La hora de los Fósforos - La Cope - CARLOS HERRERA - La vuelta al mundo en 40 días , fotos,.
La vuelta al mundo en 40 días,.
El 'Spindrift', el mayor trimarán a vela, zarpó el miércoles en busca del Trofeo Julio Verne,.
El reto, en marcha, lo acomete el 'Spindrift Racing', el trimarán más grande del mundo, de 40 metros de eslora y 23 de manga, donde viajan doce tripulantes. Una mezcla de veteranos y jóvenes como Duncan Späth, de 21 años, hijo de Dona Bertarelli, el apellido de la mayor fortuna de Suiza, que auspicia esta aventura.
El Trofeo Julio Verne no es una regata propiamente dicha. Solo compite un velero y solo triunfa si mejora el récord anterior. Los únicos requisitos son llevar un barco impulsado por el viento y circunnavegar el planeta dejando a babor el cabo de Buena Esperanza (Sudáfrica), el cabo Leeuwin (Australia) y el mítico cabo de Hornos (Chile). El resto es libre, como el espíritu de los navegantes que pergeñaron este desafío inspirado en 'La vuelta al mundo en 80 días', la célebre novela de Julio Verne.
Yves Le Cornec lanzó la idea sobre una mesa de navegantes en la que corría el alcohol y apestaba a tabaco una noche de 1985. «¿Qué pasa si damos la vuelta al mundo en 80 días?», sugirió. Unas semanas antes, un trimarán había cruzado el Atlántico a una velocidad media de 13 nudos. Hicieron el cálculo y vieron que no era una utopía. Era posible batir a Phileas Fogg con un velero.
La idea quedó ahí, flotando en las cabezas locas de aquellos versos libres que no tenían casa en tierra firme y hacían de los barcos su hogar. Gente como Florence Arthaud, la princesa rebelde del océano, una joven gala que sufrió un accidente, con 17 años, que le tuvo dos años postrada en la cama. Tiempo de sobra para leer los libros de navegantes como Bernard Moitessier y Éric Tabarly, publicados por la editorial de su padre. Aquella pesadilla condicionó su vida. Nunca más iba a vivir aferrada a un lugar ni a vivir con miedo. El mar la hacía tan feliz como las veladas con los amigos bebiendo, fumando y contando aventuras.
Florence Arthaud abrazó aquella idea de desafíar al personaje de Julio Verne y se convirtió en una de sus impulsoras. El proyecto prosperó en cuanto se popularizó la Vendée Globe en 1990 con el triunfo de Titouan Lamazou. Ese mismo año, Florence ganó la Ruta del Ron con un nuevo récord. Los dos triunfadores de la temporada crearon el 29 de enero de 1991 'Around the world in 80 days'. Se habían propuesto concretar la idea de Yves Le Cornec.
Desde el primer momento se propusieron idear un evento libre, como ellos. Un reto sin límites de barco ni tripulación. Y se lo transmitieron a algunos pesos pesados de la vela como Peter Blake o Robin Knox-Johnston, que se entusiasmó con la idea. «Si tenemos éxito, será el triunfo del ingenio y el espíritu humano», exclamó.
El 20 de octubre de 1992 se hizo la presentación oficial en el salón del Yacht Club de France, en el corazón del parisino distrito 16, con la presencia de tres ministros franceses y flanqueados por Peter Blake y Robin Knox-Johnston. Se les unió hasta Bernard Moitessier, el vagabundo de los mares del sur, otro ilustre navegante.
Un español de récord
El que no estuvo fue Bruno Peyron, el patrón que se convertiría, en 1993, en el primer ganador del Trofeo Julio Verne al conseguir, con el 'Commodore Explorer', el hito de dar la vuelta al mundo sin escalas en menos de 80 días (lo logró por algo más de 17 horas), como exigía el espíritu de la propuesta.Año tras año, el récord fue mejorando. Los segundos en lograrlo fueron los míticos Peter Blake y Robin Knox-Johnston, con el 'Enza NZ'. En 2002 Bruno Peyron bajó de los 70 días y en 2005 lo hizo en 50. Su hermano Loïck se lo arrebató a Franck Cammas en 2012 con el español Juan Vila, considerado el mejor navegante del mundo, en la tripulación.
