, ella y su hermanastra -Stella Banderas- interpretan a las hijas de Melanie Griffith.
-Dakota tiene seis hermanastros: cuatro por parte de padre y dos por la de su madre.
-El papel de Dakota en Cincuenta sombras de Grey no ha caído bien entre algunos miembros de su familia. «Don Johnson está muy disgustado - ha revelado su abuela, la actriz Tippi Hedren-. Él siente lo mismo que yo. Solo he visto el tráiler. Pero es todo lo que voy a ver».
-Melanie Griffith, su madre, que saltó a la fama en 1984 interpretando a una estrella porno en Body double, la ha apoyado públicamente. Eso sí, asegura que no verá la película por expreso deseo de Dakota.
-Sus padres, alegando que no era una gran estudiante, la enviaron a un internado católico en el norte de California. Dakota lo odiaba y terminó convenciendo a Don Johnson para que la dejara regresar a Los Ángeles.
No es fácil crecer entre estrellas
Dakota sabe bien lo que Hollywood puede hacerle a alguien. Es el resultado de crecer en el seno de una familia tan famosa como desestructurada. Su padre, Don Johnson, ha estado casado cinco veces. Su madre, Melanie Griffi th, tres, las mismas que su abuela Tippi Hedren. Fue Hedren, de hecho, quien presentó a Johnson a su única hija cuando esta tenía 14 años. Ocurrió en el rodaje de The Harrad Experiment, con otro actor, Steven Bauer, y tras su divorcio sufrió problemas con la cocaína y el alcohol.
En 1989, Johnson y Griffith se casaron por segunda vez y nació Dakota. Se divorciaron cuando la niña tenía cuatro años. Más tarde, ya casada con Antonio Banderas, Griffith sufrió una adicción a los analgésicos. No es extraño, pues, que de adolescente Dakota fuera ingresada en una clínica de desintoxicación. «Mis padres me pusieron en una posición en la que tuve que enfrentarme a cosas de adultos a una edad muy temprana».
TÍTULO: A FONDO, EN PRIMER PLANO, LA GUERRA SUCIA DEL PETROLEO,.
La guerra sucia del petróleo
Nos encontramos ante un cambio radical
en la historia del oro negro, un vuelco como no se había visto desde los
años setenta, cuando la crisis del petróleo provocó disputas sin
precedentes por las materias primas. La nueva economía del crudo está
alterando el reparto de poder en el mundo. En los pozos se está librando
una guerra con Estados Unidos y Arabia Saudí, por un lado, y Rusia e
Irán, por el otro. El lema: «Bombeémosles hasta que mueran».
Dakota del Norte. Un operario acciona el joystick
de la torre de sondeo y hunde en la tierra la cabeza de acero de su
perforadora. Alcanza la marca de 600 metros. Los motores rugen. Faltan
otros 2500 para llegar a la formación Bakken. Una estructura rocosa que
esconde 24.000 millones de barriles de petróleo.
La formación Bakken es una capa de solo 40 metros de grosor, pero que ocupa una superficie de más de 520.000 kilómetros cuadrados. Dentro de ella, yace la nueva fuente de riqueza estadounidense. «Para nosotros, el yacimiento Bakken es como un banco», dice la gente de Dakota. «El dinero está ahí abajo, solo hay que ir a sacarlo». Este banco ha enriquecido a muchos granjeros, que se han convertido en millonarios de un día para otro. Pero no solo se perfora en Dakota, también en Texas y Montana. Estados Unidos se ha convertido en una superpotencia petrolera en tan solo seis años. Está ya al nivel de la mismísima Arabia Saudí. Como primera consecuencia, el poder de los jeques y de su cártel particular, la OPEP, se tambalea. «Hay gobiernos al borde del shock», afirma Daniel Yergin, experto en temas petroleros. «Estamos en el comienzo de una nueva era en la historia del petróleo y de su precio».
Dan Sandaker, el operario de la perforadora de Dakota, lleva 15 años en este negocio. Su tarea consiste en abrir un agujero tras otro y dejar paso a los frackers. Ellos inyectan agua y sustancias químicas en los orificios para extraer así el petróleo atrapado en las rocas de las profundidades. Se desconoce el efecto que estas sustancias tienen sobre el medioambiente. Lo que importa ahora es que el fracking produce petróleo. Hace diez años, Estados Unidos solo extraía un par de miles de barriles diarios (un barril tiene 159 litros). Hoy son 1,1 millones de barriles. Y en un solo día. El petróleo americano ha provocado un exceso de oferta: hay más petróleo circulando del que se consume. La teoría del peak oil, que sostenía que ya se había alcanzado un máximo de producción y que a partir de ahí las cantidades extraídas irían siempre en retroceso, ha dejado de ser cierta.
