lunes -16- a viernes -20- Septiembre a las 13:25h, en La 1 , foto,.
¿No había otro sitio para aparcar
que justo donde te esperaba?
Lo he visto yo antes... ¿Qué quieres?
Pone "reservado", es el mío.
¿Ahora me quitas el delantal?
No. (RÍE)
Nada, no pasa nada. Si es que...
De verdad,
"Donde hay confianza, da asco".
Es verdad, pone "Dani".
Eso sí, en el sitio no lo ponía.
¿No lo ponía? Sí lo ponía, abajo.
Qué va, hombre. Así. Vamos a ver.
Muy buenos días a todos.
Ya veis que, una vez más,
estoy con Carlos Maldonado
y ha venido a hacer conmigo
una ensalada de lentejas
con remolacha y atún.
Te apetece, ¿verdad?
Sí, pero una cosa:
siempre que vengo,
hacemos una ensalada.
No quiero que... ¿Sabes?
Quiero cuidarte, quiero cuidarte.
¿Me estás viendo últimamente
un poquito más cerdito o qué?
Es más, luego voy hacer un plato,
en el cual no vas a estar,
que se llama
"torrija de chocolate blanco".
Quiero estar.
Como sé que tienes mucho trabajo
en "Raíces", en tu restaurante...
Pero quiero probar esa torrija.
No, yo te quiero para cortar
alguna que otra cebolleta.
Ya, por si la lío.
Por si acaso. Tampoco mucho más.
Ahí, ahí. No te pases... (RÍE)
Un día lo que tienes que hacer
es que te vienes a BiBo
y la hacemos juntos.
Eso está hecho.
Yo creo que la comemos juntos, mejor.
La comemos juntos, mejor. Así,
con un buen vinito...
¿Un buen vinito?
Un vinito dulce ahí viene genial.
Sí, qué maravilla.
Me está entrando hambre
entre una cosa y otra.
Lávate las manos.
Voy a ir explicando los ingredientes
que necesitamos para esta ensalada
de lentejas y remolacha:
brotes tiernos, lentejas,
vinagre de manzana,
perejil, alcaparras, atún, remolacha,
cebolleta fresca, sal, pimienta
y aceite de oliva.
Tú ya tienes las manos limpias,
me toca a mí.
¿Te gusta la remolacha?
Me encanta.
Te encanta. ¿Porque sabe a raíces?
Porque... Ahí, porque sabe a raíces,
a tierra. Ese toque terroso,
entre dulce y terroso. Buenísimo.
¿Y un tartarcito de remolacha?
A mí me gusta mucho
el tartar de remolacha.
Yo hacía gazpacho de remolacha.
¿De remolacha?
Me encantaba, sí.
¡Buah! Y qué color, ¿no?
Se queda... Con ostras.
Te hablo de hace muchos años, ¿eh?
A ver, eso es otro nivel.
Ya te estás metiendo ahí...
Y quedaba un color precioso
con el gazpacho.
¿Ponías el gazpacho
y una quenelle de...?
Una quenelle de ostra helada;
con vainilla, la verdad.
Aceite de vainilla.
¡Vamos a la ensalada!
Si quieres, vas pelando la remolacha,
porque has cogido las cebollas...
Sí, por cambiar.
(RÍEN)
Así que ve pelando la remolacha.
Te quito el pelador.
Estás en tu casa.
Explícame bien las cosas,
que luego la lío.
Pero no se pelan,
lo vamos hacer directo a la sal.
¿Ves? Ya empiezo a liarla.
Venga,
te voy a ahorrar el trabajo.
Solo así... y ya está, listo.
¿Con el rabito y todo?
Yo el rabito se lo dejaba,
que salga por encima de la sal.
Para tenerla localizada.
No, se lo vamos a cortar.
Así. Y te voy a dar
un recipiente para meter esto.
Vale.
La cocina a la sal la reservamos
siempre para la lubina o la dorada,
y a mi me encanta cocinar
un montón de cosas más a la sal.
¿Otra cosa que me gusta mucho?
El foie gras.
Un foie a la sal.
A mí también.
A la sal de hierbas.
Es casi un "mi-cuit".
Bueno...
Así sí. Esa me la apunto.
Esa apúntatela, apúntatela.
¿Lo voy echando aquí?
