sábado, 6 de febrero de 2016

REVISTA MUJER HOY DE CERCA PORTADA - ISABEL PREYSLER,./ SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO - ELOGIO DE LOS AMORES IMPERFECTOS,.

TITULO: REVISTA MUJER HOY DE CERCA PORTADA - ISABEL PREYSLER,.

Este país es muy machista si una mujer se va con un hombre casado, la culpa siempre es de ellla,.

vivir | Entrevista
Isabel Preysler - fotos,.
Empresaria
“Este país es muy machista si una mujer se va con un hombre casado, la culpa siempre es de ella”

Nada mejor que la intimidad de su casa para mantener una conversación relajada, sin preguntas pactadas. Una charla en la que, coincidiendo con el primer aniversario de su aventura empresarial con My cream, se muestra más sincera que nunca y en la que no rehuye ningún tema. Ni esos sobre los que todo el mundo se pregunta.

Nos recibe en su casa de Puerta de Hierro, en Madrid, como la perfecta anfitriona que es. Nada a su alrededor es sencillo ni espontáneo, pero ella lo convierte todo en natural, cercano y hasta familiar, incluso para quienes la acabamos de conocer.
Tras una maratoniana sesión de fotos, empezamos esta entrevista en la biblioteca, sin guión ni preguntas pactadas, hacia donde la conversación nos lleve. Isabel no elude ninguna cuestión comprometida, tampoco aquellas preguntas más o menos incómodas que la gente de la calle se hace sobre su vida y que ella responde en esta entrevista siempre mirando a los ojos. Eso sí, lo hace a la vez que se toma seis mandarinas que le han traído ya peladitas, una detrás de otra.
Mujerhoy. Mujerhoy. Hace un par de años corrió el rumor de que usted utilizaba una crema con colágeno que costaba solo 10 o 12 € y la crema se agotó en las farmacias.
Isabel Preysler. Isabel Preysler. Fue un bulo enorme que la gente inventó, como tantos otros que se inventan sobre mí. Eso fue una de las razones por las que decidí sacar mis cremas.
Mujerhoy. Cualquier cosa que Isabel Preysler toque, ¿se vende?
Isabel Preysler. Bueno, no te creas que cualquier cosa... En este proyecto he trabajado muchísimo. Han sido casi dos años de trabajo y otro más testando la crema. Pero tengo suerte, porque cuando una cosa se agota, porque quienes la compran la relacionan contigo, es porque además de ser buena hay algo de cariño hacia ti, ¿no?
Mujerhoy. ¿Es la primera vez que se convierte en empresaria?
Isabel Preysler. Sí; hasta ahora siempre he trabajado para los demás en temas de publicidad; nunca me había dedicado a nada mío.
Mujerhoy. Este es un proyecto en el que su hija Ana tiene mucho que ver.
Isabel Preysler. Totalmente, yo no tenía cabeza para meterme en esto, pero ella insistió y me dijo: "Mami, yo te voy a hacer toda la parte pesada de papeleo, números... Y tú a lo único que tienes que dedicarte es a conseguir una buena crema". Fue en una época en la que estaba mucho en casa porque Miguel estaba enfermo y le dedicaba casi todo mi tiempo. El proyecto me aportó cierta ilusión en unos momentos en los que yo estaba triste.
Mujerhoy. ¿Ha sustituido a las cremas que usaba antes?
Isabel Preysler. No del todo, pero bastante. La usamos Ana, Tamara y yo, y nos va muy bien a las tres porque vale para todas las pieles normales. Y la gente que lo ha probado me ha dicho que le ha gustado.
Mujerhoy. Seguro que hay mujeres que no se plantean comprar una crema...
Isabel Preysler. Entiendo que haya a quien no le compense estar pendiente de su aspecto físico. Yo no soy así, pero lo comprendo. Te diré que yo estoy pendiente de mi aspecto solo hasta cierto punto, porque tengo la suerte de tener una piel "no mala", de no engordar fácilmente, de poder comer lo que me apetece... porque si no, con lo que me gusta comer, engordaría. Los genes también hacen mucho. Mi madre, para sus 92 años, está estupenda. Yo no estoy tan pendiente de mi imagen como la gente cree y como oigo que dicen. Lo que sí creo es que no sería feliz si no tuviese una imagen un poquito cuidada.