LAS CONSECUENCIAS. Ese exceso de oferta está haciendo que países como Venezuela, Rusia o Irán estén perdiendo cantidades ingentes de dinero. En Europa, por el contrario, el bajo precio del petróleo lo que hace es estimular la economía. Evidentemente, en Dakota del Norte también están apareciendo damnificados. En verano, con el precio a 115 dólares el barril, todos los pozos del campo Bakken eran rentables. Pero ya no. «El precio no puede caer mucho más», dice Sandaker, el operario. «Si lo hace, muchos tendremos que cerrar». Pero es positivo: él cree que una crisis de pequeñas dimensiones no vendría mal. «Eliminaría a esa competencia que ha entrado en el sector con una financiación poco sólida». Los fuertes sobrevivirán y la economía de libre mercado también. Sandaker quiere creer que el precio del petróleo volverá a subir en un par de meses. De una forma o de otra, su país sale ganando. Los bajos precios de la energía están revitalizando la economía. El presidente Obama habla de una «reindustrialización» de Estados Unidos. El petróleo está haciendo que América sea más poderosa que nunca, también desde un punto de vista político. Un antiguo asesor del Pentágono, Edward Luttwark, lo resume así: «El bajo precio del petróleo está hundiendo a nuestros rivales sin que nosotros tengamos que hacer nada».
LA OPEP Y ARABIA SAUDÍ. Viena, sede central de la OPEP. Noviembre. La cumbre de ministros de los países de la OPEP está a punto de vivir una confrontación total entre sus miembros. El más poderoso entre los presentes es Ali bin Ibrahim al-Naimi, que desde hace 20 años ocupa el cargo de ministro del Petróleo de los reyes saudíes. Un par de palabras de este hombre son capaces de sacudir mercados enteros. En teoría, ante la bajada del precio del barril, los países de la OPEP que juntos controlan un tercio de la producción mundial deberían reducir las cantidades que extraen cada día. De esa forma habría una menor oferta, lo que tiraría de los precios de nuevo hacia arriba. Hasta ahora, siempre había sido así. Pero Ali bin Ibrahim al-Naimi, formado en las universidades de élite de Estados Unidos, ya no está por la labor.
Teme por el futuro del poder saudí en esta nueva época. Aramco, la petrolera estatal saudí, lleva desde el verano vendiendo crudo a Asia a un precio muy rebajado. Y ahora Al-Naimi también está decidido a vetar la reducción de las cuotas de la OPEP, pese a las presiones de los representantes de Venezuela e Irán. Su negativa supone un cambio de paradigma cuyas consecuencias ya se perciben en todo el mundo. Por primera vez, a los jeques no les mueve la estabilidad de los precios, sino el mantenimiento de su propia situación de poder en el mercado. Reducir la producción no sirve a los intereses de Arabia Saudí, declaró Al-Naimi. Arabia Saudí quiere mantener su cuota de mercado sea como sea, no quiere cederle el negocio a ese nuevo competidor que es Estados Unidos, aunque para ello tenga que renunciar a miles de millones. «Si cae el precio, que caiga», afirmó Al-Naimi. «Afectará gravemente a otros antes de que nosotros lleguemos siquiera a notarlo».
Arabia Saudí es por ahora el mayor exportador de petróleo del mundo. En ningún otro lugar, la extracción es más rentable que en los grandes campos petrolíferos del desierto, de cuatro a cinco dólares el barril, nada más. Por comparación, en Dakota del Norte el coste de extracción alcanza de 50 a 70 dólares. Por lo tanto, los saudíes pueden seguir extrayendo petróleo con beneficios incluso con unos precios en el mercado mundial muy bajos. Eso sí, las fabulosas ganancias del pasado son eso, cosa del pasado. Unos precios bajos del petróleo también suponen una presión importante para el régimen chií de Irán, uno de los rivales más molestos para los gobernantes suníes de Riad. Los iraníes creen que tras la postura saudí se oculta una estrategia política: el petróleo como arma. Thomas Friedman, columnista del New York Times, se preguntaba: «¿Está en marcha una guerra mundial del petróleo, con Estados Unidos y Arabia Saudí, por un lado, y Rusia e Irán, por el otro?». El lema podría ser: «Bombeémosles hasta que mueran».
