En Escena en el jardín de un serrallo (1743),
el pintor Giovanni Antonio Guardi (1699-1760) dio rienda suelta a su
“pasión turca”. Un orientalismo fabulado, quizá podríamos decir
estereotipado, pero infinitamente sugerente. En el
centro, el sultán recostado en un gran cojín fuma una extraordinaria
pipa, tan larga que casi alcanza a la mujer de su izquierda que,
engalanada con brillante seda azul, despliega todo su encanto, sabedora
de su condición de favorita del harén. Hay testigos. Un alto dignatario,
orondo, observa la escena y son varios los sirvientes que, dedicados a
sus menesteres, quedan enmarcados por una arquitectura fantástica, todo
volutas y amorcillos.
Forma parte de la serie de cuarenta y tres
cuadros que Guardi dedicó a la descripción episodios de la vida de la
corte en Constantinopla, pintados a mediados del siglo XVIII por encargo
del mariscal germano Johannes Matthias von der Schulenburg, quien había
combatido contra los turcos al servicio de las tropas imperiales en
Hungría.
Fue por el imperialismo colonial que
en esta centuria se inició el enamoramiento de Europa por lo oriental, o
más bien por una entelequia hecha de evocaciones contrastadas: frente a
la sobriedad occidental, el exuberante despliegue oriental; frente a la
racionalidad de Occidente, la espiritualidad de Oriente.
Pero no sólo en la fantasía de un Oriente
idealizado, sin fronteras definidas, radicaba la atracción europea por
lo oriental. Para los artistas significaba una contestación al academicismo
imperante, pero también a las estructuras de pensamiento occidentales;
una conquista de la libertad en todos los planos de la creación que
sedujo a partes iguales a artistas y escritores.
Así fue como, poco a poco, se fue abriendo paso la corriente de los orientalismos, que explosionó en el siglo XIX. Ya lo dijo Victor Hugo en el prefacio de Les Orientales (1829): “Toda Europa mira a Oriente”.
El Museo Thyssen Bornemisza
sigue esta mirada y propone para la rutilante rentrée otoñal un
exposición ad hoc, que se puede visitar hasta el 11 de noviembre: un
recorrido transversal por los mejores exponentes del orientalismo en sus
colecciones, con un discurso que abre el plano del orientalismo a otras
latitudes, además de la romántica Francia decimonónica a la que siempre
se ha circunscrito.
La “s” del título no es baladí: así Orientalismos, en plural, pretende, en palabras de la comisaria Paloma Alarcó: “ampliar el espectro cronológico y geográfico del estilo y mostrar el interés continuado de artistas de diferentes épocas y países por los temas orientales“
A la citada obra del italiano Guardi se suma, como representante del imperialismo británico, Johann Zoffany (1733-1810). Su Retrato de grupo con Sir Elijah y Lady Impey (1783), pintado en Calcuta, es una extravagante elucubración hindú.
Claro que quien no podía faltar es Eugène Delacroix (1798-1863), de quien se exhiben dos piezas: El Duque de Orleans mostrando a su amante (1825) y Jinete árabe (1854), resultado de su revelador viaje por Marruecos y Argelia de 1832.
A raíz de estos viajes, los creadores
dejarían de lado el exotismo descriptivo de las anteriores visiones
tópicas de Oriente en favor de una imagen más cotidiana y real, una
transición que encarna el propio Delacroix, pero también el pintor
belga Théo Van Rysselberghe (1862-1926), de quien se muestra La puerta de Al-Monsour (1887).
La luz, el paisaje, la sensualidad y el
misterio de sus gentes… En el norte de África, pero también en el
Extremo Oriente, los artistas cayeron presa del hechizo oriental; pero
también entra en escena Japón, cuya apertura al
comercio en el siglo XIX, sembró la semilla del japonismo, una
valoración de las propiedades formales del arte nipón por parte de los
lenguajes modernos, herederos del impresionismo. El ejemplo lo
proporcionan las pinturas de los americanos William Merritt Chase (1849-1916) y Frederick Frieseke (1874-1939).
