TITULO: España Directo - Economía - El Estado inyecta 10.192 millones para tapar el agujero de las pensiones,.
El Estado inyecta 10.192 millones para tapar el agujero de las pensiones,.
La recaudación por cotizaciones sociales subirá en más de 7.000 millones, pero sólo cubrirá el 76,3% de las necesidades financieras.
La recaudación por cotizaciones sociales subirá en más de 7.000 millones, pero sólo cubrirá el 76,3% de las necesidades financieras.
El Estado destinará un máximo de 10.192 millones de euros para tapar el agujero de la Seguridad Social mediante la concesión de un préstamo sin intereses y a devolver en un plazo tope de diez años desde 2018. Según el proyecto de Presupuestos, la Seguridad Social ingresará por cotizaciones sociales un total de 110.560,3 millones en 2017, un 5,7% menos que lo presupuestado inicialmente en 2016 pero un 6,8% más (7.043,5 millones) si se calcula sobre la liquidación real del año pasado.
Esta cantidad permitirá a la Seguridad Social financiar el 76,3% de su presupuesto total, según estima el Gobierno, lo que hace necesario esa inyección con cargo a los PGE, al margen de que los mismos contemplen aplicar este año el régimen excepcional de disposición de activos del Fondo de Reserva, por lo que no resultará de aplicación el límite del 3% sobre el crédito inicial para pensiones.
A este respecto, Montoro señaló en su comparecencia que «no tiene sentido» convertir la hucha de las pensiones en garante de las pensiones. «El valor del Fondo de Reserva es exagerado. Hay que abonar 130.000 millones y el Fondo nunca ha pasado de 70.000 millones. No daba ni para pagar medio año», indicó. Sobre las tensiones en la Tesorería de la Seguridad Social, Montoro fue muy claro al remarcar que las pensiones «se van a cobrar». «Las pensiones están garantizadas por el Estado y mejorarán por las cotizaciones y el empleo. Su déficit viene de que el Gobierno las ha subido hasta en el peor año y por el crecimiento vegetativo», aseguró el titular de Hacienda, que no contempla agotar el Fondo de Reserva.
Los PGE sitúan el déficit de la Seguridad Social en el 1,4% del PIB en 2017, reduciéndose progresivamente hasta alcanzar en 2019 un objetivo de déficit de un 1% del PIB. Durante el ejercicio se asignarán 139.647 millones de euros, 4.198 millones más que en 2016 (+3,1%), para el gasto en pensiones, lo que representa más del 40% del total del gasto del presupuesto consolidado. El creciente aumento de las pensiones es consecuencia de la revalorización del 0,25%, del aumento del número de pensionistas y del incremento de la pensión media de los nuevos beneficiarios.
Tras las cotizaciones sociales, las aportaciones del Estado son las que más contribuyen a la financiación de la Seguridad Social por un importe global de 13.074 millones de euros, un 0,7% menos que en 2016, de los que 7.180 millones irán destinados a cubrir los complementos a mínimos, 230 millones de euros menos que en 2016.
El Gobierno justifica este descenso de la cuantía para complementos de las pensiones mínimas en la tendencia decreciente de este gasto en los últimos ejercicios por el mayor número de pensiones nuevas. Las aportaciones del Estado para financiar las pensiones no contributivas y las prestaciones no contributivas de protección a la familia alcanzarán los 2.486 y 1.544 millones, respectivamente, y el importe destinado a la atención a la dependencia crecerá un 8,2%, hasta los 1.355 millones, de los que 1.262 millones corresponden a la financiación del mínimo garantizado por el Estado.
Dentro del capítulo «otras prestaciones» destaca el aumento del 11,1% del gasto en 2017 para las prestaciones por cesación temporal en el trabajo por nacimiento de hijo, maternidad, paternidad, riesgo durante el embarazo y riesgo durante la lactancia (2.450 millones de euros) por la ampliación del permiso de paternidad de trece días a cuatro semanas, que supone un gasto adicional de 235 millones de euros.
Viernes - 9 - Agosto a las 22.00, en Telecinco, fotos,.
Isabel Aaiún,.