Sus mejores aliados

Desarrollada por Isabel Preysler, My Cream nació hace ahora un año con el objetivo de ofrecer un tratamiento global de hidratación y luminosidad de la piel. La gama de productos está compuesta por un Serum Regenerador Anti- aging, una Crema Anti-aging Efecto Luminosidad y un Contorno de Ojos y Labios Revitalizante Anti-aging.
Mujerhoy. Cuando se separó de Julio Iglesias, ¿planeó tener una vida como la que ha llevado?
Isabel Preysler. No, no, en absoluto. Es más, cuando me separé de Julio estaba totalmente convencida de que todo esto se acababa. Era muy consciente de que toda la fama era por él.
Mujerhoy. Sin embargo, empezó a brillar con luz propia de inmediato.
Isabel Preysler. Creo que fue más por la curiosidad que despertaba mi situación. Date cuenta de que yo me separé de Julio cuando no existía el divorcio en España. Puede que, a las mujeres que estaban en la misma situación que yo, mi separación les ayudara a llevar la vida que querían. En la generación anterior a la mía, e incluso en la mía, las mujeres no se separaban de sus maridos: los aguantaban.
Mujerhoy. Usted no ha pasado inadvertida ni antes ni después de separarse. Siempre fue una mujer muy dulce, sensual, glamourosa... que rozaba la perfección al parecer, sobre todo, de muchos hombres.
Isabel Preysler. ¡Pero cómo me voy a creer esto que estás diciendo! Tú no sabes la cantidad de defectos que me encuentro. Estoy llena de ellos, pero llena. Lo que ocurre es que intento disimularlos lo mejor que puedo [sonríe].
Mujerhoy. ¿Le preocupa el paso de los años?
Isabel Preysler. ¡Hombre! Mucha gracia no me hace, qué quieres que te diga. Mentiría si te dijera lo contrario. Sin embargo, no me preocupa la muerte. Lo que me preocupa del paso de los años es la enfermedad, que se vayan perdiendo facultades... No me interesa vivir muchos años si no estoy bien.
Mujerhoy. ¿La muerte de Miguel Boyer le ha hecho reflexionar al respecto?
Isabel Preysler. La enfermedad de Miguel me ha hecho reflexionar muchísimo sobre todo esto, sí. Pero te diré que, no haciéndome gracia ni pareciéndome muy divertido el paso del tiempo, si me ofrecieras volver a los veinte te diría que no, porque siento que todas las etapas de mi vida las he vivido intensamente y eso es importantísimo. He vivido vidas muy diferentes y he tenido mucha suerte, ¿qué más puedo pedir?

Estoy llena de defectos, llena. Lo que ocurre es que intento disimularlos.