El último patrón en inscribir su nombre fue Francis Joyon, que se quedó al borde de los 40 días en 2017 con el revolucionario 'IDEC Sport', un barco más pequeño de lo habitual -un trimarán de 31 metros de eslora- y solo seis tripulantes, incluido el español Álex Pella, que voló por el Índico impulsado por una borrasca.
El 'IDEC Sport' se adelantó al 'Spindrift', que ahora afronta su tercera tentativa de conquistar el épico Trofeo Julio Verne, una singular escultura que levita gracias a unos campos magnéticos. Dona Bertarelli compró con Yan Guichard el 'Banque Populaire V', el multicasco con el que Loïck Peyron batió el récord en 2012. Su primer intento fue en 2015 , pero tras 42 días a todo trapo vieron que no iban a lograrlo y aflojaron. En el segundo intento bajaron de 14 a 12 tripulantes y aligeraron el barco al límite, pero antes de salir, en enero de 2018, el mástil, un palo de 42 metros de altura, se vino abajo y frustró una preparación de meses.
Esta vez llevaban dos meses y medio en el puerto de Brest, en la Bretaña, esperando una ventana meteorológica para iniciar esta contrarreloj de más de 26.000 millas náuticas (46.300 kilómetros). Ya están en el Atlántico y, si todo va bien, hoy deben estar cerca del ecuador y en una semana, en el cabo de Buena Esperanza.
Florence Arthaud murió con 55 años en un accidente de helicóptero, en Argentina, en 2015. La mujer de los rizos rebeldes ya no está pero su legado, un reto para aventureros de los océanos, sigue vivo, convertido en un sueño para jóvenes y adultos que aspiran a dar la vuelta al mundo el doble de rápido que Phileas Fogg. Ni Julio Verne podría haberlo imaginado,.
RADIO - TELEVISION - 300 años sin apagar los fogones . , fotos,.
El restaurante más antiguo del mundo está en España,.
El restaurante Sobrino de Botín, en el Madrid más castizo, es el más antiguo del mundo. Desde 1725 ha dado de comer a Felipe V, Pérez Galdós, Hemingway o Jacqueline Kennedy. Los dueños rechazan tentadoras ofertas. «No tiene precio»,.
Cada día se asan allí unos 50 cochinillos criados en tierras segovianas y un sinfín de corderos de Aranda de Duero (Burgos). Además se sirven sus típicas sopas de ajo y cazuelas de pescado, cocinadas a la lumbre de una cocina de carbón. No es, como se ve, el colmo de la gastronomía de vanguardia ni aparece en la Guía Michelin, pero lo que hace atractivo este lugar no son tanto sus viandas, que también, como sus muros con solera, su antiquísima bodega del siglo XVI o su horno, que no se ha apagado desde 1725. De lo añejo del lugar da fe el Libro Guinness de los Récords, cuya certificación se expone a la vista de todos para aplacar los recelos de los incrédulos. Los dueños sabían que regentaban un lugar de viejo linaje, pero no tanto. Sospechaban que aquí se cocieron sabrosas leyendas, como esa que dice que en la cocina se afanó Goya como friegaplatos. Sin embargo, estaban convencidos de que alguna vetusta fonda de Europa retenía el título, así que fue toda una sorpresa conocer la noticia en 1987.
De hecho fue un comensal inglés, ya jubilado, quien escribió a los responsables del Libro Guinness para que Botín fuera honrado por sus merecimientos, para lo cual había que despojar del título a Le Procope de París.
El local, cuyo verdadero nombre es Sobrino de Botín, se abisma en la oscuridad de sus cavas, amplias oquedades subterráneas donde se agolpan botellas cubiertas de una densa película de polvo. Estos pasadizos ahora permanecen tapiados, pero en su día comunicaban con el Viaducto y el Palacio Real. La calle, donde se asentaba el gremio de cuchilleros, está horadada por sótanos y galerías medievales. Por estos lares menudeaban tabernas, figones y bodegas de mucha prosapia, algunas aún hoy abiertas, como La Daniela, La Traviesa, Asquiniña o Las Cuevas de Luis Candelas.
