domingo, 31 de mayo de 2015

DESAYUNO - CENA - LUNES - OUKA LEELE FOTOGRAFA,./ DOMINGO - LUNES - CINE - LA DEUDA,.

TÍTULO: DESAYUNO - CENA - LUNES - OUKA LEELE FOTOGRAFA,.

Tengo debilidad por Pablo Iglesias,.

-foto- OUKA LEELE FOTOGRAFA,

Ouka Leele

OUKA LEELE
Ouka Leele exhibition.jpg
Ouka Leele.
Nombre de nacimiento Bárbara Allende Gil de Biedma
Nacimiento 29 de junio de 1957 (57 años)
Flag of Spain.svg España, Madrid
Nacionalidad Española
Ocupación Artista, fotógrafa

Ouka Leele es el nombre artístico de Bárbara Allende Gil de Biedma (Madrid, 29 de junio de 1957), una artista, pintora, poeta y fotógrafa española,.

Trayectoria

Fue una de los protagonistas principales de la Movida madrileña de comienzos de la década de 1980. De formación autodidacta, destacan sus características fotografías en blanco y negro pintadas a mano con acuarela. Mezcla las tradiciones españolas con un gran colorido típico de esta artista. Su obra se ha expuesto en ciudades como París, Londres, Tokio, São Paulo, Tel Aviv, Shanghái, Beijing, Roma, Buenos Aires, Colonia o Nueva York, entre otras. En 2005, le fue concedido el Premio Nacional de Fotografía.
Su nombre artístico tiene su origen en una obra del pintor «El Hortelano», un mapa de estrellas inventado completamente por él, en el cual aparecía una estrella llamada «OUKA LEELE». Bárbara quedó maravillada por esta palabra y decidió que quería firmar sus obras así. Reforzada en esta decisión por su primer galerista, Albert Guspi, expuso desde entonces su obra bajo este pseudónimo, al que quitó una E, firmando como OUKA LELE hasta 1999 en que volvió al nombre original «OUKA LEELE».
Según sus propias palabras, OUKA LEELE entiende la fotografía como «poesía visual, una forma de hablar sin usar palabras». Compañera de fatigas de artistas como Javier Mariscal, Ceesepe, Alberto García-Alix o Pedro Almodóvar, residió en Barcelona, Madrid o Nueva York desde su juventud. Superó un cáncer. Detuvo el tráfico de la Plaza de la Cibeles, en Madrid, con el fin de realizar la reconocida fotografía Rappelle-toi Bárbara, que representaba el mito de Atalanta e Hipómenes.
Su obra ha sido reproducida en multitud de revistas como Diorama, Photo Magazine, Telos, Dezine, o Reviste Actuel. Ha colaborado en casi todas las ediciones del festival ARCO, que alberga parte de su obra en su colección. Ha impartido talleres sobre su especialidad en festivales, centros culturales y universidades.
En 1996 trabajó junto a Concha García Campoy en el libro La doble mirada y en 2002 preparó una serie de dibujos y serigrafías para el Cantar de los cantares del Rey Salomón. En Ceutí (Murcia) ha realizado un mural al aire libre de casi 300 metros cuadrados denominado por la propia artista «mi jardín metafísico»; su única obra, hasta la fecha, de tales características.
Ha sido retratada por el director de cine Rafael Gordon en la película La mirada de Ouka Leele, nominada a los Goya en 2010 y que transcurre en gran parte en Ceutí (Murcia) durante la elaboración de su mural. También está a punto presentar su nueva página web oficial, en la que se podrá encontrar actualizada gran parte de su obra y biografía. Ouka Leele fue nombrada Embajadora de la Candidatura de Segovia a Capital Europea de la Cultura en 2016.

Biografía

Ouka Leele exhibition.jpg
Pasa su infancia entre Madrid y San Rafael, donde el bosque se clava en su alma para siempre. Muy pronto, pasa la mayor parte del tiempo dibujando, pintando y devorando libros de arte. En el Museo del Prado se emociona con los colores y pinceladas de las telas en los ropajes de El Greco. La misma emoción que le evocan los colores de la naturaleza. Vende por primera vez sus dibujos en el rastro de Estepona, recibe un buen augurio de un comprador que bajó de un barco, con su pipa y su gorra de marinero le dice: y que sepas que te los compro porque sé que vas a ser muy famosa.
  • 1976. Aconsejada por un compañero de la escuela de pintura, se integra en Photocentro, una escuela de fotografía donde empezaban a sembrarse las semillas de las tendencias artísticas en ciernes. Sus primeras fotos se incluyen en el libro de Diorama Ediciones: Principio, 9 jóvenes fotógrafos españoles. Desde ese momento la fotografía que no buscaba, se entrelaza en su vida artística sin dejarla escapar a pesar de muchos intentos. Su necesidad de pintar, la empuja hacia la fusión de pintura y fotografía, desarrollando así ese lenguaje personalísimo, mezcla de escenografía teatral para ser fotografiada y pintura. En contacto con otros artistas, decide abandonar la idea de estudiar la carrera de Bellas Artes y avanzar en su búsqueda artística de manera autodidacta.
  • 1978. Traslada su residencia a Barcelona donde realiza la serie Peluquería, que se expone en Barcelona, y Madrid. Teatro, danza, cine, fotografía, pintura… conforman el devenir de su obra.
  • 1980. Se traslada a Nueva York , donde toma conciencia de que su lugar de trabajo lo encuentra ahondando en sus orígenes, y desde allí viaja a México.
  • 1981. Regresa a Madrid, en plena movida y decide quedarse debido a una grave enfermedad. Realiza los diseños de los sombreros de la película Laberinto de Pasiones, de Almodóvar. Tras superar la enfermedad, su pasión y amor por la vida se reflejan en su obra.
  • 1988. Se instala en París para realizar la serie de polaroids gigantes para la Fondation Cartier. Pasa largas temporadas en Mallorca, donde se prepara para el nacimiento de su hija en 1990.
  • 2003. Recibe el Primer Premio Nacional de Bibliofilia por El Cantar de los Cantares con sus serigrafías y dibujos. Realización de un mural en Ceutí, Murcia: Mi jardín metafísico de 300 metros cuadrados. Edita el nuevo libro de bibliofilia Floraleza, Con sus poemas y serigrafías íntimamente relacionados con el mural.
  • 2004. Recibe el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid y se realiza una exposición retrospectiva de su obra: Pulpo’s Boulevard.
  • 2005. Recibe el Premio Nacional de Fotografía, lo que la lleva a retomar la fotografía.
  • 2007. Diseña la escenografía y el vestuario para la ópera Curlew River de Britten. Realiza las obras La menina ingrávida y Mi cuerpo es mi territorio, que expone en el Museo del Prado formando parte de la colección: 12 artistas en el [[Museo del Prado]] comisariada por Francisco Calvo Serraller.
  • 2008. Ouka Leele Inédita. Exposición antológica por el Premio Nacional de Fotografía. Museo del Traje, Madrid. Realiza la obra La Metafísica de las Meninas para La Caixa, y expone Entre dos mundos Centro de arte Iberia Beijing. China. Recibe la Medalla de Honor en la XI Bienal Internacional de El Cairo.
  • 2009. Publica los libros de Poesía de Ouka Leele: De la embriaguez desnuda y Este libro arde entre mis manos. Estreno de la Película de Rafael Gordon La Mirada de Ouka Leele. Exposición Delirante juventud de Ouka Leele en Shanghái, China.
  • 2010.
    • La Mirada de Ouka Leele . Nominada como mejor largometraje documental, Premios Goya 2010.
    • En la Universidad Francisco de Vitoria dirige un proyecto pionero de taller renacentista con los alumnos de fin de carrera de Bellas Artes. Con la exposición Santa Bárbara Bendita en La Gallera de Valencia.
    • Seleccionada para la Shanghái Biennale 2010 con obra de gran formato.
    • Realiza el cartel para la película de Julio Medem “Habitación en Roma”.
    • Recibe el premio Isabel Ferrer 2010.
    • En septiembre inaugura su proyecto Santa Bárbara Bendita, en torno a la figura de Santa Bárbara, exposición que se prorroga en varias ocasiones dado el éxito alcanzado, clausurando sus puertas definitivamente el 27 de marzo de 2011. Sala La Gallera Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana. Valencia. Su obra ha itinerado en éste 2010 en diferentes exposiciones y en diferentes ciudades, entre otras en Tokio, Malta, Zagreb, Praga, Shangai, Roma, Washington, Moscú, Beijing, Tel Aviv, Sofía, New York, Bucarest , Bratislava …
  • 2011. En febrero se estrena en la Real Academia de las Bellas Artes de Roma su película La mirada de Ouka Leele. Recibe el Premio alfa y omega al mejor largometraje documental. Participa en el proyecto expositivo Art Barter Madrid. Festival Dcode ( 9 – 25 de junio ). A project of exchange between Artists and the public exchange anything except money! Exposición colectiva : Miquel Barceló, Pablo Genvés, Ouka Leele, Mariscal, Eulalia Valldosera…. En julio se presenta su exposición “Mi circo”. Galería Alexandra Irigoyen. Madrid. Su Obra, sigue itinerando con diferentes exposiciones en diferentes ciudades, Chicago, Alburquerque, Vilnius, Riga, Kiev, Tel Aviv, Helsinki, Liubliana, Barcelona, Viena, Atenas, Montevideo, Caracas, Santiago de Chile…, entre otras.
  • 2012.
    • Concluye su película corta “ Pour quoi? ” Caddy Adzuba. El martirio de las mujeres. Que se presenta en diferentes espacios y festivales a partir de febrero 2012.
    • Mayo. Recibe la Medalla de Plata de la Comunidad de Madrid.
    • Junio. Exposición Ouka Leele Mística luz en el silencio. CASYC (Obra Social Caja Cantabria). Santander.
    • Septiembre. Protagoniza la serie de televisión Capacitados. Donde transcurre un día entero en el papel de una invidente gracias a unas gafas oscuras, como resultado final crea el videoarte Noviendo.
    • Noviembre. Recibe el Premio Nacional de Fotografía, Piedad Isla a toda su trayectoria.
    • Expone en el IVAM “Del futuro al pasado, El Museo del Prado visto por los artistas españoles contemporáneos”, e imparte una conferencia sobre el trabajo realizado en el Museo del Prado.
  • 2014.
    • Año dedicado al trabajo sobre Asturias A DONDE LA LUZ ME LLEVE dentro del proyecto MIRADAS DE ASTURIAS, bajo el mecenazgo de LA FUNDACIÓN MARÍA CRISTINA MASAVEU PETERSON.
    • Realiza un retrato de los colaboradores de SALVAME (telecinco) en celebración de su quinto aniversario en antena.
  • 2015