LOS CHINOS. Múnich, una mansión en el barrio de Schwabing. Aquí tiene su oficina Michael Heise, economista jefe de Allianz, una de las mayores aseguradoras del mundo. Los análisis que realiza este hombre influyen en las operaciones de su empresa, uno de los cinco mayores inversores del planeta, con 1,8 billones de euros a su disposición. Heise lleva semanas ocupado con el precio del petróleo. «El precio dice seguirá bajo, incluso es posible que baje un poco más. No volverá a subir hasta la segunda mitad de 2015. Y los efectos serán considerables. Europa crecerá un 0,5 por ciento adicional gracias solo al precio del petróleo». Todos los países industriales, que dependen de las importaciones de petróleo, se beneficiarán. «Y también supone un importante beneficio para muchos países en vías de desarrollo», asegura Heise. Los chinos están llenando sus depósitos con petróleo barato mientras prometen inyectar ayuda financiera a Rusia y Venezuela. La influencia política de China en el mundo crecerá.
LOS RIESGOS. Pero los bajos precios del petróleo también albergan riesgos. En Europa podrían contribuir a una deflación. Y causar turbulencias en los mercados financieros. Muchas empresas petroleras de Estados Unidos operan gracias a una financiación cuestionable, el boom del fracking ha atraído a muchos inversores codiciosos. Hay unos 200.000 millones de dólares en créditos de alto riesgo moviendo la maquinaria del sector petrolero. Si esta financiación precaria se traduce en impagos, si la burbuja explota, la onda expansiva podría alcanzar a la Bolsa. En Wall Street todo el mundo está nervioso.Y a esto hay que sumar los riesgos políticos. Las incógnitas son muchas. ¿Seguirán los saudíes fieles a su estrategia? ¿Cómo se comportará Irán? Y, sobre todo, ¿qué pasará con Rusia, el país que representa el principal factor de riesgo político en la nueva era?
LOS RUSOS. Berlín, una lujosa casa a orillas del Wannsee. Varias figuras prominentes de la economía alemana se reunieron en verano con Igor Ivanovich Sechin, de 54 años y presidente de Rosneft, el principal consorcio estatal ruso. Un hombre poderoso, probablemente el más poderoso después de Putin. Lo llaman el Zar de la Energía, pero también Darth Vader.
Sechin sirvió en el KGB, al igual que Putin. Luego estuvo a sus órdenes como jefe de gabinete. Bajo su dirección, la empresa estatal Rosneft, en situación de bancarrota fáctica, se convirtió en el principal contribuyente a las arcas públicas rusas y en uno de los mayores exportadores de petróleo del mundo. Prácticamente el 50 por ciento de los ingresos por exportaciones rusas proceden de la venta de petróleo. Se puede decir que Sechin es el hombre que hace posible el poder de Putin. Y Putin necesita un precio del petróleo de al menos 95 dólares el barril, 40 dólares por encima del actual, para mantener su estado. Esa mañana de verano a orillas del Wannsee, Putin ya se ha anexionado Crimea, y en Ucrania acaba de empezar la guerra. Europa y Estados Unidos han impuesto sanciones, medidas que afectan también a la industria petrolera rusa. La presencia de Igor Sechin está pensada como una señal, como una medida para transmitir confianza... por ambas partes. Sechin anuncia que necesita dinero, tecnología, equipos de perforación, todo lo que las sanciones le niegan. Los viejos campos petrolíferos siberianos cada vez producen menos. Y extraer petróleo de unos pozos casi agotados se hace cada vez más laborioso y caro; tienen que buscarlo en lugares más remotos, incluso en pleno Ártico. Algo que solo resulta rentable con un precio del petróleo muy alto.
A finales de septiembre, Rosneft anunció que se había encontrado petróleo en el mar de Kara. Pero entonces los socios americanos comunicaron que abandonaban el proyecto. La conquista del Ártico quedaba aplazada sine díe. Rusia necesita el petróleo, sin él no tiene futuro. Se ha perdido la oportunidad de modernizar el país, de diversificar su economía. «La 'burbuja Putin' está explotando», afirma el economista Paul Krugman. Las reservas de divisas disminuyen a toda velocidad, la fuga de capitales se ha doblado. La inflación alcanzará este año el diez por ciento. En Moscú se culpa a Occidente de la caída del precio del petróleo. La teoría de la conspiración está a la orden del día. Si todo sigue así, los expertos temen que la economía rusa no tarde en colapsar... con consecuencias imprevisibles para el resto del mundo. El riesgo de que la crisis se salga de control es demasiado grande.