TÍTULO; QUÉ HAY NUEVO, NOA, CANTANTE,.
Tengo una historia de amor con el público español,.
Achinoam Nini, más conocida como Noa, nació en Tel- Aviv (Israel) en 1969, aunque vivió en Nueva York desde los dos años, hasta que regresó a Israel a los 17. Noa estudió música en el Rimon School, donde conoció a su compañero y colaborador Gil Dor.
Los temas de Noa recogen influencias de cantautores de los años 60 como Paul Simon, Joni Mitchell o Leonard Cohen. Estas sensibilidades musicales y líricas, combinadas con las raíces yemeníes de NOA y los antecedentes musicales de Gil Dor en el jazz, en música clásica y en el mundo del rock, han hecho que el sonido de Noa y Gil sea único.
Desde que comenzaran a trabajar juntos en 1990 han ofrecido cientos de conciertos por todo el mundo con gran éxito de crítica. Entre los escenarios que han visitado se cuentan el Carnegie Hall y el Avery Fisher Hall en Nueva York, el Olympia en París, el Zellerbach Auditorium en San Francisco, el Festival Ravinia en Chicago, el Festival de Jazz de Montreaux y el Paleo Music en Suiza, WOMAD en España, el Festival de Jazz North Sea en Holanda y el Water Festival en Estocolomo.
Noa se ha mostrado como una defensora en todo momento del diálogo para la consecución de la paz entre israelíes y palestinos. Noa fue la primera artista israelí oficialmente invitada a actuar en Marruecos. También ha participado en numerosos recitales y festivales actuando con artistas palestinos. En 1990 fue galardonada con el "Crystal Award" por el "World Economic Forum" en Davos, Suiza, donde ha actuado en diversas ocasiones junto a artistas palestinos, y donde ha participado en numerosos encuentros relacionados con la paz en Oriente Medio y con el papel del arte y de los artistas en su favor. También fue invitada a cantar en Oslo con motivo del aniversario del acuerdo de paz firmado en aquella ciudad, en una actuación que contaba con la presencia entre el público de Bill Clinton, Ehud Barak, Yasser Arafat y el Rey de Noruega.
Noa y Gil han actuado en numerosas ocasiones con la Orquesta Filarmónica de Israel. En enero de 1998 ofrecieron un concierto para 20.000 personas en Phildelphias' Corestates Arena con la Filarmónica de Israel y la Filarmónica de Philadelphia juntas bajo la dirección de Zubin Mehta. Ha realizado además giras junto a Sting, ha interpretado su tema "Child of man" con Stevie Wonder y ha compartido también escenario y micrófono con otros muchos grandes artistas.
El año 2001 fue testigo del nacimiento de su primer hijo, Ayehli. Ese mismo año completó junto a Gil Dor y Yohad Nevo su cuarto álbum, "Now". También en 2003, en octubre, se publica el álbum recopilatorio "Noa Gold".
Entre junio de 2003 y Mayo de 2004, Noa, Gil y Zohar Fresco (uno de los mejores percusionistas israelíes), compartieron los escenarios con el Solis String Quartet. Junto a esta formación, crearon un espectáculo en el que se fusionan instrumentos y estilos, sacando lo mejor de Noa para cautivar al público en todos los conciertos que ofrecieron. Debido al tremendo éxito obtenido, la gira ha continuado durante el 2005.
TÍTULO; SI TIENES MINUTOS Y CINCO COSAS,.
1 -Minuto- 1- Así hablamos así somos,
2-Minuto 5- Lang Lang y el teclado mágico,.
3- Minuto 30- Lo inacabado segun Cristina pato.
4- Hora-1- La vuelta al mundo en 160 fotografias.
5-Horas 1,5 La entretelas del poder,.
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