EL BLOC DEL CARTERO - REVISTA XL SEMANAL - PORTADA - Contra la tiranía del algoritmo,./ LA CARTA DE LA SEMANA - SILENCIO POR FAVOR - DIAS DE IRA,.

TÍTULO: EL BLOC DEL CARTERO - REVISTA XL SEMANAL - PORTADA -Contra la tiranía del algoritmo,.

En portada

Contra la tiranía del algoritmo / fotos

Los grandes de Internet tienen ambiciones planetarias. Cuando la interconexión sea total prometen habrá más riqueza, más oportunidades... y todo será ¡gratis! A cambio, solo piden saberlo todo de nosotros. Sin embargo, hay quien no se cree su futura arcadia feliz. Desde Europa y el propio Silicon Valley han empezado a alzarse voces críticas. Hablamos con los tres mayores rebeldes contra el nuevo orden naciente, que vacitinan plagado de desempleo y desigualdades. Nos lo cuentan.
Que los gigantes de Internet pretendan ser los nuevos amos del universo estaba cantado. Que Silicon Valley aspire a ser la capital del mundo solo era cuestión de tiempo. Pero que la humanidad se rinda a los nuevos conquistadores casi sin ofrecer resistencia..., eso es algo que nadie podía imaginar.
Pero está sucediendo. Es por nuestro bien, aseguran los chicos de la Costa Oeste. Cuando la interconexión sea total, habrá más riqueza, más oportunidades... Además, ¡gratis! O casi. Solo tenemos que dejarles usar nuestros datos. Cedérselos, queramos o no; seamos conscientes o no.
Los grandes de Internet tienen ambiciones planetarias. Google proyecta una red de globos de helio para crear una burbuja de Wi-Fi mundial. Facebook, que está a punto de alcanzar los 1500 millones de usuarios, aspira a que su aplicación esté operativa en los 7000 millones de teléfonos inteligentes que hay en el mundo. Amazon quiere dominar el almacenamiento de datos en la nube, un negocio de 135.000 millones de euros; y no 'contento' con condenar al cierre a las librerías de toda la vida, pretende hacer lo mismo con los supermercados, sirviendo la compra a domicilio mediante drones... ¿Este futuro es inevitable?
El coro de voces contra los gigantes tecnológicos que están instaurando un nuevo orden mundial (Google, Facebook Amazon, Twitter, Uber...) es cada vez más ruidoso. Lo que piden estas voces, para empezar, es que rindan cuentas. La iniciativa la ha tomado la comisaria europea de la competencia, Margrethe Vestager, que ha denunciado a Google por abuso de posición dominante. Google también se ha tenido que sentar a negociar compensaciones con los editores por el uso de sus contenidos... Y se cumple un año desde que un tribunal europeo le diera la razón al español Mario Costeja, que denunció al buscador por publicar una información desfasada sobre él, abriendo la puerta al derecho al olvido. Más de 200.000 personas han pedido a Google la retirada de sus datos desde que se dictó la sentencia.
Google controla el 90 por ciento de las búsquedas de Internet en Europa. Pero el buscador con su algoritmo solo es la punta de lanza de un negocio de más de 300.000 millones de euros. Es la agencia de publicidad más grande del planeta y la mayor base de datos privados, de los que saca tajada comercial. La información es poder. Y miles de start-ups quieren emular a Google y Facebook, mineros de esta fiebre del oro: la prospección de nuestros datos, gustos, secretos...El informático y escritor Jaron Lanier, un renegado de Silicon Valley, llama a las compañías que acumulan información 'servidores sirena', en alusión a Ulises. Cree que deberían pagar a cada usuario por su contribución a las bases de datos, pero no lo hacen. Lo engatusan ofreciéndole servicios 'gratuitos'. Esos servidores concentran la riqueza en manos de unos pocos. Llegará un momento explica en que la mayor parte de lo que se produce, y no solo la música o la información, se generará por medio de software, lo que provocará millones de despidos. De momento, ya estamos pagando un precio: nuestra privacidad. El escritor Dave Eggers vaticina que el ciudadano que defienda su anonimato se convertirá en sospechoso. Solo un hacker o un terrorista pretendería salvaguardar su identidad en la Arcadia transparente de las redes sociales y los selfies.En el fondo, lo que se plantea es que los nuevos amos del universo no están más allá del bien y del mal, aunque lo parezca. Por ejemplo, cuando Twitter pone zancadillas a las investigaciones policiales en los casos de acoso. Y quizá deberían empezar por reconocer que el futuro feliz que nos ofrecen como un regalo tendrá millones de víctimas colaterales.
Margrethe Vestager: Una política europea contra el titán google
Comisaria de la Competencia de la Unión Europea. Danesa, 47 años. Ha denunciado a Google por abuso de posición dominante. Lo acusa de violar las leyes antimonopolio. Además, ha abierto una investigación sobre su sistema operativo Android.
XLSemanal. Su predecesor, el español Joaquín Almunia, intentó llegar a un acuerdo con Google, pero después de cinco años el diálogo no funcionó. Sin embargo, usted no se anda con rodeos y denuncia a Google. ¿Ha llegado la hora de ponerse duros?
Margrethe Vestager. Admiro los esfuerzos de mi predecesor, pero solo con negociaciones no se ha podido conseguir que el caso Google esté cerca de resolverse. Mi responsabilidad es avanzar. Y eso es lo que estoy intentando hacer.
XL. La denuncia sobre el abuso de posición dominante de Google se centra de momento en su servicio de comparación de precios. No obstante, hay otros frentes con más 'chicha', por así decirlo... ¿Ha tenido que limitar el alcance del caso para darle un empujón?
M.V. Hemos tenido que trabajar meticulosamente. Ahora nos hemos centrado en su comparador de precios [Google Shopping, que el gigante estadounidense estaría favoreciendo frente a sus rivales], pero hay otras investigaciones en curso relacionadas con el buscador de viajes, con los mapas, con la publicidad y las restricciones a los anunciantes [el algoritmo privilegia a los que pagan (enlaces patrocinados), manipulando así el resultado de las búsquedas], con el uso indebido de contenidos de terceros... Así que tenemos todas estas investigaciones activas y en marcha, aunque hayamos empezado por una en concreto.
XL. ¿Y cómo va la investigación sobre Android, el sistema operativo de Google para los teléfonos inteligentes? [Bruselas argumenta que Android debería estar abierto a cualquier aplicación; pero, en la práctica, Google impone a los fabricantes de móviles sus propias apps].
M.V. Estamos todavía en una etapa muy temprana. Hemos visto que estaba justificado abrir una investigación formal. Y hay muchas preguntas que Google debe responder. Pero es imposible saber qué deparará esta investigación.
XL. El pliego de cargos es el primer paso hacia una multa que podría alcanzar los 6200 millones de euros: el 10 por ciento de la facturación de Google. ¿Ve factible que se llegue tan lejos?
M.V. No sé todavía si acabará en multa o no. Estamos esperando a que Google responda a los cargos y a partir de ahí el caso puede tomar varias direcciones...
XL. ¿No es ingenuo pensar que la todopoderosa Google vaya a plegarse a un acuerdo?
M.V. Es pronto para saberlo. Google puede considerarlo también como una oportunidad para ver por escrito lo que piensa la Comisión. Y tenemos la mente abierta a la respuesta de Google al pliego de cargos.
XL. Pero si Google decide lanzarse a la batalla legal, el asunto se alargará como mínimo otros dos años. ¿Qué hace falta para ganar a Google, además de tener razón?
M.V. Tener aguante y paciencia.
XL. ¿Estamos ante una guerra entre Europa y Estados Unidos?
M.V. No, claro que no. Es muy importante que la gente sepa que no tenemos ningún rencor contra los Estados Unidos. Pero perseguimos una determinada conducta abusiva en el mercado, que limita las elecciones del consumidor y perjudica a la innovación.
XL. Poco después de denunciar a Google se fue usted a Washington, ¿buscando pelea?
M.V. Por supuesto que no. Pero es bueno estar disponible para que te hagan preguntas. Y que te presenten a gente que está interesada en lo que haces.
XL. ¿Cómo están los ánimos por allí? ¿No le pitaban los oídos?
M.V. En general, lo que me he encontrado ha sido una manera de abordar el asunto muy sosegada.
XL. Pues Barack Obama ha expresado sus recelos... Dijo que a veces la respuesta europea a Google o Facebook no es tan noble como la pintan y que está diseñada para ocultar intereses comerciales porque, en el fondo, los proveedores americanos son mejores que los europeos.
M.V. Es un punto de vista... Pero me he reunido con un buen número de demandantes y me han impresionado sus quejas. Por cierto, uno de cada cuatro demandantes es estadounidense. No estamos ante una cuestión política, sino de igualdad de oportunidades.
XL. ¿Es usted consciente de que va a granjearse enemigos muy poderosos?
M.V. He estado en política muchos años. Y es muy difícil estar en política si intentas complacer a todo el mundo, porque siempre habrá gente que no esté de acuerdo contigo. Es algo que está en la naturaleza de nuestra sociedad y es un gran beneficio porque te obliga a discutir y a avanzar. Con suerte, algunas de las compañías estadounidenses que han demandado a Google opinarán que estamos haciendo lo correcto.
XL. Y por si fuera poco, también denuncia a Gazprom...
M.V. Me preocupa que Gazprom esté vulnerando las reglas antimonopolio de la Unión Europea. Creemos que puede haber levantado barreras artificiales que impiden que el gas fluya de unos países a otros. Y que haya encarecido los precios injustificadamente.
XL. ¿Sopesó el 'tempo' de las denuncias contra Google y Gazprom? Algunos analistas sugieren que fueron casi simultáneas para que no la tachasen de antiamericana y antirrusa, porque no se puede ser ambas cosas a la vez...
M.V. [Se ríe]. No creo que exista una manera de eludir lo que otros piensan de ti. Mi responsabilidad es que las leyes de la competencia se cumplan, no importa la bandera de la compañía o quién sea el dueño. Si una conducta se salta las reglas, tenemos que actuar.
XL. Dicen de usted que va al grano y que no le gustan las tonterías. ¿Se siente identificada con esa etiqueta?
M.V. Sí. Pero no creo que sea una cosa mía, sino más bien la manera nórdica de afrontar los temas. Los nórdicos somos así.
XL. ¿Cómo lleva lo de ser considerada la política más poderosa de Bruselas?
M.V. Bueno, he intentado hacer muchas cosas en mi vida política y sé lo que cuesta conseguir que se hagan. No es una cuestión de poder, sino de esforzarme por hacer mi trabajo lo mejor que sé.
La dama antimonopolio
Vestager es considerada la política más poderosa de la Unión Europea. En su país, Dinamarca, fue ministra de Educación y de Asuntos Eclesiásticos. Liberal, feminista.

Jaron Lanier: El renegado de silicon Valley
Científico computacional. Pionero de Silicon Valley. 55 años. Denuncia que el sistema de grandes servidores, al ofrecer productos gratis, lleva al hiperdesempleo y al fin de la clase media. Defiende que los internautas reciban dinero por los datos que se obtienen de ellos. Autor de 'Contra el rebaño digital' y '¿Quién controla el futuro?' (editorial Debate).
XLSemanal. Fue uno de los pioneros de Silicon Valley. Sin embargo, ahora señala la cara oscura de lo que usted mismo contribuyó a crear.
Jaron Lainer. La información es poder y creíamos que hacer esa información libre y gratuita daría poder a la gente. Nos equivocamos. Las cosas cambiaron hace unos diez años. Se produjo lo contrario, una concentración de ese poder en unas pocas manos, en los propietarios de los grandes servidores o lo que yo llamo 'servidores-sirena'. Se creó así un nuevo tipo de plutocracia, en detrimento de la clase media.
XL. Google, según usted, incide de forma determinante en esto, al concentrar los datos, la información, en unas solas manos.
J.L. Google es solo un ejemplo, pero ha hecho algo muy destructivo para la clase media. Dijeron: dado que la ley de Moore [el principio rector de Silicon Valley que afirma que la tecnología de los circuitos integrados mejora a una velocidad exponencial] hace que la informática sea realmente barata, olvidémonos de la informática y centrémonos en los datos... Y eso es un desastre. El usuario de Internet se convierte en un simple producto. Y es un producto rentable porque puede ser manipulado.
XL. Pero los usuarios, a cambio, reciben un montón de cosas gratis: música, noticias, entretenimiento...
J.L. La gente debe entender que no existe lo 'gratis'. Cuando los usuarios aceptan un sistema en el que suben vídeos a YouTube y contribuyen con información a las redes sociales sin esperar nada a cambio, lo que están haciendo es trabajar para que otro, con unos servidores muy grandes, haga fortuna. Nos ofrecen cosas gratis a cambio de que permitamos que se nos espíe.
XL. Esas empresas, además, se benefician de otro factor: la enorme ventaja de llegar primero. El ganador se lo lleva todo, dice usted.
 J.L. Cuando empiezas a usar la Red para concentrar información y, por lo tanto, poder, es difícil que otro alcance tu posición. Hemos creado un sistema en el que cuanto más grandes son tus servidores, más matemáticos listos tienes trabajando para ti, más contactos tienes y más poderoso y rico eres. La riqueza se mide por lo cerca que estás de uno de esos servidores-sirena.
XL. Usted responsabiliza en parte a las nuevas tecnologías de la gran crisis económica que va de Estados Unidos al sur de Europa. 
J.L. Cada vez contamos con instrumentos financieros más complejos, y esas construcciones extraordinarias serían imposibles sin la informática y la Red. Pero, además, por el hecho de ser algoritmos, prácticamente nadie de los que se benefició de ellos es responsable de la crisis que luego se produjo. Si no hubiera habido ordenadores, sería un comportamiento criminal. Pero como eran ordenadores, no hay responsable. Es extraño, ¿no?
XL. ¿Hay salida a este proceso de concentración de datos?
J.L. Pagar por los datos. Monetizarlos. Los que facilitan los datos no son alienígenas supernaturales. Son personas. Hemos sido hipnotizados con la idea de que no debemos esperar dinero a cambio de lo que hacemos on-line. Lo único que sacamos a cambio son abstractos beneficios de reputación o subidones ego. Sin embargo, si pagas por esos datos, logras un equilibrio. Si algo de lo que una persona dice o hace contribuye, aunque sea en una mínima medida, a una base de datos necesaria para que un algoritmo de traducción o de predicción del comportamiento, por ejemplo, realice su función, la persona debería recibir un 'nanopago' proporcional al valor resultante.
XL. ¿Cómo hacerlo? Supongamos que Google o Facebook aceptan pagar por lo datos, ¿se puede hacer? 
J.L. Técnicamente es viable. No es fácil, pero es posible. El problema técnico no me asusta.
XL. Dice usted también que el sistema, como está ahora, lleva al hiperdesempleo. Cada vez más tareas las podrán hacer las máquinas, el software. 
J.L. Así es. En poco tiempo va a ser inconcebible ver una persona detrás del volante de un coche. Los camioneros y los taxistas no existirán. Y conste que esto será bueno para el tráfico: habrá menos accidentes... ¿pero qué hacemos con toda esa gente? Hay que encontrar otra forma de que tengan ingresos, dinero que puedan gastar. Es pura lógica capitalista. Por mucho que me duela reconocerlo, podemos sobrevivir si solo acabamos con las clases medias de músicos, periodistas y fotógrafos. Lo que no podremos superar es que a esto se sume la destrucción de las clases medias en el transporte, la industria (las impresoras en 3D van a generar productos industriales en breve), la energía, la educación y la sanidad.
XL. ¿Cómo frenarlo? ¿Legislando como intenta hacer ahora la Comisión Europea contra Google?
 J.L. Simpatizo con esas iniciativas de la Unión Europea, pero creo que no son conscientes de la complejidad del problema. Vale. Imagina que Google acaba estando extremadamente regulado. Y luego lo haces con Facebook. ¿Pero qué pasa con Uber y con las otras veinte que ya están haciendo lo mismo? No puedes regular todas estas empresas porque no son empresas normales. Se han convertido en gobiernos, pero con otro nombre. 
XL. De hecho, usted habla de una tercera vía; una entre Marx, que decida el Estado por encima de las empresas, y Matrix, que decidan unas pocas empresas y el resto estemos a su servicio... 
J.L. Yo creo que hay una tercera vía, la idea inicial de Internet. En los años sesenta, Ted Nelson propuso que la Web que todavía no se llamaba así fuese un mercado universal en el que la gente pudiera comprar y vender bits de uno a otro, donde se pagaría por la información. Eso garantizaría la existencia de una clase media en una sociedad de la información por mucho que el software permitiese que las máquinas 'hiciesen' las cosas. Y así empezamos en los ochenta. Los ordenadores personales daban poder a la gente. Pero, al cambiar de siglo, algo se torció. Ahora la gente puede esperar cosas gratis de Internet, pero no puede esperar riqueza de Internet, lo que lo convierte en una tecnología fallida.
XL. ¿Cómo convencemos a los que ahora tienen el control de que cambien el método y paguen por la información? Porque no creo que lo hagan por su buena voluntad...
J.L. En realidad, yo creo que ocurrirá por su buena voluntad [sonríe]. Conozco a la gente de Google y Facebook muy bien. No son mala gente. Si miras hacia atrás: los zares, los reyes, los señores feudales... de todos los que han tenido poder a lo largo de la historia, yo diría que los amos de Silicon Valley son los menos peligrosos de todos ellos.
XL. En serio...
J.L. En un mundo con esta concentración de poder, no es ni siquiera relevante la buena voluntad. La razón por la que Google hará esto es que, si no lo hace, morirá.
XL. ¿Les ha explicado esto a los directivos de Google? ¿Son conscientes de que, si no empiezan a pagar a los usuarios, acabarán con su propio negocio?
J.L. Yo diría que ahora mismo son 'subconscientes' de ello [risas]. Y esa es la razón por la que yo sigo en Silicon Valley. Creo que son conscientes de que esto es algo de lo que hay que hablar y hay que considerar.
XL. Y por parte del usuario ¿hay algo que podamos hacer? ¿Sirve de algo el boicot, salirnos de las redes sociales? 
J.L. Yo no uso redes sociales. No tengo cuentas en Facebook o Twitter. Eso es una decisión personal porque yo encuentro muy inquietante que conserven copia de todo lo que hago o digo. Pero no creo que el boicot sea una solución. No tendría sentido porque demasiada gente ha nacido ya con estas cosas.
XL. Quizá puedan hacerlo esos jóvenes nativos digitales...
J.L. No sé. Por primera vez vemos una generación que tiene menos ingresos que sus padres; chicos que no pueden irse de casa de sus padres y que están todo el día consumiendo cosas 'gratis' en Internet. Pero es muy difícil hacerles entender que hay una relación entre esas dos cosas. Que la razón por la que no se pueden ir de casa es porque tienen todas esas cosas 'gratis'. Que eso es lo que ha destrozado sus opciones de tener trabajo. ¡Hay mucha gente joven que quiere tener su vida controlada por unos tipos ricos en California! [Risas].
XL. No le veo muy confiado en la juventud...
J.L. Bueno, igual perdemos una generación, pero sus hijos van a flipar. No van a querer ser como sus padres. Van a decir: «No quiero ser una oveja, quiero tener mi propia vida». Los hijos de esta generación van a cambiar las cosas.
Un 'geek'
La Enciclopedia Británica incluye a Lanier entre los 300 inventores más relevantes de la historia. Creador de start-ups para Oracle, Adobe y Google. Hoy investiga para Microsoft.
Dave Eggers: El intelectual contra 'la secta'Escritor y filántropo, 45 años. Autor de 'El Círculo' (editorial Random House), polémica novela sobre la empresa tecnológica más influyente del mundo, una suerte de amalgama futurista de Google, Twitter o Facebook que todo lo controla. Ha levantado ampollas en Silicon Valley y lo ha convertido en el «escritor más odiado por Internet».
XLSemanal. ¿Qué lo empujó a escribir El Círculo?
Dave Eggers. Durante años estuve tomando notas sobre el desarrollo del mundo tecnológico y sus implicaciones éticas, morales y comportamentales. Me pareció que era un momento muy interesante de la evolución humana. Creo que estamos cambiando radicalmente como especie y quería enfatizarlo a través de un libro.
XL. ¿Cómo se documentó? ¿Visitó las sedes de las grandes compañías de Silicon Valley? ¿Habló con sus empleados?
D.E. He vivido en San Francisco durante 23 años, y muchos de mis amigos trabajan en Silicon Valley o han creado sus propias start-ups. Durante más de dos décadas he tenido un asiento de primera fila en ese mundo. Sin embargo, no quise visitar las sedes de las grandes empresas. Estaba seguro de que, si lo hacía, tomaría prestados demasiados detalles.
XL. Aun así, los paralelismos entre El Círculo y compañías como Twitter, Google, Facebook o Apple parecen obvios. ¿De verdad no se inspiró en ellas?
D.E. No mucho, la verdad. Quería que El Círculo compartiera algunas similitudes con las empresas tecnológicas que todos conocemos, pero también quería que fuera un poco más allá. Esta no es una historia sobre las compañías existentes, sino más bien un estudio de lo que podría ocurrir a continuación.
XL. ¿Cree realmente factible que los acontecimientos que narra la novela formen parte de nuestro futuro a medio plazo?
D.E. Buena parte de las cosas que narra el libro ya están sucediendo. Muchas de las tecnologías que pensé que estaban a cinco o diez años vista ya se están comercializando. Aplicaciones reales como Meerkat o Periscope se parecen mucho a la cámara que lleva Mae [la protagonista de la novela, que lleva 24 horas encendida una webcam]. Cuando empecé a escribir, algunas tecnologías me parecían demasiado descabelladas... Recuerdo que escribí una escena en la que la televisión de uno de los personajes está espiándolo, grabando su voz sin su conocimiento. Pero pensé que era demasiado inverosímil. Y ahora resulta que los nuevos televisores de Samsung hacen exactamente eso. Es una locura.
XL. Es decir, que ya vivimos en un estado de vigilancia permanente. ¿No es así?
D.E. En cierta forma, sí. Pero también depende de dónde vivas. En las ciudades estamos mucho más observados y vigilados que en el campo. Escribí parte de la novela en una zona rural de Ecuador y te aseguro que allí nadie te está observando. Así que, en cierta medida, todavía hay opciones.
XL. ¿Qué opinión le merece Edward Snowden? ¿Es un héroe o un traidor?
D.E. Creo que hizo lo correcto. Necesitábamos saber lo que nuestro Gobierno estaba haciendo.
XL. ¿Cuál diría que es la mayor amenaza a nuestra democracia y nuestros derechos? 
D.E. Creo que una gran amenaza es la recolección indiscriminada de datos de ciudadanos privados. Francia, por ejemplo, acaba de abrir la vía para que su Gobierno recopile metadatos de todos sus ciudadanos, supuestamente para mantenerlos a salvo del terrorismo. Pero esa es una clara violación de la privacidad. Un ciudadano debe ser capaz de hacer llamadas telefónicas y enviar mensajes de correo electrónico sin que el Ejecutivo tenga acceso a esa información. Si aceptamos esto, ¿qué más vamos a aceptar? El verdadero peligro es con qué pasividad aceptamos la intromisión en nuestra privacidad, como si esta no fuese importante. Sin privacidad no se puede ser disidente. Y sin disidencia no es que la tiranía sea posible, es que está garantizada.
XL. Pero la tecnología e Internet también han mejorado la democracia en algunos aspectos, ¿no cree? 
D.E. En muchos aspectos, sí. Internet hace que algunos servicios públicos sean más accesibles. Pero, por otra parte, puede hacer que los gobiernos sean más impersonales y opacos. Yo soy un humanista, por eso siempre prefiero interactuar con un ser humano razonable que con una máquina. Cuanto más cedamos nuestra democracia a sistemas manejados por máquinas, más alienante será.
XL. Suponiendo que ya no podemos renunciar a la tecnología, ¿cómo se consigue el equilibrio entre un uso que mejore nuestras vidas sin renunciar a cambio a nuestros derechos? 
D.E. Cada uno tiene que decidir por sí mismo. Podemos optar por no participar. La mayoría de la gente podría vivir sin estos servicios. O puedes escoger aquellos servicios que tratan éticamente a sus clientes. Si te rastrean sin tu conocimiento, eso no es ético, así que tal vez no deberías apoyarlo.
XL. ¿Y qué sugiere que hagamos?
D.E. Quizá si millones de clientes unen fuerzas y demandan una relación más ética y transparente entre estas compañías y sus usuarios, podamos aspirar a un futuro más ético. Pero, por el momento, estas empresas y gobiernos están actuando con total impunidad. Y lo que es peor: el nivel de indignación es mínimo. Eso es inquietante. Si permitimos estas intromisiones y la erosión de nuestros derechos, solo iremos a peor.
XL. Que nuestra sociedad cada vez se desarrolla más alrededor de Internet ya es un hecho. ¿Es eso algo inherentemente negativo?
D.E. Exageramos la importancia de Internet. Cuando se inventó la televisión y fue ganando popularidad, nadie pensaba que la sociedad de la época fuese a crecer alrededor de la televisión. Internet no debe ser tratado de manera diferente. Es un dispositivo de envío de comunicaciones de diversa índole, pero no tiene por qué ser el conducto principal de todos los aspectos de nuestras vidas.
XL. Pero cada vez parece expandirse más...
D.E. A menudo veo cómo algunas escuelas tratan de reestructurarse alrededor de Internet... y es un error. La Red tiene un lugar muy limitado en las escuelas primarias. Se puede utilizar, y puede formar parte de la educación, pero al igual que hubiera sido una tontería estructurar la educación en torno a la televisión también lo es hacerlo en torno a Internet. Es una herramienta, una herramienta importante, pero es solo una pequeña parte de la vida. No necesitamos cederle la organización de todo nuestro mundo.
XL. ¿Llegará un punto en el que nuestra propia identidad dependerá de nuestra presencia en las redes sociales?
D.E. No, ni de casualidad.
La conciencia
Niño prodigio de la literatura estadounidense. Hace diez años ya fue nombrado por la revista Time como una de las cien personas más influyentes. Tiene su propio sello editorial.