Para hacerlo a la sal.
¿Sal, remolacha, sal?
Sal, remolacha, sal. Exactamente.
Yo mientras voy a ir picando
esa cebollita.
Tú me vas diciendo,
yo voy cubriendo esto así.
Sin tirar demasiado,
porque se me ha caído un poquito.
Oye, en "Raíces", la verdad
es que pega un menú muy de tierra.
Es muy de casa, es muy casero todo,
es muy de la tierra.
Hombre, casero no lo veo.
Con los corderitos de allí.
Ahí hay nivel, hay nivel.
Bueno, ahí estamos, peleando.
Ahí falta mucho que hacer.
Ese foie va a ser una de las cosas.
Oye, pues un foie a la sal,
de verdad, es brutal. Brutal.
Esto ya lo tenemos, Dani.
Dime, cuéntame algo más.
¿Y tú qué tal vas con tu restaurante?
Eso hay que meterlo al horno.
Bien.
Qué cantidad de restaurantes,
yo no sé cómo lo haces.
No, ni yo. (RÍE)
Madre mía, pues yo...
Lo hago porque tengo
un equipo genial,
al que mando un besito y un abrazo.
Son la gente que me cuida día a día
y muchos de ellos
llevan media vida conmigo.
Tenemos ya
la remolacha cubierta de sal.
Y muy importante: lo que ha hecho
Carlos, porque él va sobrado,
como en el aparcamiento. Entra y...
(RÍE)
En el aparcamiento no ponía
tu nombre. He dejado ahí el coche.
Luego tú, yo qué sé...
"Importante", quiero decir, porque
al final ha puesto un poquito de sal.
Vamos para el horno.
Ponemos un poquito de sal abajo,
ponemos la remolacha
y ponemos un poquito de sal arriba.
No os sale exactamente igual
si no ponemos esa cama de sal.
Temperatura:
190 grados, hora y media.
Eso es lo que hay.
O sea, la remolacha
es un tubérculo... duro.
Sí, que necesita... "tema".
Y necesita cocción.
Necesita cocción, necesita amor.
En esa hora y media, digo yo que
seremos capaces de cortar cada uno
media cebolleta.
(Música)
Tenemos aquí ya la remolacha,
que, como he dicho, ha cocinado, se
ha cocido, o como queramos llamarla.
Realmente se ha cocinado en la sal
durante una hora y media
a 190 grados.
Estoy deseando sacarla y enseñarla.
Mientras tanto, yo creo que...
me vas a picar el perejil,
por ejemplo.
Desmenuzar aquí el atún con la mano.
Vale.
A mano todo, ¿no?
Sí.
Y yo voy a ir sacando la remolacha,
que quema un poquito todavía.
La remolacha. Mirad.
¿Cuesta mucho eso? No, ¿no?
Mirad.
Sale como...
Mirad qué bonito,
mirad... qué maravilla.
¿Sabéis otra cosa que hice
hace nada, escasas semanas,
en mi taller? Un aguacate a la sal.
Hemos hablado antes del foie gras.
El aguacate es ese foie gras vegetal
que tiene ese puntito como de grasa,
pero vegetal,
y que templado
y hecho a la sal es increíble.
Luego le ponemos un pico de gallo.
Lo hicimos para un concepto mexicano
que estamos haciendo con Abril.
También le mando un besito.
Estás dándole besos a todo el mundo.
Es que a Abril la quiero mucho.
Hicimos un concepto mexicano:
un aguacate a la sal
con pico de gallo,
que no deja de ser una pipirrana.
Era el fresquito del pico de gallo
con el aguacate...
Un día lo vamos a hacer,
os va a gustar.
Eso de la pipirrana lo llevas
siempre a tu tierra, ¿eh?
Ya.
Siempre para casa. Pico de gallo.
Es que la tendencia... Tengo
una tendencia ahí como muy malagueña.
Sí, ¿no? Hombre, hay que barrer
para casa siempre. Siempre.
Mirad qué maravilla.
Os enseño cómo ha quedado esto.
Oye, yo esto se lo vi a Paco Morales,
en Madrid Fusión. Sí.
Le vi haciendo la remolacha a la sal
y dije: "¿Qué hace este hombre?".
Oye, otro besito para Paco Morales.