Las dos paradas de La Potra Salvaje en León,.
Isabel Aaiún traerá a su 'Potra Salvaje' a la provincia de León en los próximos meses,.
No quiere ni riendas ni herrajes y en los homenajes se pone un vestido. La 'potra salvaje' de Isabel Aaiún se puso su mejor vestido el pasado lunes en la celebración de la victoria de la selección española de fútbol en la Eurocopa y también se lo pondrá, en dos ocasiones, en la provincia de León. En Sahagún y en León capital.
La segoviana fue una de las protagonistas de la noche de la selección gracias a que su canción fue uno de los talismanes en el vestuario de 'la roja' durante toda la Eurocopa.
Pero 'Potra Salvaje' ya era conocida desde bastante antes. Se convirtió en viral hace unos meses en redes sociales aunque su salida al mercado fue en diciembre de 2021 y ahora todo el mundo es capaz de tararear alguna estrofa de la canción. Y es que un remix de la canción la catapultado a la fama de nuevo y ahora tiene más de 25 millones de reproducciones y se postula a ser la canción de este verano.
Isabel Aaiún (Segovia, 1987) era prácticamente una auténtica desconocida hace unos meses, ahora todo el mundo habla de ella y todo el mundo quiere verla en directo. León tendrá esa oportunidad el próximo 21 de septiembre en Sahagún porque será la telonera de Camela.
Una cita que ya muchos tienen marcado en rojo en el calendario por lo que puede suponer para el municipio a nivel musical y económico. Y es que tanto Camela como ahora Isabel, mueven a cientos de personas.
Entradas
La plaza de toros de la localidad facundina abrirá las puertas a las 21:30 horas el próximo 21 de septiembre y la artista segoviana será la primera en subirse a un escenario en el que no podrá faltar su 'Potra salvaje'. Las entradas tienen un precio desde 30 euros en grada general a 40 en el coso o 50 enfrente del escenario.
Studio 54
Pero los leoneses no sólo podrán disfrutar de La Potra Salvaje en Sahagún, ya que el 24 de octubre la artista segoviana actuará en la Sala Studio 54 de la capital a las 22:00 horas. Las entradas ya se pueden conseguir en la página web de El Corte Inglés a un precio de 22,50 euros.
Dos oportunidades para disfrutar de una artista emergente en el panorama musical español y que dará mucho de qué hablar.
TITULO: Detrás del muro - PÁGINA DOS - Ida Vitale, Martes - 6 - Agosto ,.
PÁGINA DOS - Ida Vitale ,.
Martes -6 - Agosto , a las 22:00, en La2, foto,.
Ida Vitale,.
Página Dos se reúne con la poeta Ida Vitale para celebrar su 100º cumpleaños y para que nos hable de dos de sus libros, Donde vuela el camaleón y Tiempo sin claves. Tribu de Poetas y L'Horiginal presentan sus circuitos poéticos.
TITULO: Cartas de amor -¿ De verdad estamos estancados en el amor ? ,.
foto / Es tarde, tardísimo. Me acerco a la ventana y aparto las cortinas. Está lloviendo con fuerza, el viento arrecia. Las gotas caen contra el cristal, estallan en su superficie. Después se deslizan, se unen las unas con las otras. Al llegar abajo desaparecen. Mueren. Pienso entonces en el triste destino de las gotas enamoradas, y me acuerdo de ti. Reina un silencio abrumador. Es, como escribió Idea Vilariño: «La noche más callada / la más quieta / más desplomada entera sobre mí». Bajo el brazo y la cortina vuelve a extenderse sobre la ventana, dejándome de nuevo del lado seco de las cosas. Miro las paredes, de un rosa tan pálido que es casi blanco, casi gris, y pienso: «Uno siempre está solo / pero / a veces / está más solo«. Y, «en la soledad que es / única certidumbre», me escondo en los versos de la poeta uruguaya.