TÍTULO:  LA CARTA DE LA SEMANA - SILENCIO POR FAVOR - DIAS DE IRA,.

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Determinada propaganda lo calificará de libro apocalíptico. Y muchos se lo creerán a pies juntillas con ese aire lanar que caracteriza a algunas capas de población en España. Pero el último libro de Hermann Tertsch no anuncia la destrucción inmediata del planeta ni alerta del inminente desmerengamiento de nuestro país en el horno de la historia. No. Días de ira es un libro analítico escrito desde el pesimismo crítico que alumbra a este reputado intelectual y pensador que en horas libres se dedica al periodismo. Hermann, al que conozco y admiro desde hace muchos años, no siente la imperiosa necesidad de ganar amigos a cualquier precio que sienten muchos de los que escriben o hablan; sabe que cada dardo que suelta le vale un desagrado, algunas veces violento, pero no parece dispuesto a amedrentarse por ello. Como él dice, uno empieza a ser libre el día en que pierde el miedo a que le llamen «fascista». Está claro que en análisis de este tipo caben las demasías, los excesos, lo que hace que no se pueda estar al cien por cien de acuerdo con el autor, o que no muchos lo estén, pero no puede negarse un inequívoco valor para afrontar algunas evidencias que pocos quieren ver en su conjunto.
¿Qué sostiene Tertsch?: que a la vida cotidiana española ha llegado la desconfianza y la mala fe de forma abrumadora en los inicios de este siglo XXI, basadas ambas en dos características políticas que se han instalado en el país desde el advenimiento del zapaterismo, la venganza y el rencor. En ese sentido, el autor trata de desmontar esa mentira oficial de la izquierda española que la derecha permanentemente acomplejada no ha sabido afrontar y que consiste en hacer creer que todo nació tras la muerte de Franco y gracias al impulso que los herederos del Frente Popular dieron al país en la Transición. La dictadura de Franco fue vencida gracias a su heroica resistencia y todos les deben reconocimiento histórico por ello. No obstante, reconoce que Felipe González hizo lo que pudo por meter al PSOE en la socialdemocracia y por establecer un futuro homologable para España, que, por cierto, se deshizo al llegar 2004. ¿Y cuál es la razón para ello?: que Zapatero alumbra el retorno a las banderías, a despertar odios encerrados y a querer corregir la historia setenta años después. Es discutible, si quieren; pero hay evidencias que señalan que el zapaterismo ha sido la vía de entrada para los populismos de los que hablábamos la pasada semana. La incubación de los Podemos, Podéis, Pudieran se produjo en el seno de ese tiempo, de ese concepto revisionista del devenir, de ese regurgitar del resentimiento que se alentó con tantísima efectividad desde el poder.
Con valentía, Hermann cuenta la historia de su padre, que es media historia de la Europa del siglo pasado y que no quiero desvelársela. Ello me lleva a preguntarme por la hábil escuela habida en España para ocultar el pasado de las familias, cosa muy propia de esas izquierdas o esos nacionalismos que prefieren no recordar lo que fueron sus padres. Y de esas derechas, claro, a las que el autor atiza sin atisbo alguno de piedad. La derecha española, entiéndase el PP, está trufada de mediocres. El Partido Popular, acomplejado desde su raíz, es siquiera incapaz de controlar debidamente los medios de comunicación como hacen sus rivales sin atisbo alguno de complejo. Lo que podría ser una virtud, es decir, permitir el juego plural de todas las tendencias, es para Hermann Tertsch demostración de cómo un torpe puede dejar todas las televisiones en manos del enemigo. Habría mucho que hablar de ello, pero cierto resulta que la tendencia general editorial en España no le es afín a esta derecha tan complaciente, que clama al cielo cuando la izquierda gobierna y pone en marcha su máquina de aplastar disidentes, pero que cuando está en el poder no sabe quitarle instrumentos a sus enemigos.
La pregunta que nos debemos hacer es: ¿lo que describe Tertsch es una mala noche en una mala posada o es sólo el comienzo de un tiempo de autodestrucción que no espera? Si tras leer el libro llegan a alguna conclusión, espero que alcance un sereno equilibrio entre optimismo y realismo.

EN PRIMER PLANO, Soy Sammy y esta es mi vida./ ENTREVISTA,.Pablo Hermoso de Mendoza,.

TÍTULO: EN PRIMER PLANO,.Soy Sammy y esta es mi vida.

