martes, 12 de agosto de 2025

Juego de Niños - De la caza de Jack el Destripador a las guerras en el Japón feudal: el ‘boom’ de los juegos de mesa ,. - Sábado - 9 , 16 - Agosto ,. / POLICIA O JUSTICIA - Cuentas pendientes ,. / LA PANTERA ROSA - Y LUKE LUKE - Manu Chao cierra el cartel del Alcazaba Festival de Badajoz ,. / EL CLUB COMEDIA - La tragedia 'Edipo Rey' más internacional llega a Mérida desde Roma,.

 

 TITULO:  Juego de Niños -   De la caza de Jack el Destripador a las guerras en el Japón feudal: el ‘boom’ de los juegos de mesa   ,. Sábado - 9 , 16 - Agosto  ,.

Juegos de niños,.

  Sabado  - 9 , 16  - Agosto , a las 22:00 por La 1, fotos,
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 De la caza de Jack el Destripador a las guerras en el Japón feudal: el ‘boom’ de los juegos de mesa ,.

El aumento de autores, editores, eventos y obras publicadas dispara también la variedad de la oferta del sector, que insiste en que cualquiera puede encontrar su título perfecto,.

 Unas chicas juegan en Six Board Game Cafe, especializado en juegos de mesa, en Madrid.

 Unas chicas juegan en Six Board Game Cafe, especializado en juegos de mesa, en Madrid.

 Al principio, la vida es un juego con pocas reglas. Desde la casilla de salida, los bebés empiezan a gatear hacia donde quieran. Poco a poco, sin embargo, el tablero se estrecha. Aparecen las instrucciones: hay que hacer esto y aquello, elegir, cumplir. Finalmente, a cada uno le queda un solo camino: el suyo. Aunque basta con sentarse y coger unos dados para recuperar tantas opciones perdidas: viticultor en la Toscana; premio Pulitzer; piloto de aviones; arquitecta de catedrales; centurión de la Antigua Roma; músico de fado; inspectora a la caza de Jack el Destripador. Y así hasta las cerca de 5.000 novedades anuales a nivel global. Tanto que en el sector de los juegos de mesa en los últimos años se repite que hay uno para cada jugador. Solo se trata de encontrarlo. Lorena Fernández, cocreadora de Nobel Run, lo define con una expresión típica del feminismo, otra causa que abandera: “Ponerse las gafas lúdicas”. 

 “Casi todo es susceptible de convertirse en juego, si encuentras la dinámica adecuada”, apunta Sheila Santos, cocreadora con Israel Cendrero del celebrado The White Castle, sobre un conflicto entre familias en el Japón feudal. “La selección de obras muy buenas ha crecido significativamente”, agrega Michael Kiesling, autor de Azul, cuya invitación a diseñar el mejor azulejo para el Palacio Real de Évora ha creado artistas en millones de hogares. De cinco minutos a un finde entero; para pelear o cooperar, forjar nuevas amistades o romper las viejas; con una narrativa inmersiva o sin ninguna trama, a golpes de partidas frenéticas; solos, en pareja o en legiones; desde la cuna hasta la mecedora. Las cifras hablan de boom, de 150 millones de facturación en España, unos 4.000 globales, más autores y editores que nunca, y creciendo cada año. Pero la quincena de fuentes entrevistadas subraya aún más otro auge: de talento y variedad. 

 

Inabarcable”, la califica Jesús Torres Castro, creador, organizador del Festival Internacional de Juegos de Córdoba y fundador de la asociación Jugamos Tod@s. Hay títulos que comprenden muchas décadas y dinámicas, como Brass: Birmingham (de Martin Wallace, Matt Tolman y Gavan Brown), sobre la Revolución Industrial en Inglaterra, o For the People (de Mark Herman), que pone a revivir la Guerra de Secesión. Otros prefieren dos pistas básicas y al lío de encontrar imágenes iguales, en Dobble, de Denis Blanchot, o imitar y describir personajes famosos, como Time’s Up, de Peter Sarrett. Unánimo (de Ora y Theo Coster), Código Secreto (de Vlaada Chvátil) o Dixit (de Jean Louis Roubira) ponen a prueba la imaginación, pero también la afinidad entre los presentes. Y En el año del dragón, Everdell o Concordia exigen dotes de gestión dignas de un gran líder. Todos, eso sí, requieren antes un único requisito: probar.

