TITULO:
Órbita Laika - Descubre las propiedades de la luz ,.
Lunes -23, 30 - Enero a las 22:30 en La 2 / foto,.
Descubre las propiedades de la luz,.
La luz ofrece bellos espectáculos y también fascinantes progresos tecnológicos, además de ser la forma de comunicación más rápida que existe. Un claro ejemplo es la utilización de un láser. Pero la luz no es sólo eso. Es algo más. La luz es esencial para nuestra existencia… Y ‘Órbita Laika’ va a demostrarlo.
En este programa, nuestra inconfundible química Déborah García enseñará dos técnicas fotográficas sensacionales: la cianotipia y la clorotipia. El físico Javier Santaolalla descubrirá el fenómeno de la polarización de la luz y ya no volveremos a ver nuestras gafas polarizadas de la misma forma. También nos quedaremos maravillados con la misteriosa luminiscencia que exhiben algunos minerales gracias al genial geólogo Nahúm Méndez.
El biólogo Ricardo Moure reconstruirá las triquiñuelas evolutivas que han hecho posible la aparición de los ojos en el reino animal. Además, viajará al Centro Astronómico Hispano en Andalucía donde aprenderemos cómo los astrónomos operan esos gigantescos telescopios capaces de fotografiar los confines lumínicos del universo.
Y finalmente el programa recibirá a un invitado muy especial: Raúl Andero, investigador del Instituto de Neurociencia de la Universidad Autónoma de Barcelona. ¿Te imaginas poder controlar el cerebro mediante la luz? Es lo que propone la optogenética, la disciplina que combina la acción de la luz con la ingeniería genética.
…Y dijeron las ecuaciones del electromagnetismo: ¡Hágase la luz!,.
TITULO : Zona indie - Cine - Betibú ,.
Este lunes- 23, 30 - Enero , a las 23:30, en la ‘Zona indie’ de La 2 se emite la película, foto,.
- Reparto
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Mercedes Morán, Alberto Ammann, Daniel Fanego, José Coronado, Marina Bellati, Carola Reyna, Lito Cruz, Gerardo Romano, Osmar Nuñez, Norman Briski,.
- En la apacible y lujosa finca La Maravillosa aparece asesinado el propietario, Pedro Chazarreta, un empresario que es sospechoso de haber asesinado a su mujer simulando un tonto accidente doméstico. Para cubrir el caso, El Tribuno, uno de los periódicos de mayor tirada del país, llama a Nurit Iscar, famosa escritora de novelas policiales que vive un ostracismo creativo y voluntario. Es su crítica situación económica lo que la lleva a aceptar la propuesta de instalarse en La Maravillosa y escribir desde allí una serie de notas sobre el caso periodístico del año.
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TITULO : Generaciones - La guerra esta ahi, pero la vida sigue adelante,.
La guerra esta ahi, pero la vida sigue adelante,.
Kiev trata de recuperar la normalidad. Zonas recién bombardeadas, mercados y gimnasios luchan por sacudirse el estigma de la guerra.
foto / Los niños juegan entre los escombros, sus bicicletas tiradas en el suelo, mientras los operarios municipales tratan de parchear la desolación absoluta que les rodea, de devolver algo de humanidad a este escenario tan siniestro. «Cuando estalló todo, una tortuga salió volando y cayó en el césped. Estaba viva», exclaman entusiasmados señalando una ventana del quinto piso que saltó hecha pedazos. Nueve alturas reducidas a un amasijo de hierros retorcidos y ventanas desvencijadas, el suelo cubierto de cristales. No hay luz ni agua, pero sí algunos vecinos, que se refugian como buenamente pueden entre los restos de lo que se resisten a no seguir considerando su casa. Todos recuerdan aquella madrugada del 14 de marzo, cuando un misil supersónico reventó esta fachada de Obolon, un barrio residencial de la periferia de Kiev, arrojándolos de la cama, destruyendo sus sueños y llevándose consigo la vida de dos personas. No es un lugar estratégico de esos que figuran en un mapa de operaciones y pueden cambiar el curso de una guerra. Está pegado a un campo de fútbol y a un colegio. También a un depósito de aguas que no sufrió daños. El misil impactó en el centro del bloque con precisión milimétrica.