¡Claro que sí!
Es para dar besos a todo el mundo.
Tengo que confesar que Paquito
es como mi hermano pequeño.
Y le tengo cariño
porque es un cocinerazo
que seguro que este año
tendrá su segunda estrella
y que muy pronto su tercera.
¡Toma ya! Yo creo que le toca ya,
¿eh? Este año sí que le cae.
Este año la segunda le cae seguro.
Fijo.
Hombre, es un chaval
con una cocina muy peculiar.
Yo creo que eso también es lo bonito,
la personalidad en la cocina.
El concepto lo tiene muy definido.
Sí, total.
Bueno, estás tú pelando el perejil...
Sí.
antes que yo pelando la remolacha.
b Oye, si es que solo estás hablando.
Los chavales del restaurante...
A mí me pasaba
cuando empecé de prácticas,
me decían: "Ven aquí,
te voy a poner a hacer un trabajo
fino". Y tú ahí emocionado:
"Voy a hacer el trabajo fino del
restaurante". "Pélame los guisantes".
(RÍEN)
Oye, fino es, ¿eh?
El otro día conté que muchas veces
se hacían novatadas
en la alta cocina.
Había gente que mandaba
a por un pelagambas
a los chicos nuevos
que entraban al restaurante.
"Ve a por un pelagambas
al restaurante de al lado".
Entonces hablabas con el de al lado,
que te decía:
"Que no, ya se lo he dado a otro".
Y el chaval iba y volvía
bucando un pelagambas.
Eso sigue pasando, ¿eh?
Eso se sigue haciendo.
¿Tú haces esas cosas?
Qué va. No tengo autoridad todavía.
Lo haré, lo haré. No dudo en hacerlo.
Pero sí que me lo han contado.
Tú tienes pinta de haber sido
traviesillo, ¿eh?
No, qué va. Sabes tú que no.
¿No? Bueno, yo no lo sé.
(RÍE)
No lo tengo claro.
De chavalete, a ver,
hay que decir que bueno no he sido.
Tampoco es que haya sido de estos...
Muy malotes, ¿no?
No se hacía con maldad.
Cosas malas, pero no con maldad.
Eras pillín, ¿no?
Llámalo "pillín".
Travieso.
Travieso, sí.
Pues el otro día iba por la calle,
esto es real como la vida misma,
y se me acerca una chica
con un móvil y me dice...,
porque yo lo había dicho
en otro programa:
"Mira, un pelagambas".
Lo miro así y dice:
"Dijiste en el programa del otro día
que no existía, que era broma.
Para que veas que sí existe".
Bueno, me enseñó una cosa muy rara.
Yo me asusté tanto
que en ese momento
miré una cosa rara.
Pero me dijo que había un pelagambas,
vaya.
Vamos con la remolacha.
Nos estamos viniendo arriba.
Yo lo que voy a hacer
es afinar tu trabajo, ¿vale?
¿Qué quiere decir eso?
(RÍE)
A ver, lo que quiero decir
es que lo quiero todo equilibrado,
del mismo tamaño,
y que de una cucharada
puedas probar todo. Por lo tanto...
¿Quieres decir
que eso no está bien lascado?
Quiero decir que,
con lo pequeña que es la lenteja,
esto lo voy a desmigar un poquito.
Tengo las manos llenas de remolacha,
pero no pasa nada
porque en el plato hay remolacha.
Así que, si el atún pilla un poquito,
no va a pasar nada.
Ahí, color.
Alcaparrilla. He echado el atún,
he echado la alcaparra.
Voy a echar la lenteja,
que, bueno, en este caso ya sabéis...
¿Qué hago con esto, Dani?
Pues cortarla igual.
No has entendido mi discurso.
¿A modo lenteja? (RÍE)
¿A modo lenteja?
Hazme lentejitas de remolacha.
Por eso quiero que vengas, me quitas
el trabajo de la remolacha.
Sí, así me pringo yo, ¿eh?
No, yo ya me he pringado.
Me he pringado para disimular que
estoy haciendo algo, pero ya está.
Bueno, le he echado la cebolla.
Ahora voy a coger el perejil
y lo voy a echar también.
Lo que te iba a decir, ya en serio,
es que ibas con pinta de malote,
pero que al final eres muy aplicado.
O sea, ganaste MasterChef,...
¿"Aplicado"? En mi vida
mi profesor me ha dicho eso.
...te has montado tu restaurante...
Eso mola, sí. Bueno, "currela".
Quizá yo, más que aplicado,
soy un currante.
Somos currantes,
toda la vida hemos estado currando,
pues ahora no va a ser menos, claro.
Esto ya lo sabes tú.
El tema de la televisión te da
una imagen, pero nada más que eso.
Luego tienes que lucharlo día a día,
como en todos los trabajos.
Si no, se olvidan de ti rápido.
Claro.
Tienes que montarte un restaurante,
tienes que hacer lo que te gusta.
El tema de imagen va y viene, pero
el restaurante tiene que estar ahí.
Lo importante es ser feliz.
Pero me dijiste que te quedaba poco.
Si es que te lo tomas todo...
La otra vez que viniste.
Queda más... de lo que dije.
O espero que quede más.
Eso nunca se sabe, ¿no?
Yo también.
Nunca se sabe, pero...
Voy a ir mezclando ya un poquito
y estoy pensando que...,
igual que lo que estoy hablando,
pero para decorar,
a lo mejor un poquito de remolacha,
o una entera en el medio,
tampoco queda mal.
Ahora que las tengo cortadas.
Fíjate que me he guardado esta,
así como en plan...
Has controlado.
"Sé lo que estoy haciendo".
Así, ¿no? ¿Todo para dentro?
Tienes mucho lío en el "Raíces",
¿quieres que te prepare un táper?
Por favor, hazlo.
¿Te gustaría?
Sí, sí. Te lo digo de verdad.
Aquí veo que son todas iguales, ¿eh?
(RÍE)
Una cosita así...
Se me ha colado una.
Esta reconozco que tiene aquí
un poquito, pero la rompemos. Venga.
Perfecta.
Y esta también, no pasa nada.
Hay cachitos un poquito más gruesos,
pero...
es que he escuchado que te gusta
el "crunchie" de la remolacha.
Pues bueno,
yo creo que así... queda mejor, ¿no?
Imagino que en el restaurante, como
tienes la comida allí, no lo haces,
pero, con tu niña a la playa,
¿qué te llevas en la fiambrera?
Voy poco. Pero bueno...
¿Sí? ¿Vas poco?
Te pilla lejos, ¿no? No como a mí.
A mí me pilla a cinco minutos.
Mírale el tío, ¿eh?
¡Qué morro! ¡Qué morro!
Hombre, la playa
me pilla un poquito lejos, sí.
Suelo ir más a las sierras,
suelo ir a Candeleda...
¿Y te llevas ahí táper y tal?
Un bocadillo de jamón.
¿Directamente?
Eso no falla.
Envuelto en papel de aluminio.
Esto que lo sacas "sudando",
el pan húmedo...
Y luego cogemos un queso
de allí de la zona también.
Que también suda, claro.
Hombre, allí suda todo el mundo.
Volvemos a la ensalada.
Vamos a echar un poquito de sal,
vinagre...
Hemos escogido esta vez de manzana.
Es otro aroma, es diferente
a cualquier otro vinagre,
ya sea de vino o de jerez.
Vamos recogiendo por aquí,
tablas fuera.
Echa los berritos ya, que quiero
probarlo. Esto fuera, ¿no?
Esto también.
Me queda el aceitito, la pimienta.
Así.
A dejar por aquí el aceitito...
Ya hemos echado un poquito de sal,
el aceite de oliva,
y voy a echar un poco de pimienta.
En esta ocasión, menos
de lo que gusta a mí normalmente.
¿Te gusta mucho la pimienta?
Me gusta sobre todo
en la proteína, en la carne...
Más en la carne,
pero también me gusta en el pescado.
¿Sabes qué pasa?
Que hay pimientas alucinantes.
A mí me gusta mucho,
me parece muy aromática y elegante,
la pimienta de She Chuan,
que la habréis escuchado alguna vez.
She Chuan es una región de China.
Y es una pimienta de allí.
Berritos. Ahora, momento especial.
Carlos, tengo por ahí una fiambrera.
¿Qué saco?
Mira, ahí, ahí, ahí.
Ah.
Lo tengo todo preparado.
¡Qué grande eres!