Cada vez más gente lo hace. Bares como Six en Madrid o Txoko Tabulo en Bilbao se llenan cada fin de semana de público sediento de cerveza y juegos. “Se baten récords de presencia en los eventos. Cuando lanzas una novedad a veces las tiendas te dicen: ‘Ya tengo 20’. Ha crecido mucho también la cantidad de obras internacionales que se traen”, reflexiona Pau Bernuz, coeditor y cocreador en República Bananera, sello volcado en juegos de cartas con humor muy al límite (o más allá). En las explicaciones de este auge regresa la variedad: se habla de la presunta sociabilidad mediterránea, la dopamina que proporciona una actividad compartida, o el creciente rechazo a las pantallas y las prisas. También que el norte de Europa juega más aún porque concilia mejor y necesita remedios contra la lluvia.

El relato cronológico, en cambio, se repite en todas las fuentes: coloca el comienzo de la era moderna con Catán, de Klaus Teuber, en 1995; Carcassonne, 7 Wonders, Aventureros al tren o Agrícola salen citados como otros hitos, junto con el concepto de eurogames (títulos de autor, de máximo dos horas, con prioridad a la toma de decisiones, rol mínimo del azar y resolución muy abierta hasta el último turno); el interés aumentó tras la crisis de 2008; finalmente, la pandemia de la Covid-19 supuso un salto de muchas casillas hacia adelante.

“Nos obligó a sentarnos con nuestra familia y dedicar un tiempo a interactuar. Netflix también puede juntarnos, pero estamos consumiendo un producto individual. Esto es colectivo”, resume Santiago Santisteban, responsable de Tranjis Games y cocreador de Virus!, acaso el título más exitoso del mercado español reciente. Y protagonista de torneos por todo el país, otro indicio del tirón del sector. El autor confiesa que fue concebido “para treintañeros barbudos”, pero terminó enganchando aún más a sus hijos. Lo cual ejemplifica otro cambio que muchos subrayan: en el público.

Una partida de un juego de mesa, en una imagen facilitada por la editiorial Tranjis Games.

Puede que los juegos de mesa sufrieran al menos dos estereotipos: aburridos y clásicos, por la fama de los eternos Risk, Monopoly o Cluedo; o rarezas para frikis esmerados en pintar sus miniaturas. Hoy, los viejos prejuicios se tambalean como nunca. “Incluso quienes se resisten conocen gente que juega y van viendo más y más juegos a su alrededor”, dice Torres Castro. “Nuestro mayor público es una mujer con hijos de entre 35 y 40 años”, informa Santisteban. Cualquier paladar puede encontrar su plato ideal.

Aunque otra barrera sí resiste, y divide aún las dos audiencias principales: market y hobby. Traducido, identifica un público muy volcado, dispuesto a invertir muchas horas e intelecto en Twilight Struggle (recreación de la Guerra Fría) o 7 Ages (¡6.000 años de historia!), y otro casual, que pide la diversión inmediata de los llamados party games, como Despistas, PictoRush o Terapeuta de pacotilla. A veces, los segundos se aventuran a pisar el territorio más experto. Más habitualmente, sin embargo, se mantiene cierta distancia.