Mujerhoy. ¿Empieza a tener "goteras", como todo el mundo a su edad?
Isabel Preysler. Estoy bastante bien de salud en general, vamos a tocar madera. Pero también tengo mis cosas, como todo el mundo: las cervicales han sido un problema para mí toda la vida y estoy operada de ellas. Y tengo migrañas fuertes, muy fuertes. Desde hace dos años, estoy bajo tratamiento con un neurólogo muy bueno, y me está funcionando. Pero he pasado unos dolores horribles, de estar en un cuarto encerrada a oscuras y no soportar la luz ni el ruido.
Mujerhoy. ¿Cree que la imagen que tiene la gente de usted es real?
Isabel Preysler. Pues no creo porque, cuando me han tratado más de cerca, muchas personas me han dicho que les ha encantado conocerme porque nunca se hubieran imaginado que fuese así. La primera, la segunda o la tercera vez que lo oyes no haces mucho caso, pero la décima vez que lo escuché me empecé a preguntar qué es lo que pensará realmente la gente de mí.
Mujerhoy. ¿Qué cree que piensan sus detractores?
Isabel Preysler. Que puedo ser frívola, que puedo ser tonta, que puedo ser exageradamente ambiciosa, que puedo ser demasiado interesada... Pueden pensar cantidad de cosas que yo no creo que sea. Lo que sí reconozco es que he tenido mucha suerte en la vida.
Mujerhoy. Tras esa dulzura y apariencia casi inocente, ¿no hay una cabeza muy fría y calculadora?
Isabel Preysler. No, de verdad que no. En todas las decisiones que he tenido que tomar en la vida, absolutamente en todas, he intentado usar la cabeza pero al final siempre ha podido más el corazón: ¡siempre!
Mujerhoy. ¿Se ha enamorado perdidamente cada vez que se ha casado?
Isabel Preysler. ¡Hombre! Siempre creí que estaba enamorada; puede que no fuese lo suficiente pero, desde luego, yo creía totalmente en lo que hacía en ese momento y en el paso que daba. Que después no me saliera bien y no le saliera bien a la otra persona tampoco es algo que no podía predecir; pero te aseguro que he sentido muchísimo haber podido hacer daño. Odio esa sensación de que, para que yo sea feliz, tengo que hacer daño a alguien. Cuando eso ha pasado, mi intención nunca fue hacer daño, te lo aseguro.
Mujerhoy. En esos momentos, ¿pensaba si el cambio le venía bien o mal a su imagen?
Isabel Preysler. Al final, siempre he hecho lo que yo he sentido y lo que pensaba que tenía que hacer. Si no hubiera sido así, no me habría ido con Miguel. A mí, todo el mundo me decía que no lo hiciese. No solo tenía a la familia en contra, también mis amigas me decían que cómo iba a hacer una cosa así. Pero yo me enamoré de Miguel y me fui. Y nadie pudo decir que fuera por interés, porque Miguel ya había dejado el Ministerio de Economía y Hacienda cuando me fui con él, ya no era un hombre poderoso.

Del paso de los años me preocupa la enfermedad. No quiero vivir si no estoy bien.

Mujerhoy. ¿Las firmas de las que usted era imagen también opinaron?
Isabel Preysler. Yo era consciente de que de irme con Miguel podía estropear mi trabajo, pero era una decisión que había tomado con el corazón, porque lo sentía así, y no había marcha atrás. Yo misma dije en Porcelanosa que sabía que podía perjudicarles... Sin embargo, lo respetaron y me apoyaron.
Mujerhoy. ¿Nunca ha vivido sola?
Isabel Preysler. Nunca, pero seguro que no me hubiera ido jamás con alguien que no hubiese querido y aceptado a mis hijos. De todas formas, te diré que a mí me hace mucha falta la soledad, necesito "mi" espacio. Por la noche, cuando todo el mundo se ha ido a dormir, empieza "mi momento", ese en el que no me molesta absolutamente nadie y en el que puedo hacer lo que quiero: escucho música, me pongo una película, hablo con mis hijos que están en Miami, escribo... Hay quien necesita estar continuamente rodeada de gente, pero a mí eso no me pasa. Cuando estaba con Carlos [Falcó] e íbamos con los niños al campo, yo estaba contenta. Con Miguel no me aburría tampoco. Hay personas que siempre tienen que estar en grupo, saliendo con gente... Yo no soy así.
Mujerhoy. Muy pocas mujeres divorciadas con tres, cuatro y cinco hijos quieren volver a casarse dos, tres y, a lo mejor, hasta cuatro veces. Reconozca que lo suyo no es normal.
Isabel Preysler. Después de lo de Miguel, pensé: "Bueno, ya"... y apareció Mario. Esto no es algo que tú escoges, es algo que pasa en tu vida. Tú no eliges el momento para enamorarte; aparece el señor y te enamoras o no te enamoras.
Mujerhoy. Se la tiene por una mujer muuuy seductora.
Isabel Preysler. ¿Yo? ¡Pero si soy de lo más normalita! [Risas].
Mujerhoy. ¡Ya, ya! Se llegó a decir que practicaba técnicas de seducción orientales que la mayoría no sabíamos ni que existían.
Isabel Preysler. ¡Ni yo tampoco! Lo he oído, sí... Todo eso es totalmente ridículo y totalmente falso: ¡totalmente! Yo podía estar con Miguel porque su conversación era interesantísima y porque él era un hombre brillantísimo. Y puedo estar con Mario también por lo mismo. Mario es un señor con el que cada conversación que tengo es enriquecedora, lo pasamos estupendamente bien los dos juntos y no nos hace falta nada más. Me imagino que ellos algo de esto encontrarían también en mí, aunque en mucha menor medida...

