foto.
Cuando tenía 14 o 15 años, admiraba abiertamente a Isabel La Católica y a Teresa de Jesús. Sí, cuando cursé Bachillerato, Historia era una asignatura troncal y tuve la suerte de tener una profesora capaz de entusiasmarnos con los avatares de los personajes históricos. Isabel y Teresa no coincidieron en el tiempo, aunque ambas me resultaban fascinantes porque fueron capaces de coger las riendas de sus vidas y enfrentarse al destino que les estaba asignado.
Tenían en común que fueron mujeres cultas, con una voluntad de hierro y un valor considerable para enfrentarse a los convencionalismos de sus épocas. Isabel quiso ser reina y demostró que le sobraba, amén de ambición, capacidad para serlo. Teresa se pasó la vida esquivando a la Inquisición y, si fue capaz de hacerlo, es porque era más lista que aquellos fanáticos. Las dos caminaron sobre el borde del abismo y lograron no caerse gracias a su perspicacia e inteligencia.
E igualmente fueron feministas a su manera, teniendo en cuenta el momento que les toco vivir, precisamente porque el poder lo ostentaban de forma absoluta los hombres. Desgraciadamente, el franquismo se apoderó de ellas robándonoslas a los demás y, durante muchos años, Isabel de Castilla y Teresa de Jesús pasaron a estar proscritas para parte de la sociedad.
En este año que acabamos de estrenar se celebra el quinto centenario del nacimiento de Teresa de Jesús y es el momento para que muchos puedan redescubrir a esta mujer excepcional, que escribió algunas de las mejores páginas de la literatura española. En cuanto a Isabel, aunque resulte insólito, muchos la han descubierto gracias a la serie emitida recientemente por TVE, que ha logrado récord de audiencia.
Conozco a jóvenes que apenas sabían nada de esta reina. Ya saben: en los actuales planes de estudio el conocimiento de la historia no es una prioridad y, en determinadas comunidades autónomas, Isabel tiene mala prensa porque la consideran culpable de la 'unidad' de España. Pero ya digo que, por sorprendente que parezca, la serie ha tenido la virtud de descubrir a mucha gente a aquella reina que hablaba varios idiomas, era culta y, además, tenía unos extraordinarios dotes de estadista.
Hace un par de meses, durante una charla en un club de lectura, una joven de unos 20 años me dijo algo que me hizo reír: “Estoy enganchada a Isabel porque es un culebrón”. Me parece que ha llegado el momento de poner en valor las figuras de estas dos mujeres. Los historiadores tienen la obligación de contarnos su historia despojándolas de los prejuicios de los que han sido víctimas. El quinto centenario de Teresa de Jesús es una oportunidad. Como lo ha sido la serie, pero me parece a mí que ambas deberían volver a las aulas, a ser estudiadas y conocidas por las nuevas generaciones. Y a ver si, de una vez por todas, el personal más obtuso se entera de que ni Isabel de Castilla ni Teresa de Jesús son franquistas.
TÍTULO: REVISTA MUJER HOY BLANCA PATILLA, MODELO,.
Blanca Padilla, la modelo que enamora al mundo--foto,.
Ha sido la única española sobre la pasarela del último desfile de Victoria’s Secret y es una de las musas de Dolce & Gabbana. Con Blanca ha nacido una estrella.
“No tengo palabras para describir lo feliz y emocionada que estoy, es un honor ser parte de un proyecto tan increíble. Gracias a quienes me apoyáis y a todos los que habéis creído en mí”. Así demostraba su alegría en las redes sociales al saber que iba a formar parte la pasarela más mediática del mundo, junto a modelos como Lily Donaldson, Karlie Kloss y Alessandra Ambrosio.
Un honor que hasta entonces, solo cuatro españolas (Helena Barquilla, Esther Cañadas, Eugenia Silva y Clara Alonso) habían conseguido. El momento fue vibrante. ¿Y qué pensó Blanca cuando salió a desfilar como “ángel”? “La verdad es que solo pensé en disfrutar de ese momento. Los nervios desaparecieron y todo el protagonismo recayó en ese momento en ese público atento a mí, en la canción de Taylor Swift estaba cantando y en mis pasos por la pasarela”.
Pero haber conseguido llegar a 'ángel' no es su única conquista. En su, hasta ahora, cortísima carrera, ha conseguido ser una de las estrellas de los desfiles de Nueva York, París y Milán: ha hecho prêt à porter y alta costura para firmas como Dolce & Gabbana, Dsquared2, Oscar de la Renta, Giorgio Armani, Valentino...
Y todo en poco más de un año, el tiempo que ha transcurrido desde que la descubriese, por casualidad, su representante en el metro de Madrid. Una 'jugada del destino' que recuerda a la de otras súpermodelos internacionales: Gisele Bündchen fue descubierta en un restaurante de comida rápida; y un 'booker' quedó prendado de Claudia Schiffer en un pub en Düsseldorf. Ahora, con Blanca, la historia se repite.
¿Y qué tiene esta estudiante de Publicidad de 20 años (recién cumplidos) que no tengan las demás? Una belleza que ella define como 'clásica', 1,80 de altura, y un cuerpo escultural que, según Padilla, es fruto del duro trabajo en el gimnasio.
“Al principio estaba convencida de que no era una chica de desfiles y lo he conseguido gracias al esfuerzo. Hay que tener mucha fuerza de voluntad para triunfar en esta profesión. Además, yo soy muy crítica conmigo misma y me exijo mucho”. Tanto, que a pesar de tener una cara y un cuerpo envidiables, se tiene que mantener en forma. “Antes de ser modelo no me preocupaba engordar, al contrario, incluso me decían que estaba demasiado delgada. Pero ahora me tengo que cuidar. No hago dieta, pero sí ejercicicio”, asegura.
Cuidados aparte, lo que es obvio es la belleza natural e innata de Blanca. Un rostro aniñado pero sexy y una mirada con mucha fuerza, que no pierde la dulzura. En cuanto a su estilo, confiesa que le gusta mucho la ropa, sobre todo los zapatos, “aunque no suelo llevar tacones. La comodidad es mi prioridad”.
Pero en la pasarela está a la altura: “Al principio estaba muy insegura, así que, entre otras cosas, he tenido que aprender a caminar”. Pero no solo... “Para este trabajo la mentalidad es muy importante, no solo el físico. La confianza es lo que más te falla”, aclara.
Ángel y musa
¿El último logro de Blanca Padilla? Formar parte de la campaña de primavera-verano de Dolce & Gabbana. Un spot con un claro acento español (su colección está llena de estampados de lunares y referencias a trajes de luces) donde la acompaña el torero José María Manzanares. Muchos ya la llaman “la última musa de Dolce & Gabbana”. Si sigue así, es probable que el techo de este 'ángel' sea el cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario