TITULO: Cena con mamá - John Banville ,. Viernes - 31 - Marzo ,.
Viernes - 31 - Marzo ,a las 22:00 en La 1, foto,.
John Banville,.
«Las religiones han hecho mucho más daño a la humanidad que el ateísmo»,.
John Banville resume su brillante trayectoria de medio siglo en 'Las singularidades' y asegura que es su última novela,.
El escritor irlandés John Banville, premio Príncipe de Asturias de las Letras y candidato al Nobel.
Asegura John Banville (Wexford, Irlanda, 1945) que no es él quien escribe sus novelas. Que el pánico le atenaza cada mañana cuando se pone a escribir y, café mediante, se transforma en el 'otro', el que escribe. Con una trayectoria de más de medio siglo,.
El gran John Banville (Wexford, Irlanda, 1942) se disfraza otra vez de su 'alter ego', Benjamin Black, para introducirse en la corte de Rodolfo II del Sacro Imperio Romano Germánico en su nueva novela, 'Los lobos de Praga' (Alfaguara). Banville/Black, que se traslada a la Praga de 1599, anterior a la Guerra de los Treinta Años, para relatar las intrigas alrededor de un rey «loco y colorido», asegura que se siente más cómodo «en el pasado que en el presente». «A mi edad, todo lo nuevo es malo», reflexiona. «Pero es cierto que en los últimos dos años y medio, todo se ha vuelto inquietante, aterrador», afirma el escritor. «Si unos marcianos nos contemplaran diariamente con un telescopio, pensarían que en este periodo todo se ha acelerado, la gente va demasiado rápido», apunta.
En particular, Banville recela de las redes sociales. «Todo ese mundo me parece muy cutre, muy vulgar. Casi nadie tiene nada importante que decir, pero lo dice», cuenta. Él mismo ha sido víctima de las redes. «En una ocasión, durante una conferencia en un remoto pueblo de Irlanda, un tipo del público un poco tonto me preguntó qué pensaba sobre otro escritor. Mi opinión era mala y no me callé. A los dos días, me encontré un titular en el New York Times diciendo lo que yo había dicho. Alguien lo puso en Twitter y de ahí llegó a todo el mundo. Desde ese momento, me estoy autocensurando, no me queda más remedio», cuenta Banville.
«Steve Jobs ha destruido mi mundo», ironiza. «Todo este rumor de voces que hay ahora me agobia, es el gran descontento de los que no tienen nada que decir. ¿Por qué todo el mundo debe hablar? Hay gente a la que no vale la pena oír. Dicen que hay personas populares en las redes. También las ejecuciones públicas eran populares en su momento. Quizá las dos cosas tengan algo que ver», dispara el escritor. «Mi nieto de once años tiene acceso a la pornografía más dura desde su portátil. Es terrible. ¿Qué idea va a tener ese niño sobre las mujeres? Y al revés, supongo que ocurrirá lo mismo», agrega.
A Banville el consuelo se lo dan sus libros. «Escribir con el pseudónimo de Benjamin Black me da la oportunidad de convertirme en otra persona, de jugar, que en el fondo es lo que hacemos todos los artistas. Quien hace arte contempla la vida con los ojos de un niño porque para un niño, todo sucede por primera vez», dice el autor, que disfruta cuando escribe sus novelas negras. «Lo bueno de este género es que trabajamos siempre con lo clásico, con clichés, y lo que diferencia a unos escritores de otros es lo que hacemos con ello. Siempre tenemos un crimen y un cadáver y mi gran problema es que me gusta ponerle humor, aunque no siempre es fácil», explica.
En 'Los perros de Praga', revisita una ciudad, Praga, que ya había recorrido con su novela 'Kepler' en 1981. «Entonces, nunca había ido, pero me la imaginé y mucha gente me decía que había hecho un retrato muy bueno, pero en realidad, nadie sabía nada de Europa Central en aquella época. Cuando ya en 1989, después de la Guerra Fría, pude visitarla, mi mujer me dijo que estaban abriendo un McDonalds y que ya no tendría encanto. Pero sí, pese a los turistas y los mochileros, lo sigue teniendo», concluye.
TITULO: Imprescindibles' estrena en La 2 - Adiós a Pedro Solbes, el ministro calmado que guardó la caja con González y Zapatero . , Domingo - 2 - Abril ,.
Domingo - 2 - Abril , a las 21:30 horas en La 2, foto,.
Adiós a Pedro Solbes, el ministro calmado que guardó la caja con González y Zapatero,.
El también comisario europeo, riguroso en el control del gasto público, salió del Gobierno en 2009 después de fricciones por la gestión de la crisis financiera
Pedro Solbes,.
Pedro Solbes, exvicepresidente del Gobierno con José Luis Rodríguez Zapatero y también ex ministro de Economía con Felipe González, murió ayer a los 80 años víctima de un cáncer de hígado. Su fallecimiento sobrecogió a la familia socialista –aunque no llegó a militar nunca en el partido– y suscitó un reconocimiento general a la valía personal y profesional como servidor público de quien desarrolló un parte esencial de su carrera en Europa, en la delicada responsabilidad de comisario de Asuntos Económicos.
Nacido en Pinoso (Alicante) en 1942, casado con una funcionaria y padre de tres hijos, Solbes era licenciado en Políticas y Derecho y técnico comercial del Estado desde 1968. Lo fue casi todo en la administración de la economía española. Adquirió temple negociador durante el proceso de adhesión de España a la entonces Comunidad Europea y preparó con eficacia la primera presidencia comunitaria. El presidente Felipe González le premió con la cartera de Agricultura, de la que saltó a Economía y Hacienda tras resolver con éxito las movilizaciones de los agricultores españoles, descontentos con la reconversión que acarreó la aplicación de la política agrícola común.
Sustituto de Solchaga
Medios financieros internacionales acogieron con recelo su nombramiento como sustituto de Carlos Solchaga al frente del departamento –en Agricultura había defendido los intereses de la aceitera Elosúa frente a la ofensiva del grupo italiano Ferruzzi–. Pero consiguió hacerles cambiar de opinión con una política económica orientada a la reducción de la inflación y un paulatino descenso del déficit público.
Defensor a ultranza de la estabilidad presupuestaria, Solbes trató de enderezar las cuentas públicas en unos años en los que la crisis había pasado factura; y tejió los mimbres para su posterior control. También consiguió que España diera los primeros pasos para pasar el examen de la entrada en el euro. Un antiguo compañero suyo en el PSOE le dibujó este sábado, tras conocerse su fallecimiento, como la encarnación del «liberalismo social tranquilo».
Cuando salió del Ministerio de Economía tras la victoria del PP en las generales de 1996, la situación había mejorado notablemente. La presidencia de la comisión mixta del Parlamento español para la Unión Europea y, sobre todo, el prestigio alcanzado en Europa, catapultaron a Solbes en 1999 al puesto de comisario de Asuntos Económicos y Monetarios. Se volcó entonces en la introducción del euro y la coordinación de las políticas económicas de los países concernidos. Pero no llegó a completar su mandato. Convocado por Rodríguez Zapatero para dirigir la economía en el primer Gobierno de la nueva etapa socialista, abandonó Bruselas en abril de 2004.
El vicepresidente se encontró con un contrapoder, ya que el jefe de la oficina económica del Gobierno, Miguel Sebastián, defendió planes y adoptó iniciativas en abierta contradicción con sus posiciones. Aunque las tesis de Solbes se impusieron en casi todas las ocasiones –ni se aplicó el tipo fiscal único, ni progresó la ofensiva de Sacyr contra Francisco González, presidente de BBVA–, el desgaste personal fue importante. Apeado Sebastián del cargo, Pedro Solbes recuperó influencia. Después, la crisis de las 'subprime' le hizo imprescindible.
Reconoció sus errores
El 7 de abril de 2009, en medio de la debacle financiera que acabaría arrastrando a la derrota a Zapatero, fue relevado por Elena Salgado. La ortodoxia de Solbes, poco dado a solazarse en las políticas expansivas de gasto público, había entrado en fricciones con su jefe en el Ejecutivo. Años más tarde, en 2018, el exministro reconoció los «claros errores» que cometió el Gobierno socialista a la hora de afrontar los inicios de aquella crisis. La vicepresidencia económica del Ejecutivo que él ostentaba –asumió– «no fue capaz de detectar la fuerte recesión» que llegaría en 2009, justo cuando abandonó el cargo. En abril de ese año, el Gobierno pensaba que la economía cerraría el año creciendo y finalmente se contrajo un 2%. «Nos equivocamos totalmente», convino Solbes en una comparecencia ante la comisión del Congreso que investigó el colapso.
«Nos equivocamos totalmente», reconoció Solbes sobre la forma en que afrontó el Gobierno la crisis económica de 2008
Conversador brillante y perfeccionista en el razonamiento, en las negociaciones hizo gala de una paciencia infinita y atesoró la virtud, cuentan sus interlocutores, de saber asumir los puntos de vista de la otra parte para, más tarde, conciliarlos con las posibilidades que ofrece la coyuntura real. Los periodistas especializados en información económica admiraron su capacidad para desmenuzar a las tres de la madrugada, con la mejor de sus sonrisas, las repercusiones de una devaluación monetaria.
