DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES - A ellas sí les gusta el fútbol,. / CONOCER HISTORIA , Dmitri Mendeléyev,.

TITULO: DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -  A ellas sí les gusta el fútbol,. 

DESAYUNO -CENA -  MARTES - MIERCOLES -  A ellas sí les gusta el fútbol,fotos. 

A ellas sí les gusta el fútbol

Las jugadoras del Zafra, este sábado en Cáceres, sonrientes a pesar de recibir 11 goles. 

• El FMD Zafra o cómo perder 11-0 y ser un equipo ejemplar,.

  Son casi niñas, pero juegan contra señoras. Son estudiantes de la ESO y sus rivales, a veces, son madres. No han ganado ni un partido. Entre las dos competiciones que disputan llevan casi 100 goles en contra y solo siete a favor. Pero todo eso les da lo mismo. Son tan futbolistas como Messi o Cristiano. Aunque al acabar el partido tengan que regresar desde Don Benito, Quintana o Plasencia a Zafra, su ciudad, para hacer los deberes de la ESO. A ellas sí que les gusta el fútbol.
  En esta semana convulsa en la que la Federación Extremeña de Fútbol y estrellas como Neymar o Mascherano eran noticia más por presuntos delitos que por goles, reconforta escuchar la historia del FMD Zafra Femenino, un equipo formado por 14 adolescentes de entre 13 y 16 años, que cada fin de semana saltan al césped sabiendo que van a ser goleadas, pero cayendo y levantándose después de cada gol, disfrutando de cada lance y, ¡cuidado!, jugando bien al fútbol, aunque con un pequeño problema: ellas no marcan goles, pero se los marcan todos.
  Este fin de semana, harto de ir al estadio Príncipe Felipe para ver perder al Cacereño ante unas gradas semivacías, escuchar gritos y leer pintadas contra su entrenador y asistir a concentraciones contra su directiva exigiendo transparencia a quien pone el dinero de su bolsillo, decidí acercarme a los campos de Pinilla para conocer al equipo de fútbol más Pierre de Coubertin de la región: el Zafra femenino.
  Para Marta, Mari Carmen, Sandra, Gloria y Lucía, sí que lo verdaderamente importante es participar. Y lo hacen por partida doble. Juegan en la Liga Autonómica y en la Liga Juvenil. En ambas competiciones van las últimas y en ninguna han ganado un solo partido. La más joven del equipo es Raquel, 13 años. El resto tiene entre 14 y 16, excepto Alba, 18 años, cuya presencia les permite tener una ficha sénior, truco imprescindible para poder participar en la competición de las mayores.
  El Zafra lleva tres años compitiendo. Jugaban en Fútbol 7, pero les aburría y esta temporada han dado el salto a los campos grandes y a los partidos de 90 minutos. Compiten con señoras que, a veces, son un poco crueles y se mofan de ellas, llamándolas paquetes y vacilándolas por ir las últimas en las dos ligas. «En algunos campos, hasta nos escupen y nos hacen cortes de mangas, pero no nos asustamos», comentan.
  Hay que reconocerles valentía para disputar con 14 o 15 años una liga sénior. «Pero es que si jugáramos solo en juveniles, no tendríamos partidos cada sábado y queremos jugar todas las semanas», explican. Así que un fin de semana en Olivenza, otro en Llerena, al siguiente en Badajoz, recogiendo de campo en campo una buena cosecha de goles que, sin embargo, no las amilana.
  Ana y Ana II, Miriam y Miriam II, Belén, Saray, Concha (capitana y goleadora: ha marcado seis de los siete goles del equipo), se compran la equipación con su dinero y con una pequeña ayuda de la empresa Publisur y del gimnasio Body Power y con ventas y sorteos. Aun así, cada una ha puesto 80 euros para botas, calcetas, calzonas y camisetas. Los desplazamientos los paga la federación y la ficha corre a cuenta de la Fundación Municipal de Deportes de Zafra. Entrenan tres días a la semana, en campos de fútbol y de rugby. Y el fin de semana, la fiesta del balompié.
  El sábado, me acerqué a conocerlas a Pinilla. Jugaban contra el Cáceres y perdieron 11-0, pero no perdieron la dignidad. Se retiraron compungidas, pero orgullosas y, eso sí, con mucha prisa: había que ducharse enseguida y salir pitando hacia Zafra para disfrazarse y disfrutar del Carnaval como disfrutan jugando al fútbol.
  

TITULO: CONOCER HISTORIA , Dmitri Mendeléyev,.

