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DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - REVISTA BLANCO Y NEGRO - Muchos estudios, poca experiencia ,.
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Muchos estudios, poca experiencia,.
Los jóvenes, los más críticos con la universidad: el 30% tiene una opinión mala o regular de la institución académica,.
El 39% de los encuestados por la Fundación Conocimiento y Desarrollo cree que no renta el dinero y tiempo invertido
Los jóvenes son los más críticos con la universidad y el 30% tiene una opinión regular, mala o muy mala de la institución académica y casi el mismo porcentaje (27%) considera que no aporta ventajas. Los jóvenes entre 18 y 29 años son los menos favorables a la universidad, dato relevante pues es el colectivo que tiene un contacto más estrecho con la institución. Son conclusiones de un estudio de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD) acerca de la valoración de la sociedad sobre la calidad del sistema universitario, realizado con una muestra de 1.012 personas de 18 a 65 o más años, de los que el 46% tiene estudios primarios o secundarios y el 54% universitarios.
( Desayuno )
A mayor edad, mejor es la valoración que las personas hacen de la universidad: la opinión general positiva pasa del 86% entre los mayores de 65 años, al 69% entre los jóvenes de 18 a 29 años; y, entre estos últimos, un 24% tiene una opinión regular, un 5% mala y un 1% muy mala. Al ser preguntados por la contribución de la universidad al bienestar personal y al desarrollo profesional también se observa que entre los jóvenes hay un porcentaje mayor (27%) que considera que la universidad no aporta ventajas.
( Cena )
Los más jóvenes también son más críticos a la hora de valorar el papel de la universidad ante los retos sociales. Mientras que una amplia mayoría de los encuestados está de acuerdo con que la universidad contribuye a resolver estos retos, los porcentajes son menos positivos en el caso de los jóvenes respecto a la aportación que la universidad hace a que la sociedad sea más diversa (67%), democrática (63%) o equitativa (64%); a responder a las principales necesidades (56%) y a resolver el cambio climático (47%). A pesar de que la mayoría de los encuestados destacan el beneficio que la universidad aporta al desarrollo personal y social, un 48 % cree que la formación no se ajusta al mercado laboral.
El barómetro de CYD destaca que un 70% considera que la enseñanza ofrecida por las universidades es muy teórica y poco práctica, opinión muy extendida entre el colectivo más joven, donde este porcentaje alcanza el 76%. Además, un 62% considera que no todas las personas que tienen interés y capacidades para estudiar en la universidad pueden hacerlo, y un 60% cree que el sistema de becas es insuficiente.
Con respecto a la valoración de los encuestados sobre diversos aspectos en los que la universidad puede aportar o contribuir a la sociedad, el 81% de los encuestados valora la aportación de la universidad a la atracción y generación de talento, el 80% destaca su papel en la formación de profesionales en activo, el 79% está de acuerdo en su papel en la generación de líderes y un 77% cree que la universidad impulsa la competitividad. Además, una amplia mayoría considera que la universidad contribuye al progreso social (87%) y a la formación a lo largo de la vida (86%), permite el acceso a empleos de mayor calidad (83%) y promueve la innovación y el emprendimiento (78%). Con valoraciones no tan positivas, un 50% cree que la universidad contribuye a la formación de desempleados.
El 57% de los entrevistados está de acuerdo en que los recursos económicos y de tiempo invertidos en la educación universitaria se justifican con los beneficios posteriores, aunque cabe destacar que un 39% considera que los recursos empleados se justifican poco o nada con el retorno que obtienen. Los porcentajes son similares en todos los grupos según su nivel de estudios: el 59% de los graduados considera que hay un retorno, frente al 55% de las personas con estudios secundarios y el 56% con estudios primarios o inferiores. Analizando las respuestas por grupos de edad, observamos que en el colectivo de personas entre 45 y 64 años se da la opinión más polarizada: mientras que el 54% está de acuerdo en que los beneficios de la universidad justifican la inversión, un 43% está poco o nada de acuerdo con dicha afirmación. El 88% de los que han cursado estudios universitarios volvería a tomar la misma decisión, y, de estos, un 41% repetiría el centro y la titulación. Entre los que no han ido a universidad, un 51% señala que sí iría si pudiera volver a elegir, mientras que un 27% se decantaría por los estudios de Formación Profesional.
