DESAYUNO - CENA - VIERNES - BLUSAS TRANSPARENTES,./ CALLEJEROS, CARA Y CRUCES DE TVE,.

TÍTULO: DESAYUNO - CENA - VIERNES - BLUSAS TRANSPARENTES,.

DESAYUNO - CENA - VIERNES - BLUSAS TRANSPARENTES,. fotos,.

Blusas transparentes,.

• Mañana se acaba la política de gestos y empiezan las decisiones,.

  El restaurante Achuri está en la calle Argumosa de Madrid, entre el Reina Sofía y Lavapiés. Argumosa es un bulevar lleno de árboles y terrazas donde al atardecer no queda ni una mesa libre. En este barrio nació Podemos y por las calles se ven todavía carteles imaginativos pidiendo el voto para Manuela Carmena. Antes de venir a comer al Achuri, he visitado el inmenso edificio de la antigua Tabacalera. Ahora es un centro de cultura alternativa donde se enseña circo, danza africana, horticultura ecológica o fotografía. En la Tabacalera también se reúnen algunos círculos de Podemos.
  Tras el paseo por este barrio tan de moda, me siento en una mesa del Achuri y me traen la carta. En este restaurante sencillo ponen un buen menú del día por 9.50 euros. Pido arroz y albóndigas. En la mesa vecina, dos chicas y un muchacho, que resultan ser de Podemos, preparan la estrategia de una reunión sobre educación que tienen esa tarde. Llevado por la psicosis de la transparencia, miro alrededor por ver si hay cámaras grabando. No hay ninguna.
  Los tres jóvenes charlan en privado, preparando los detalles de las propuestas que presentarán en la asamblea y gastando bromas. «Primero hablas tú y luego intervengo yo... Que no intervenga demasiado fulanito, que es muy pesado y la gente acaba yéndose, habla tú con él...», comentan entre risas. En fin, lo normal en estas reuniones. Lo anormal sería que se retransmitiera en streaming o se grabara para Youtube. En ese caso, ni se perfilarían estrategias, ni se gastarían bromas, ni se reirían tanto. Y no por ello dejaría de haber transparencia ni claridad en lo fundamental.
  Durante la campaña electoral, hablé con una organizadora de mítines tomando un café. «Hasta los huevos estoy de tanta campaña moderna, tío», me dijo antes de que yo sacara la libreta para tomar notas. Cuando empecé a escribir, cambió de registro. «Tras esta campaña tan singular, nada será igual en el marketing y en la publicidad en Extremadura», se expresó muy seria, incluso impostando la voz, para que apuntara. Es lo que tiene la transparencia, que solemnizas, disimulas y nada es lo que parece.
  «Hasta los... estoy yo también, tío», de la transparencia y de la política de gestos. Que si te bajas el sueldo, que si dejas el Senado, que si me bajo del Audi, que si tomo tortilla francesa, que si yo bebo agua del grifo y tú vas al trabajo en metro, que si yo retransmito las reuniones y tú las haces en un banco del parque... ¡Cuánta bobada! ¡Que se acaben estos días de teatro malo y empiecen a gobernar ya, que nos demuestren que lo importante son las decisiones y no los gestos!
  Yo hablo con mis hermanos sobre mis padres sin que ellos se enteren, con mi hijo sobre mi mujer, con mi mujer sobre mi hijo y ellos dos hablan de mí. No lo retransmiten ni lo van contando por ahí, pero si no fuera por esas conversaciones privadas, que solucionan problemas y allanan caminos, sería difícil convivir. La transparencia viene después, cuando nadie engaña a nadie, ni se queda con herencias, ni hace trampas en la convivencia.
  Hay un punto de inmadurez en esta fiebre de la transparencia y la gestualidad. Ver a los políticos negociando en un banco, en una corrala o en Youtube me provoca ternura a veces y otras me parece tan patético que me espanto ante tanta artificiosidad. No sé si estaremos preparados para tanta modernidad transparente. Durante la campaña electoral, Extremadura fue referencia porque la campaña de Monago rompió moldes de tan 'americana' que era. Y perdió. Ganó Vara, que actuó a la antigua usanza. Ahora es Vara el moderno con sus reuniones en Youtube y Extremadura vuelve a ser referencia, aunque esta vez en modernidad negociadora.
  ¡Atención! No es lo mismo vender un coche que vender un modelo de sociedad y hay que tener mucho cuidado con las blusas y las negociaciones transparentes porque ambas insinúan la realidad, pero no son la realidad.
  