A Mikola, la destrucción le sorprendió durmiendo. En el piso estaban también su suegra y un hermano, «que seguían en shock cuando llegaron las asistencias». Nos lo encontramos saliendo de un hueco junto a la escalera, apenas tapado por una puerta arrancada de sus goznes con un letrero escrito a mano donde advierte a posibles merodeadores que no conserva nada de valor en su interior. Se alegra de que su mujer y su hija hayan sido evacuadas «para que no puedan ver la magnitud del desastre». Explica que el Gobierno les ha prometido una pronta reparación, pero basta con echar un vistazo alrededor para entender que hará falta algo más que buenos propósitos para devolver a estas familias un lugar digno donde vivir.
El día que cayó el cohete, prácticamente todo el vecindario recogió sus escasas pertenencias y huyó en tren en busca de un lugar donde sentirse a salvo. Forman parte de ese éxodo de 9 millones de personas que deambulan por Europa o realojadas en zonas seguras del país. Es el caso de la esposa y la hija de Denis, que continúan en Amsterdam a la espera de que la situación se estabilice. «Cuando llegaron los servicios de emergencia fueron piso por piso buscando supervivientes y echaron a bajo las pocas puertas que habían permanecido en pie». También Denis ha puesto tierra de por medio. Ahora vive en Fastiv, un pueblo de la periferia donde el jueves estalló otro misil, esta vez dirigido contra una fábrica. La desgracia le persigue.
Misiles y tulipanes
Obolon ilustra a la perfección el afán de las ciudades que no se dejan arrastrar por pensamientos funestos y hacen de sobreponerse a la adversidad su misión cotidiana. Uno camina por sus calles y ve a los vecinos desplazándose en metro, sorteando controles para llegar al trabajo, tomándose un café donde siempre. Como cada sábado, los granjeros de la región de Kiev han acudido al barrio con sus productos, «menos y más caros que de costumbre», explica Sergei señalando tomates y pepinos. Culpa del encarecimiento de precios a la ocupación «que se produjo cuando estábamos en plena siembra y a que muchos campos han quedado inutilizados por el riesgo a pisar una mina».
Lida hace balance desde su puesto de pescado mientras mira al cielo. «Sólo espero que no bombardeen de nuevo, las ventas me dan igual». Acaban de terminar las fiestas de Pascua y la gente vuelve a comprar, «quizá en mayor número, se nota que muchos están regresando y facturamos más». La calle está llena de compradores, muchos de los cuales no renuncian a sus ramos de narcisos y tulipanes ahora que es temporada. «La guerra está ahí, pero la vida sigue adelante», sentencia con la resignación escrita en el rostro.
Cerca de allí se levanta el centro comercial Retroville, cuya explosión dio la vuelta al mundo la noche del 20 de marzo, cuando un misil reventó el complejo de tiendas y oficinas. Las excavadoras han comenzado a trabajar esta semana, sacando escombros y chatarra de este escenario de pesadilla. Tanto es así que las cifras iniciales que hablaban de 4 muertos han quedado ampliamente desbordadas y alcanzan ya los 60, según fuentes oficiosas. El último cadáver fue descubierto el viernes, prensado bajo toneladas de escombros.
Igor es el propietario de las excavadoras que están despejando este infierno de vigas arrugadas y cables que cuelgan de los techos como gusanos sin vida. Agrupados en el suelo hay centenares de zapatos, que saltaron de sus estanterías por la detonación y ahora parecen huérfanos arrumbados sin remedio. En el exterior, los ingenieros siguen de cerca la evolución del edificio, monitorizando varios puntos para determinar si la estructura está herida de muerte o podrán abordar su reconstrucción.