Todo parece discurrir en la misma habitación en la que estoy. Sé que no es así, que la memoria encontrada viaja a través de espacios diferentes, pero hoy huelo aquí el abandono. Lo siento «como un ramo de flores oscuras / en el pecho». Intento distraerme, cojo el lápiz y «escribo / pienso / leo / traduzco veinte páginas / escribo / escribo / leo. / Dónde estás / dónde estás«. Siempre vuelve el mismo pensamiento, la misma condena febril de todas las noches de todos los tiempos. Una condena física, que cobra rápido formas angustiosas, que permanece siempre estancada, que «pesa mucho / me pesa como si el mar pesara / con su bloque tremendo / sobre mi espalda«.
Suelto el lápiz y las miro, «mis manos / estas manos queridas / ya no saben / a qué cosa aferrarse». Me van quedando las migas del delirio y creo ver cómo las paredes se acercan a mí, estrechando la habitación, y el rosa pálido se vuelve gris y la pintura se vuelve mugre y «te estoy llamando / con la voz / con el cuerpo / con la vida / con todo lo que tengo / y que no tengo«. Lo estoy haciendo a gritos, «desesperadamente, / con ciego amor / con ira / con tristísima ciencia», con la insoportable certeza de que no me escucharás y de que no hay siquiera sonido saliendo de mi mandíbula quebrada, antigua, antiquísima. Mi mandíbula que ya no articula palabras de amor, igual que la de Idea Vilariño, porque tú ya no estás y quién se quedaría entonces con ellas.
Estoy tan cansado, tan exhausto de correr en círculos que me desplomo dormido, inconsciente, y pasa lo de siempre. Pasa que vuelves. En mis sueños me deshago en intentos vanos por recuperarte, como si la promesa onírica se extendiese hasta el mundo terrenal, y te encuentro en lugares inconcebibles y voy corriendo —nunca había corrido tanto como en esos sueños delirantes— para decirte, con la voz rotísima: «alcanza con que estés / en el mundo / con que sepas que estoy / en el mundo / […] / Si no / para qué todo». Mantenemos siempre largos coloquios, y tú al principio me miras con desconfianza, pero yo siempre tengo las certezas, tengo el alma encabritada y decidida a estar contigo, y te digo lo de la Vilariño: «como ahora te pones en la tarde / que ya es la noche / a ser / la sola única cosa / que me importa en el mundo». La única. Porque «no se trata de amor / damos la vida«.
En esos sueños brevísimos mantengo viva la consciencia de mi necesidad de trascender, de interconectar las dos realidades, y así imaginar ese territorio imposible en el que el amor —como agente químico y físico y artista plástico— nos diluye a los dos en un mismo cuerpo, y decirte: «quiero hacer que te olvides de tu nombre / en mi cuarto en mis brazos / quiero amarte / quiero romper al fin / vencer tu piel / y meterme en tu sangre para siempre«. Así como tú te has metido en la mía, tatuada, en ríos de tinta que yo sangro brutalmente. Que no es el amor, sabrás, lo que yo anhelo, sino a ti: «qué me importa el amor / lo que pedía / era tu ser entero para mí / en mí / en mi vida». Porque es «el amor, sueño, glándulas, locura», y yo «te digo que lo que añoro no es eso / que un cuerpo vale otro cuerpo / que cualquier abrazo sirve / que no me acuerdo cómo era». Lo que añoro no es eso.
Me despierto en la mañana y ha parado de llover, está el cielo gris y el suelo ya sequísimo. Paso la mano por el cemento y se me ensucia. Paseo y me encuentro de nuevo en los poemas de Idea Vilariño, que le escribía a Juan Carlos Onetti: «Anoche entre mis sueños / puñado de cenizas / hice el amor contigo / sereno y exquisito / contigo que hace tanto / hace tanto estás muerto». Siguió faltando, sin embargo, la misma cosa que siempre falta. «Siempre estará faltando / la honda mentira / el siempre«. Los sueños en los que te encuentro y estamos juntos comparten siempre la misma resolución, y yo, que un día te dije: «voy siendo a medida que borras mi destino», asumo fatalmente que las cosas se terminan.
