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Pepa Rus se apunta al 'Gym Tony' de Cuatro.«Este papel no tiene nada que ver con la Macu de 'Aída'. La serie se despidió en el momento justo, si no nos habría explotado en la cara»,.
Cada vez es más difícil conseguir una plaza en el 'Gym Tony'. Al gimnasio de la serie que Cuatro emite de lunes a sábado a partir de las 21.00 horas van a llegar ocho nuevas incorporaciones. Entre ellas Pepa Rus (Chiclana de la Frontera, Cádiz, 1985), la inolvidable Macu de 'Aída'. Ahora es Secundina, la vecina de arriba del gimnasio: «¡A ver si me pongo fuerte porque ya me veis!».
- ¿Qué le anima a apuntarse al gimnasio?
- Mi personaje es una mujer un poco cascarrabias y un pelín agresiva, como esas vecinas de arriba que todos hemos tenido alguna vez (risas), una maruja friki. Ella entra al gimnasio un poco a regañadientes pero al final la convencen y se queda para ponerse un poco en forma.
- ¿Es la Macu de mayor?
- Recordará porque es mi voz y mi cuerpo, pero no tiene nada que ver con ella. También espero hacerlo distinto.
- ¿Viene para quedarse?
- A mí me encantaría quedarme en este gimnasio. ¡A ver si me pongo fuerte porque ya me veis! Pero mi personaje tiene que gustarle primero al público.
- ¿Veía la serie?
- Sí, me lo paso muy bien tanto viéndola como haciéndola y también me gusta que sean capítulos muy cortitos, que no tengan una trama continua muy grande.
- Empezó regular pero parece haberse consolidado.
- Se prueba con la primera temporada y luego se le da algún giro porque ya se conoce mejor lo que funciona. Ahora, con las nuevas incorporaciones, la serie se va a convertir en algo muy coral y creo que le van a venir bien porque la gente nueva siempre da alegría.
- Coincide con Eduardo Casanova, que interpretaba al personaje de Fidel en 'Aída'.
- Cuando me enteré nos llamamos por teléfono y empezamos a gritar. Nos conocemos muy bien y nos queremos mucho. Los actores del reparto de 'Aída' seguimos quedando con regularidad y mantenemos el contacto.
«Tirar por lo dramático»
- ¿Es más de 'gym' o más de gin tonic?
- Yo soy de las dos cosas (risas) aunque el gin... sin tónica, que no me gusta. Como decía Aristóteles, en el punto medio está la virtud.
- En 'El tiempo entre costuras' probó su registro en el drama.
- Si me dieran la oportunidad, me encantaría tirar por la vena dramática, aunque en 'Gym Tony' evidentemente no puedo. Le estaré siempre agradecido al equipo de 'El tiempo entre costuras', que me dio la oportunidad de interpretar a Paquita, un personaje que no sale en el libro. Que te ofrezcan algo así después de hacer a la Macu durante tantos años es bonito. Le tuve que decir al director que me controlara.
- ¿Le hubiera gustado darle continuidad a aquel personaje, quizá una segunda parte?
- Hombre pues sí, pero creo que una de las claves del éxito de esa serie fue que no se alargó sin sentido, y más siendo un libro que ya estaba cerrado. Fue un trabajo muy delicado, muy cuidado por parte de todos.
- 'Aída' duró mucho tiempo.
- Ahora se trabaja mucho más rápido y los tiempos van cambiando. Estuve ocho años en 'Aída', y creo que se despidió en el momento adecuado. Si hubiera durado más temporadas, nos habría explotado en la cara.
- ¿Se esperaba que calara tanto aquel personaje?
- Para nada. Cuando empecé tenía veinte años y no sabía dónde me metía. De repente te presentas a la prueba, te meten en la serie y tan feliz, pero no te imaginas que vas a estar tantos años. Pasa el tiempo volando y cada vez te van dando más tramas, pero como vives el día a día tampoco eres muy consciente.
TÍTULO: LA TROMPETA, AQUI NOS SOSTRIBAMOS,.
LA TROMPETA, AQUI NOS SOSTRIBAMOS,.foto,.
Empleamos tácticas diversas para escapar de los actos culturales,.
La pasada semana acudí a dos actos públicos: la presentación de un libro en el auditorio de Cajalmendralejo en Cáceres y la inauguración de un monumento en una plaza al aire libre en Barrancos. En la presentación del libro, los primeros asistentes que llegaron ocuparon las últimas filas del salón, que era bastante grande. Tras llenarse las sillas de atrás, se completaron los asientos pegados al pasillo y el resto del público hubo de sentarse, qué remedio, en las filas primeras o en los puestos interiores.
Un catedrático muy cachondo me confesó que iba a coger sitio atrás por si se aburría y casi todos, en fin, procuramos escoger lugares estratégicos para escapar si era necesario.