Lo tengo todo preparado para ti.
Has pensado en mí.
Para que veas.
Increíble, increíble.
Eres un crack, tío.
Vamos allá.
Hemos teñido todo de remolacha.
Un máquina. Dale ahí.
Así.
Déjame probarla.
Creo que con esto te viene bien.
¿Porque si no...?
Me voy a quedar yo sin.
Pero bueno,
vamos a intentar decorar esto
de una manera bonita.
Creo que, por lo menos,
para que esté brillante, hay que
echar aceite de oliva a la remolacha.
Vamos a ver.
¿Pero también podríamos hacer
con otra legumbre esta ensalada?
Hombre, con lo que quisieras.
Yo creo que la lenteja
es esa típica legumbre como que
los niños empiezan a "odiar",
pero que luego acaban adorando.
Cuando se van fuera de casa.
Esto lo voy a poner aquí en medio.
A ver si soy capaz
de hacer una ensalada bonita.
Le voy a echar un poquito
de aceitito aquí, un poquito solo.
Lo voy a pintar con el dedito.
Yo es que soy muy curioso, ¿eh?
Carlos, muchísimas gracias por venir.
A ti.
Pero vete quitando el coche ya, anda.
(RÍE)
Aquí os dejo nuestra ensalada
de lentejas con remolacha.
("My boyfriend's back", The Angels)
Y llega el turno de las torrijas.
No son unas torrijas cualquiera,
son de chocolate blanco,
las que yo hago en el restaurante.
Y os digo que es uno
de los postres estrella.
Y también os puedo decir
que la manera de hacerlas
es imbatible.
Así que vamos a empezar ya
a contar los ingredientes.
Empezaremos haciendo un brioche.
Para eso usaremos harina, huevo,
azúcar, sal, levadura fresca,
mantequilla y leche.
Para el baño de la torrija,
leche de coco, leche de vaca,
chocolate blanco y huevos.
Y por último, mantequilla y azúcar
para darle ese toque diferente.
Y ahora los puristas diréis:
"Las torrijas se fríen".
A mí me da igual,
yo las voy a caramelizar.
Sé que venden mucho pan
para hacer torrijas
y hay muchas opciones para
poder hacerlas, pero también os digo
que merece la pena
hacer esta receta paso a paso
tal y como os la estoy haciendo.
Y, de verdad, os prometo
que os va a salir increíble. Luego
la vais a repetir constantemente.
Harina.
Para dentro.
Yo primero voy a poner
la harina, el azúcar y la sal.
No es una masa complicada,
pero hay que tener paciencia
porque al final lleva levadura
y necesito que repose,
necesito que esa levadura actúe.
Sal y azúcar, por aquí.
Voy a coger la levadura,
la voy a romper un poquito
y la voy a echar en la leche.
Con eso, lo que quiero
es que se disuelva bien
y luego se me integre
de una forma uniforme en la masa.
Así.
Esta receta no es el típico postre
en que tú dices: "Viene un invitado
y voy a improvisar".
No, la puedes hacer antes.
También os digo una cosa,
el brioche se puede congelar.
Se puede congelar
incluso con el baño, ¿eh?
Si un día os apetece hacer
unas cuantas bañadas
bien jugosas y dejarlas congeladas.
Se puede hacer perfectamente.
¿Qué más necesita esta masa?
Pues dos huevos, la mantequilla
y, obviamente, esa leche
que ya está disuelta con la levadura.
Así.
¿Que no tenéis máquina para amasar?
Pues sí que la tenéis, esta.
O sea, ya sabéis que hay veces
que me da por amasar con la máquina.
Bueno, he echado ya los dos huevos.
Así.
Voy a añadir ya
la leche y la levadura.
Así, un poquito.
Ahí, muy bien.
Ahora la mantequilla. Ya sabéis que
no tiene que estar fría de nevera.
Un pelín pomada y a temperatura
ambiente es lo ideal.
Y de verdad os vais
a comer una torrija única.
Quiero que la hagáis en casa,
quiero que me mandéis
vuestra fotito en vuestras
redes sociales con el "hashtag"
#hacerdecomer. Quiero de verdad
ver vuestras torrijas.
Esto ya está, la masa la tenemos.
Y ahora es cuando llega
la larga espera.
