Hasta ahora el Museo Sorolla, creado a petición de su viuda ... un lienzo de 1887 en el que el pintor valenciano plasmó la imagen de su ...foto,.
Retrato de Don Juan Antonio García del Castillo' completa la amplia colección de retratos familiares del pintor valenciano,.
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El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte donó el cuadro a la institución tras pagar a un coleccionista anónimo 135.000 euros,.
Joaquín Sorolla y Bastida, emblema del impresionismo tardío y gran maestro del arte del retrato, un género que en el conjunto de su producción artística resulta practicamente inabordable. Hasta ahora el Museo Sorolla, creado a petición de su viuda Clotilde García e inaugurado en 1932 para albergar su legado, atesoraba entre sus más de 1.500 pinturas algunos de los más importantes retratos de familia del pintor valenciano, en los que representa frecuentemente a su esposa, a Antonio García, padre de ésta, y a sus tres hijos. No obstante, entre la galería y sus obras no había referencia alguna a un hombre crucial en la vida de Sorolla, Antonio García de la Calle, hermano de Clotilde y pintor coetáneo.
Por todo ello se puede calificar de histórica la última adquisición del museo, que ayer amplió su colección con 'Retrato de Don Juan Antonio García del Castillo', un lienzo de 1887 en el que el pintor valenciano plasmó la imagen de su cuñado, con el que trabó amistad durante su estancia en la Escuela de Bellas Artes de Valencia y a través del que conoció a la que sería su esposa y fuente de inspiración durante su prolífica evolución artística.
La obra, que permanecerá expuesta hasta el 1 de febrero y será sometida posteriormente a un tratamiento de conservación y restauración, fue adquirida por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte a un propietario anónimo por 135.000 euros, sirve para completar la colección de retratos familiares del pintor y constituye un ejemplo representativo de los primeros años de la evolución artística de Sorolla.
El lienzo, dedicado a su protagonista bajo el mensaje 'A mi querido amigo Toño', muestra además el interés del genial retratista por las tendencias del género en la época. La figura, cuyo rostro destaca por la nitidez del dibujo, muestra su mejor carácter pictórico en el tratamiento de las tonalidades del traje negro, que contrastan con un fondo claro que destaca la luminosidad característica del artista en una obra paradigmática de la estética de finales del siglo XIX. Aspectos íntimamente relacionados con los del retrato que Sorolla hizo a Clotilde en 1890, donde la mujer aparece de nuevo vestida de negro sobre un fondo claro.
Obras en depósitoPor otra parte, el Museo Sorolla también cuenta desde ayer con dos obras procedentes de colecciones privadas y depositadas en la galería por un periodo de cinco años. Se trata de 'Después del baño' y 'Elena en la playa'. La primera, de 1892, es una obra excepcional por su tipología, ya que es un desnudo, y por su fecha de ejecución, puesto que llena un hueco en la colección, que carecía de obras importantes de la primera época de Sorolla. Éste es uno de los mejores desnudos académicos del pintor, en la línea de evocación idealizada de la antigüedad clásica, con un alarde técnico en el tratamiento del blanco de la piel, el mármol y la tela.
Por su parte, 'Elena en la playa', de 1909, forma parte de la mencionada categoría de retratos de familia y también cubre un importante vacío, ya que el museo solo poseía hasta ahora un retrato individual de la hija menor del pintor, 'Elena con una muñeca', que la representa a la edad de dos años. Este cuadro pertenece a la época de esplendor del retratista, tras el gran éxito de crítica y público de su periplo por los Estados Unidos, y fue realizado durante uno de los veranos que Joaquín Sorolla pasó junto a su mujer y sus tres hijos en la playa de su Valencia natal, que el pintor recrea en algunos de sus cuadros más representativos de su carrera.
Además, desde el lunes el museo exhibirá tres cuadros pertenecientes a una coleccionista estadounidense, que previamente han sido expuestas en la colección temática 'Sorolla y Estados Unidos'.
El trío de obras está formado por 'El bote blanco. Jávea', de 1905; 'Sombra del Puente de Alcántara. Toledo', de 1906, y 'Playa de Valencia', de 1908, y permanecerá en el museo hasta enero de 2016, cuando se incorporarán a la exposición temática 'Sorolla y París', que se celebrará sucesivamente en la Kunsthalle de Munich, en el Musée des Impressionismes parisino y en el propio Museo Sorolla.
TÍTULO: NOS HAN VENDIDO UNA IDEA EQUIVOCADA DEL EXITO Y DEL FRACASO,.
Vito Cano, Pintor,.foto,
Nos están llevando a la neurosis colectiva. Se hacen estupideces en nombre del éxito. Todo lo que sacan en la tele son parodias de buscadores del éxito», afirma,.
Un mural suyo, de más de trescientos metros, decora la nueva plaza del Mercado de Abastos de Almendralejo. El Hospital Tierra de Barros luce un impresionante y original mapa realizado por este artista. La Casa de la Cultura de Torremejía conmemora La familia Pascual Duarte con un mosaico hecho por Vito Cano. Una de las portadas de la revista mexicana Monolito está dedicada a él. Tiene obra permanente en el Museo de Arte Contemporáneo de Bahía. Sus obras han sido elegidas para ilustrar Raíces Plus, un libro de texto de literatura española para institutos italianos. Ahora recorre Extremadura con una exposición titulada Mujeres, una veintena de cuadros en los que rinde homenaje al mundo femenino. Son sólo algunos apuntes en la magra biografía de este artista que dice buscar refugio en lo sencillo, que no en lo simple.
-Usted fue empresario de hostelería, y no fue sino hasta los 45 años que decide que lo suyo es la pintura, ¿cómo ocurre esto?
-El miedo a la rutina del bar. Hay una filosofía especial detrás de la barra de una taberna. Desde esa perspectiva sientes que se te escapa el tiempo a una velocidad increíble. Decidí actuar, aprender algo distinto. Lo que mejor se me daba era el dibujo. Siempre he dibujado. Pero, además, creía tener una cierta sensibilidad artística, aunque lo que importa no es eso. Lo que importa es la constancia, la firmeza para mantener aquella decisión. Desde que decidí ese camino no he dejado de pintar ni un solo día de mi vida. Con 30 años empecé a pintar y poco después a exponer. Con 45 dejé la hostelería para dedicarme por entero a mi obra.
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