VENEZUELA. Enero, Venezuela, en un barrio del extrarradio de Caracas. Aquí, la crisis ya está fuera de control. No hay leche en las tiendas. Edgar Avellano reza en voz baja: por favor, que el precio del petróleo siga hundiéndose... y que con él se hundan la economía y este Gobierno disparatado. Si el pueblo no puede derribar al régimen, quizá lo consiga el petróleo. El presidente aparece en televisión esa misma tarde. Primero culpa a la América capitalista de estar librando una «guerra del petróleo» contra su pueblo, luego anuncia reformas. Pero lo importante no lo dice: la inflación supera el 60 por ciento, la deuda está disparada, la producción de petróleo cae año tras año. Y con cada dólar por barril que baja el precio del petróleo, el país deja de ingresar 700 millones de dólares anuales. Los expertos financieros prevén la bancarrota del Estado para este 2015. La probabilidad de que ocurra la sitúan en el 93 por ciento.
Los antiguos beneficiarios por el petróleo han visto su posición amenazada de un día para otro. El 2015 no solo podría ser el año del hundimiento para Venezuela. También hay mucho en juego para el hombre sentado en la torre de perforación en Dakota del Norte. Y para el soberano del Kremlin, para los jeques saudíes, para los mulás de Irán. Antoine Halff, de la Agencia Internacional de la Energía, afirma: «El poder se está desplazando desde los productores hacia los consumidores, desde los vendedores hacia los compradores». Una nueva era del petróleo ha comenzado.
Estados unidos."frack, baby, frack!"
-Obama ha declarado la independencia energética del país como objetivo prioritario. Están cerca de lograrlo. Producen 15 trenes de 100 vagones cada uno llenos de petróleo, al día. El lema del momento es: «Frack, baby, frack!», en alusión a la técnica de extracción: el fracking.
-8,4 millones de barriles de petróleo al día produce. Desde 2008, la extracción se ha duplicado.
-0 por ciento del presupuesto estatal procede de la exportación de crudo. EE.UU. produce el diez por ciento de la oferta global, pero hasta ahora no exportaba ni un barril. Lo dedicaba al consumo propio por ley desde la crisis de los 70 (solo estaba autorizada su venta a Canadá, y la de productos refinados). Ha empezado a exportar, pero con muchas restricciones. Si libera su exportación, alterará el mercado.
-60 dólares cuesta la extracción de un barril de petróleo en Dakota del Norte con la técnica del fracking.ü
Arabia Saudí. barato, barato
-En lo económico, los jeques desafían a los frackers manteniendo el precio del petróleo bajo. En lo político, desgastan a Irán y al Estado Islámico.
-331.000 millones de dólares es el valor de las exportaciones de petróleo en 2014.
-90 por ciento del presupuesto estatal procede de la exportación de crudo.
-4-5 dólares es lo que cuesta extraer un barril de petróleo del desierto.
Rusia, helados
-Las compañías petroleras financian al Estado. Sus nueva explotaciones, como la de la región ártica de Pechora, son cada vez más costosas.
-282.000 millones de dólares reportaron las exportaciones de petróleo en 2014.
-40 dólares más por barril necesita Putin para cubrir los Presupuestos del Estado.
-44 dólares es lo que cuesta extraer un barril de petróleo en Rusia.
... Y LLEGÓ EL ESTADO ISLÁMICO
El nuevo escenario del petróleo tiene un protagonista inesperado: el Estado Islámico. Los yihadistas que, aprovechando la rebelión contra Bashar al-Assad en Siria, se han apoderado de una parte de Siria y otra de Irak son una preocupación no solo para Occidente, también para Arabia Saudí e Irán.
-UNA PARTIDA DE AJEDREZ. Se juegan el control de la región en una partida de ajedrez muy compleja y 'regada' de petróleo. 'Maniobrando' con el precio del barril se altera el mapa político. El principal actor en esta partida es Arabia Saudí, que pretende frenar el crecimiento de Estados Unidos como potencia petrolera, pero que también busca asegurar su poder en la zona.
-ARABIA SAUDÍ, AMENAZADA. Aunque circulan teorías de que los saudíes podrían haber financiado al Estado Islámico, lo cierto es que para su país supone una amenaza como para Occidente. El Estado Islámico ha pedido a sus partidarios en Arabia Saudí que atenten contra funcionarios del Gobierno. Bajando el precio del petróleo, los saudíes debilitan al Estado Islámico, que, según Estados Unidos, ingresa un millón de dólares al día de la venta de petróleo y productos refinados que ha capturado en la zona ocupada.
