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Les advertí que lo contaría precisamente aquí y me pidieron que no lo hiciera, pero lo voy a hacer. Imagínense la escena. Dos familias, en un espléndido día de primavera, llegan a un restaurante en Nauplia, después de haber visitado Micenas, Epidauro y Tirinto. Estábamos todos exhaustos, así que, después de pedir las bebidas y el almuerzo, cuando los mayores pensábamos que íbamos a entablar una conversación con nuestros hijos sobre todas las maravillas que acababan de ver, nos encontramos con que todos ellos estaban ensimismados en sus móviles. Uno contando a un amigo no sé qué a través de Whatsapp, otra colgando sus fotos en Facebook, otro jugando a matar marcianitos... Y así, hasta que el amable camarero trajo la comida. Pero es que el día anterior en Atenas, después de haber visitado la Acrópolis, sucedió lo mismo. Y así durante todo el viaje por Grecia.
He de decir que alguno de los mayores también caía de cuando en cuando en la tentación. Por eso el día de la excursión a Micenas terminé enfadándome y advirtiéndoles que escribiría un artículo poniéndoles como ejemplo.
Estas situaciones me superan. Sí, me supera que las personas que tienes al lado, en vez de hablar contigo, prefieran mandar mensajes a no se sabe quién, ignorando a quienes les acompañan. Me supera la manía de contar al mundo mundial lo que uno hace en cada momento. Estoy en Nauplia, ahí va la foto. Me acabo de tomar un pulpo a la brasa con un vaso de vino de Retsina. ¿Te suenan estas ruinas?. El caso es que, por la calle, en las visitas turísticas, en los restaurantes o en cualquier otra actividad cotidiana, vemos cada vez más personas que no se hablan con la persona con la que están, sino que su interés se centra en informar a otra gente sobre lo que están haciendo en ese momento, lo que están pensando o lo que van a hacer. De manera que me supera que, en la era de la comunicación, la gente no se comunique con el que tiene al lado. Y sí, lo confieso, mi hijo y sus amigos me ponen de los nervios cuando les veo con el móvil en la mano.
Hace unos días vi un reportaje en la tele donde algunos psicólogos señalaban que hay muchos jóvenes que ya están siendo tratados de una nueva adicción: estar permanentemente enganchados a los teléfonos móviles. Lo peor es que los jóvenes, y los no tan jóvenes, no son conscientes de su adicción. Hay muchos adultos que no despegan la mirada del móvil no importa donde estén y con quién, lo que, aparte de indicar que son unos maleducados, es una muestra de su adicción y se lo deberían hacer mirar.
A mí me parece que las tecnologías de la comunicación son muy útiles decir lo contrario sería una majadería, pero los expertos nos están advirtiendo de las consecuencias de la adicción a los móviles. Y no son ninguna tontería. Como decía el clásico: nada en exceso. Así que creo que ha llegado la hora de gritar: ¡Socorro!.
TÍTULO:7 DIAS CITAS,NOCHE LARGA, MONIKA KOWALSKA,ACTRIZ .
Monika Kowalska, es una actriz de origen polaco que reside en España.
Transparencias, rejilla, encaje... y mucha piel. La
actriz polaca Monika Kowalska nos descubre sus armas de seducción para
este verano: elegancia, sensualidad y optimismo.
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