Preguntados sobre cómo debería ser la universidad que España necesita, un 78% de los entrevistados opina que las universidades deberían estar especializadas en algunas disciplinas, tener autonomía y rendir cuentas de sus objetivos y de su contribución a la sociedad y al bienestar común. En el marco internacional, el 54% de los encuestados considera que la calidad de las universidades españolas está al mismo nivel que las europeas, un 29% cree que las universidades de nuestro país están más atrasadas y un 11% opina que las universidades españolas están más avanzadas.
El 90% de los encuestados considera que la universidad debe tener como prioridades la inserción laboral y el desarrollo profesional. Sin embargo, el 48% los entrevistados cree que la formación universitaria tiene poco o nada que ver con las demandas del mercado. Los más críticos son los graduados universitarios: el 53% cree que el ajuste entre formación y mercado laboral es poco o nada efectivo, una cifra que se reduce al 34% para aquellos que como mucho han cursado estudios primarios. Además, un 33% considera que hay universitarios que desempeñan un trabajo para el que están sobrecualificados.
TITULO: Las rutas Capone - Un recorrido de principio a fin por el río Ebro,.
Un recorrido de principio a fin por el río Ebro,.
Siguiendo el recorrido del famoso río podremos conocer algunas de las zonas más representativas de nuestro país,.
¿Y si probásemos una nueva forma de viajar? O mejor aún, ¿y si probásemos a viajar cómo se hacía antes? Pero escucha lo que te vengo a decir. A día de hoy la mayoría de nosotros viajamos en función de los pueblos, las comarcas, las ciudades, los países, quizá algún que otro camino como el de Santiago, pero en definitiva buscamos algo concreto, tangible, fácil de delimitar cuando les expliquemos nuestras vacaciones a los amigos. Son unas vacaciones, por San Antonio, tampoco queremos complicarnos más la vida. Pero mira lo que te vengo a decir hoy: ¿y si nos complicásemos la vida? ¿Y si te dijera que, como la vida ya es de por sí complicada, al añadir esta nueva complicación ocurre como con las matemáticas, cuando un doble negativo deriva inevitablemente en un positivo, y complicando lo que ya es complicado conseguimos simplificarlo todo? ¿Y si en lugar de viajar persiguiendo ciudades, lo hiciéramos persiguiendo ríos?
Así me lo comentó hace años un viejo amigo, durante un tipo de confidencia sagrada que solo ocurre en las barras de bar de madrugada, y, desde que empezó la pandemia y el mundo se ha vuelto todavía más complicado, pues entonces deberíamos probar suerte y hacer como me dijo Ramón. Complicarnos la vida un poquito más mientras viajamos en paralelo a los ríos. Y este artículo correrá uno concreto: el Ebro.
El río Ebro nace en el pueblo de Fontibre (Cantabria)
Y cuando rompe a llorar lo hace muy mansito, apenas si patalea. Lágrimas dulces brotan de la dura roca y ya no pararán hasta que accedan al mar Mediterráneo, 930 kilómetros después. Una figurita de la Virgen del Pilar custodia este recoveco cántabro que es prácticamente sagrado. En la simplicidad de su primer movimiento adivinamos la complejidad del recorrido que vendrá, manoseado continuamente por la voluntad insuperable del ser humano. Hasta 70 presas se interpondrán en su camino hacia el viejo mar pero hoy, cuando el agua ve la luz por primera vez en miles de años, todo es silencioso y manso, todo transcurre con una calma embriagadora que balancea los troncos de los chopos más esmirriados. Estamos en la Fuentona de Fontibre y somos testigos de uno de los milagros naturales más preciados de nuestro país.
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