«Cuando compre un espejo para el baño / voy a verme la cara / voy a verme / pues qué otra manera hay decidme / qué otra manera de saber quién soy». No existen ya más maneras posibles, más formas de recordarme a mí mismo cuál es mi rostro, cuáles mis manos, cuál mi mirada. Si no está el espejo me diluyo porque no tengo tu referencia, tu siempre correcta distancia para afirmar mi existencia, porque «que fueras tú […] / que llevaras tu nombre / que vieras con tus ojos / y que me conocieras / ya me justificaba». Y siento que aún no puedo irme por otros caminos —siento, a decir verdad, que nunca podré—, ya que «aquel amor / ahora / […] / está ahí / sigue estando / sigue diciéndome / está doliendo / está / todavía / sangrando«.
Pasan las hora y «el día va creciendo hacia ti como un fuego / y cuando caes en mí los abismos me nombran». Después llega otra vez la noche, con los mismos ritos, las mismas visitas anhelantes a la ventana que no siempre ha sido la misma. Vuelve Idea Vilariño a mi habitación —ella sabe escucharme— y asegura que lo entiende todo. Ella escribió: «Yo me estoy detenida / en tu mirar aquel / en tu mirada aquella / en nuestro amor mirándonos / y voy enajenada por la casa / apagando las luces / guardando los vestidos / pensando en ti«. Hago lo mismo: deseo no volver a dormirme otra vez, no volver a soñar que estás cuando la realidad es que «estoy tan triste como / si te hubieses muerto», que «puedo sólo sufrir / por los días perdidos / por lo imposible ya / por el fracaso».
Así que corro por la casa, rompo las cosas, pinto de cuarenta colores todas las paredes, rompo los discos que escuchábamos y tiro a la basura los lápices con los que escribí todos aquellos poemas viejos que ya nadie leerá. Al final me quedo ahí, tendido sobre los escombros, y grito por última vez: «Estoy aquí / en el mundo / en un lugar del mundo / esperando / esperando. / Ven / o no vengas / yo / me estoy aquí / esperando«. Después me empapo a mí mismo en una pena que tengo que arrancarme a la fuerza. Me la arranco como una costra que todavía muestra, al salir, la carne blanda que protegía. Respira mi herida, y ya, en un cálido silencio nocturno, suspiro: «Quisiera morir / ahora / de amor / para que supieras / cómo y cuánto te quería«. Hablo de «lo que siento por ti, tan doloroso / como la pobre luz de las estrellas / que llega dolorida y fatigada. / Lo que siento por ti, y que sin embargo / anda tanto que a veces no te llega».
Es tarde, tardísimo. Me seco la cara y me acerco a la ventana. Aparto las cortinas con la mano y observo el cielo. Hoy no llueve, pero en la ciudad no se pueden ver las estrellas. Me las imagino allí detrás, intentando hacerse hueco entre la niebla. Pienso: «Qué lástima / qué lástima / estar muertos / faltar / a tan hondo deber / a tan preciada cita / a un amor tan seguro». Pienso también que «ya no soy más que yo / para siempre y tú / ya / no serás para mí / más que tú. Ya no estás / en un día futuro / […] / No volveré a tocarte. / No te veré morir«. Y me convenzo a mí mismo de que «tal vez / de cuatro o cinco noches como ésas / pero precisamente como ésas / tal vez / pueda vivirse / como de un largo amor / toda una vida». Nosotros tuvimos más de cuatro y más de cinco. Quizá sean vidas suficientes.
Entre toda esa brumosa congestión de pensamientos, pienso también que «tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto, / sino amarse y amar, perdida, ingenuamente». Tal vez. Pero, si Idea Vilariño no supo hacerlo, lo lógico es que yo tampoco sea capaz de esquivar ese destino ingenuo del que espera, sabiendo que nada llegará mientras anhela que algo llegue. Por lo demás, «qué puedo decir / ya / que no haya dicho / qué puedo escribir / ya / que no haya escrito / qué puede decir nadie / que no haya / sido dicho cantado escrito / antes. / A callar. / A callarse«. Intentaré dormir una noche más, quizá hoy sin miedo a mis propios sueños, a encontrarte y creer que podrías regresar. No lo harás. Nadie regresa. «Inútil decir más. / Nombrar alcanza». Y yo ya te he nombrado lo suficiente.