¿Por qué siempre hay que recurrir al sexo para entender la atracción de un hombre y una mujer?

Mujerhoy. Entonces, ¿de Matahari, nada? ¿Adiós leyenda?
Isabel Preysler. Absolutamente. No entiendo por qué hay que buscar cosas tan complicadas para justificar que un hombre se enamore de una mujer. ¿No se puede enamorar un hombre simplemente porque se trate de una mujer y no estoy hablando de mí, que conste suficientemente atractiva, inteligente, con sentido del humor, divertida...? ¿Siempre hay que recurrir al sexo para entender la atracción hacia ella? ¿Por qué tienen que inventar esas cosas tan retorcidas e inexistentes, por lo menos en mi vida?
Mujerhoy. Pero sus modales, su dulzura... hacen pensar en la perfecta geisha.
Isabel Preysler. ¡Yo de geisha no tengo nada! No tienes más que preguntárselo a los señores que han estado conmigo. A la gente le ha encantado darme ese aire de geisha... y a mí hasta me hace gracia. Pero nada más lejos de la realidad, absolutamente nada.
Mujerhoy. Su fama de seductora la precede. ¿Qué hace que las demás no sabemos ni imaginamos?
Isabel Preysler. Mmmm... No sé qué quieres que te diga, porque no hago nada especial ni distinto ante nadie. Estáis muy equivocados: igual que soy contigo soy con los señores; siempre soy igual y eso te lo pueden decir todas mis amigas. Es verdad que hay gente que cambia dependiendo de si está con un hombre o con una mujer; yo, no.
Mujerhoy. ¿Se lleva igual de bien con las mujeres que con los hombres?
Isabel Preysler. Totalmente, pero te diré que tengo más amigas que amigos, y que mis amigas íntimas lo son desde que teníamos 18 años, de la época en la que estudiábamos en el Mary Ward College. Algunas de mi etapa de soltera son conocidas, como Carmen [Martínez-Bordiu], Marisa [Borbón]... y otras no lo son.
Mujerhoy. ¿Las mujeres la pueden ver como una rival?
Isabel Preysler. [Sorprendida]. ¿Tú crees de verdad que me pueden ver así?
Mujerhoy. Puede que sí, sobre todo si tienen algún problema en casa.
Isabel Preysler. Este es un país muy machista a veces, empezando por las propias mujeres. Si una mujer se va con un hombre casado, la culpa siempre es de la mujer. ¿Por qué no se piensa que ese matrimonio no funcionaba ya, o que estaba roto, antes de que la "otra" apareciera? ¿Por qué siempre se piensa que es la mujer la que se ha metido en medio? Lo más seguro es que haya sido el hombre el primero en interesarse por ella y que, después, haya sido ella la que lo haya seguido.

Me quedé casi viuda cuando Miguel tuvo el ictus. El vacío del duelo lo tuve desde que enfermó.

Mujerhoy. ¿Cree que el hombre es el que tiene que dar el primer paso?
Isabel Preysler. No, pero normalmente es así como sucede.
Mujerhoy. Una de las cosas que más ha sorprendido es el poco tiempo que transcurrió entre la muerte de Miguel Boyer y la aparición de Mario Vargas Llosa.
Isabel Preysler. Es verdad que puede que haya sido un poco pronto, como dices; es posible, sí. Pero te insisto en que el momento de enamorarte no lo escoges tú.
Mujerhoy. Pero lo normal es necesitar más tiempo después de la muerte de un ser tan querido.
Isabel Preysler. Eso es así y estoy de acuerdo. Pero también te digo otra cosa: yo me quedé casi viuda cuando Miguel tuvo el ictus. El vacío que sientes en el luto lo tuve desde que Miguel enfermó. Y todo eso duró dos años y siete meses. La pérdida no llegó con su muerte, sino bastante antes, cuando cayó enfermo y Miguel ya no era el mismo Miguel.
Mujerhoy. Supongo que no ha sido una etapa fácil, no.
Isabel Preysler. Nada fácil y, además, muy dura. Que te toque a ti pasar por eso y que tu vida de un giro de 180º en un segundo... ¡No sabes lo que es! ¡Es un shock! Yo me despertaba por las mañanas y no me quería levantar de la cama [se le llenan los ojos de lágrimas]. Perdona, no me quiero poner tonta... [Interrumpe unos segundos la entrevista]. Cuando pasó lo de Miguel, yo le daba vueltas y vueltas tontamente... Si el ictus me hubiera dado a mí no se hubiese perdido gran cosa, pero que le pasara a él fue tremendo. Miguel se convirtió en otra persona. Antes era un hombre con una inteligencia superior, brillantísimo... Me preguntaba qué me podría pasar peor que aquello. Y sí, hay cosas peores. Recuerdo haber hablado sobre esto hace muchos años con Miguel. Una vez, le dije: "He tenido mucha suerte en la vida. He sido una privilegiada y creo que puedo aguantar todo lo que la vida me mande... menos la muerte de un hijo". Y Miguel me contestó: "Estás equivocada, estamos hechos para poder aguantar también eso".
Mujerhoy. Vamos a hablar de cosas más alegres...
Isabel Preysler. Me estabas diciendo que Mario apareció un poco pronto. Ocurrió, yo no lo planeé, eso te lo aseguro. Simplemente, ocurrió y estoy encantada de que haya ocurrido, claro [sonríe].