-IRÁN, EN EL PUNTO DE MIRA. Debilita también a Irán, que necesita el petróleo a 100 euros para mantener su presupuesto. Arabia Saudí e Irán están enfrentados por el control de la zona y por el hecho de que unos los príncipes saudíes son suníes y otros los mulás iraníes son chiíes. Irán está en un buen momento: ha logrado evitar la caída en Siria de Assad, proiraní, le beneficia que haya un gobierno chií en Irak y ha estrechado lazos con Rusia y China. Arabia Saudí, en cambio, está peleada con sus vecinos Catar, Yemen. y Líbano. Su única 'victoria' reciente es en Egipto, su mayor aliado, donde han conseguido (presionando e inyectando dinero) expulsar del poder a los Hermanos Musulmanes y seguir manteniendo un cierto control sobre el país.
-Y LOS NUEVOS ENEMIGOS. Los saudíes no se pueden permitir tener un enemigo añadido como el Estado Islámico. Por eso, dicen los expertos, la cantidad de crudo en el mercado se disparó justo cuando el Estado Islámico conquistó la ciudad iraquí de Mosul. Permitiendo la bajada del petróleo, los saudíes mantienen su hegemonía en la región. Pero solo pueden hacerlo un tiempo limitado sin debilitar su propia economía. La pregunta es ¿cuánto?
La formación Bakken es una capa de solo 40 metros de grosor, pero que ocupa una superficie de más de 520.000 kilómetros cuadrados. Dentro de ella, yace la nueva fuente de riqueza estadounidense. «Para nosotros, el yacimiento Bakken es como un banco», dice la gente de Dakota. «El dinero está ahí abajo, solo hay que ir a sacarlo». Este banco ha enriquecido a muchos granjeros, que se han convertido en millonarios de un día para otro. Pero no solo se perfora en Dakota, también en Texas y Montana. Estados Unidos se ha convertido en una superpotencia petrolera en tan solo seis años. Está ya al nivel de la mismísima Arabia Saudí. Como primera consecuencia, el poder de los jeques y de su cártel particular, la OPEP, se tambalea. «Hay gobiernos al borde del shock», afirma Daniel Yergin, experto en temas petroleros. «Estamos en el comienzo de una nueva era en la historia del petróleo y de su precio».
Dan Sandaker, el operario de la perforadora de Dakota, lleva 15 años en este negocio. Su tarea consiste en abrir un agujero tras otro y dejar paso a los frackers. Ellos inyectan agua y sustancias químicas en los orificios para extraer así el petróleo atrapado en las rocas de las profundidades. Se desconoce el efecto que estas sustancias tienen sobre el medioambiente. Lo que importa ahora es que el fracking produce petróleo. Hace diez años, Estados Unidos solo extraía un par de miles de barriles diarios (un barril tiene 159 litros). Hoy son 1,1 millones de barriles. Y en un solo día. El petróleo americano ha provocado un exceso de oferta: hay más petróleo circulando del que se consume. La teoría del peak oil, que sostenía que ya se había alcanzado un máximo de producción y que a partir de ahí las cantidades extraídas irían siempre en retroceso, ha dejado de ser cierta.
LAS CONSECUENCIAS. Ese exceso de oferta está haciendo que países como Venezuela, Rusia o Irán estén perdiendo cantidades ingentes de dinero. En Europa, por el contrario, el bajo precio del petróleo lo que hace es estimular la economía. Evidentemente, en Dakota del Norte también están apareciendo damnificados. En verano, con el precio a 115 dólares el barril, todos los pozos del campo Bakken eran rentables. Pero ya no. «El precio no puede caer mucho más», dice Sandaker, el operario. «Si lo hace, muchos tendremos que cerrar». Pero es positivo: él cree que una crisis de pequeñas dimensiones no vendría mal. «Eliminaría a esa competencia que ha entrado en el sector con una financiación poco sólida». Los fuertes sobrevivirán y la economía de libre mercado también. Sandaker quiere creer que el precio del petróleo volverá a subir en un par de meses. De una forma o de otra, su país sale ganando. Los bajos precios de la energía están revitalizando la economía. El presidente Obama habla de una «reindustrialización» de Estados Unidos. El petróleo está haciendo que América sea más poderosa que nunca, también desde un punto de vista político. Un antiguo asesor del Pentágono, Edward Luttwark, lo resume así: «El bajo precio del petróleo está hundiendo a nuestros rivales sin que nosotros tengamos que hacer nada».