Lo que sí tenéis que tener claro
es que nosotros
tenemos nuestros departamentos
de I+D,
o sea, laboratorios,
que es donde trabajamos.
Esta receta empezó en "Dani García",
en un restaurante de alta cocina,
y ha ido evolucionando para poder
hacerla para mucha más gente.
Además, mi intención de futuro
es coger ese tipo de técnica
que hemos aprendido de toda la vida,
como es esta,
e interpretarlas en el gran público,
en el restaurante nuestro más casual,
y hoy encima aquí para vosotros.
Que yo creo que es maravilloso
poder compartir, sin duda,
este tipo de recetas con vosotros.
Voy a meter la masita por aquí.
¿Veis cómo se queda,
que es una masa elástica?
Pero mirad... qué puntito,
qué textura ya, cómo huele.
Y ahora es cuando tiene
que trabajar la levadura.
Aquí, mirad.
Bueno, yo quiero que huela
a casero, a acidez,
a pan, a dulzor.
Que huela a brioche, que es
lo que estamos haciendo básicamente.
Os digo una cosa: ese brioche
lo vamos a utilizar para torrijas,
pero lo podéis utilizar
para un millón de cosas más, ¿eh?
Tengo mi trapito,
que ya he humedecido por aquí,
y os cuento cómo va a ser.
Lo que vamos a hacer es fermentarlo
durante trece horas.
La primera hora, fuera de la nevera.
Quiero que la levadura haga efecto.
Hace efecto a una cierta temperatura,
en un sitio que esté seco
y que, bueno,
haya como un poquito de "calidez",
llamémoslo así.
Cuando queramos fermentar,
lo ponemos encima del horno;
y si el horno ha estado encendido,
muchísimo mejor.
Pues eso voy a hacer, esa primera
hora lo voy a tener encima del horno
y las doce siguientes
en la nevera.
Es una fermentación lenta,
pero debe ser así
para llegar al objetivo final:
crear la mejor torrija
que jamás en vuestra vida
os hayáis comido.
(Música)
Y aquí la tengo ya.
Trece horas la masa fermentando.
Voy a congelar esta mitad de la masa
y la voy a dejar aquí dentro.
Y la otra mitad
la voy a hacer ahora mismo
para vosotros.
Mirad.
Hay que bolearla.
Y hay que bolearla así, mirad.
Mirad qué bonito.
Aquí tengo ya
mi moldecito preparado...
para meter mi masita.
Mirad, aquí. Así,
de esta manera.
A este brioche le tenemos que dar
una segunda fermentación.
Va a estar 45 minutos
a temperatura ambiente
y ahora subirá un poquito más.
(Música)
Mirad cómo ha aumentado el volumen.
De momento,
ahora que lo tenemos fermentado,
lo que tenemos que hacer
es llevarlo al horno.
160 grados, 20 minutos.
Y se nos va a quedar
increíble por dentro, ya veréis.
En esta ocasión, como vamos a hacer
una torrija con chocolate blanco,
vamos a ir preparando la salsa.
No sé si llamarlo "salsa" realmente.
Yo diría el empapado,
ese punto jugoso
que va a hacer de hilo conductor
para que, cuando muerdas la torrija,
aquello sea... (IMITA COMER)
No sé si os lo imagináis.
Leche de coco por un lado...
y...
leche.
De vaquita, ya sabéis.
Así. Voy a calentar aquí.
Así.
Me va quedar añadir
el chocolate blanco.
Ya os he dicho que es una receta
para tener paciencia, y mira que yo
soy una persona bastante paciente.
Pero si hay una cosa con la que
pierdo los nervios, se llama...
"atasco".
También os digo que tengo
el privilegio de vivir en Marbella.
Pero cuando voy a ciudades grandes
tipo Madrid,
tipo Nueva York, tipo D.F...
Sobre todo D.F. Madre mía, ¿eh?
Podéis aprovechar, relajaros,
escuchar buena música, la radio.
A mí la radio me encanta,
soy súper pro radio.
Me encantan los programas
de la radio y escucharlos.
Y el coche es un buen sitio
para hacerlo.
Y el atasco te ayuda.
Chocolate blanco fuera del fuego ya,
con mi leche de vaca
y con mi leche de coco.
Mirad qué texturita,
me va a quedar perfecto.
