sábado, 28 de septiembre de 2013

LA OBSOLESCENCIA TECNOLOGICA HECHA PEDAZOS,./ DE PEDRO ALMODOVAR NO HABLO PORQUE SE ENFADA,.Carmen Maura.

TÍTULO; LA OBSOLESCENCIA TECNOLOGICA HECHA PEDAZOS,.

Hace más de 60 años, un carpintero danés que llevaba fabricando durante años juguetes en miniatura hechos de madera decidió empezar a trabajar con el plástico. Entonces, lo que un par de décadas antes era un humilde taller que tuvo que ser reconstruido tras un incendio resulto ser el epicentro de LEGO, una serie de bloques interconectables entre sí que acabaron convirtiéndose en un imprescindible de la infancia de millones de personas en todo el globo. Hace unos pocos días se conoció un proyecto que recuerda mucho al entretenimiento creado por Ole Kirk Christiansen. 'PhoneBlocks', así se llama el terminal que, en caso de abandonar el papel y convertirse en una realidad, podría revolver los cimientos de la telefonía. El planteamiento es sencillo: todas las piezas son susceptibles de ser cambiadas de manera independiente y conectarse de una manera variada.
Esto supone que uno podría crear un 'smartphone' a la carta. La cámara de fotos podría ser sustituida por una de mejor óptica tan solo con cambiar un pequeño bloque. El que no utilice el vibrador podría deshacerse de esa pieza y poner en su lugar, por ejemplo, la que permita usar NFC. Una caída, un golpe y una pantalla completamente agrietada no supondría cambiar todo el teléfono. La memoria podría pasar de 32 a 64 gigas de manera muy sencilla. Y la batería, uno de los principales retos de todos los que compiten en el mundial de constructores móvil, podría ser fácilmente reemplazable cuando empezase a flojear tras varios meses de uso.
Pero a día de hoy 'PhoneBlock' no es más que un prototipo y un sueño. El sueño del diseñador Dave Hannekens que quiere crear lo más parecido a un teléfono eterno. Una idea que ya ha conseguido en internet el apoyo de cientos de miles de personas y que ahora se apresta a conseguir uno o varios mecenas que permitan que este invento tome forma comercial y salte a las plantas de producción de todo el mundo. Su creador lo presenta como una fórmula para acabar con la obsolescencia programada, un enconado debate que ha cobrado mucha fuerza en los últimos años en el gremio tecnológico. La fecha de caducidad de los equipos electrónicos se ha reducido paulatinamente y en el caso de los móviles, el mercado ha impuesto un ciclo de vida de apenas dos años antes de que se rompa o se vuelva obsoleto. «Si tienes un neumático pinchado, no tienes porqué comprar un coche nuevo», afirmó Hannekens en una entrevista concedida a la televisión pública holandesa. «El mercado está creciendo rápidamente, pero parece que estamos construyendo cosas desechables», cuenta en su web. «Cada vez que hacemos algo nuevo desechamos totalmente lo anterior. Imagínense todas las pantallas, bluetooths y altavoces que hemos tirado a la basura», opina.
El teléfono funciona sobre una placa a la que hay conectar los distintos bloques. «Si uno se rompe fácilmente puede reemplazarlo. Y si se queda antiguo, puede cambiarlo», explica el diseñador. En su página web asegura que esta idea también podría ser aplicable a otros dispositivos como tabletas e invita a cualquier otro a utilizar sus diseños, libres de 'copyright'.
La 'blockstore'
Además de todo esto, concibe la creación de una 'blockstore'. «Es como una tienda de aplicaciones para el hardware. Es la tienda donde comprar bloques, leer reseñas y vender los viejos», aclara, a la par que añade que no sería un ecosistema cerrado. «Pequeñas y grandes empresas desarrollarían y venderían sus bloques. Puedes comprar un teléfono pre-ensamblado o armar tu mismo el tuyo seleccionando solo las marcas que quieras admitir. La elección es tuya», escribe el empresario neerlandés. «Los bloques podrían diseñarse para necesidades específicas. Baterías solares, pantallas adaptadas para ciegos, piezas ligeras para los viajeros,.»
«Enseñad al mundo el teléfono que podemos crear». Ese fue el mensaje que Hannekens colgó en Thunderclap, una plataforma de internet creada para vitalizar y dar a conocer proyectos innovadores. Corrió como la pólvora por las redes sociales. Entre los que mostraron su admiración hacia la idea se encuentra incluso el actor Elijah Wood, quien dio vida a Frodo en 'El Señor de los Anillos'. Sin embargo, a pesar de la gran difusión que proporciona esta comunidad, este apoyo no se concreta en financiación directa como puede ser el caso de otras webs como 'Kickstarter'. No son pocos los que se preguntan porque no ha decidido al 'crowfunding' como vía para sacar adelante 'Phoneblocks', reconoce que la «recaudación de fondos» no sería suficiente para que se volviese realidad. «La creación de esta plataforma es demasiado grande para una sola compañía. Necesitamos reunir socios para colaborar con nosotros», añade.
Placa base:
A la carta:
Sin obsolescencia programada:
Adaptable a otros soportes:
La 'blockstore':
Imitadores:

TÍTULO; DE PEDRO ALMODOVAR NO HABLO PORQUE SE ENFADA,.