LA OPEP Y ARABIA SAUDÍ. Viena, sede central de la OPEP. Noviembre. La cumbre de ministros de los países de la OPEP está a punto de vivir una confrontación total entre sus miembros. El más poderoso entre los presentes es Ali bin Ibrahim al-Naimi, que desde hace 20 años ocupa el cargo de ministro del Petróleo de los reyes saudíes. Un par de palabras de este hombre son capaces de sacudir mercados enteros. En teoría, ante la bajada del precio del barril, los países de la OPEP que juntos controlan un tercio de la producción mundial deberían reducir las cantidades que extraen cada día. De esa forma habría una menor oferta, lo que tiraría de los precios de nuevo hacia arriba. Hasta ahora, siempre había sido así. Pero Ali bin Ibrahim al-Naimi, formado en las universidades de élite de Estados Unidos, ya no está por la labor.
Teme por el futuro del poder saudí en esta nueva época. Aramco, la petrolera estatal saudí, lleva desde el verano vendiendo crudo a Asia a un precio muy rebajado. Y ahora Al-Naimi también está decidido a vetar la reducción de las cuotas de la OPEP, pese a las presiones de los representantes de Venezuela e Irán. Su negativa supone un cambio de paradigma cuyas consecuencias ya se perciben en todo el mundo. Por primera vez, a los jeques no les mueve la estabilidad de los precios, sino el mantenimiento de su propia situación de poder en el mercado. Reducir la producción no sirve a los intereses de Arabia Saudí, declaró Al-Naimi. Arabia Saudí quiere mantener su cuota de mercado sea como sea, no quiere cederle el negocio a ese nuevo competidor que es Estados Unidos, aunque para ello tenga que renunciar a miles de millones. «Si cae el precio, que caiga», afirmó Al-Naimi. «Afectará gravemente a otros antes de que nosotros lleguemos siquiera a notarlo».
Arabia Saudí es por ahora el mayor exportador de petróleo del mundo. En ningún otro lugar, la extracción es más rentable que en los grandes campos petrolíferos del desierto, de cuatro a cinco dólares el barril, nada más. Por comparación, en Dakota del Norte el coste de extracción alcanza de 50 a 70 dólares. Por lo tanto, los saudíes pueden seguir extrayendo petróleo con beneficios incluso con unos precios en el mercado mundial muy bajos. Eso sí, las fabulosas ganancias del pasado son eso, cosa del pasado. Unos precios bajos del petróleo también suponen una presión importante para el régimen chií de Irán, uno de los rivales más molestos para los gobernantes suníes de Riad. Los iraníes creen que tras la postura saudí se oculta una estrategia política: el petróleo como arma. Thomas Friedman, columnista del New York Times, se preguntaba: «¿Está en marcha una guerra mundial del petróleo, con Estados Unidos y Arabia Saudí, por un lado, y Rusia e Irán, por el otro?». El lema podría ser: «Bombeémosles hasta que mueran».
LOS CHINOS. Múnich, una mansión en el barrio de Schwabing. Aquí tiene su oficina Michael Heise, economista jefe de Allianz, una de las mayores aseguradoras del mundo. Los análisis que realiza este hombre influyen en las operaciones de su empresa, uno de los cinco mayores inversores del planeta, con 1,8 billones de euros a su disposición. Heise lleva semanas ocupado con el precio del petróleo. «El precio dice seguirá bajo, incluso es posible que baje un poco más. No volverá a subir hasta la segunda mitad de 2015. Y los efectos serán considerables. Europa crecerá un 0,5 por ciento adicional gracias solo al precio del petróleo». Todos los países industriales, que dependen de las importaciones de petróleo, se beneficiarán. «Y también supone un importante beneficio para muchos países en vías de desarrollo», asegura Heise. Los chinos están llenando sus depósitos con petróleo barato mientras prometen inyectar ayuda financiera a Rusia y Venezuela. La influencia política de China en el mundo crecerá.
LOS RIESGOS. Pero los bajos precios del petróleo también albergan riesgos. En Europa podrían contribuir a una deflación. Y causar turbulencias en los mercados financieros. Muchas empresas petroleras de Estados Unidos operan gracias a una financiación cuestionable, el boom del fracking ha atraído a muchos inversores codiciosos. Hay unos 200.000 millones de dólares en créditos de alto riesgo moviendo la maquinaria del sector petrolero. Si esta financiación precaria se traduce en impagos, si la burbuja explota, la onda expansiva podría alcanzar a la Bolsa. En Wall Street todo el mundo está nervioso.Y a esto hay que sumar los riesgos políticos. Las incógnitas son muchas. ¿Seguirán los saudíes fieles a su estrategia? ¿Cómo se comportará Irán? Y, sobre todo, ¿qué pasará con Rusia, el país que representa el principal factor de riesgo político en la nueva era?