  TÍTULO:  CALLEJEROS, CARA Y CRUCES DE TVE,.
  

  Cara y cruces de TVE,.

  'El Ministerio del Tiempo' se despidió con el 12,3% de 'share' y tendrá una segunda entrega. foto

• La 1 busca levantar una audiencia que no alcanza el 10%. Buruaga, Ramón García y José Luis Moreno se quedaron en el camino, frente a 'El Ministerio del Tiempo', un éxito de crítica que ya prepara su segunda temporada,.

• Los directivos de TVE miran con nostalgia al mes de febrero de 2012, el último en el que la cadena pública fue líder de audiencia sobre el resto de opciones con un 14,1% de cuota de pantalla. Desde entonces, la caída de espectadores que ha experimentado se ha ido incrementando mes a mes hasta bajar de las dos cifras (el mes pasado marcó un 'share' del 9,9%), un hecho impensable hace unos años y principal objetivo a evitar para el actual Consejo de Administración que preside José Antonio Sánchez.
  Desde enero de este año, la parrilla de La 1 ha sufrido una remodelación total con distinta suerte. El camino ha dejado algún ganador, pero sobre todo víctimas. La última, el programa presentado por Ernesto Sáenz de Buruaga, 'Así de Claro', cancelado esta misma semana tras solo tres emisiones por su baja audiencia (no pasó del 6,5% de 'share').
  El preocupante número de programas fracasados está calando en el rostro de los dirigentes de la corporación, que se torna más sombrío. Nada que ver con la ilusión que en enero pasado destilaba José Ramón Díez, un hombre de la casa que había aceptado sustituir a Ignacio Corrales como director de TVE, cuando pregonaba a la prensa que la ficción volvía por fin a la cadena. Las novedades de la programación eran una serie potente en 'prime time' y dos series diarias de época para la sobremesa
  La primera salió bien. 'El Ministerio del Tiempo' enamoró a la crítica con su atrevimiento y originalidad. Aunque el público no compartió masivamente la emoción (el boca-oreja fue a más), y los datos se quedaron en 2,5 millones de espectadores (12,3% de 'share). Por encima de la media de La 1, pero muy lejos de otras ficciones como 'El Príncipe', de Telecinco (5,2 millones y 26,8%) y 'Bajo Sospecha', de Antena 3 (3,7 millones y 19,7%) con las que se las tuvo que ver Rodolfo Sancho y su patrulla. TVE, en vez de repetir viejos errores, decidió renovar la serie para una segunda entrega.
  Por la tarde, TVE no lo ha tenido más fácil. Desde que vendiera 'Amar en tiempos revueltos' a Antena 3 en noviembre de 2012, no ha sabido hacerse con el liderato de esa franja. Ahora lo está intentando por partida doble con 'Acacias 38' y 'Seis Hermanas', dos ficciones de época que no han logrado levantar la sobremesa y no se acercan al objetivo del 10%. El martes pasado se quedaron en el 6,9% y el 5,2% respectivamente.
  
  Glorias pasadas
  Pero lo que de verdad le ha pasado factura a la audiencia de la pública es su apuesta por recuperar glorias pasadas. Todo empezó con Ramón García en enero, el presentador vasco venía de triunfar con su capa en la emisión de las campanadas de Fin de Año y regresaba a TVE con un concurso bajo el brazo, 'El Legado'. El propio Ramontxu ya reconocía en una entrevista a este periódico a tenor del estreno, que no estaba muy confiado con su permanencia. No mentía, duró las 20 emisiones que tenía comprometidas, y lo cancelaron. Con José Luis Moreno y su 'Alfombra Roja Palace', la cadena tuvo menos paciencia y lo fulminaron al cuarto sábado. La historia se ha vuelto a repetir esta semana con Buruaga (su programa de debate 'Así de claro' ha sido retirado tras tres emisiones), justo la misma semana en la que Los Morancos regresaban a la parrilla de TVE con 'Jugamos en Casa', otro concurso familiar que se estrenó este lunes y se emite diariamente a partir de las 20.00 horas. Los hermanos Cadaval no han empezado con buen pie: 6,3% de 'share' y 625.000 espectadores.