Sucede, al fin y al cabo, también en cine, videojuegos o literatura. Y precisamente con el mundo del libro se comparan a menudo los juegos de mesa. Por la presencia de obras de autor y otras de claro enfoque comercial; porque se disputan el mercado grandes editoriales y sellos más pequeños e independientes; porque aquí también los creadores ingresan como mucho un 10% del precio de venta; o, por supuesto, porque las obras tocan cualquier tema o estilo. “Nos sentimos mucho más identificados con el libro que con el juguete”, señala Rocío Martínez, directora de marketing de Asmodee España. Aunque, a la vez, el juego exige características específicas. “Una primera partida muy satisfactoria y para el máximo número de usuarios”, sostiene Cendrero. “Que se quiera volver a jugar”, afirma Hugo de la Riva, organizador de Toledum, un festival gratuito que se ha estrenado este año en la ciudad. “Un tema apropiado, reglas comprensibles (cuantas menos, mejor), excelente material”, agrega Kiesling. “Las mecánicas pueden servir para hacerte vivir una experiencia”, completa Enrique Lara, responsable de marketing de Maldito Games.

Muchas obras, además, reflejan tendencias actuales: los apasionados de Escape Rooms o true crime pueden investigar en Exit o Hidden Games; quien anhele pausa contemplará absorto las aves de Wingspan o La gran migración; Daybreak permite cooperar para retener el sobrecalentamiento del planeta, y incluso la corrupción política en España tiene su juego: Ladrillazo. El ingreso de Disney o Lego (Monkey Palace, Brick like This), con sus licencias, avisa de un negocio al alza. Maldito Games, especializada en juegos de autor, fue adquirida en diciembre por uno de los colosos, Devir. Y aunque los cuatro socios de República Bananera mantienen sus trabajos originales, las cuentas les permitirían plantearse que “tal vez un par de personas se dediquen solo a esto”, según Bernuz.

El propio público a veces se mete a alimentar el negocio: en Kickstarter, la mayor plataforma mundial de micromecenazgo, cuatro de los 10 proyectos que han logrado mayor financiación en la historia son juegos de mesa. Batman: Gotham City Chronicles o Exploding Kittens pedían cientos de miles de euros, pero terminaron recaudando millones. El segundo lleva años convertido en fenómeno global, con adaptación a serie incluida.

Así, Exploding Kittens ha trascendido a los juegos. Y, de paso, evidenciado lo mucho que aún los separa de otros ámbitos culturales. Porque, pese al constante aumento, la facturación anual supera por poco a la del cómic, muy lejos de libros, cine, música o videojuegos. España crece también en creación propia, pero Italia o Alemania marchan aún a otro paso. Y pese a tantos cambios, hay problemas o dificultades que se arrastran. “La mayor barrera de los juegos de mesa son las reglas. Requieren un esfuerzo inicial que para muchos se hace complicado. Aunque aprender cuando te explican es muy fácil”, reflexiona Torres Castro. Por eso, hace años que las editoriales realizan vídeos para resumir y simplificar las instrucciones. El espacio que los juegos ocupan a menudo y su coste también complican el despegue. “Los precios están subiendo, pero se construyen obras cada vez más cuidadas, algunas son casi artículos de orfebrería”, dice De la Riva.

El techo de cristal tampoco se ha quebrado por el momento. “Es otro mundo más en el que autoras e ilustradoras estamos en menor medida y con menor visibilidad, en el que funcionan las mismas mecánicas. Vas a encuentros profesionales y ellas tienen que aguantar comentarios y señores que les explican cómo hacer sus juegos”, tercia Lorena Fernández. Por más que el público ya no sea solo un club de chicos, en la autoría la presencia femenina sigue siendo muy minoritaria. Tanto que Julia Johansson y Albert Pinilla titularon su juego, que rescata a mujeres importantes de la historia, We Can Play (Podemos jugar). Y Cati Hdez y Noemí Blanch han lanzado un podcast “feminista y lúdico” bautizado Play Like a Pank.