LOS RUSOS. Berlín, una lujosa casa a orillas del Wannsee. Varias figuras prominentes de la economía alemana se reunieron en verano con Igor Ivanovich Sechin, de 54 años y presidente de Rosneft, el principal consorcio estatal ruso. Un hombre poderoso, probablemente el más poderoso después de Putin. Lo llaman el Zar de la Energía, pero también Darth Vader.
Sechin sirvió en el KGB, al igual que Putin. Luego estuvo a sus órdenes como jefe de gabinete. Bajo su dirección, la empresa estatal Rosneft, en situación de bancarrota fáctica, se convirtió en el principal contribuyente a las arcas públicas rusas y en uno de los mayores exportadores de petróleo del mundo. Prácticamente el 50 por ciento de los ingresos por exportaciones rusas proceden de la venta de petróleo. Se puede decir que Sechin es el hombre que hace posible el poder de Putin. Y Putin necesita un precio del petróleo de al menos 95 dólares el barril, 40 dólares por encima del actual, para mantener su estado. Esa mañana de verano a orillas del Wannsee, Putin ya se ha anexionado Crimea, y en Ucrania acaba de empezar la guerra. Europa y Estados Unidos han impuesto sanciones, medidas que afectan también a la industria petrolera rusa. La presencia de Igor Sechin está pensada como una señal, como una medida para transmitir confianza... por ambas partes. Sechin anuncia que necesita dinero, tecnología, equipos de perforación, todo lo que las sanciones le niegan. Los viejos campos petrolíferos siberianos cada vez producen menos. Y extraer petróleo de unos pozos casi agotados se hace cada vez más laborioso y caro; tienen que buscarlo en lugares más remotos, incluso en pleno Ártico. Algo que solo resulta rentable con un precio del petróleo muy alto.
A finales de septiembre, Rosneft anunció que se había encontrado petróleo en el mar de Kara. Pero entonces los socios americanos comunicaron que abandonaban el proyecto. La conquista del Ártico quedaba aplazada sine díe. Rusia necesita el petróleo, sin él no tiene futuro. Se ha perdido la oportunidad de modernizar el país, de diversificar su economía. «La 'burbuja Putin' está explotando», afirma el economista Paul Krugman. Las reservas de divisas disminuyen a toda velocidad, la fuga de capitales se ha doblado. La inflación alcanzará este año el diez por ciento. En Moscú se culpa a Occidente de la caída del precio del petróleo. La teoría de la conspiración está a la orden del día. Si todo sigue así, los expertos temen que la economía rusa no tarde en colapsar... con consecuencias imprevisibles para el resto del mundo. El riesgo de que la crisis se salga de control es demasiado grande.
VENEZUELA. Enero, Venezuela, en un barrio del extrarradio de Caracas. Aquí, la crisis ya está fuera de control. No hay leche en las tiendas. Edgar Avellano reza en voz baja: por favor, que el precio del petróleo siga hundiéndose... y que con él se hundan la economía y este Gobierno disparatado. Si el pueblo no puede derribar al régimen, quizá lo consiga el petróleo. El presidente aparece en televisión esa misma tarde. Primero culpa a la América capitalista de estar librando una «guerra del petróleo» contra su pueblo, luego anuncia reformas. Pero lo importante no lo dice: la inflación supera el 60 por ciento, la deuda está disparada, la producción de petróleo cae año tras año. Y con cada dólar por barril que baja el precio del petróleo, el país deja de ingresar 700 millones de dólares anuales. Los expertos financieros prevén la bancarrota del Estado para este 2015. La probabilidad de que ocurra la sitúan en el 93 por ciento.
Los antiguos beneficiarios por el petróleo han visto su posición amenazada de un día para otro. El 2015 no solo podría ser el año del hundimiento para Venezuela. También hay mucho en juego para el hombre sentado en la torre de perforación en Dakota del Norte. Y para el soberano del Kremlin, para los jeques saudíes, para los mulás de Irán. Antoine Halff, de la Agencia Internacional de la Energía, afirma: «El poder se está desplazando desde los productores hacia los consumidores, desde los vendedores hacia los compradores». Una nueva era del petróleo ha comenzado.