TITULO: De seda y hierro - Juan Echanove y Lucía Quintana desembarcan en el Teatro Bergidum de Ponferrada con la comedia 'Ser o no ser',. Domingo -2- Abril ,.
El Domingo -2- Abril , a las 20:20 por La 2, foto,.
Juan Echanove y Lucía Quintana desembarcan en el Teatro Bergidum de Ponferrada con la comedia 'Ser o no ser',.
Juan Echanove y Lucía Quintana protagonizan 'Ser o no ser'.
El trabajo de Ernst Lubitsch adaptado por Bernando Sánchez y que satiriza la amenaza mundial que supuso el nazismo llegará al coliseo ponferradino el próximo jueves 23 de marzo,.
Para los historiadores del cine 'Ser o no ser' pasa por ser una de las mejores comedias de la historia del séptimo arte. Adaptada por Bernardo Sánchez a partir de la comedia de Ernst Lubitsch, la obra llega ahora al teatro con un reparto que encabezan Juan Echanove y Lucía Quintana. En el Bergidum se verá el jueves, 23 de marzo (20.30 horas). Las localidades están agotadas.
Varsovia, agosto de 1939. La compañía teatral del matrimonio Tura se instala en un teatro para ensayar una obra que satiriza la amenaza mundial que suponen Hitler y el nazismo. A la vez, representan Hamlet, cuyo verso «ser o no ser» será la clave de un affaire extraconyugal. Los problemas se les multiplicarán en todos los órdenes: las autoridades polacas prohíben el estreno para evitar represalias de Hitler, lo que no impedirá que Alemania invada Polonia.
Con el teatro semidestruido por los bombardeos como centro de operaciones, los actores de la compañía tendrán que ingeniar una doble trama teatral, de guardarropía y suplantación, para desactivar la entrega de un documento que acabaría con la resistencia y para huir de Polonia a Inglaterra, tierra de Shakespeare. Esto supone que sean ellos mismos quienes, en un alarde interpretativo, se hagan pasar por nazis. En medio de esta peripecia, los Tura tendrán que solventar la irrupción en su matrimonio de un joven aviador de la R.A.F., que ha convertido su vida conyugal en un vaudeville: aún más teatro.
La gran comedia se sirve del arte de la representación, de la risa, del teatro en fin, para defenderse de la falsedad y del abuso de poder. Chaplin y Lubitsch, en tiempo real y jugándose el tipo, le dieron a Hitler donde más le dolía, usurpándole el bigote en que se resumía su figura. En la genial película «Ser o no ser», y con Shakespeare como única arma, Lubitsch desmontaba la maquinaria nazi. Aquella trama vodevilesca en torno compañía del matrimonio Tura se lleva ahora a escena interpretada por Juan Echanove, Lucía Quintana, Ángel Burgos, Gabriel Garbisu, David Pinilla, Eugenio Villota y Nicolás Illoro, bajo la dirección del propio Echanove. La crítica ha señalado que esta adaptación es «un magnífico espectáculo donde caben la sonrisa, la carcajada y también la emoción, y en el que se sortean con inteligencia los escollos que plantea la traducción del lenguaje audiovisual al escénico»,.
TITULO: Noche Sexo - Monica y el sexo - Las actrices del destape reivindican su papel ,.
El viernes - 31 - Marzo , 0.40 / Cuatro, fotos,.
Las actrices del destape reivindican su papel,.
Presentado en el Festival de Málaga, el documental 'Mujeres sin censura' denuncia el machismo que sufrieron las protagonistas de aquel taquillero y fugaz cine,.
Sandra Alberti, nombre artístico de la zamorana María José de Jesús, luce en el salón de su casita madrileña una reproducción gigante de la portada de 'Interviú' que protagonizó en octubre de 1978. En ella, curiosamente estaba vestida, no así en la decena de películas que la consagraron fugazmente como musa del destape: 'El transexual', 'Niñas... al salón', 'Escalofrío', 'Trauma'... Alberti cuenta en el documental 'Mujeres sin censura', presentado en el Festival de Málaga, que cuando aquel cine acabó con el advenimiento de las salas X en 1982 solo quedaban dos opciones: pasarse al porno puro y duro o ejercer la prostitución. Ella tuvo ofertas de madames. Y, desvela, una llamada de Zarzuela: «Me vinieron a buscar para el Rey, pero dije que no estaba dispuesta».