El éxito ha servido para destacar otras asignaturas pendientes. Los juegos de mesa, ahora que son más y mayores, se atreven a levantar la voz. Empezando por el propio nombre. “Desde 2017 nos juntamos en la asociación Hispa, y pedimos que se elimine la palabra ‘juego’ cuando se hace referencia a las apuestas. Igual que en inglés: gaming y gambling”, apunta Santisteban. Además, solicitan un reconocimiento oficial como ámbito cultural, tanto por cuestiones fiscales, como por la protección y el beneficio de imagen que eso conlleva. “En la creación intervienen escritores, ilustradores, maquetadores, un montón de artistas”, añade el responsable de Tranjis. “En el Bono Joven [400 euros que el Gobierno regala a los que cumplan 18 años para gastar en cultura], por ejemplo, no estamos incluidos”, lamenta Rocío Martínez, de Asmodee. Ni tampoco suelen tener cabida en los medios generalistas.

Una imagen del juego de mesa 'Nobel Run', de Lorena Fernández, Íñigo Maestro y Pablo Garaizar, editado por Tranjis.

Otra recriminación genera más división: algunos entrevistados denuncian que las mecánicas de un juego no pueden registrarse como obra de propiedad intelectual. Y alertan de que eso contribuye a normalizar y disparar los plagios. Otros, en cambio, recuerdan que marca, instrucciones, dibujos o personajes sí están amparados y protegidos. “En Alemania los juegos de mesa han sido reconocidos este año como Patrimonio Cultural Inmaterial”, aporta al debate Torres Castro.

Del mismo país también vino otro punto de inflexión, allá por 1988. Una quincena de creadores, reunidos en un café, aprovechó lo que tenía a manos para pactar que jamás darían uno de sus juegos a una editorial si su nombre no aparecía en la caja. Nacía el Manifiesto del posavasos de cerveza. Y, con él, la categoría de autor de juegos de mesa. “Nadie sabía quienes inventaron los títulos más famosos del siglo pasado: Monopoly de Lizzie Magie, Risk de Albert Lamorisse, Cluedo de Anthony Pratt, etc. Ahora el nombre de la persona autora está en la portada de sus juegos y podemos seguir su obra”, celebra Torres Castro. Aunque, una vez obtenido el reconocimiento, los creadores de juegos están condenados a pelearlo igual o más que sus compañeros en el cine, la literatura o el teatro.

“Creo que no hay ningún autor que viva de los royalties de los juegos de mesa”, asegura Santisteban. Ni mucho menos él y sus amigos, pese al triunfo de Virus!. “Los ingresos por un juego son normalmente bajos, en relación al tiempo invertido. Pueden, en cambio, resultar correctos para un autor que haya publicado muchas obras con varias particularmente exitosas”, elabora Kiesling. En filmes, libros o espectáculos, eso sí, resultaría inconcebible que a un primer vistazo no aparezca en un lugar destacado el nombre del creador, como sí sucede en las webs de algunas editoriales conocidas de juegos de mesa.

Con las disciplinas más célebres, últimamente, hay otros puntos en común. Por un lado, los temores de sobreproducción. “Hay demasiada oferta, ha crecido más que la demanda. No hemos conseguido que crezca lo suficiente el público, hemos sacado más juegos de los que el mercado pueda ocupar”, plantea Santisteban. “Es posible que la tirada media se vaya reduciendo como ha ocurrido con los libros. La expectativa de los juegos también es una ventana de oportunidad cada vez más pequeña. Es raro que haya reimpresiones y que se produzca un evergreen [una obra cuyas ventas se mantengan de fondo durante mucho tiempo]”, aclara Joaquim Dorca, director de marketing de Devir.

El reciente cierre de algunas editoriales ha desatado voces que apuntan al fin del boom y el comienzo de la marcha atrás. Las fuentes entrevistadas lo desmienten. Pero, a la vez, hay quien considera que el auge ha disparado los juegos buenos, pero también los malos. Y los intentos de subirse a toda prisa a un carro que parece tirar. En las conversaciones, aparecen expresiones como “spam”, “refritos del Pictionary” o “más marketing que calidad”. El equipo de República Bananera, de hecho, ha recibido críticas en este sentido, y por los chistes de sus obras. “Intentamos hacer cosas transgresoras. Éramos conscientes de que es muy difícil hacer un juego para todo el mundo, porque terminas haciendo un juego para nadie. Nuestra filosofía es no ponernos muchos limites en el humor, pero si alguien se siente ofendido puede mandarnos un mensaje y, si es el caso, pedimos disculpas o hasta cambiamos cosas”, responde Bernuz. La traducción al castellano de Station Fall, de Matt Eklund, también causó polémicas hace dos años por convertir en masculino el género de algunos robots, neutro en el original inglés.