En primer plano / foto

Soy Sammy y esta es mi vida

El de Sammy es un caso único. Y no porque padezca progeria, una enfermedad rara entre las raras: hay poco más de un centenar de personas diagnosticadas en todo el mundo. Sammy representa un caso inédito porque sigue vivo. Es el único chico con síndrome de envejecimiento prematuro que llega a los 19 años. Y sigue luchando.
Cuando se le quedan mirando por la calle, Sammy espeta con ironía: "¿Le gustaría hacerse una foto conmigo?". Entiende la curiosidad de los niños, pero cree que los adultos deberían mostrar una mayor sensibilidad. Él lo afronta con la misma actitud que el día a día: una mezcla de coraje y buen humor.
Su cuerpo puede padecer muchas limitaciones, pero su mente muestra el desarrollo normal de un chaval de su edad. Y él se encarga, día a día, de alimentarla con una fina ironía y mucha fuerza de voluntad.
Es italiano, se llama Sammy Basso, pero desde hace unos meses tiene, además, otro nombre: Chaànaàgahiì, que en navajo quiere decir el hombre que tiene mucha carretera por delante. Fue un regalo que le hizo un nativo americano el año pasado; y un apelativo al que Sammy se aferró de inmediato. Se siente a gusto con él... y no solo porque en el momento del bautizo se encontrara recorriendo la célebre Ruta 66, cumpliendo un sueño de la infancia que serviría de base para un documental de National Geographic y para un libro autobiográfico El viaje de Sammy que acaba de ver la luz en Italia. La referencia a un largo camino por delante tiene muchas implicaciones en su caso. A sus 19 años es el más longevo de cuantos, como él, tienen progeria: una enfermedad, rara entre las raras, que padecen apenas un centenar de personas en todo el mundo.
Células que envejecen demasiado rápido.
«Yo había visto los Estados Unidos siempre desde la ventana de un hospital. Siempre que había viajado hasta allí lo había hecho por mis tratamientos», explicaba a su regreso del viaje de tres semanas por la icónica autopista americana. «Mi vida exige mucho esfuerzo, es muy cansada, pero la enfermedad no me ha impedido vivir experiencias únicas. Creo que este viaje es como un resumen de mi existencia: he visto cosas que otros no podrían ni imaginar».
La progeria cuyo nombre deriva del griego geron, 'viejo' es una enfermedad genética que aparece por primera vez en la literatura médica en 1886, identificada por el médico inglés Jonathan Hutchinson; algún tiempo después, el cirujano británico Hastings Gilford completaría el cuadro médico. En honor de ellos se conoce hoy a la variante más extendida de esta enfermedad con el nombre de síndrome Hutchinson-Gilford. Pero hubo de pasar más de un siglo hasta que, en 2003, se descubriera su origen: una mutación genética, una alteración del gen LMNA leáse Lamin-a que produce la proteína encargada de mantener unido el núcleo de nuestras células. Este error genético provoca un envejecimiento prematuro de las células que trae consigo una serie de reacciones adversas en el cuerpo: baja estatura, calvicie prematura, ojos prominentes, cráneo de gran tamaño, venas sobresalientes, artrosis, osteoporosis... Los menores afectados, que rara vez alcanzan la edad adulta, fallecen por problemas de salud asociados a la vejez, como ictus o fallos cardiacos.
El pequeño Sammy Basso nació en 1995. El parto se adelantó tres semanas. Pesaba 2,680 kilos y nada hacía presagiar los sobresaltos que seguirían en los meses siguientes. Hubo una temprana alarma en la primera visita al pediatra: las venas del abdomen aparecían demasiado marcadas, pero el médico lo asoció al nacimiento algo anticipado. Los exámenes no revelaron otras anomalías. Sin embargo, en los meses siguientes hubo más sustos: a los dos meses aparece un escleredema de la infancia, una enfermedad cutánea que, en apariencia, evoluciona favorablemente. Llega un nuevo periodo de calma para Laura y Amerigo, los padres de Sammy, que dura poco: a los seis meses, el crecimiento del pequeño se detiene. Siguen más pruebas y análisis, pero nadie logra encontrar el motivo. Hasta que el 12 de enero de 1997 llega un análisis genético y el terrible diagnóstico: «Su hijo padece progeria», dijo el médico. Siguió una escueta descripción de los síntomas más comunes... Y poco más. Los médicos que lo trataron inicialmente solo conocían la enfermedad por los libros académicos. Nunca se habían encontrado con un caso. Y era poca la ayuda que podían ofrecer. Laura y Amerigo recuerdan todavía con precisión aquel momento. Sammy jugaba en una esquina de la consulta, inconsciente del momento que atravesaban sus padres y de la losa que acababa de caer sobre la familia.
La muerte siempre anda cerca.
Fue a través de una desesperada búsqueda en Internet como dieron con la Progeria Research Foundation, la fundación puesta en marcha por Leslie Gordon y Scott Berns, cuyo hijo Sam falleció en enero del año pasado a los 17 años. Sammy acusó la muerte de su tocayo, que, además de amigo suyo, se había convertido en una figura célebre; incluso había participado en más de una ocasión en las famosas conferencias TED. Pero, lamentablemente, está acostumbrado a ver cómo desaparecen otros amigos afectados por el mismo mal. Pero el inquieto Sammy no se deja arredrar ni por la enfermedad ni por los medicamentos que toma a diario ni por las sesiones también diarias con el fisioterapeuta, que masajea su cuerpo con el ánimo de ralentizar el desarrollo de la artritis. Hay un momento del viaje por la Ruta 66 que describe muy bien su carácter. Convence a sus padres para visitar la ciudad de Roswell, en Nuevo México, célebre por los supuestos casos de avistamientos de ovnis que allí se han producido. La familia acude al Museo de Ovnis de la ciudad y el joven italiano aprovecha su sorprendente parecido físico con algunos de los alienígenas allí reproducidos para despistar a los visitantes: se camufla entre las esculturas o se acerca a ellos por la espalda mientras les dice con voz tenebrosa: «Ya estamos aquí...».
Otra de las aventuras vividas por el joven en los Estados Unidos son el encuentro con Matt Groening creador de Los Simpson o con el director de su película favorita: Avatar, de James Cameron (gracias a la fundación Make-a-Wish, que concede deseos a los menores cuyas condiciones médicas amenazan su vida). «Me gusta Avatar porque su protagonista tiene un impedimento, pero consigue catapultarse a un mundo distinto. Es mi sueño: descubrir un mundo fantástico». Y él, que nunca ha podido correr, añade con ligera nostalgia: «Me gustaría tener un avatar, aunque solo fuese para poder correr de vez en cuando».
La llamada del papa francisco.
Un buen día, Sammy recibió una llamada del Papa Francisco, en respuesta a una carta suya enviada al Vaticano. El Pontífice probó por la mañana, pero Sammy estaba en la escuela. Por la tarde, al volver a casa, recibió la noticia de que el mismísimo Papa le iba a llamar. Cada vez que sonaba el teléfono, respondía y, si no era el ansiado interlocutor, terminaba pronto la llamada: «No me ocupes la línea, ¡espero una llamada del Papa Francisco!». «Fue como hablar con un viejo amigo», rememora.
Afortunadamente para Sammy y el escaso centenar de chavales diagnosticados de progeria, el hallazgo del gen causante de la enfermedad ha permitido desarrollar tratamientos que, si no llegan a curarlos, sí logran ralentizar el desarrollo de los males asociados. En 2006 se puso en marcha en Boston el programa de Estudios Clínicos sobre la Progeria, que incluye un test clínico de tratamiento que comienza a aplicarse a 28 pequeños en todo el mundo. Entre ellos se encuentra Sammy.
Hoy luce su nombre indio con orgullo y con ilusión: Chaànaàgahiì, el hombre que tiene mucho camino por delante. Tanto que él, desafiando los peores augurios, se ha matriculado en la universidad para estudiar Física. Y tiene un objetivo claro: trabajar en el CERN de Ginebra. De momento está dando ya los pasos necesarios, que en su caso empiezan por estudiar la carrera en la universidad. «¡Apunto alto, lo sé!», dice el joven cuando se le pregunta por sus objetivos laborales. Y añade con un gesto serio: «Conozco bien los límites que impone la progeria. Por eso mismo, reivindico mi derecho a no centrarme en ellos y sí en todo aquello que puedo hacer, pese a la enfermedad».
Néstor y Guillermo, dos casos similares en España
En verano de 2008, el investigador Carlos López-Otín catedrático de Biología Molecular de la Universidad de Oviedo recibió una llamada telefónica. El extraño timbre de voz que hablaba al otro lado del teléfono desde las Canarias, según supo después hubiese sorprendido a muchos, pero no al doctor López-Otín. Era el tono agudo tan frecuente en los pequeños afectados por el síndrome de envejecimiento prematuro que había conocido en Boston. Quien llamaba era Néstor Martín Ortega, afectado de progeria que había leído en un periódico una noticia relacionada con las investigaciones de un equipo de científicos asturianos sobre el envejecimiento. Néstor se desplazó hasta Oviedo. Sin embargo, los análisis genéticos no mostraron ninguna mutación en estos genes, pese a que los síntomas de progeria eran evidentes. ¿Cómo podía ser? Con el tiempo localizaron una anomalía en una de las parejas de cromosomas que contienen el gen BANF1. Era un caso único en el mundo... Hasta que apareció otro, el de un joven de Castilla-La Mancha residente en Madrid llamado Guillermo. Parece tratarse de una forma más suave de progeria con una esperanza de vida mayor que en el caso de Sammy. Mientras los afectados por el síndrome Hutchinson-Gilford tienen una esperanza de vida de 13 años, Néstor falleció en 2013 a los 32. Los investigadores han propuesto bautizar esta variante de progeria con el nombre de síndrome Néstor-Guillermo.

TÍTULO: ENTREVISTA,.Pablo Hermoso de Mendoza,.

Entrevista a Pablo Hermoso de Mendoza - foto,.