Carmen Maura.

Cultura

«De Pedro Almodóvar no hablo porque se enfada»

-foto-Carmen Maura. Premio Donostia

Cuando Álex de la Iglesia le sopló a Carmen Maura que el Zinemaldia le honraba con el premio Donostia, ésta no se lo creyó: «Pero si solo se lo dan a extranjeras...». Paco Rabal y Antonio Banderas han recibido este galardón, pero Maura es la primera española que lo consigue. «Estoy blandengue, a lo mejor me emociono», confesaba pocas horas antes de recogerlo en el escenario del Kursaal de manos de Álex de la Iglesia y Mario Casas.
Fue el colofón a un día en San Sebastián consagrado a 'Las brujas de Zugarramurdi', donde la actriz brilla como Graciana Barrenechea, la bruja más poderosa del pueblo. Elabora pociones y hasta camina por el techo. Todo, sin perder ese señorío y el tono entre borde y cercano que la Maura cultiva en la vida real. Como de vuelta de todo, pero a la vez hablándote sin tapujos y con sinceridad desarmante.
«Álex es un superfán de las mujeres, las adora: flacas, gordas, altas, bajas...», responde cuando se le pregunta por el tono misógino del filme. «No es una película contra las mujeres, pero sí refleja que su director está viviendo los típicos problemas de los hombre separados. Le divierte dibujarnos muy malas». Si todo son halagos al bilbaíno -«me tiene mucho cariño»-, la frialdad asoma por contraste al surgir el nombre del director que la convirtió en estrella internacional: Pedro Almodóvar. «Del otro no puedo hablar, porque se enfada», confiesa. «Imagínate. Me preguntan por Almodóvar en el mundo entero. Y yo no soy una tía agresiva, respondo con sentido del humor. Pero se pica. No merece la pena hablar de él, la última vez fue un escándalo. Y a mí no me van los líos, no quiero estar saliendo en internet».
Maura prefiere recordar el duro rodaje en Zugarramurdi, colgada de cables y sintiéndose poderosa cuando arengaba a las brujas, en realidad vecinas del pueblo y descendientes de aquellas mujeres quemadas en la hoguera. «Yo nunca he querido ser la líder de nada, ni en la pandilla, ni en clase. Pero reconozco que me daba subidón cuando esas brujas callaban y gritaban a un gesto de mi mano».
El Donostia recompensa una carrera que arrancó en el teatro independiente, siguió en televisión y culmina en una filmografía rodada entre España y Francia. «En mi vida lo más fácil ha sido ser actriz, todo lo demás me ha costado mucho más esfuerzo y lágrimas», reconoce. «He tenido mucha suerte, un ángel de la guarda increíble».
Su mérito, según ella, es «que sirvo lo mismo para un roto que un descosido». «No me importa salir hecha un Cristo y no pienso luchar contra las arrugas. Ser joven no es una virtud, sino una circunstancia». La protagonista de 'Mujeres al borde de un ataque de nervios' remarca su edad, 68 años. «Lo digo siempre». Hablar un francés perfecto también le abrió las puertas del país vecino, hasta el punto de que pasa más tiempo en su piso de Marais que en su casa de Madrid.
«Yo les recomiendo a las actrices españolas que aprendan francés, porque allí escasean. Las francesas son como más retenidas, no tienen nuestra energía. Las españolas podemos tener allí mucho más éxito, no tenemos nada que envidiar a las extranjeras». Trabajo no le falta a la intérprete, que acaba de rodar una película hablada en italiano, una serie en francés y en diciembre estrenará en el María Guerrero 'Carlota', una comedia de Mihura con la que vuelve a sus orígenes en los escenarios.
«Yo leo todo lo que me envían», explica. «Y a estas alturas me da igual que sea un director famoso que un desconocido si el proyecto me gusta. Acabo de rodar en Colombia con un chico que no conocía ni Dios y lo pasé genial». Su propósito, trabajar menos y descansar más. «No me preocupa no hacer nada, no soy muy sociable pese a mi trabajo. Soy capaz de irme al campo sola».
Así que Maura solo espera que 'Las brujas de Zugarramurdi' «haga mucha pasta y la gente vaya a verla a las salas y no se la baje de intenet». En estos tiempos de películas hechas con cuatro duros y por equipos sin cobrar, la actriz defiende que en el cine español «abunda el talento y la imaginación, solo nos falta el dinero». Y recuerda el rodaje de 'Tetro', en Argentina a las órdenes de Coppola, como un ejemplo de lo que no hay que hacer, bajarnos los pantalones solo porque el director sea una deidad. «Me sorprendieron las condiciones en que se rodaba, contratando a estrellas argentinas por una miseria para hacer de figurantes. Como era Coppola... Si quería hacer una película pequeñita, que la hubiese hecho en su finca con su familia». Maura clama que no tendríamos que aceptar «esas ordinarieces».

No hay comentarios:

Publicar un comentario