Los amigos de papá
Esta
semana hemos seguido teniendo algunos dias con temperaturas bajo cero.
Todas las previsiones apuntan a que la primavera en Boston será tardía y
en cualquier caso, bastante mas fria de la que estaba acostumbrado
cuando vivia en Palamós, al lado del Mediterráneo.
Papá y mamá han vuelto a sufrir los
efectos de los virus respiratorios e intestinales. Durante las últimas
semanas, y desde que papá contrajo por primera vez la gripe aviar, no
han conseguido levantar cabeza. Además del desgaste psicológico y
emocional, el cáncer también les está pasando factura físicamente. Lo
peor es que esta vez me han contagiado la faringitis y la congestion
nasal y me he perdido dos dias de colegio.
Espero que nos recuperemos los tres en
los próximos dias para poder volver a ejercitarme. Al no poder ir a la
piscina con regularidad, he vuelto a perder estabilidad, mobilidad y
coordinación. Además de la natación, papá y mamá creen conveniente que
vayamos a visitar uno de los gimnasios especializados para niños que hay
en Brookline.
Un dieta muy equilibrada y ejercicio de forma continuada es imprescindible para mantenerme en guardia frente al cáncer.
Jordi y José Luis, dos de los mejores
amigos de papá, nos han acompañado estos dias y al igual que les pasó a
mis padrinos, han podido comprobar las secuelas con las que tengo que
convivir, las dificultades a las que me tengo que enfrentar en mi dia a
dia y el largo camino que me queda por delante.
Jordi llegó antes y tuvo la oportunidad
de visitar el Dana Farber Cancer Institute y el Children´s Hospital de
Boston. No tan sólo quedó muy impresionado por el nivel de
profesionalidad, organización y recursos disponibles, sino también por
el firme compromiso de miles y miles de voluntarios y donantes anónimos,
fundaciones y organizaciones de todo tipo que han hecho posible crear
uno de los centros de excelencia y referencia contra el cáncer infantil
mas importantes en todo el mundo.
Y además tuvo el privilegio de conocer a Alexa en persona !
Papá se emocionó mucho porqué lo primero que hizo Alexa al reconocer su voz fué preguntarle por mí.
Me hubiera gustado estar allí.
Su madre le contó que en los últimos
meses, las posibilidades de mantener a raya el tumor cerebral se habían
reducido cada vez mas pero ahora estaban muy contentas porqué acababan
de recibir los resultados de la resonancia magnética y el ensayo clinico
al que se había sometido, estaba dando resultado.
Alexa sigue ganando batallas,.
Con Shannon hemos estudiado la
festividad del St. Patrick´s Day, el dia en el que se recuerda la
herencia y cultura de los irlandeses, una comunidad muy numerosa en
Estados Unidos. Ha sido bonito ver como Bostón se ha teñido de verde al
son de las gaitas.
Mientras tanto, Gail me ha estado
poniendo al dia de todos los detalles para preparar la celebración de la
fiesta de Eastern y la llegada del conejo de Pascua. Además, ya sabéis
que me encantan las sorpresas y por eso me está ayudando a decorar el
apartamento para preparar la llegada de la Nina y la abuela Gallina
Llevo sin ver a mi hermana desde Navidad
y a mi querida abuela desde que tuvimos que dejar Palamós rumbo a
Boston el pasado 29 Marzo del 2011 en busca de esperanza.
El reencuentro volverá a ser muy emocionante !
TÍTULO ; IO NON PERDON ( NO),.
Una experiencia vivida hace unos días me ha llevado a concluir que estoy atravesando una época de un enorme equilibrio espiritual. Sin
necesidad de un psicólogo que me lo certifique, porque he tenido una
prueba contundente: mi reacción al horror de que un camarero arrojara ¡una copa entera de vino! encima de mi último bolso Gucci. Recalco
lo de último porque como tal último es el más querido y lo de Gucci por
lo que me había costado. Y ni así me alteré. Bien es verdad que se
trataba de vino blanco y creía recordar que el blanco no manchaba y bien
es verdad también que el camarero era muy guapo, datos ambos que explican parte de mi extraña respuesta.
Pero ni una cosa ni la otra restan valor a lo extraordinario de mi calmada actitud, a que no me inmutara siquiera al observar los enormes chorros de vino que caían por encima de mi Gucci. Un espanto capaz de alterarme en cualquier otro momento. Y es que entre las tonterías materiales que me pueden irritar, y admito, por supuesto, que estamos hablando de pequeñeces, los accidentes de mis bolsos ocupan uno de los primeros lugares, más o menos empatados con los cafés que no están ardiendo, tal como lo especifico siempre. Lo que demuestra que pertenezco a ese amplio grupo de mujeres apasionadas de los bolsos que debe de ser comparable, supongo, al de los hombres amantes de los coches. Con la diferencia de que lo de los coches me cuesta un poco más entenderlo y lo de los bolsos hace que sienta un poco de compasión por los hombres, por lo complicado que es para ellos llevarlos, a no ser que seas gay y puedas hacerlo sin que te miren mal.
Pertenezco es ese grupo de mujeres que una amiga mía llama Barbie Complementos. Y lo asumimos encantadas, nos divertimos siendo Barbies Complementos, no lo vamos a negar, aunque a veces nos critiquen por ello. Piensan algunos que esa pasión por los bolsos debe de tener algo que ver con la exhibición de estatus, como lo de los coches y los hombres, lo de la presunción de poder a través del coche, de su marca y de sus caballos. Puede que sí, que haya algo de eso.
Pero yo le doy más importancia, mucha más, al simple placer de la belleza, a que algunos bolsos son pequeños objetos de increíble diseño y hermosura que puedes contemplar a lo largo de todo el día, y que, a diferencia de la ropa que llevas puesta, dejas encima de una silla y de una mesa y admiras, yo lo hago, mientras te tomas un café. Un pequeño objeto que disfrutas mientras lo tocas y revuelves en su interior y que mantiene intacta su belleza durante años. Y dejas encima del sofá o de una cómoda cuando llegas a casa, y su belleza, piensas, compite con un jarrón o con una escultura.
Supongo que se trata del mismo placer que siente un amigo mío, que me enseña las fotografías de la colección de coches antiguos que tiene la suerte de conducir de vez en cuando. Los mira con tanta veneración como yo a mi Gucci, que, quiero tranquilizar a todas las Barbies Complementos, sigue impecable, porque, en efecto, el vino blanco no mancha.
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