Voy a echar el huevo
y lo voy a batir rápidamente.
A ver.
Como veis, con el propio calor
de la leche,
se nos va a quedar perfecto. Así.
¡Pa, pa, pa!
Esto hay que integrarlo así,
como lo estoy haciendo.
Ahí. ¡Buah!
Yo os digo, de verdad,
cómo huele esto.
Mirad,
estoy viendo desde aquí mi brioche
y esto tiene una pinta increíble.
Y el baño lo tengo listo:
por lo tanto, estoy deseando sacarlo.
(Música)
No me digáis que
no ha quedado bonito el brioche.
Lo he dejado ya a reposar
un poquito y a enfriar.
Lo voy a sacar y lo voy a desmoldar.
Mirad qué bonito, ¿eh?
Parece, bueno, prácticamente
un pastel de cumpleaños individual.
Soy tan tímido que odio
que me canten el "Cumpleaños feliz",
lo paso mal incluso
aunque lo tenga que cantar
junto a cuarenta personas más.
Y realmente, no sé, es que tengo
un sentido del ridículo excesivo,
porque lo canto, pero no hablo.
O sea, lo que hago es... (SILENCIO)
Así, como playback.
Miro para abajo, miro para un lado...
No sé si es más ridículo cantar
el cumpleaños o hacer lo que hago yo.
Aquí, mirad.
Quiero igualarlo,
pero, sobre todo, más que igualarlo,
lo que quiero es que entre bien
el relleno.
O sea, el relleno, el baño
o ese punto jugoso, como digo,
que le vamos a dar. Así que,
por un lado y por otro,
aquí voy a ir quitando
la parte un poco más dura.
No os preocupéis,
porque lo que sobra nos lo comemos
o hacéis un pudin,
o lo ralláis y hacéis
un helado frito, por ejemplo.
Aquí.
Así, lisito.
Le hemos quitado la corteza,
y eso es importante.
Ahora llega también
otro paso importante.
Yo sé que es laborioso,
pero el resultado
será tan espectacular
que os vais a olvidar de las horas
de trabajo que tiene.
Bueno, más que de trabajo,
de fermentación.
Y ahora llega, como digo,
un momento importante,
porque necesito que cuaje dentro,
pero también necesito
que esté un poquito en la nevera
para... poder marcarlo mucho mejor.
Si yo le hago así, en caliente,
y lo echo directamente,
va a soltar
mucha leche de chocolate blanco.
Por eso necesito
ese puntito de nevera también.
Importante también:
esto tiene que estar caliente,
este bañito.
Así que se trata, prácticamente,
de como en una magdalena,
ir echando y empapando. Aquí.
Esto va a ir chupando poquito a poco,
y ahora yo también
le voy a ir dando la vuelta
y por aquí
también le voy a ir echando.
Así.
Esto está ya prácticamente
y nos vamos a ir a la nevera.
Yo ya aquí noto que ya está
bien bañada, esto se ve así,
y vamos a dejarla en la nevera
una horita más.
Os avisé que era una receta
para tener paciencia,
pero de verdad que estamos
llegando al punto final
y os va a merecer la pena saber hacer
la mejor torrija del mundo.
(Música)
Después de una hora de reposo, tengo
dentro del brioche toda esa humedad
que sabe a chocolate blanco y a coco.
Por lo tanto, lo que llega es
el momento de caramelizar, tostar.
Voy a echar aquí el azúcar.
Una vez el azúcar, voy a poner...
Sabéis que me gusta hacer el caramelo
con un pelín de agua,
porque esa agua, bueno,
pues va a hacer que se disuelva mejor
y que no tengamos problema
a la hora de caramelizar.
Así. Bueno,
vamos a darle un poquito de caña.
Sabéis que el caramelizado
nos va a dar un poco, primero,
ese punto tostado de caramelo
y ese color
que, bueno, es tremendamente bonito.
Ese color ámbar, diría yo.
O sea,
el caramelo tiene ese puntito ámbar.
De hecho, le voy a echar
la mantequilla, una pizquita solo,
para darle todavía más
ese semisabor a tofe.
A esto ya le va quedando poquito,
¿eh?
Y ahora me estoy viniendo arriba.
Mirad,
la he cambiado de plato, ¿vale?