Josele Román, con más de cien papeles en su haber, se especializó en hacer «de criada y putita graciosa». Una vez terminó una película en la que no enseñaba los pechos, pero cuando el productor se dio cuenta la volvió a llamar para rodar escenas adicionales. Desnuda, claro está. Eva Vizcarra, la directora del documental estrenado en la sección Afirmando los derechos de las mujeres del certamen malagueño, juega a que Román reproduzca la célebre escena de 'Manolo Lanuit' en la que Alfredo Landa pasea en bañador por la playa recibiendo los piropos de suecas en tumbonas. Ahora son los hombres los que la silban a ella.
'Mujeres sin censura' reivindica el trabajo de unas mujeres que disfrutaron de una fama efímera gracias a un género taquillero que siempre hemos contemplado con una sonrisa, sin darnos cuenta del peaje que pagaron aquellas actrices. El cine del destape se valora como un triunfo de la libertad en lucha contra la censura, abolida en 1977, pero también era el reflejo de una sociedad machista que comercializó con el cuerpo de las actrices, convirtiéndolo en un objeto de consumo. En el documental hablan los actores de la época. Como Manuel de Blas, al que siempre le tocaba hacer de violador. «Pero, qué curioso, nunca me desnudaba», observa. Máximo Valverde, galán por excelencia en aquel tiempo, apunta que jamás se quitó los calzoncillos en las escenas de cama. Y recuerda a Ignacio F. Iquino, director de 'joyas' como 'Aborto criminal', 'La zorrita en bikini' y '¿Podrías con cinco chicas a la vez?', que cuando tocaba una escena de sexo la interpretaba él primero para poder manosear a gusto a la actriz.
Amenazas de muerte
El productor Enrique Cerezo, que hoy es el propietario de todas aquellas películas, es claro en el filme: «Los críticos dirán ahora lo que quieran, pero todo el mundo estaba encantado en la época». Se rodaban dobles versiones, con escenas más atrevidas para el extranjero. Y el ansia de los espectadores por ver carne en pantalla también alcanzó a actrices que no eran del género, como Rocío Dúrcal, que hundió su carrera cinematográfica por culpa de las escenas de lesbianismo de 'Me siento extraña' (1977) junto a Bárbara Rey.
«La mujer tenía muy poca importancia, era siempre la sumisa. El cine reflejaba la España de aquel momento», reflexiona Teresa Gimpera, mientras para Claudia Gravi «fue el momento en el que, por fin, las mujeres empezamos a mirar a los ojos». Las entradas de cine costaban cien pesetas. Daban derecho a un sinfín de desnudos femeninos que contemplaban una inmensa mayoría de espectadores masculinos. María José Goyanes llora al recordar las representaciones de 'Equus', por las que recibía amenazas de muerte diarias al salir al escenario desnuda. Y piensa en los hombres que quedaban frustrados al contemplar sus pequeños pechos de adolescente. «Las actrices de la Transición demostramos que este país era muy hipócrita», concluye.
«He tratado de sacar la parte menos escabrosa, porque lo que ellas cuentan es muy duro», explica la directora Eva Vizcarra. «A todos nos avergonzaba el cine del destape de alguna manera. No hemos sido capaces de naturalizar algo que existió y que no estuvo bien. Nadie mejor que ellas, que lo sufrieron, con el derecho a contarlo. Ellas quieren olvidarlo, pero nosotros no debemos hacerlo». La realizadora logró que seis de aquellas actrices se pusieran frente a la cámara: Josele Román, Teresa Gimpera, Claudia Gravi, María José Goyanes, Eva Lyberten y Sandra Alberti. Pero muchas otras dijeron que no para no volver a recordarlo.
«Hay una parte de casi violación porque no me apetecía mostrar la parta final y oscura del cine de destape, que era casi pornográfico», apunta la realizadora. «Hubiera sido más fácil, pero prefería hablar de lo que ocurrió socialmente, contar y no juzgar. Éramos unos hipócritas, todos criticábamos aquel cine, pero había colas enormes para ir a verlo». Las taquillas que lograron hoy resultan impensables. «Las puede hacer 'Torrente', con la distancia que hay entre un cine y otro».
Eva Vizcarra se congratula del #MeToo, pero con el cine del destape cree que todos hemos mirado para otro lado. «Es terrible ir a trabajar y no saber si te vas a desnudar o a acostar con cuatro tíos», lamenta. La única parte positiva de todas aquellas películas, observa, es que contribuyeron a que las cosas cambiaran en un país que salía de cuarenta años de dictadura. «Estas mujeres fueron pioneras, ¿qué hubiera sido del cine de Almodóvar sin el destape? O de Bigas Luna, Victoria Abril, Maribel Verdú... España estaba abriéndose al mundo, todos queríamos ser libres y nos parecía que libertad era que una señora enseñara la teta junto al alcalde de Madrid. Pero estas mujeres tuvieron que sufrir una condena social».
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