TITULO: El
paisano - Viernes - 6 , 13 - Enero - Los vivareños disfrutarán de un proyecto similar en primavera,.
Viernes - 6 , 13 - Enero a las 22:10 horas en La 1 , foto,.
Don Benito se convertirá del 26 al 30 de diciembre en capital regional del llamado astroturismo con la celebración de varias actividades enmarcadas en el proyecto 'Extremadura, buenas noches'. En este caso, la iniciativa se transformará como 'Don Benito, buenas noches' para acercar el mundo de la astronomía a los ciudadanos, así como consolidarse en el tiempo, convirtiendo a Don Benito en cita y lugar obligado de visita para el disfrute del cielo extremeño.
No obstante, la localidad dombenitense cuenta ya con un mirador celeste ubicado en la finca Doña Blanca, si bien, no estará operativo hasta la próxima primavera. Pero durante este mes, Don Benito ya podrá presumir de cielo nocturno. Lo hará a través de exposiciones como 'El KintHorizon. El Camino de la Curiosidad', que se podrá ver en el mercado de abastos. Mientras, en la casa de cultura se podrá disfrutar de 'Apuntar más lejos. Lo que sucede cuando se quiere', 'Relojes de Sol. Retos y desafíos en la Casa del Tiempo', 'Birding y Miradores Celestes', 'Los Retos del Astromeño' y 'Tierras y Estrellas en Extremadura 3D'.
Actividades gratuitas
Por otra parte, del 28 al 30 de este mes se podrá visitar en el mercado de abastos un planetario móvil. Además, el 27 de diciembre, en el parque de las Albercas se realizará la 'Observación Cromosfera: el Sol', con telescopio profesional. Posteriormente, a las 17:30 horas en la casa de cCultura se podrá escuchar al ponente Hipólito Collado, jefe de sección de arqueología de la Junta de Extremadura, experto en arte rupestre. Ya a las 19.00 horas, en el mirador celeste de los Chozos de la Finca Municipal Doña Blanca, habrá una observación de la bóveda celeste.
Otra cita importante será el día 28 en la casa de cultura con una conferencia a cargo de Santiago Guerra, arqueólogo de la Junta de Extremadura. También ese día, Carlos J. Rodríguez hablará sobre 'Recursos de iniciación para observar el firmamento'. Por último, el día 29, José Manuel Grandela, Ingeniero Técnico de Telecomunicación y ex ingeniero controlador de naves espaciales, ofrecerá 'El primer hombre en la Luna. España lo hizo posible'. Todas las actividades son gratuitas y tienen aforo limitado.
TITULO: VACACIONES - EUROPA DE PELICULA - 200 Personas inscritas para ver el solsticio en Huerta Montero,.
200 Personas inscritas para ver el solsticio en Huerta Montero ,.
Este lunes han comenzado las jornadas de puertas abiertas que durarán toda la semana,.
foto / Unas 300 personas participaron este domingo en las actividades del Festival del solsticio de invierno, que tuvo lugar en el yacimiento arqueológico de Huerta Montero de Almendralejo, que data de hace 5.000 años. Llegadas desde varios puntos de Extremadura, los visitantes degustaron unas migas con chocolate en el desayuno solidario, cuyos beneficios serán destinados a la Fundación Allegro.
Además, hubo un recorrido por el yacimiento arqueológico de Huerta Montero y una observación del sol con un telescopio profesional, gracias a las personas de la asociación CartaEstelar Tentudía.
Desde la Oficina de Turismo de Almendralejo han confirmado este lunes las cifras de visitantes, que justifican en un día de sol, lejos de las nubes y niebla que otros años han impedido ver el sol entrar en esta cámara funeraria de la edad del Cobre, donde hay enterradas varios cientos de personas.
Este festival se celebra desde hace años para conmemorar la entrada del primer sol de invierno en el yacimiento circular en los días en los que entra la estación invernal.
Por ello, desde Turismo han señalado a EFE que también se espera un gran número de visitas durante la semana, ya que hay jornadas de puertas abiertas y visitas guiadas cada mañana, sin necesidad de inscribirse.
TITULO: HOSPITAL - Muere un cazador tras dispararse su escopeta en Valencia de las Torres,.