“La inmensa mayoría de editoriales trabaja con un gran amor por el sector. Sin duda hay casos de intento de lucro rápido y productos de bajo nivel, pero es algo similar a otros sectores culturales. No todo lo que se estrena son películas de alta calidad”, aclara Torres. “Hay mucha más competencia y esto hace que los juegos cada vez sean más buenos. En un entorno de competitividad donde salen 4 o 5.000 juegos al año, uno no puede sacar un juego con cuatro cañas y ya está”, agrega Dorca, de Devir. Corresponde al usuario, pues, elegir. Entre posibilidades cada vez mayores y más distintas. Desarrollar la cultura maya, liderar a las valkirias, cazar licántropos o llenar de plumas una gallina. Al final, según De la Riva, la esencia es la misma: “Un juego de mesa es una invitación a pasar tiempo juntos”. ¿Quién no querría recibirla?,.

TITULO: POLICIA O JUSTICIA - Cuentas pendientes,.

 

Cuentas pendientes,.

La investigación al exministro Montoro abre una vía de agua al PP en un momento en el que había logrado fijar el relato contra Sánchez,.

«Las cuentas pendientes»

foto - exministro Cristóbal Montoro,.

La investigación al exministro Cristóbal Montoro abre una espectacular vía de agua en la estrategia de oposición radical y en tromba aplicada por Alberto Núñez Feijóo contra el presidente del Gobierno. El líder del PP ha señalado tras conocer la noticia que no va a criticar ni la «persecución de los jueces» ni aludir a los «pseudomedios» para que la investigación «haga su trabajo». Trata así de diferenciarse de la reacción de Pedro Sánchez tras el caso Cerdán, pero es evidente que la gravedad de las acusaciones lanzadas introduce una variable en el inflamado debate que cambia el decorado y mete a nuevos personajes en el guion. El PP ha desbaratado su discurso de colocar al PSOE en el único epicentro de la corrupción. Los socialistas fueron tajantes en reaccionar al aparecer los indicios contra Santos Cerdán y en su día exigieron el escaño a Ábalos cuando estalló el escándalo. Eso sí, sigue sin entenderse por qué tras retirarle la confianza como ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE, Ábalos fue de nuevo candidato a diputado en la Comunidad valenciana.

Pero el foco está ahora puesto sobre Montoro y el escándalo de la 'alta delincuencia' que se presume detrás de este asunto, que además ha destapado una verdadera 'guerra sucia' en el seno de la derecha, con numerosos ajustes de cuentas pendientes. Los socialistas reciben esta investigación, y todo este ruido de fondo, como una valiosa munición de contraataque en el partido agónico que libran con el centroderecha y en el que el PP ha puesto en marcha un imaginario ligado a la prostitución con el que quiere laminar la reputación del Partido Socialista, sobre todo en el electorado de las mujeres.

Sin embargo, los movimientos políticos circulan a una elevada velocidad. Después del pleno sobre la corrupción, que permitió a Sánchez salvar la cabeza y contar con un menguante apoyo de sus socios, la investigación sobre Montoro -saludada con euforia por una parte de la derecha más dura que le tiene muchas ganas a Rajoy- obliga a los populares a salir de la burbuja. Es evidente que las acusaciones contra Montoro no restan ni un ápice a la gravedad de la trama Koldo-Ábalos-Cerdán, a la espera de saber, eso sí, si aparecen rastros reales del destino del dinero que supuestamente fue a parar a mordidas de algunas empresas en determinados contratos de obras públicas. ¿Qué valor probatorio pueden tener los audios que hemos escuchado si no aperece el dinero?