"Mis caballos son como yo: rebeldes y sin castrar"

Está considerado el mejor rejoneador del mundo. Y no solo eso. Hermoso de Mendoza ha cambiado para siempre el toreo a caballo. Su técnica y su estética. Con motivo de la publicación de sus memorias y a punto de cumplir los 50, nos recibe en su finca de Navarra.
Acaba de celebrar 25 años desde que tomó la alternativa. Y lo ha hecho por todo lo alto, con tres corridas memorables en las que compartió cartel, mano a mano, con los grandes maestros de la lidia: José Tomás, El Juli y Enrique Ponce. Estos días se presenta su biografía, El corazón de los caballos (Ediciones Temas de Hoy); y, por este motivo, XLSemanal se ha desplazado hasta Zarapuz, la finca que tiene en Navarra, en donde vive junto con su mujer y sus tres hijos, rodeado de toros y caballos.
XLSemanal. Su padre compraba y vendía caballos, y su madre puso una tienda de alimentos en el pueblo para poder salir adelante.
Pablo Hermoso de Mendoza. No éramos una familia pobre; comíamos todos los días; pero a veces no se podían pagar las cuentas.
XL. Nació con el gen de la rebeldía activado. Lo expulsaron de clase un millón de veces, hasta que un profesor convenció a sus padres de que lo sacaran de la escuela. Dejó el colegio sin sacar el graduado escolar...
P.H.M. Es que para mí la escuela era como una cárcel, mi cabeza siempre estaba con los caballos. Y aquel profesor lo entendió. Ya desde niño pensaba que no todos tenemos que seguir el mismo camino ni movernos en el mismo rebaño.
XL. Un día vio por televisión una corrida de rejones y decidió que ese era su camino. A su primer festejo de corto se presentó con ropa apañada de aquí y de allá.
P.H.M. Mi madre me arregló una chaqueta de mis hermanas; y me metió unos pantalones de mi padre que me estaban enormes. El sombrero cordobés me lo regaló un amigo de mi padre, que se lo había comprado en Sevilla; pero me venía muy grande y lo tuve que rellenar con cartón y papel de periódico.
XL. Y se fabricaba sus propios rejones y banderillas.
P.H.M. Sí [sonríe]. Acudía al carnicero de mi pueblo, que quitaba los arpones a los toros después de las corridas. Esos arpones viejos los montaba en palos de escoba, compraba papel cebolla e incluso usaba el espumillón de Navidad para decorarlos.
XL. La mayor parte de los rejoneadores pertenecían a familias de cierto nivel social. 
P.H.M. El origen social del rejoneo estaba muy definido, familias de ganaderos muy vinculadas al mundo del toro en Andalucía. Para ellos era un hobby, como jugar al polo.
XL. Cuando su nombre empieza a sonar, los hermanos Domecq (Álvaro y Luis) le proponen formar siempre cartel los tres juntos, pero usted lo rechazó.
P.H.M. Ellos buscaban monopolizar las corridas de rejones. Pero mi parte rebelde me dijo que debía seguir solo.
XL. Su negativa les sentó muy mal.
P.H.M. Sí, Luis Domecq me dijo: «Un día te darás cuenta de que te has equivocado». Entonces le pregunté con cierta provocación que, de las cien plazas que venían en aquel contrato, si no lo firmaba, en cuáles no iba a torear. Él me contestó que, desde luego, en Jerez no lo iba a hacer.
XL. ¿Y toreó en Jerez?
P.H.M. Por ironías de la vida y por circunstancias ajenas a ese contrato, ese año yo toreé en Jerez y ellos no.
XL. Rechazó también una oferta que podía haberle resuelto muy bien la vida: la venta de uno solo de sus caballos.
P.H.M. El colombiano Fabio Ochoa me ofreció un talón en blanco por vender a Cagancho, que entonces era mi mejor caballo; pero no lo hice. Fui fiel al amor que le tenía. No siempre se cumple esa regla de que todo en esta vida tiene un precio.
XL. Cagancho tiene casi 30 años y sigue en su cuadra esperando junto con usted el final.
P.H.M. Lo que yo siento por mis caballos es una gratitud inmensa. Él me ha dado su vida y se ha entregado sin límites. Mi obligación es darle la mejor vida posible. Aquí, debajo de casa, quiero hacer un panteón donde enterrar las cenizas de los caballos que me lo dieron todo y hacer unas esculturas que los recuerden.
XL. Con usted llegaron los grandes cambios estéticos, técnicos e incluso económicos. Empecemos por lo más elemental: ¿rejoneador o torero a caballo?
P.H.M. Yo prefiero decir torero a caballo, porque lo que busco es torear con mi caballo como si fuera una muleta.
XL. Fue el primero en negarse a torear por colleras (dos rejoneadores para un mismo toro).
P.H.M. Me rebelé contra esos vicios de la profesión. Yo no me encontraba a gusto engañando al toro entre dos, sorprendiéndolo con medias vueltas... Tristemente, aquello enloquecía a la gente y era fácil dejarse llevar, pero no lo hice; y me dejaron fuera de varias ferias importantes.
XL. Una tarde se enteró de que usted iba a recibir 300.000 pesetas, cuando al primer espada le iban a pagar diez veces más. Y también se plantó.
P.H.M. No era cuestión de dinero, sino de dignidad. Mi planteamiento fue: o todo o nada, no quiero ser una marioneta del sistema. Si no era capaz de hacerme respetar, prefería quedarme en mi casa.
XL. Y de nuevo su rebelión le costó cara.
P.H.M. Algún torero se molestó y me soltó a la cara: «Cuando te juegues los muslos, podrás pedir lo que pide un torero a pie». Recuerdo que le respondí: «Julio Iglesias arriesga menos que tú y que yo, y gana más». Los honorarios no van de acuerdo al riesgo, sino a la gente que tú metes en la plaza, al precio que pagan por ti.
XL. Otra de sus guerras fue que las entradas de las corridas de rejones dejaran de ser más baratas que las de toros.
P.H.M. De nuevo fue cuestión de dignidad. Se lo planteamos a la Comunidad de Madrid y lo entendió. En las corridas de abono de las Ventas se igualaron los precios. Otro logro fue que vinieran los abonados de siempre, porque parecía que el toreo a caballo era cosa de señoras y de niños; o que se programasen en San Fermín, donde era impensable. Para mí, eso fue un hito tras el que ya me podía retirar tranquilo.
XL. Otra de sus reivindicaciones fue la de torear toros, no novillos, y de ganaderías de renombre.
P.H.M. Me negué a seguir matando novillos. Si yo exigía un reconocimiento profesional y económico, tenía que dar a cambio un espectáculo serio, con un toro toro, con más riesgo, con más espectáculo.
XL. Si mira al futuro, ¿contempla la lidia sin sangre?
P.H.M. Sí. He hecho mis pruebas de lidia incruenta en California en unas cinco o seis actuaciones. Y artísticamente eran parecidas a lo que se puede hacer aquí.
XL. Todos sus caballos están enteros y muchos muerden, patean y organizan peleas serias.
P.H.M. Mis caballos son como a mí me gustaría ser si me reencarnara en caballo: rebeldes, con personalidad fuerte, nada sumisos... y sin castrar, claro [ríe]. Jamás castraré un caballo por muchos problemas que me cause. Es una humillación. Busco un caballo fuerte y con personalidad, que en la plaza sea especial. Estoy seleccionando un tipo de animal que a lo mejor no van a poder montar muchos jinetes, pero es con el que yo me identifico.
XL. ¿Le muerden sus propios caballos?
P.H.M. A veces, sí. Viriato, por ejemplo, no me deja montar cuando voy a salir a la plaza y me ataca. Entonces, le voy buscando fórmulas. Hubo un tiempo en el que le ponía una toallita en los ojos para que no me viera acercarme. Pero luego mutó y no se deja poner la toalla e intenta morderte. Ahora, para sujetarlo, utilizamos un tubo largo, como el que usan con los perros rabiosos, y así consigo montarme por un lateral. Pero en México aprendió a morder el tubo, a partirlo y a volver a agredirme... ¡Ese es Viriato! [se ríe]
XL. ¿Y en ese plan salen juntos al ruedo?
P.H.M. Ha habido veces que no lo he convencido y he tenido que cambiar de caballo a punto de salir a la plaza. Sin embargo, cuando consigo montar, ya somos solo uno; y en el ruedo se transmite la enorme conexión que tenemos y es ¡la bomba! Es como si nos fundiéramos el uno con el otro.
 XL. Cuentan que una vez un toro hirió a uno de sus caballos y que, al llegar a la finca, se fue con él a dar un paseo, los dos solos, para pedirle perdón por no haberlo evitado; que incluso llora y duerme en sus cuadras cuando necesitan su compañía y que no le gusta nada que lo vean entrenar.
P.H.M. No me gusta porque hay momentos en los que te adentras tanto en el alma del caballo que me perturba que haya alguien mirando, aunque esté calladito. Es algo íntimo, como hacer el amor. ¿A que a nadie le gusta que lo estén mirando en ese momento?
XL. ¿Es casi un enamoramiento?
P.H.M. Sí, claro; no lo voy a comparar con el amor hacia una persona, pero, sin enamorarte de un caballo y sin sentir esa fuerte atracción, difícilmente consigues entenderlo y vincularte a él.
XL. Entonces, ya no le pregunto si deja que otros monten sus caballos.
P.H.M. Por supuesto que no, de ninguna manera. Cuando separo un caballo para el rejoneo, ese ya solo lo monto yo. Soy muy celoso para estas cosas.
XL. En la vida civil, ¿es tan celoso también?
P.H.M. ¿Quién no es celoso si ama de verdad? El amor y los celos van unidos, pero hay que aprender a controlarlos.
XL. Miren Tardienta fue su novia de toda la vida...
P.H.M. ¡Hombre, de toda la vida no! Pero sí estuvimos muchos años de novios, siete u ocho...
XL. Vivir con usted ¿es fácil? 
P.H.M. No [rotundo]. Con los años, me he dado cuenta de que soy muy muy difícil. Además, soy poquísimo de eventos sociales. Cuando termina la corrida, donde mejor estoy es en mi casa, en el campo... Soy un hombre muy austero.
XL. Tiene 49 años, ¿le preocupa?
P.H.M. Sí, porque cumplir años no tiene nada de bueno, porque ves que pasa la vida. Me hice un planteamiento de esos locos cuando empezaba a triunfar: «Si llego a los 40 toreando, me retiro». Luego pasaron los 40... y aquí sigo. De mi generación ya solo queda Bohórquez, que se retira este año. Es una decisión que llegará cuando el público me marque la salida o cuando mi condición física me lo diga. 
XL. «Dejar de torear es aceptar la muerte», ha dicho.
P.H.M. Unamuno decía: «Vale más morir como Ícaro que vivir toda una vida sin haber intentado volar nunca, aunque sea con alas de cera». Y yo he vivido y he volado.
Privadísimo
Nació en Estella. Es el pequeño de cuatro hermanos y el único que no fue a la universidad. Dejó el colegio sin obtener el graduado escolar.
Con cuatro años hizo de alguacilillo en la plaza de toros de Estella y a los ocho fue campeón infantil de hípica del norte.
Seis meses al año vive en México, donde también tiene finca, casa y yeguada. La pasada temporada toreó en 70 corridas en cada uno de los dos países.
En estos 25 años ha toreado a caballo en 2185 corridas.
Los pilares del torero 
«Morico fue mi mejor juguete de la infancia. Más que domarlo, lo convertí en cómplice de mis travesuras».