Dmitri Ivánovich Mendeléyev - foto,.
Dmitri Mendeléiev en su juventud
Nombre completo	Дми́трий Ива́нович Менделе́ев
Nacimiento	8 de febrero de 1834 Tobolsk (Siberia Occidental) Imperio ruso
Fallecimiento	2 de febrero de 1907 (72 años) San Petersburgo (Imperio ruso)
Residencia	Rusia
Nacionalidad	Rusa
Campo	Química
Instituciones	Instituto Tecnológico Estatal de San Petersburgo
Alma máter	Universidad de Heidelberg
Estudiantes destacados	Dmitri Petrovich Konovalov, Valery Gemilian, Alexander Baykov
Conocido por	creador de la tabla periódica de los elementos
Cónyuge	Anna Ivánova Pópova
Firma de Dmitri Mendeléyev

Dmitri Ivánovich Mendeléyev (en ruso: Дми́трий Ива́нович Менделе́ев) (Tobolsk, 27 de enero^jul./ 8 de febrero de 1834^greg.-San Petersburgo, 20 de enero^jul./ 2 de febrero de 1907^greg.) fue un químico ruso, célebre por haber descubierto el patrón subyacente en lo que ahora se conoce como la tabla periódica de los elementos.
Sobre las bases del análisis espectral establecido por los alemanes Robert Bunsen y Gustav Kirchoff, se ocupó de problemas químico-físicos relacionados con el espectro de emisión de los elementos. Realizó las determinaciones de volúmenes específicos y analizó las condiciones de licuefacción de los gases, así como también el origen de los petróleos.
Su investigación principal fue la que dio origen a la enunciación de la ley periódica de los elementos, base del sistema periódico que lleva su nombre. En 1869 publicó su libro Principios de la química, en el que desarrollaba la teoría de la tabla periódica.

Datos biográficos

El gran éxito de Mendeléyev, la tabla periódica y la predicción de elementos no descubiertos aún en 1891.

Dmitri Ivánovich Mendeléiev nació en Tobolsk (Siberia) el 8 de febrero de 1834. Era el menor de al menos 17 hermanos de la familia formada por Iván Pávlovich Mendeléyev y María Dmítrievna Mendeléyeva. En el mismo año en que nació, su padre quedó ciego perdiendo así su trabajo (era el director del colegio del pueblo). Recibían una pensión insuficiente, por lo que la madre tuvo que tomar las riendas de la familia y dirigir la fábrica de cristal que había fundado su abuelo.
Desde joven destacó en ciencias en la escuela, no así en ortografía. Un cuñado suyo, exiliado por motivos políticos, y un químico de la fábrica le inculcaron el amor por las ciencias.
La familia sufrió, ya que Dmitri solo terminó el bachillerato, su padre murió y la fábrica de cristal que su madre dirigía, se quemó. Ésta apostó por invertir los ahorros en la educación de Dmitri, en vez de reconstruir la fábrica. En esa época la mayoría de los hermanos, excepto una hermana, ya se habían independizado, y la madre se los llevó a Moscú para que Dmitri pudiese ingresar a la Universidad. Sin embargo, Mendeléyev, no fue admitido quizá debido al clima político que existía en ese momento en Rusia, ya que no admitían en la universidad a nadie que no fuese de Moscú.
Los últimos años de la carrera los pasó en la enfermería debido a un erróneo diagnóstico de tuberculosis. Aun así, se graduó en 1855 como el primero de su clase y presentando su primera memoria de química sobre El isomorfismo en relación con otros puntos de contacto entre las formas cristalinas y la composición.
Presentó la tesis Sobre volúmenes específicos para conseguir la plaza de maestro de escuela, y la tesis Sobre la estructura de las combinaciones silíceas para alcanzar la plaza de cátedra de química en la Universidad de San Petersburgo. A los 23 años era ya encargado de un curso de dicha universidad.

Retrato de Dmitri Mendeléyev por Iliá Repin

Gracias a una beca pudo ir a Heidelberg, donde realizó diferentes investigaciones junto a Kirchhoff y Bunsen publicando un artículo sobre "La cohesión de algunos líquidos y sobre el papel de la cohesión molecular en las reacciones químicas de los cuerpos”. Este trabajo lo pudo realizar gracias a unos aparatos de precisión encargados en París con los cuales encontró la temperatura absoluta de ebullición, y descubrió por qué algunos gases no se podían licuar (porque se encontraban por encima de la temperatura de ebullición).
Participó en el congreso de Karlsruhe donde quedó impresionado por las ideas sobre el peso de los elementos que planteó Cannizzaro. Al volver a San Petersburgo se encontró sin trabajo fijo, lo que le dio tiempo para escribir diferentes obras. Entre las cuales destaca su libro Química orgánica, que escribió influido por lo que había escuchado en Karlsruhe.
Sobre la personalidad de Mendeléyev se puede decir que era un adicto al trabajo y su fama de mal carácter estaba basada en que mientras trabajaba, gritaba, gruñía y refunfuñaba. Se dice que alguien le preguntó sobre su mal genio, a lo que contestó que era una manera de mantenerse sano y no contraer úlcera., etc,.