Los extremeños, como buenos españoles, tenemos la prudente costumbre de sentarnos en las conferencias pensando en lo peor. Somos pesimistas, casi catastrofistas. Pensamos que de un acto cultural no puede salir nada bueno.
De todas maneras, obramos de manera contradictoria. Por un lado, queremos que el conferenciante o el escritor que presenta su obra nos vea y sepa que hemos estado apoyándolo, pero eso no quiere decir que esperemos que nos divierta e ilustre. Así que parece como si jugáramos al despiste: cuando llega el protagonista del acto, hacemos grandes aspavientos para que se fije, pero en cuanto repara en nosotros y nos saluda, intentamos confundirnos con el paisaje y coger el mejor sitio para escapar sin ser vistos. Yo creo que habría que organizar estos actos culturales como si fueran un entierro. Es decir, primero se pone el conferenciante en el estrado, van pasando los amigos y conocidos dando la cabezada para cumplir y, a renglón seguido, se entierra al escritor, que es cuando el pobre intelectual presenta su libro solo a los incondicionales, que se quedan hasta el final del duelo.
Si el acto es al aire libre, cambian las estrategias en lo accesorio, pero en lo fundamental seguimos siendo derrotistas: ningún acto cultural o ciudadano puede ser divertido hasta el final, así que volvemos a actuar como guerreros expertos y procuramos preparar la huida por si nos rodean.
El sábado estuve en una ceremonia cívica en Barrancos y allí reparé en cómo variaban las tácticas del escaqueo. Para empezar, había cuatro filas de sillas al aire libre, en una plaza, pero a pesar de que invitaban a los ciudadanos a sentarse, solo lo hacían las autoridades, las viejecitas y las mamás embarazadas. El resto, de pie y sostribados en la pared.
Se trata de una táctica muy defensiva: en una silla y en una plaza, nunca sabes lo que te puede venir por detrás y se complica lo de largarse si te aburres, pero sostribado en la pared, proteges tu retaguardia y te puedes deslizar cual rata vil en cuanto aquello se te atragante.
Esta forma de protección es tan extremeña que la palabra sostribarse es solo nuestra. En Barrancos me sucedió algo curioso. Un caballero le dijo a su esposa que se sostribaran en la pared para ver la ceremonia y les comenté que se notaba por el verbo que eran extremeños. Me respondieron que no, que eran de Encinasola. Me sorprendió hasta que, ya por la noche, en la Wikipedia, descubrí que, según un estudio de la Universidad de Pensilvania, los de Encinasola hablan extremeño. Supongo que de ahí les puede venir lo de sostribarse. De Pensilvania.
Otra curiosidad fue ver cómo los de Barrancos, que son los portugueses más extremeños, actuaban igual que nosotros a la hora de sostribarse para protegerse y rechazar las sillas para no comprometerse. En Barrancos, nadie se escaqueó porque había aperitivo al final, tocaban himnos, que animan mucho, el sonido fallaba, lo que daba pie a las bromas gamberras de quienes nos sostribábamos, y las autoridades pronunciaban discursos tan graciosos como el del alcalde de Oliva, Juan Torres, que terminó el suyo diciendo: «Buenas gracias y muchas tardes». Frase que parecía el título de una serie de televisión. De eso sí que no se escaquea nadie.
TÍTULO: VIERNES CINE,American Gangster,.
- Reparto
- Denzel Washington, Russell Crowe, Carla Gugino, Cuba Gooding Jr., Josh Brolin, Ruby Dee, Chiwetel Ejiofor, Lymari Nadal, RZA, Ted Levine, Armand Assante, Idris Elba, Ric Young, Clarence Williams III, John Ortiz, John Hawkes, Jon Polito, Kevin Corrigan, KaDee Strickland, Common, T.I., Linda Powell, Albert Jones, Yul Vazquez,.
- Nueva York, 1968. Frank Lucas (Denzel Washington) es el taciturno chófer de un importante mafioso negro de Harlem. Cuando su jefe muere inesperadamente, Frank aprovecha la oportunidad para construir su propio imperio. Gracias a su talento, se convierte no sólo en el principal narcotraficante de la ciudad, inundando las calles con productos de mejor calidad y precio, sino también en un hombre público muy respetado. Richie Roberts (Russell Crowe), un policía incorruptible marginado por su honradez que conoce bien las calles, se da cuenta de que una persona ajena a los clanes trepa por la escalera del poder. Tanto Roberts como Lucas comparten un estricto código ético que les aparta de los demás y los convierte en dos figuras solitarias en lados opuestos de la ley. Cuando se encuentren, el enfrentamiento entre ellos será inevitable.
viernes, 20 de marzo de 2015
DESAYUNO - CENA - VIERNES, Hago de vecina cascarrabias, de maruja friki / LA TROMPETA, AQUI NOS SOSTRIBAMOS,./ VIERNES CINE, American Gangster,.
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