LAS HUCHAS DE LAS MONEDAS - Ya se pueden solicitar las ayudas estatales por la covid-19 al sector ovino y caprino ,. , fotos,.
Ya se pueden solicitar las ayudas estatales por la covid-19 al sector ovino y caprino,.
El DOE ha publicado ya la convocatoria para la concesión de estas ayudas, incluida en el Real Decreto 508/2020 de 5 de mayo, y para las que es necesario presentar una declaración jurada a través de la plataforma ARADO.
Así, podrán beneficiarse de estas ayudas titulares de código REGA que haya presentado solicitud única prevista en el Real Decreto 1075/2014 en 2020 y que reúnan los requisitos para ser beneficiario del pago por oveja y/o cabra, según recoge la resolución de la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio.
También se subvencionará aquellas hembras mantenidas como reproductoras conforme a la declaración censal obligatoria y que estén correctamente identificadas y registradas a 1 de enero de 2020.
El número máximo de animales por el que se puede recibir ayudas es de 100 por beneficiario y especie, mientras que la cuantía máxima no podrá superar los 12 euros por oveja o cabra elegible.
TITULO: LOS 50€ BILLETES - BILLETE 1.000 PESETAS - LOS ARBOLES PERDIDOS - Recuperar población rural, un objetivo tortuoso ,.
LOS 50€ BILLETES - BILLETE 1.000 PESETAS
- LOS ARBOLES PERDIDOS - Recuperar población rural, un objetivo tortuoso ,. .
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Recuperar población rural, un objetivo tortuoso,.
El campo se recuperará con infraestructuras, servicios y empleo,.
Hace poco más de seis meses hablábamos en este mismo espacio sobre los preocupantes datos de despoblamiento rural, que se recrudecen año tras año. De acuerdo con la información del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en el periodo 2000-2018, la población que vivía en zonas rurales disminuyó un 10% en nuestro país, mientras que la población total se incrementó el 15%; todo un indicador del importante abandono de nuestros pueblos. Extremadura perdió un 11% de población rural.
Sobre este acuciante problema económico y social, se han producido dos importantes hitos en los últimos meses. En primer lugar, su politización. El segundo, y más cercano, la crisis del coronavirus, que ha dado visibilidad al sector agrario y ha puesto en valor la vida en el campo.
Recordarán los lectores que en las pasadas elecciones generales, buena parte de los partidos incorporaron de forma proactiva a sus programas y a su discurso el concepto de la España vaciada, poniendo de relevancia la necesidad de actuar al respecto. Una de las primeras medidas que se adoptaron, si no la primera, fue crear el Dirección General de Políticas contra la Despoblación, incorporada al también nuevo Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. Por el momento poco o nada se ha podido saber sobre iniciativas que emanen de dicha unidad administrativa; si bien es cierto que la crisis del coronavirus no lo ha facilitado. Lo que sucede, es que así de primeras, la transición ecológica y el reto demográfico no parecen cuestiones demasiado conectadas, ya que la recuperación de población en áreas rurales tiene muy poca carga ideológica y mucha económica. De hecho, ha quedado demostrado en las últimas décadas que los programas de recuperación poblacional fundamentados en promover los estereotipos del medio rural, pero con escasa planificación pública y sostenibilidad económica, han fracasado, consiguiendo en el mejor de los casos, éxitos pasajeros.
Parece lógico pensar que lo primero es que las personas que viven en los pueblos no se vayan, y luego que vengan nuevo habitantes. Está claro que aquellos que han vivido buena parte de su vida en un pueblo son los que mejor conocen lo que ello supone y los que mejor se pueden a adaptar. En segundo lugar los que tienen ahí sus raíces y de una forma u otra han estado vinculados a esos territorios. En tercer lugar estaría el grupo de los que se podrían llamar neorrurales, personas sin raíces en estas zonas pero que ven la posibilidad de cambiar de modo de vida. Lo que sucede es que en la práctica no hay primero, segundo ni tercero, ya que para todos ellos, el factor común es la necesidad de disponer de empleo y de servicios. Si no, se irá el habitante actual, no vendrá el enraizado y quizás venga, pero se llevará una gran decepción, el neorrural.
Por ello es necesario el desarrollo de un tejido productivo eficiente, en el que el sector primario siga conformando el esqueleto del desarrollo. En consecuencia, es imprescindible que los grandes programas públicos europeos, nacionales y regionales apuesten por la creación de una red eficiente de infraestructuras públicas, tanto administrativas como de servicios, y promuevan el desarrollo de una agricultura y ganadería de alto nivel tecnológico, que le permita competir de forma sostenible en un mercado libre y, a la vez, tener un bajo impacto en el medioambiente.
Lo malo es que en la actualidad se tiende a promover un desarrollo agrario basado en modelos menos eficientes, que pueden servir para unos pocos, pero no para captar población activa emprendedora, que perciba el agro como un sector en el que desarrollarse profesionalmente. Un ejemplo es la iniciativa europea 'farm2fork' o 'del campo a la mesa', cuyos objetivos reduccionistas puede limitar todavía más el atractivo para la nuevas generaciones de este gran sector.
TITULO: LOS LIMONES - EL BOMBON DE HELADO - PAPELES QUEMADOS - Chimenea - La Vuelta a Burgos señala el camino ,.
LOS LIMONES - EL BOMBON DE HELADO - PAPELES QUEMADOS - Chimenea - La Vuelta a Burgos señala el camino,. , fotos,.
La Vuelta a Burgos señala el camino,.
La Vuelta a Burgos era una prueba de fuego para el ciclismo. En la práctica, el arranque del calendario, hasta el punto de que la falta de actividad previa hizo que solicitaran la inscripción 36 equipos en una carrera que había tenido su máximo en 18, y que algún año se quedó en el 11. Esta vez fueron 22, límite para las carreras de categoría ‘World Tour’, que la de Burgos aún no tiene y ya merece. La participación fue sensacional y su fruto deportivo, con Evenepoel de ganador, magnífico. Se disputó, eso sí, con los dedos cruzados porque cualquier positivo en el pelotón podría haber dado al traste con la carrera y comprometido las próximas.
Se hicieron las cosas bien. Cinco corredores que habían tenido contacto con algún caso fueron excluidos. Todo visitante penetraba en una burbuja inflexible, cercada por geles y alfombrillas. Cualquier invitado tuvo que acreditar un test positivo de la víspera, incluso el presidente de la Federación o el de las Cortes Autonómicas. Algún alto cargo que no lo tuvo a tiempo no fue admitido. Tres coches por delante de la carrera insistían en los pueblos en que el público llevara mascarillas. A los puertos no entraron coches, sólo aficionados a pie o en bicicleta, aquellos con la mascarilla puesta, estos con ella dispuesta para cuando se apearan a ver la carrera.
Los ciclistas iban a la salida con mascarilla, se les recogía con el banderazo de salida y recibían otra en meta. Los equipos no cambiaron de hotel, con planta y comedor propios. El éxito da esperanza a otras rondas, aunque en ellas no será tan fácil. Las grandes vueltas son itinerantes, cada día ciudad y hotel nuevos. Y cualquier corredor que dé positivo habrá sido un foco móvil durante horas en el pelotón, lo que obligaría a suspender. Los grandes organizadores aún cruzan los dedos, y más dado que el laboratorio sólo comunica los resultados a los equipos. Esto ha empezado bien, sí, pero no ha hecho más que empezar.