TÍTULO: SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO - CASADA CON LA AVENTURA,.
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Descubrí A Osa Johnson en un viaje a París, cuando visité una de mis
librerías preferidas, la Shakespeare and Company, un rincón lleno de
encanto a un lado del Sena. Allí encontré un ejemplar cuya portada imitaba la piel de cebra y se titulaba 'I Married Adventure' (Casada
con la aventura). La autora era una famosa exploradora que había
recorrido el mundo junto a su esposo, el cineasta Martín Johnson,
filmando imágenes nunca vistas. Osa publicó sus memorias en 1940, cuando
era una leyenda en Estados Unidos y el libro se convirtió en un éxito.
Ahora 'Ediciones del Viento' rescata la figura de esta singular
aventurera y reedita sus memorias con nuevo título:' La aventura de mi
vida'. Un libro lleno de fotografías de sus temerarios viajes
por Nueva Zelanda, Borneo y África que nos transporta a la época de las
grandes expediciones.
La asombrosa historia de Osa Johnson comienza en un lejano pueblo de
Kansas, cuando una muchacha de 16 años, bajita y pizpireta, se casa con
un aventurero y fotógrafo 10 años mayor que ella.
Martín acababa de regresar de una larga singladura por los Mares del
Sur y sus hazañas encandilaron a la joven que no había conocido más
mundo que su ciudad natal. Tras su boda, los Johnson comenzaron
una vida de aventuras y peligros en busca de imágenes de tribus
primitivas y animales salvajes. Cuando en 1918 se estrenó en
Nueva York su primera película rodada en los Mares del Sur, donde se
veía a una sonriente Osa posando junto a una tribu de fieros guerreros
caníbales, se convirtió en estrella de Hollywood. El cine mudo encontró en ella un filón. Su
femineidad, la naturalidad ante las cámaras, su fotogenia y
extraordinario valor hicieron que miles de mujeres la considerasen un
ídolo.
Pero el coraje y la tenacidad de Osa no eran ficción. En
todas sus expediciones africanas, armada con su inseparable rifle, era
la encargada de cubrir las espaldas a Martin cuando filmaba a leones o
elefantes en la sabana. En el campamento, ella salía a cazar a
diario para alimentar a sus porteadores. Cuidaba su imagen, diseñaba su
ropa de safari y, para financiar sus expediciones, no dudó en anunciar
cremas faciales o jabón rodeaba de nativos.
En 1937, Martín falleció en un trágico accidente aéreo del que Osa salió ilesa. Rota por el dolor, comenzó a escribir los recuerdos de sus viajes en homenaje a su esposo
y pigmalión. Era una de las figuras públicas más solicitadas y
encabezaba la lista de las damas americanas más influyentes. Pero la
aventurera se refugiaba cada vez más en la bebida y acabó ingresada en
un centro psiquiátrico. En enero de 1953 la encontraron muerta por un
ataque cardiaco. Tenía 59 años y un periodista de The New York Times la
definió mejor que nadie: ''Tiene el rostro y las maneras de una
estrella de cine, el corazón de una tranquila ama de casa y el coraje de
un león de la sabana''.
TÍTULO: 7 DIAS CITAS - NOCHE LARGA,. AMIGAS TOXICAS,.
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Hoy quiero ser positiva, al menos en el título de este artículo. Por lo de la cercanía de San Valentín.
Podría haberlo titulado "Por qué fracasarás en el amor", que es más
realista, pero no quiero ponerme desagradable en una semana como esta.
Ni tan poco práctica. Nadie lee ese tipo de augurios, pero todos deseamos saber qué hacer para lograr el amor.
Una prueba, ese artículo cuyo título empezaba como éste y explicaba
cómo enamorarte, "Para enamorarte de cualquiera, haz esto", que
ha logrado más de cinco millones de lectores en una semana en The New
York Times y ha sido compartido 365.000 veces por Facebook.
Mi amiga Ana no solo lo ha leído, sino que lo ha puesto en práctica. O lo ha intentado, al menos, porque el experimento le ha salido más bien regular. Se pasó una tarde preparando las preguntas del experimento para hacérselas a Adrián, un chico guapísimo que conoció en las fiestas navideñas. Pero tuvo que abortar la operación a la tercera pregunta. El hombre no pasaba de unos escuetos 'Sí' y 'No',
y comenzó a poner mueca de si habían quedado para pasárselo bien o para
un interrogatorio. Es el problema de ese experimento, que no funciona con los superficiales a los que no les gusta hablar. O que seguimos donde estábamos, que enamorarte es fácil, basta con el deseo de hacerlo, y sin necesidad de que te pregunte nada, al menos si es tan guapo como Adrián.
Hasta ahí la cosa es sencilla. El problema viene después, cuando queremos la fórmula para que también se enamore el otro de ti, y, sobre todo, para que el amor dure. Incluso lo del otro acaba pasando tarde o temprano, si no es Adrián, ya llegará otro, pero la cuestión es cuántos aniversarios de San Valentín puedes celebrar con el mismo, o si llegas siquiera a uno, o si consigues 20 pero no te apetece celebrar ni el tercero.
Las estadísticas sobre divorcios están como están, deprimentes.
Y nuestra propia experiencia. De hecho, las palabras San Valentín a mí
me hacen pensar en ese chiste de las redes sociales en el que una chica
exclama "¿Qué habrá hecho ahora este cabrón?", cuando recibe un ramo inmenso de flores. Así
de escéptica estoy. Y eso que me he vuelto muy flexible con los
principios. Se lo dije el otro día a mi amiga Guiomar, que es
intransigente en eso y acabó escandalizada: "Estoy hasta por renunciar al principio de la fidelidad".
Pues ni así, me dispongo a no celebrar otro San Valentín. Y como yo, unas cuantas amigas. Ahí está la buena noticia, somos suficientes para montar una fiesta de San Valentín. Ellos se sumarán el año próximo, esperamos.
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