Muere un cazador tras dispararse su escopeta en Valencia de las Torres,.
Se trata de un hombre de nacionalidad portuguesa y todo apunta a que ha sido un accidente,.
Un cazador ha muerto este mediodía al recibir un disparo fortuito de su propia escopeta. Según informa el 112 Extremadura, el accidente deportivo ha tenido lugar sobre las 12.40 horas en la finca las Guareñas, cerca de Valencia de las Torres, en dirección a Campillo.
TITULO: VUELTA AL COLE - El reloj extremeño que detecta los olores,.
El reloj extremeño que detecta los olores,.
Investigadores de la UEx han logrado insertar una nariz electrónica en un dispositivo de pequeño tamaño,.
foto / El primer reloj con olfato artificial. Investigadores de la Universidad de Extremadura presentaron con esta premisa la nariz electrónica que han insertado en un dispositivo de pequeño tamaño en el Meeting of Digital Olfaction Society en Tokio celebrado a finales de noviembre. «Hicimos una presentación que tuvo bastante éxito»,.
TITULO: EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles - 4, 11 - Enero - Las familias de refugiados ucranianos intentan mantener vivo el espíritu navideño desde lejos de casa ,.
En la tuya o en la mía - Miercoles - 4, 11 - Enero ,.
En la tuya o en la mía', presentado por Bertín Osborne, acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en La 1 a las 22:30, el miercoles -4, 11 - Enero , etc.
EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles - 4, 11 - Enero - Las familias de refugiados ucranianos intentan mantener vivo el espíritu navideño desde lejos de casa ,.
Las familias de refugiados ucranianos intentan mantener vivo el espíritu navideño desde lejos de casa,.
La triste Navidad de los refugiados Ucranianos en España La angustia de tener a papá en el frente,.
fotos / Aunque lejos de casa, los refugiados ucranianos se esfuerzan por mantener vivo el espíritu navideño.Vasil y Marina huyeron de su país en marzo junto a sus dos hijos.Ahora viven en Praga y aunque sus ahorros no les permite comprar un árbol de navidad...Han decidido pasar el fin de semana horneando galletas y decorando con luces la casa."Como no teníamos dinero para el árbol decidimos usar algunas ramas de pino para la decoración, así se ve bien y hace felices a los niños".Explica el padre de la familia, a quien se le permitió salir del país después de que el ejército lo rechazara debido a problemas de visión.Según datos de la ONU hay aproximadamente 4 millones y medio de refugiados ucranianos en toda Europa que este año se verán obligados a pasar las navidades lejos de casa.
La despertaron las sirenas. Abrió la ventana y vio los fogonazos de los misiles. Corrió a sacar a sus hijos de la cama. Le costó despertarlos. A la pequeña, de 4 años, la cogió en brazos y salieron pitando. Se metieron en un sótano junto con otras familias. «Me dejé encendidas las luces de casa. Me olvidé por completo de apagarlas», nos cuenta Olesia, de 34 años, con la mirada perdida y las lágrimas resbalando por las mejillas. Llora en silencio. Pero por dentro vive un terremoto. Hemos esperado 50 minutos a que se tranquilizara. No quería hablar con nosotros. Estaba alterada porque le preocupa que las humedades de la residencia donde la han acogido junto con sus cuatro hijos estén perjudicando a su hijo Ylusha, de 5 años, y con tos persistente. Está alterada también porque su hija Yaroslava, de 14, no se adapta a la situación y le repite unas cuarenta veces al día con la vehemencia de la adolescencia que quiere volver a Ucrania. Vive en una montaña rusa emocional constante. Está irritable, vulnerable, emocionada, agradecida, sobrepasada...
La despertaron las sirenas y los misiles. Corrió con sus hijos a un sótano. «Me dejé encendidas las luces de casa», llora Olesia
Olesia y sus hijos viven en un centro de acogida temporal donde la convivencia no siempre es fácil. Los niños se pelean con otros niños, las madres chocan entre ellas... Los nervios están a flor de piel. Viven con el móvil en la mano, pendientes de una aplicación que envía SMS con las noticias de los bombardeos. Olesia tiene a toda su familia en Ucrania. Antes de la guerra, su marido, de 38 años, era vigilante; ahora, patrulla por la frontera con Bielorrusia a bordo de un tanque. «Se ha quedado a defender nuestro territorio», explica Olesia con tristeza y orgullo. Es difícil contactar con él.