Los orígenes del comercio se remontan al siglo XVIII, cuando Cándido Remis, sobrino del francés Jean Botin -un cocinero galo que vino a Madrid con idea de trabajar para la Corte-, fundó Casa Botín al erigir sobre una bodega la que luego sería célebre casa de comidas. Al principio funcionaba como posada que hospedaba a forasteros. Fue en el siglo XX cuando el restaurante pasó a manos de sus actuales propietarios. Entonces, solo la entrada y el primer piso estaban dedicados a despachar comidas; la bodega era utilizada como almacén y el segundo y tercer piso eran vivienda familiar. «Desde 1725 el negocio no se ha interrumpido. Hay otros edificios más antiguos que albergan un restaurante, pero el nuestro lleva sin cerrar desde esa fecha sin interrupciones», dice Javier Sánchez, director adjunto del establecimiento. Sánchez empezó a trabajar en Botín hace 42 años cuando era casi un crío: servía cafés, tiraba la basura, barría y ejercía de metre. Ahora a sus muchas tareas añade la de hacer de cicerone para los turistas y los curiosos que engrosan las visitas guiadas, organizadas en ocasiones por el ayuntamiento.
«El francés que fundó esta casa se casó con una asturiana, si bien no tuvo descendientes. Heredó el negocio su sobrino, que puso su parentesco en la denominación. Fue en 1925 cuando la familia González se hizo cargo del negocio. Ya vamos por la cuarta generación», explica Sánchez.
El lugar ha sido testigo de cómo llegaban a la capital los arrieros del XVIII con sus bestias, cuando la Plaza Mayor era un mercado de abastos y escenario de celebraciones reales. En las plantas de arriba una posada daba hospedaje a los viajeros. Lo de dar de comer al hambriento se produjo con el transcurrir de los años. Y es que hasta bien entrado el siglo XVIII no se permitía vender en los mesones carne, vino o cualquier otro tipo de pitanza, pues se consideraba una intromisión que solo causaba perjuicios a otros gremios. Así, únicamente se podía servir lo que el huésped traía consigo. En el Madrid decimonónico, los descendientes de Remis despachaban pestiños, bartolillos, suizos y glorias de crema. El restaurante propiamente dicho era un invento fino de los franceses pensado para gentes de postín.
Suizos y glorias de crema
Por 46 euros puede comerse el visitante un menú de la casa compuesto por sopas de ajo, cochinillo asado y helado, incluido el pan y medio litro de vino. Son viandas que ha degustado mucha gente, famosos y gentes del vulgo, atraídos por la leyenda de sus mesas, en las que se han sentado los reyes actuales y los eméritos. Y no solo ellos. En las paredes hay cuadros con las firmas estampadas de Borbones de todos los tiempos, como Felipe V y Fernando VII.A partir de la una de la tarde comienza a venir la parroquia extranjera, que gusta de hincar el diente temprano, mientras que el comensal autóctono se presenta a eso de las tres. A Botín llegan clientes de todas las etnias y países: chinos, japoneses, franceses, ingleses, alemanes... Ha habido avispados que han querido adquirir el local con ofertas tentadoras, pero siempre obtienen la misma respuesta de los González: «El restaurante no tiene precio».
9 días de infierno: cronología de la odisea por salvar al equipo de fútbol atrapado en una cueva de Tailandia
Scarlett Marlowe (Perdita Weeks), una joven estudiante de alquimia, entre otras especialidades, que continua con el trabajo de búsqueda de su padre (Roger Van Hool) de la piedra filosofal, una legendaria sustancia alquímica que se dice que es capaz de convertir cualquier metal en oro, aparte de conceder la inmortalidad, creada por Nicolas Flamel. Después de encontrar la Llave de la Rosa en una cueva en Irán, la cual se supone que tiene el código para descifrar los símbolos de la lápida de Flamel, viaja hasta París (Francia) para solicitar la ayuda de su amigo y exnovio George (Ben Feldman); ahora junto con Benji (Edwin Hodge) el camarógrafo, traducen la lápida de Flamel, que contiene el acertijo que los llevará hasta las catacumbas de París. Pero para eso necesitan de un guía y mientras hacen una ruta turística por las catacumbas un hombre les indica el nombre Papillon (François Civil). Este junto con su novia Souxie (Marion Lambert) y su amigo Zed (Ali Marhyar) los llevarán a las catacumbas. George se niega rotundamente a entrar, pero de nada sirve, ya que en la entrada un policía los ataca y esto los obliga a huir hacia el interior.