Esto no es algo que escoges, es algo que pasa. Tú no eliges el momento de enamorarte.

Mujerhoy. Hace tiempo, ya se habló de un posible affaire entre Mario Vargas Llosa y usted.
Isabel Preysler. Eso no es verdad en absoluto. Mario y Miguel eran amigos y además se tenían un respeto y una admiración grandes el uno por el otro. Efectivamente, era un señor al que yo veía con cierta frecuencia, pero lo veía siempre con mi marido. No recuerdo haber estado una sola vez sola con Mario, jamás.
Mujerhoy. ¿Alguna vez ha tenido que depender de su marido para comprar algo que necesitara o le apeteciese?
Isabel Preysler. No, y creo que no serviría para estar pidiéndole dinero cada vez que ocurriera. He tenido mucha suerte porque nunca me ha faltado trabajo. Para mí, es fundamental tener independencia económica. Yo nunca he discutido por dinero. Tuve la suerte de que, cuando Julio y yo nos separamos, lo hicimos sin pelearnos por el tema económico. Yo decidí que me iba y él decidió con lo que me quedaba. Sin ninguna duda, pudiera haber sido más, pero también me compensaba no discutir porque era yo la que se marchaba y porque, como teníamos tres hijos, prefería tener una buena relación con él. Pelearse por dinero es lo que destruye absolutamente todo. Siempre he tenido claro que por eso no iba a pasar... y nunca he pasado. Al poco tiempo, me puse a trabajar y empecé a hacer entrevistas como tú... y estaba muy bien pagada [sonríe].
Mujerhoy. Recuerdo sus primeras entrevistas: Richard Chamberlain, que entonces interpretaba la serie de televisión El pájaro espino; Mario Vargas Llosa...
Isabel Preysler. Lo bueno fue que toda España estaba viendo El pájaro espino y en el último capítulo ¡Hola! me mandó dos días a África para entrevistarle.
Mujerhoy. Pero cuente, ¿cómo fue aquel primer encuentro con Mario Vargas Llosa y qué impresión le causó?
Isabel Preysler. Pues muy buena [sonríe]. Fue entonces cuando lo conocí.
Mujerhoy. ¿Lejísimos de imaginarse nada?
Isabel Preysler. ¡Lejísimos! Nos caímos bien, pero como tú le puedes caer bien a Richard Chamberlain si lo entrevistas.
Mujerhoy. ¡Ya!
Isabel Preysler. [Risas]. La gente siempre me ha querido relacionar con personas con las que no tenía ninguna relación especial. Cuando me separé de Carlos, fueron a hacerle una entrevista a Richard Chamberlain y él dijo que había pasado conmigo un fin de semana maravilloso en África... Y aquello sonó totalmente a otra cosa, cuando yo solo estuve en África el tiempo suficiente para hacer la entrevista y volverme a España.
Mujerhoy. ¿Preparaba y escribía usted sus entrevistas o tenía un "ayudante"?
Isabel Preysler. ¡Yo sola! ¿Sabes la rabia que me dio ver que nadie me creía? ¿Sabes lo que me costaba preparar esas entrevistas? Me estudiaba el personaje, intentaba hacer todo lo mejor posible... y no me creía nadie.
Mujerhoy. La prensa rosa puede ser demoledora, pero a usted la ha respetado siempre bastante...
Isabel Preysler. ¡Ah! ¿Sí? [Incrédula]. ¿Tú crees que se me respeta?