La semana se ha completado con nuevos episodios que ilustran lo embarazoso que está el campo de juego europeo por contaminación del pulso enconado que se libra en España. Que el representante de la Comisión Europea ante la vista del Tribunal de Justicia de la UE señale que la ley de amnistía no responde «al interés general de España», por tratarse de un acuerdo político logrado para salvar la investidura de Sánchez, constituye un varapalo para la estrategia del Gobierno después del pronunciamiento favorable del Tribunal Constitucional. El nuevo aplazamiento de la cuestión de la coooficalidad del catalán, del euskera y del gallego en las instituciones de la Unión, tras las reticencias de un bloque minoritario de países que impiden la unanimidad, ponen de manifiesto la enorme batalla de poder que se disputa en el seno de Europa. El PP ha movido sus piezas para impedir este reconocimiento, persuadido de que esta derrota diplomática de la causa plurilingüístca de España es un torpedo a la línea de flotación de la relación entre el Gobierno PSOE-Sumar y los nacionalistas. Puede ocurrir precisamente todo lo contrario, que la hostilidad manifiesta del PP hacia el reconocimiento formal de las otras lenguas oficiales del Estado español en la UE alimente una enorme fractura política y emocional que, tarde o temprano, pasará su alargada factura. Y si no, al tiempo. Vox sigue disparada en las encuestas. El PP tiene un serio agujero en su propio seno mientras el ministro Félix Bolaños respira aliviado tras desactivarse su causa ante el Supremo. Son los 'incendios' del verano. Algunos se apagan y otros se cronifican.

TITULO: LA PANTERA ROSA - Y LUKE LUKE -    Manu Chao cierra el cartel del Alcazaba Festival de Badajoz,. 

LA PANTERA ROSA - Y LUKE LUKE -    Manu Chao cierra el cartel del Alcazaba Festival de Badajoz , fotos,.

 

Manu Chao cierra el cartel del Alcazaba Festival de Badajoz,.

Actuará el 20 de julio, y su nombre se añade a los de Amaral y Cano, artistas confirmados anteriormente,.

Manu Chao, en un concierto en Francia el verano pasado

 Manu Chao, en un concierto en Francia el verano pasado,.

El músico, compositor y activista hispano-francés Manu Chao será el tercer artista que actuará en el Alcazaba Festival de Badajoz 2025. Su nombre se suma a los de Amaral y Cano, ya confirmados anteriormente.

 Mi música divertida: La pantera rosa

Así, Manu Chao aportará la cuota internacional en la séptima edición de este evento musical. Actuará en Badajoz el próximo 20 de julio, y las entradas para su concierto se pueden adquirir en la plataforma de entradas del propio evento musical, a través de la web www.alcazabafestival.com, desde las diez de la mañana de este martes 27 de mayo, informa la organización en un comunicado.

 

El exintegrante de Mano Negra lanzó el pasado año el trabajo 'Viva Tú' y se encuentra inmerso en una gira que le ha llevado desde Argentina o Brasil a India, Nepal o o Singapur. Actualmente se encuentra en Bélgica, donde también está protagonizando varios conciertos. Badajoz y su festival de verano será cita ineludible de su paso por España.

El intérprete de 'Me gustas tú'; 'Me llaman Calle' (banda sonora de Princesas, galardonada con el Goya a la mejor Canción Original en 2005, además del Grammy Latino como mejor canción alternativa) o 'La vida tómbola', tema principal del documental 'Maradona', sigue «su singular carrera internacional en la que alterna de manera magistral su presencia en los circuitos comerciales con su activismo antiglobalización y su defensa de los más vulnerables», añade el Festival.

Amaral y Cano

La participación de Manu Chao en el Alcazaba Festival se ha dado a conocer este lunes en la rueda de prensa de presentación oficial del festival, en la que han participado representantes de las administraciones públicas, Junta de Extremadura, Diputación y Ayuntamiento de Badajoz.