Estados unidos."frack, baby, frack!"
-Obama ha declarado la independencia energética del país como objetivo prioritario. Están cerca de lograrlo. Producen 15 trenes de 100 vagones cada uno llenos de petróleo, al día. El lema del momento es: «Frack, baby, frack!», en alusión a la técnica de extracción: el fracking.
-8,4 millones de barriles de petróleo al día produce. Desde 2008, la extracción se ha duplicado.
-0 por ciento del presupuesto estatal procede de la exportación de crudo. EE.UU. produce el diez por ciento de la oferta global, pero hasta ahora no exportaba ni un barril. Lo dedicaba al consumo propio por ley desde la crisis de los 70 (solo estaba autorizada su venta a Canadá, y la de productos refinados). Ha empezado a exportar, pero con muchas restricciones. Si libera su exportación, alterará el mercado.
-60 dólares cuesta la extracción de un barril de petróleo en Dakota del Norte con la técnica del fracking.ü
Arabia Saudí. barato, barato
-En lo económico, los jeques desafían a los frackers manteniendo el precio del petróleo bajo. En lo político, desgastan a Irán y al Estado Islámico.
-331.000 millones de dólares es el valor de las exportaciones de petróleo en 2014.
-90 por ciento del presupuesto estatal procede de la exportación de crudo.
-4-5 dólares es lo que cuesta extraer un barril de petróleo del desierto.
Rusia, helados
-Las compañías petroleras financian al Estado. Sus nueva explotaciones, como la de la región ártica de Pechora, son cada vez más costosas.
-282.000 millones de dólares reportaron las exportaciones de petróleo en 2014.
-40 dólares más por barril necesita Putin para cubrir los Presupuestos del Estado.
-44 dólares es lo que cuesta extraer un barril de petróleo en Rusia.
... Y LLEGÓ EL ESTADO ISLÁMICO
El nuevo escenario del petróleo tiene un protagonista inesperado: el Estado Islámico. Los yihadistas que, aprovechando la rebelión contra Bashar al-Assad en Siria, se han apoderado de una parte de Siria y otra de Irak son una preocupación no solo para Occidente, también para Arabia Saudí e Irán.
-UNA PARTIDA DE AJEDREZ. Se juegan el control de la región en una partida de ajedrez muy compleja y 'regada' de petróleo. 'Maniobrando' con el precio del barril se altera el mapa político. El principal actor en esta partida es Arabia Saudí, que pretende frenar el crecimiento de Estados Unidos como potencia petrolera, pero que también busca asegurar su poder en la zona.
-ARABIA SAUDÍ, AMENAZADA. Aunque circulan teorías de que los saudíes podrían haber financiado al Estado Islámico, lo cierto es que para su país supone una amenaza como para Occidente. El Estado Islámico ha pedido a sus partidarios en Arabia Saudí que atenten contra funcionarios del Gobierno. Bajando el precio del petróleo, los saudíes debilitan al Estado Islámico, que, según Estados Unidos, ingresa un millón de dólares al día de la venta de petróleo y productos refinados que ha capturado en la zona ocupada.
-IRÁN, EN EL PUNTO DE MIRA. Debilita también a Irán, que necesita el petróleo a 100 euros para mantener su presupuesto. Arabia Saudí e Irán están enfrentados por el control de la zona y por el hecho de que unos los príncipes saudíes son suníes y otros los mulás iraníes son chiíes. Irán está en un buen momento: ha logrado evitar la caída en Siria de Assad, proiraní, le beneficia que haya un gobierno chií en Irak y ha estrechado lazos con Rusia y China. Arabia Saudí, en cambio, está peleada con sus vecinos Catar, Yemen. y Líbano. Su única 'victoria' reciente es en Egipto, su mayor aliado, donde han conseguido (presionando e inyectando dinero) expulsar del poder a los Hermanos Musulmanes y seguir manteniendo un cierto control sobre el país.
-Y LOS NUEVOS ENEMIGOS. Los saudíes no se pueden permitir tener un enemigo añadido como el Estado Islámico. Por eso, dicen los expertos, la cantidad de crudo en el mercado se disparó justo cuando el Estado Islámico conquistó la ciudad iraquí de Mosul. Permitiendo la bajada del petróleo, los saudíes mantienen su hegemonía en la región. Pero solo pueden hacerlo un tiempo limitado sin debilitar su propia economía. La pregunta es ¿cuánto?
No hay comentarios:
Publicar un comentario