Tras
el cierre de Hospital Central, Jordi Rebellón (Barcelona, 1957)
retrocede a la década de los sesenta. El actor que saltó a la fama como
el ...
NUEVO PERSONAJE DE 'AMAR ES PARA SIEMPRE'
foto,.Jordi Rebellón: «Todavía me llaman Vilches por la calle»
Cuelga la bata para convertirse en el bioquímico Luis Ardanza en la serie 'Amar es para siempre' (Antena 3)
Tras el cierre de 'Hospital Central', Jordi Rebellón
(Barcelona, 1957) retrocede a la década de los sesenta. El actor que
saltó a la fama como el doctor Vilches se acaba de incorporar al reparto
de 'Amar es para siempre' (a las 16.30 horas, en Antena 3). En la Plaza
de los Frutos será Luis Ardanza, un bioquímico exiliado que cuando
regresa a España intenta seguir el rastro de Caridad Villalobos, una
exnovia que estaba dispuesta a irse con él.
- ¿Luis se parece a Vilches?
- ¡No! Una de las cosas que más me gustan de este personaje
es que es totalmente distinto. Le tenía mucho cariño a Vilches, pero he
de aceptar otros trabajos que no tengan nada que ver con él. Luis es un
antifranquista que se encontrará con muchos problemas debido a su
pasado político y por seguir fiel a sus ideales.
- ¿Le han dejado de llamar Vilches por la calle?
- Todavía no. Es una cosa que creo que llevará mucho tiempo. Vamos a ver si a partir de ahora me cambian el nombre (risas).
- Acaba de estrenarse y ya le están buscado un ligue...
- Bueno, aparecerá una mujer imprevista a pesar de que Luis
está buscando a la persona que dejó hace 25 años, a Caridad. Pero las
personas cambian con el paso del tiempo.
«No soy un seductor»
- Siempre interpreta a seductores. ¿Usted también lo es?
- No, Jordi es una persona tranquila, a la que le gusta estar en su casa con sus amigos y su familia.
- Dicen que los novatos de la serie olvidan los textos. ¿Rompió la maldición?
- Intento aprendérmelo todo, evidentemente el ritmo que
llevan es brutal. Grabamos capítulo y medio diario, te encuentras con
muchas secuencias. En nuestro trabajo hay que estudiar los personajes y
los textos. Nos cueste más o menos, siempre terminamos haciéndolo.
- ¿En qué nota que es el nuevo de la 'clase'?
- El plató tiene muchos 'sets' y hay mucha distancia entre
ellos. Todavía me pierdo. Estoy un poquito desubicado, como todos los
actores que han llegado nuevos. Aún me cuesta encontrar los camerinos,
los baños...
- ¿Qué franja es más reñida: el 'prime time' o la tarde?
- Todas son complicadas porque hay mucha competencia entre
las cadenas. Da igual que sea por la mañana, al mediodía... El mundo de
la televisión es complicado en general.
- ¿Qué recuerda de los 60?
- En el 61, año en el que está ambientada la serie, tenía
tres años y recuerdo muy poco. Solo lo típico: los reyes, las fiestas de
Navidad... Recuerdos con los abuelos y esa gente que ahora falta.
TÍTULO; QUE HAY DE NUEVO, OS HE ENGAÑADO A TODOS ROBERTO CAVALLI,.
-foto-Cavalli no era Cavalli. No era ese diseñador de alta
costura rodeado de bellísimas modelos y carísimas botellas de champán
francés. Ni ese simpático millonario de gafas extravagantes, pelo
canoso, y con la existencia resuelta que vivía y se desvivía por el
mundo de la moda y se solazaba en lujosos yates mientras consumía puros
interminables. Cavalli era mucho más que aquel Cavalli que empezó a
cultivar fama y fortuna en los años 70, innovando con el cuero, su
querido cuero, como nunca nadie lo había hecho antes. Ni siquiera ese
Cavalli que ha terminado sentado en uno de los tronos del olimpo de la
pasarela. Roberto Cavalli (Florencia, 1940) es mucho más que el ''
Cavalli. Que ya es decir. Y el propio modisto se ha empeñado en dejarlo
claro en las páginas de su biografía, 'Just Me' -'Solo yo'-, que él
mismo ha escrito y que presentó la semana pasada en Milán en presencia
del alcalde de Florencia, el político 'showman' Matteo Renzi.
Así que la imagen que Roberto Cavalli ha cultivado durante
sus cuatro décadas de trayectoria profesional se diluyó como un
azucarillo en un 'espresso' cuando este septuagenario en activo empezó a
desvelar algunos de los pasajes más sórdidos y sorprendentes de su
vida. Al menos, de la vida que él ha 'interpretado' de cara a la
galería. «Os he engañado a todos. He sido un actor estupendo», confesó
el diseñador italiano. «El recital ha terminado y ahora tomo el
escenario para presentar a mi verdadero yo».
«No tengas miedo»
La historia del verdadero Roberto Cavalli,
trazada en unas páginas que de momento solo se pueden encontrar a la
venta en Italia, empieza en 1944, en su casa del pequeño pueblo de
Cavriglia, a pocos kilómetros de Florencia y en el corazón de la región
de la Toscana.
Pero sus primeros recuerdos tienen poco que ver con
atardeceres rosados, juegos entre viñas y 'focaccias' caseras en
reuniones familiares. El punto de partida es la captura y posterior
ejecución de su padre Giorgio a manos de soldados alemanes, todo ello
con la madre del pequeño Roberto como testigo. Entonces, Roberto Cavalli
tenía tres años, pero todavía recuerda las últimas palabras que
pronunció su padre: «No tengas miedo».
En sus memorias, el diseñador quiere «quitarse la máscara» y
deshacerse de su fama de vividor que viste a bellezas voluptuosas. Por
eso, otorga la debida importancia a las otras mujeres de su vida: su
madre, su hermana, su 'ex', Silvanella, y su actual esposa, Eva, con
quien se casó hace ya 33 años. El libro, publicado por Mondadori, le ha
costado a su autor cuatro años de «anotaciones, pies de página y noches
en vela». Un trabajo, edificado en parte gracias a muchos recuerdos «en
trozos de papel», con el que Cavalli ha querido distanciarse de su
profesión: «No es un libro sobre moda. Trata sobre un niño de familia
modesta que alcanzó el éxito gracias a su fuerza de voluntad». Además de
plasmar su lado más sensible, Roberto Cavalli, nieto de un famoso
pintor florentino, aprovecha 'Just me' para redefinirse ante el mundo:
«No me deben llamar diseñador porque nunca he sido capaz de dibujar una
silueta. Mi talento tiene que ver con hacer que las telas y las mujeres
sean especiales. Mi sueño es hacer vestidos que cambien la vida de las
mujeres. Los más hermosos tienen ese poder».
Tampoco se corta a la hora de dar algún que otro bocado a
la mano que le ha dado de comer. Cuarenta años después, empieza a
sentirse frustrado con la industria de la moda: «Ahora es más importante
una buena publicidad que una bonita colección. Siento mucha
animadversión. Me gustaría que la moda volviera al pasado». Hace poco
dijo, además, que «la verdadera moda es italiana» y que Francia «vive de
las rentas». Una nueva muestra de que el diseñador nunca ha dejado de
tener pelos en la lengua. En eso, Roberto Cavalli sí que sigue siendo,
mente, Cavalli.
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