Alcazaba Festival Badajoz se celebrará del 17 al 20 de julio y además del músico hispano-francés contará con la presencia de Amaral y Cano. El dúo zaragozano Amaral iniciará esta edición del Alcazaba Festival de Badajoz el jueves 17 de julio. Las entradas también se pueden adquirir en www.alcazabafestival.com.

La figura de la música urbana David Cano, conocido artísticamente como Cano, seguidor declarado de Maka y El Barrio, se subirá al mismo escenario que han pisado sus ídolos en 2023 y 2024 el 19 de Julio de 2025. Las entradas ya se pueden adquirir en la palaforma de venta ticketmaster.es.

El dúo zaragozano estará en la capital pacense presentando su nuevo disco, noveno de estudio, Dolce Vita, que se estrenó el pasado 7 de febrero; mientras que el joven madrileño, «que ha revolucionado el género fusionando pop con música electrónica y toques de cante flamenco», hará un repaso a sus discos en el mercado.

TITULO : EL CLUB COMEDIA - La tragedia 'Edipo Rey' más internacional llega a Mérida desde Roma,. 

La tragedia 'Edipo Rey' más internacional llega a Mérida desde Roma,.

La obra, que se representa en italiano con subtítulos, forma parte del acuerdo firmado entre el Festival de Mérida y el Festival de Ostia Antica (Roma),.

 

foto - Edipo Rey ,.

Siempre he querido hacer “Edipo Rey”. Soy un apasionado devoto del psicoanálisis y de la literatura de misterio. Siempre me ha fascinado esta trama extraordinaria, en la que quien investiga un asesinato resulta ser el propio asesino. Desde hace algún tiempo, defiendo la idea de reducir el papel del director—quien, en mi humilde opinión, debería alejarse de ser un autor para volver a ser un intérprete. Sin embargo, aunque es correcto volver al texto, también es cierto que no existe una tradición interpretativa auténtica de la tragedia griega. Por lo que sabemos, los textos que han llegado hasta nosotros son vagamente comparables a libretos de ópera sin música. Al dirigir un texto de drama antiguo, uno parte desde el año cero.

La vastedad de esta obra maestra de la humanidad implica necesariamente algunas traiciones. Tras una pandemia, uno podría pasar del tema social de la peste al tema girardiano del chivo expiatorio. He elegido el camino de la metáfora del conocimiento. La obstinada voluntad de Edipo de conocer la verdad lo hace parecer una especie de Ulises que no puede evitar viajar para seguir sabiendo. Sin embargo, el viaje de Edipo es un viaje implosivo: investiga explorando dentro de sí mismo.

Será, por tanto, el propio actor, Luca Lazzareschi, quien interprete no solo al protagonista, sino también a quienes conocen la verdad, o al menos una parte de ella. Luca será también Tiresias y el mensajero, dialogando con las imágenes distorsionadas de sí mismo reproducidas en video por Alessandro Papa, quien lleva años colaborando conmigo. La principal iconografía elegida para esta puesta en escena es el surrealismo: una elección casi obligada para un viaje interior de orientación psicoanalítica. Para la música, he decidido seguir otra de mis pasiones relacionadas con este texto: la de las historias de detectives, especialmente del cine de suspense del siglo pasado. Aprovechando el origen tanto occidental como oriental de mi ya habitual músico, el israelí Ran Bagno, no podré olvidar que Edipo también representa el punto más incandescente de uno de los conflictos eternos de la humanidad: la lucha entre dos culturas.

Jamás habría podido imaginar dar vida a este sueño de toda una vida sin el gran talento interpretativo de Luca Lazzareschi y Manuela Mandracchia, quien interpretará a Yocasta; sin las capacidades visionarias de Marta Crisolini Malatesta; sin el talento cinematográfico en la iluminación de Gigi Saccomandi; y sin la colaboración de actores que ya se han convertido en compañeros de viaje, empezando por Paolo Serra, con quien me une una colaboración de casi treinta años, y siguiendo con Francesco Biscione, Paolo Cresta y Alessandro Balletta.

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