¿Crees que si me caso nos dejarían ya en paz? ¡Pues eso espero! Si es que nos casamos...

Mujerhoy. Lleva décadas siendo la "reina de corazones". Pocas personas han ocupado tantas portadas como usted, las firmas siguen disputándose su imagen, a la gente le interesa cuanto haga o diga...
Isabel Preysler. Pero te diré que no he hecho nada para que eso sea así.
Mujerhoy. Solo su vida supera la ficción de muchas novelas.
Isabel Preysler. He vivido mi vida, sí. Pero muchas veces hubiera preferido que no me hubiesen hecho absolutamente ningún caso, ¡muchísimas! Ahora veo que eso es casi imposible de conseguir.
Mujerhoy. ¡Cómo lo pretende si se ha casado con un famosísimo cantante, con un marqués, con un superministro socialista y... va camino de hacerlo con un premio Nobel!
Isabel Preysler. ¡Ya, ya! Ahora solo les falta decir que no me enamoro nunca de alguien normal... Mira, tú te enamoras de la gente que tratas. Lo digo sin despreciar a nadie, pero lo lógico es enamorarte de la gente a la que ves, a la que tratas, que te atrae y a la que tú atraes.
Mujerhoy. ¿Hay algo por lo que envidie usted de los demás?
Isabel Preysler. Hablamos de envidia sana, si es que existe ¿verdad? Entonces te diré que el anonimato, desde luego.
Mujerhoy. Pero si fuese una mujer anónima no estaría donde está.
Isabel Preysler. Lo reconozco, absolutamente; pero la fama puede ser muy pesada muchas veces. Yo no debería quejarme por esto, pero lo hago fundamentalmente por la persona con la que estoy más que por mí. Yo ya me he acostumbrado a llevar esta vida, que no es fácil porque todo lo que haces lo juzgan los demás y lo magnifican. Es una lata que de cada cosa tuya tenga que estar opinando todo el mundo. Yo estoy ahora con un señor que no estaba acostumbrado a esto. Y, aunque lo ha llevado muy bien, lo más natural y deportivamente posible, para él también es muy pesado.
Mujerhoy. Si a Mario Vargas Llosa se le relacionara con cualquier otra mujer del mundo, seguro que también habría despertado mucho interés. Que encima lo haya hecho con usted y en este momento... ha sido un bombazo para la prensa rosa, al menos en España.
Isabel Preysler. Lo entiendo perfectamente, pero no es normal que haya pasado tanto tiempo y que sigan hablando tanto de este asunto. ¡No puedes decirme que esto es normal durante meses y meses! ¿Cuánto va a durar este interés?
Mujerhoy. Hasta que se casen y la gente se acostumbre a verlos juntos, como ha pasado otras veces.
Isabel Preysler. ¿Crees que si me caso ya nos dejarían en paz? ¡Pues eso espero! [Sonríe]. Si es que nos casamos... porque estar así toda la vida tampoco se lo merece nadie.

TITULO:  SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO - ELOGIO DE LOS AMORES IMPERFECTOS,.

 

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Apasionado balance de una trayectoria profesional y vital coronada con el Premio Nobel de Medicina, Elogio de la imperfección narra una odisea, la protagonizada por Rita Levi-Montalcini a lo largo de un siglo. Nacida en el seno de una familia judía, Levi-Montalcini vivió su infancia en Turín mientras se libraba la primera guerra mundial. Pese a la oposición paterna, se matriculó en medicina para doctorarse posteriormente en neurocirugía. Ayudante del eminente histólogo Giuseppe Levi (el padre de Natalia Ginzburg), montó un laboratorio en su propia casa cuando las leyes raciales de la Italia fascista le impidieron proseguir sus investigaciones. Tras la segunda guerra mundial, desarrolló su carrera científica en Estados Unidos, y el descubrimiento del factor de crecimiento nervioso (NGF) le valió en 1986 el Premio Nobel de Medicina.

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