Y quiero que veáis y entendáis
que así es como tiene que quedar.
Mira, muy facilito, ¿vale?
Yo tengo que hacer así. ¿Veis aquí?
Tengo que hacer así
y las manos se me tienen que manchar
del relleno. Y eso que está frío.
Está frío y además tiene cuerpo,
porque tiene lo que es la grasa
tanto de la leche de coco como...
del chocolate blanco.
Ya esto está a puntito.
Veis que lo muevo
porque por algunos lados coge
un poco más de color que por otro.
Por lo tanto,
intento que sea uniforme el caramelo.
Ahí. Esto está ya a puntito, ¿eh?
Voy a coger ya mi mantequillita.
Así, con esta cantidad
tengo más que de sobra.
Aquí, mantequillita en el caramelo.
Mirad esto que se nos está quedando
en el fondo.
Esto es lo que se nos va a pegar
a la torrija.
Ahí.
Ay, esa espumita maravillosa...
Mirad.
Y ahora empiezo a moverlo.
Esto ya es casi...
Sabéis que siempre digo
que el ajo "baila", ¿no?
Pero mirad qué baile hace la torrija.
Voy a dejarla quieta un poquito
para que coja color.
La voy a coger aquí. A ver...
Oh, vais a flipar.
¡Ay, que se me ha pegado, mama!
Así. Vais a flipar, de verdad.
Voy a darle un último golpe,
que quede bien doradita,
y le vamos a dar la vuelta.
Así y así. Mirad.
Mirad qué auténtica maravilla.
También os digo una cosa:
si queréis ya rizar el rizo,
podéis hacer otra cosita que...
yo no voy a hacer,
porque no me hace falta y lo sé,
pero una vez que esté puesta aquí,
que ya está prácticamente terminada,
darle un "golpecito" al microondas
para poder asegurarme
de que por dentro
va a estar templada.
Y aquí os dejo, ojito,
probablemente...
uno de mis platos favoritos
que hacemos en vivo:
la torrija de leche de coco
y chocolate blanco.
(Canción "Material girl", Madonna)
El otro día leí que existen
sistemas solares con dos estrellas.
Pues bien, aquí tenéis uno,
porque mirad qué dos estrellas
tenemos hoy en la mesa:
ensalada de lentejas
con remolacha y atún,
y una torrija de chocolate blanco
que quita el sentido.
Y si queréis encontrar
vuestra propia estrella,
cocinar es una gran forma
de encontrarla.
Y ya sabéis:
"Haz la comida y mejora tu vida".
A mí la remolacha con sal
me apasiona, ¿eh?
Es una técnica que tenéis que probar.
Oye, cuántas cositas tan sencillas
os hemos enseñado hoy, ¿eh?,.
TITULO: 80 cm' - el Congosto de Mont-rebei,.
Edu Soto recorre el Congosto de Mont-rebei, esta semana en '80 cm',.
- Situado en la sierra del Montsec y declarado Refugio de Fauna Salvaje, es una de las rutas más espectaculares de Cataluña,.
- Martes -17- de Septiembre , a las 20:30 horas en La 2,.
- '80 cm' visita esta semana el Congosto de Mont-rebei, en la sierra del Montsec. Ahí, el río Noguera Ribagorzana separa Lleida de Huesca. Esta frontera natural crea uno de los pocos desfiladeros del país que se mantienen prácticamente vírgenes. Es el próximo destino de Edu Soto, presentador de este programa de senderismo de producción propia de TVE que dirige Toni Font.
La ruta parte del albergue de Montfalcó, en el lado aragonés, para dirigirse hasta la zona de la Masieta, en el lado catalán. Empezará casi suspendida en el aire a través de unas pasarelas que bordean la pared del desfiladero. Un puente colgante permitirá cruzar el río para llegar al destino después de recorrer un angosto camino excavado en la pared.
Edu Soto se acercará a la flora y a la fauna del lugar y a sus gentes. Descansará bajo un cielo nocturno espectacular antes de acabar la aventura atravesando de nuevo el congosto, ahora por el río en kayak, hasta llegar al pie de una vía ferrata por la que escalará hasta la ermita de La Pertusa, que le regalará una magnífica puesta de sol.
TITULO: LIBRO - LA MONTAÑA DESNUDA ,.
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