Un gimnasio a la antigua
A 21 kilómetros de allí, en la orilla izquierda del río Dnieper, la vida vuelve a la normalidad. Hombres y mujeres de todas las edades tratan de marcar distancias con la desoladora realidad haciendo ejercicio al aire libre. Han elegido Kachalka, un gimnasio de la era soviética, donde la guerra se antoja tan lejana que cuesta creer que esté llamando a la puerta. Aquí los deportistas son gente ruda, correosa, que sustituye la falta de medios con un entusiasmo contagioso, comunitario. Y sobre todo con dosis industriales de ingenio. No se imaginen un centro de alto rendimiento al estilo de La Castellana. Las máquinas datan de los años 70 y están hechas con material de desecho, chatarra procedente de carros de combate, de autobuses y camiones que hace ya mucho tiempo fueron retirados de la circulación. Cuerpos tatuados y musculosos que desafían el frío y la lluvia, un híbrido entre 'Promesas del este' y 'Danko: Calor rojo'. Auténticos atletas que han dejado el fusil o su trabajo en una consultora para golpear neumáticas con martillos pilones o adiestrarse en la esgrima del boxeo; que fortalecen pectorales, hombros y abdominales con máquinas que fueron en otro tiempo bielas, rodillos, poleas o los engranajes que hacían girar las orugas de los carros de combate. Nunca se hizo más con menos.
Su alcalde, Vitali Klitschko, quince veces campeón del mundo de boxeo, ha sembrado la ciudad de parques y en todos ellos hay aparatos de musculación. Pero ninguno es como Kachalka. Lo corroboran Rustam y Dimitri, ambos empleados en empresas de seguridad y voluntarios en zonas destruidas, hasta donde llevan desde comida y medicinas hasta pañales. Una labor que les ha llevado a Chernigov, Irpin, Borodyanka, algunos de los lugares más castigados por el ejército invasor. Cuando están aquí se vacían por cada poro de la piel.
A su lado está Tatiana. 61 años, nacida en Pripiat, la ciudad habitada sólo por el fantasma de Chernobyl. «Ya fui evacuada una vez, no pienso volver a dejar mi hogar. Moriré en Kiev si es necesario». Su relato hiela la sangre: perdió a su marido debido a la radiactividad. «Formaba parte de los equipos de 'liquidadores', los que limpiaron todo aquel desastre aún a costa de sus vidas. Había un código de silencio y nadie sabía lo que estaba pasando, no es como ahora que con internet te enteras de todo», explica mientras ejercita los abdominales sobre un banco de madera ajado por la lluvia. Su corazón, por el contra, parece de hierro.
TITULO: Todo Caballo - Contemplamos ponis que trabajan con vacas, que sirven de recreo y que hacen cine,.
Contemplamos ponis que trabajan con vacas, que sirven de recreo y que hacen cine,.
En la localidad sevillana de Los Palacios encontramos un excepcional ejemplar de poni welsh por su belleza, con una crin que ha crecido durante diez años,.
foto / El mundo del caballo es enormemente variado y salta a la vista de forma clara en la raza de los ponis. TodoCaballo visita la Yeguada Agupe, en Pozoblanco, Córdoba, donde el conductor del programa, Juan Ramón Romero demostrara que puede con todo y participa en el trabajo de conducir a las vacas en el campo, montado en un esforzado poni.
En Sevilla, en la Yeguada Álamo, de la localidad de Los Palacios, el escenario del mundo poni es muy distinta. La yeguada está especializada en la cría de ponis de diferentes colores de pelo. Algunos de ellos evocan las clásicas películas de fantasía de Walt Disney. El reportaje se entretiene con un ejemplar de excepción de de la raza de poni welsh. Se trata de un semental de diez años que tiene una estampa difícil de igualar.
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