Allí pasan días enteros sin luz, apenas hay conexión a Internet. Hace unos días, Olesia logró conectar por videollamada con su hermana. Ha visto que están en casa con abrigo, sabe que apenas hay unas horas de electricidad al día, sabe también que la situación sigue siendo peligrosísima. Se lo repite a su hija cuando la niña se enfada porque quiere volver a casa a toda costa. Claro que ella también quiere volver, pero es demasiado peligroso y eso que «ahora no hay rusos en nuestro pueblo», cuenta Olesia. Los hubo antes de que ella y los niños huyeran a España. «Tuvimos suerte porque a nuestro pueblo, Snonsk, a solo 24 kilómetros de la frontera con Bielorrusia, vinieron soldados rusos de ojos asiáticos que bebían sin parar. Saquearon la tienda y volaron los puentes, pero estaban tan borrachos que volaron los puentes equivocados. Tuvimos suerte porque no nos hicieron nada. En otros pueblos fue mucho peor, violaron, masacraron», dice.
«Yo trabajaba y mi marido también, comprábamos regalos y venían amigos a casa. Ahora estoy sin trabajo y sola con los niños. La Navidad es dura»
También fueron afortunados porque su hija Zaryana, de 9 años, había pasado temporadas con una familia española y desde el primer momento esta familia se puso en contacto con ellos para ayudar. «Estoy muy agradecida a Rocío –dice Olesia–, primero estuvimos en su casa, pero ella tiene tres hijos», cuenta. Llegaron a España el 17 de mayo pasado. Este es el segundo centro de acogida en el que están. Es una solución temporal hasta que encuentren un piso para ellos. Hasta entonces, los días de Olesia consisten en llevar y traer a los niños del colegio, estudiar español cuatro días a la semana y pensar en Ucrania de manera obsesiva. «Mi padre está en el hospital porque ha tenido un accidente y quiero enviar allí el dinero que me han dado aquí para comprar ropa, pero me dicen que no puedo hacer eso, que me los tengo que gastar en ropa», comenta.
Miedo a las ataduras
Su hija Yaroslava se suma a la conversación. No le gusta el colegio, no le gusta su vida en España. Hay niños de su clase que le han dicho: «¿Qué haces tú aquí?», y nos responde a nosotros: «No somos unos miserables, teníamos una buena casa en Ucrania y aquí estamos en una habitación con humedades. Hemos huido porque nos invadieron», dice enfadada.
Cuando su madre nos cuenta que quiere trabajar, cuidando ancianos, en una cocina o limpiando, Yaroslava, que a ratos muestra una madurez chocante a sus 14 años, deja entrever de pronto el columpio emocional que vive por dentro y se irrita porque no quiere ataduras con España. Quiere volver a Ucrania. «Mi marido me insiste en que, aunque no estemos a gusto, no volvamos aún», explica Olesia. Y de nuevo asoman las lágrimas.
«Tuvimos suerte porque a nuestro pueblo vinieron rusos que bebían y robaban. Pero no nos hicieron nada. En otros sitios fue peor: violaron y masacraron»
No quiere gastar el dinero que reciben para subsistir en España. Prefiere enviarlo todo a Ucrania para ayudar a su familia y que operen a su padre. «Pero los niños piden cosas, chuches. Yaroslava hace muy bien la manicura, me ha pedido que le compre una lámpara para secar las uñas porque quiere sacar un dinerillo así. Pero no se lo voy a comprar, el dinero tiene que ir a Ucrania», dice Olesia.
Estas Navidades van a ser duras. «Las afrontaremos como podamos. En Ucrania yo trabajaba (era camarera y ayudante de cocina) y mi marido también. Comprábamos regalos, nos juntábamos con la familia, amigos. Ahora aquí, sin dinero, sin trabajo y sola con los cuatro niños será diferente», asegura. Los 30 ucranianos de este centro de acogida cenan hoy todos juntos. Esta noche es la de San Nicolás en Ucrania, son sus Reyes Magos. Los pequeños han pedido juguetes. Olesia y Yaroslava solo quieren volver a casa.
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