SOCIEDAD
Un olivo en Évora: Fundação Eugenio de Almeida
Tras una profunda reforma, este
centro cultural portugués reabre con la exposición 'Portas abertas', que
reúne obras de artistas de todo el mundo
Un frondoso olivo se yergue en una de las salas de la
Fundación Eugénio de Almeida de Évora, bella metáfora -parafraseando a
Chillida- de la cultura: aquella que hunde sus raíces en lo autóctono
para abrirse con sus ramas al mundo. Les hablo del Fórum Eugénio de
Almeida, enclavado en el corazón de la ciudad de Évora, muy cerca de la
Catedral y del Templo romano, y que después de profundas reformas nos
sorprende estrenando un magnífico espacio cultural en lo que fue, en
tiempos, el Palacio de la Inquisición. Bien mirado, basten sus
deliciosos frescos del siglo XVI, con motivos de figuras femeninas
aladas, como feliz reclamo. Y todo ello envuelto en un ideario de claro
sabor humanista: «Más por las personas, para más personas».
Quien tuvo, retuvo. Pero es necesario recordar que un
proyecto de esta envergadura no nace ex novo; la Fundación Eugénio de
Almeida alberga un pasado plagado de buenas exposiciones, merecen mi
recuerdo 'Café Portugal', comisariada por Filipa Oliveira; 'Corto
Maltés: Viagem à Aventura', sobre este personaje creado por el
ilustrador veneciano Hugo Prat; 'Tàpies. A expressividade do papel', o
'Los dibujos ocultos de Francis Bacon', comisariada por el prestigioso
teórico Edward Lucie-Smith.
-Centro/periferia. Ahora pueden disfrutar de 'Portas
abertas', una muestra comisariada por Claudia Giannetti que inaugura la
nueva andadura de la Fundación. La exposición es el resultado de una
convocatoria a nivel mundial en la que cualquier artista podía mandar su
propuesta, ya fuera famoso o desconocido, desde la máxima libertad de
expresión, siempre que aludiera conceptualmente al espacio opresor que
las acoge, como ya dijimos el Palacio de la Inquisición. «Los diferentes
artistas nos han remitido -explica Giannetti- una copia digital de su
obra, ya sea un cuadro, una fotografía o una escultura. Todas están
reproducidas con un tamaño idéntico, agrupadas por temas.
Milagrosamente, se comunican unas con otras. Son proyectos artísticos
llegados de todas las esquinas del mundo, pero que, sin que nadie
pudiera imaginárselo, se complementan». Sin duda, un ejemplo más de cómo
gracias a la revolución digital no caben distinciones entre centro y
periferia; con piezas, entre otros artistas, de Orlan, Regina Silveira,
Joan Fontcuberta, Thomas Nölle, Rosângela Rennó, Marcel.lí Antúnez,
Harun Farocki, Juliâo Sarmento, Dora García, Diana Larrea, Eva Lootz,
Francesc Torres. y muchos ciudadanos «anónimos».
-Arte joven. Por otro lado, con crisis y sin crisis los
buenos proyectos deben atender a los más jóvenes, algo que sin duda ha
comprendido la Fundación Eugénio de Almeida al destinar la sala Rostrum
para tal fin; en esta ocasión Edgar Martins (Évora, 1977) expone' The
Time Machine: O lugar das máquinas', que de algún modo remite al
concepto de «no-lugar» acuñado por Marc Augé. Asistimos al paradigma de
la modernidad industrial representado aquí por unas fotografías de
centrales hidroeléctricas por las que sin embargo sobrevuela cierto halo
retro.
-ZKM/ Kalrsruhe (Alemania). Por último, les anuncio para
noviembre el proyecto titulado 'Obras ZKM/Media Museum', lo que será a
buen seguro una soberbia exposición a partir de las piezas más
relevantes de la colección ZKM/Center for Art and Media Karlsruhe
(Alemania), el centro más importante de arte y tecnología a nivel
mundial. La muestra ofrecerá un amplio panorama de la producción del
media art internacional, cuyo interés radica en la presentación de
piezas claves -la mayoría ya icónicas- en los campos del arte
interactivo, de las instalaciones audiovisuales y del videoarte. A
nuestros lectores les sonará este Centro pues ya en el año 2008 el MEIAC
organizó una muestra conjunta titulada 'El discreto encanto de la
tecnología', comisariada precisamente por Claudia Giannetti, Peter
Weibel, director del ZKM, y Antonio Franco, director del MEIAC. Lo
dicho, «Mais pelas Pessoas, para mais Pessoas».
La intervención de Emilio Gañán (Plasencia, 1971) en los
grabados del pintor inglés John Flaxman (1755-1826) dista poco de la
realizada por los hermanos Chapman sobre 'Los desastres de la Guerra de
Goya'. En ambos casos, más allá de la evidente admiración que sienten
hacia dichos referentes, hay una búsqueda que cargue de matices las
obras originales, casi siempre un «guiño» intencionado que las completa.
«Combiné -sugiere Gañán- las piezas elementales de mi geometría con las
«tramas» subyacentes de las estampas, hallando de esta manera el
contrapunto que sotto voce me pedían las ilustraciones;
actuando sobre el papel con un intensísimo negro sobre espacios muy
localizados, de forma concisa, variando sensiblemente la lectura
neoclásica de la obra». Esto ha supuesto para el artista extremeño
estudiar a conciencia cada lámina para encontrar un punto de encuentro y
«completar» su composición desde otro plano, eso sí, dejando respirar
al dibujo de Flaxman.
Asistimos pues al perfecto maridaje del dibujo lineal de
John Flaxman con las formas geométricas elementales de Gañán: un nuevo
escenario donde comienzan a ocurrir «cosas» lejanas a la propuesta
narrativa de Flaxman pero en modo alguno ajenas a la geometría secreta
del inglés. El crítico Javier Cano lo corrobora en el catálogo. «El
color, el ritmo, la figura, la construcción y el movimiento ordenan un
amplio universo plástico que aúna dos estéticas diferentes -quizá
observancias sonoras- que de forma imaginada dialogan entre sí». Y todo
ello para ofrecernos «una interpretación de la Antigüedad distinta, una
lectura fuera de los cánones neoclásicos, una abstracción de los
símbolos que conforman nuestro mundo contemporáneo».
Avda. de Europa, 2..
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