Al inicio de su viaje, se encuentran con un culto que se envuelve en extraños cánticos de apariencia esotérica. Después de adentrarse cada vez más en las catacumbas, encuentran a La Taupe, un antiguo compañero de sus guías, el cual accede a ayudarles y menciona que para salir de ahí, han de ir hacia abajo. Eventualmente encuentran la cripta de Nicolas Flamel, con su cuerpo muy bien conservado, un tesoro y la piedra filosofal. Al estar sacando la piedra de su lugar en una pintura egipcia, el techo empieza a derrumbarse debido a que el tesoro era una trampa. La Taupe se pierde durante el derrumbe y es abandonado por el grupo.
Con la piedra de Flamel en sus manos, Scarlett cura la herida de Souxie, es entonces cuando encuentran un grabado de una puerta en el techo junto con la estrella de David simbolizando "como es arriba es abajo" refiriéndose a que hay una puerta en el suelo. Yendo a través del pasadizo encuentran un túnel con la frase marcada “Abandone toda esperanza aquel que entre aquí” en griego, que es lo mismo que está escrito en la entrada al infierno según la Divina Comedia de Dante.
Pasando a través, se encuentran con un reflejo revés de la cripta original, incluyendo a La Taupe, quien ataca a Souxie golpeando su cabeza contra el suelo y matándola. Intentan usar la piedra pero no funciona ya que no puede revivir a los muertos. Es ahora cuando se dan cuenta de que deben seguir adentrándose cada vez más en la oscuridad. Por el camino Benji es empujado y cae por un agujero causándole la muerte. Más adelante encuentran un coche en llamas con un ocupante (quien parece ser el mismo hombre que le dijo dónde encontrar a Papillon). Debido a un incidente, Papillon es atraído hacia el coche en llamas, el cual desaparece y Papillon es tragado por la tierra, dejando solo sus piernas al aire. Después de ser atacados por estatuas que cobran vida, George es herido de gravedad en el cuello. Scarlett intenta curarlo con la piedra pero no funciona. Entonces George murmura "Vitriol," otro acertijo que le da la idea de que debe devolver la piedra de donde la cogió y así poder encontrar la verdadera. En el camino por donde habían pasado, se encuentra con un charco de sangre de donde salen manos atrapando a Scarlett. Zed mira lo que parece ser la Parca y arrastra a George a un lugar a salvo.
Rápidamente Scarlett regresa a donde estaba puesta la piedra filosofal y la coloca nuevamente, viéndose reflejada en una especie de espejo abombado dorado, dándose cuenta que ella es la piedra. Regresa con Zed y George, curándolo con un beso y es cuando reflexiona y les explica que deben afrontar los hechos que los atormentan, como el hermano de George que no pudo salvar de ahogarse o ella por no evitar que su padre se suicidara al no contestar al teléfono. Scarlett menciona que deben aceptar la culpa para poder ser absueltos y salir de ahí. Zed confiesa a su vez que nunca aceptó su responsabilidad al no reconocer a su hijo, cosa que explica las apariciones de un niño corriendo por todo el lugar. Deben saltar por el agujero. Siendo absueltos de toda culpa, los tres saltan juntos sabiendo que no hay salida. Cuando finalmente llegan al fondo del lugar, se dan cuenta de que el hoyo por el que llegaron ya no está. Y la única salida es una tapadera de alcantarilla que da hacia las calles de París. Al salir Scarlett y George se abrazan al saber que están a salvo y un aturdido y devastado Zed se despide de ellos y se marcha.
TITULO: LIGA - FUTBOL - BARCELONA -3- LEGANES -1-,.
Resultado Final - BARCELONA -3- LEGANES -1-, fotos.
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