LA COCINA DEL DOMINGO, Panceta asada Sichuan,./ Los mandamientos de los aztecas,.

TÍTULO: LA COCINA DEL DOMINGO, . Panceta asada Sichuan,.

Panceta asada Sichuan

Tiempo de preparación: 2 h y 15 min Ingredientes para: 4 personas
Ingredientes: 1 panceta de cerdo fresco de 1,5 kg, 1 cucharada sopera de pimienta de Sichuan, 1 trozo de jengibre fresco, 4 cucharadas soperas de salsa de soja, 1 golpe de salsa kétchup, 6 cucharadas de salsa de tomate, el zumo de 1 limón, 1 pizca de ralladura de limón, 1 pizca de 4 especias, 1 pizca de azúcar, 1 pizca de miso, 6 cebolletas frescas medianas, 10 dientes de ajo con piel, 10 patatas nuevas medianas con piel, vino blanco, sal y pimienta.
Elaboración: se precalienta el horno a 200 grados. Se marcan con el cuchillo unos tajos paralelos sobre la grasa de la panceta. Se maja la pimienta de Sichuan en el mortero. Se hace un mejunje en una bolsa de vacío. Para ello se ralla el jengibre y se añaden a la pimienta de Sichuan la soja, el kétchup, el tomate, el zumo de limón, las cuatro especias, el azúcar, el miso, la sal y la pimienta. Se introduce luego la panceta en la bolsa y se masajea un buen rato con todo este mejunje. Se saca la panceta y se coloca sobre una bandeja de asar con la grasa hacia abajo. Se guarnece con las cebolletas partidas en cuartos, con los ajos y las patatas. Se moja todo con vino blanco y agua y se introduce en el horno a 200 grados, donde se asará durante 50 minutos.
Acabado y presentación: con una cuchara se rocíala carne con el jugo del propio asado y se le da la vuelta, dejando la grasa hacia arriba. Se vuelve a meter la panceta en el horno y se asa durante otros 50 minutos más, rociándola cada tanto. Se hará al menos hasta 20 minutos antes de retirar la carne definitivamente del horno. Eso permitirá que la corteza de la panceta quede crujiente y sabrosa. Una vez agotado el tiempo de horneado, se saca la carne, se trincha sobre una tabla y se sirve de inmediato.
El gratén, paso a paso
1. Se Marca la panceta, trazando con un cuchillo unos cortes sobre la grasa para que el condimento penetre.

2. Se mezcla la carne en una bolsa con el jengibre rallado, la pimienta de Sichuan y el resto de condimentos.

3. Se mojan la panceta y la guarnición con vino y agua antes de asarla los primeros 50 minutos con la grasa hacia abajo.

4. Se gira la carne, dejando la parte de la grasa hacia arriba, para los segundos 50 minutos de cocción.

Mis trucos
Es importante que a los asados no les falte nunca un fondo húmedo, con el objetivo de que se forme un colchón de salsa que evite que las carnes se resequen. Por eso, si el líquido se evapora, hay que volver a echarle más.
El vino
Excellens Sauvignon Blanc 2014. Los viñedos de Marqués de Cáceres en Serrada y La Seca (D. O. Rueda) regalan este interesante, delicado y elegante vino, elaborado con sauvignon blanc recogida en vendimia nocturna. A 6 ºC, es aperitivo ideal y buen aliado de la cocina oriental y mediterránea. 9 ¬. J. L. Recio

Reinos de humo por Carlos Maribona
Cocineros, a los fogones
De un tiempo a esta parte, muchos cocineros, especialmente los más mediáticos, subidos a la ola de la popularidad de su profesión, han emprendido el camino de las asesorías o de la apertura de otros restaurantes por el mundo. También son protagonistas de campañas publicitarias, prestan su nombre a productos que se sirven en cadenas de comida rápida, o protagonizan programas de televisión. Hasta aquí, ningún problema. Son profesionales y están en su derecho de rentabilizar una imagen lograda con mucho esfuerzo. Sin embargo, este fenómeno lleva aparejado un peligro. Que el cocinero se dedique continuamente a viajar para atender esos negocios paralelos, olvidando que su prestigio se lo ha dado precisamente su restaurante. La ausencia del chef, sobre todo cuando es reiterada, resulta molesta para el cliente, pero sobre todo suele suponer una bajada en el nivel de la cocina. «El ojo del amo engorda al caballo», dice un dicho español. Y suele ser cierto. Algunos de los implicados se justifican diciendo que tienen un gran equipo detrás que los arropa. Pero, con pocas excepciones de cocineros que son verdaderos formadores de equipos, en la mayoría de los casos no se come igual cuando no está el titular. Si falta ocasionalmente no es un problema, pero hay algunos que pasan más tiempo en sus otros negocios que en el que les da fama y prestigio. Es el momento de pedirles que vuelvan a sus fogones.

TÍTULO: Los mandamientos de los aztecas,.

Antropología

Los mandamientos de los aztecas

La bravura era la máxima virtud. La indolencia, el adulterio y la cobardía, los peores pecados. La digitalización del Códice Mendoza, uno de los manuscritos más raros del mundo, divulga las leyes del imperio de Moctezuma.
Hijo mío muy amado, entiende que esta casa donde has nacido no es tu casa, solo es el nido de un pájaro que ha de volar. Porque eres soldado y sirviente... Tu oficio es dar de beber al Sol con la sangre de los enemigos».
Así recibían las parteras a los recién nacidos varones en el Imperio azteca antes de cortarles el cordón umbilical y envolverlos en una faja. La comadrona gritaba; pues el parto era un combate; y el bebé, un guerrero capturado. En cuanto a las niñas, recibían una advertencia: «Habéis venido a un lugar de cansancios, trabajos y congojas»; y su cordón umbilical era enterrado bajo las cenizas del hogar, pues su destino era que no salieran de casa.
Niños y niñas venían al mundo en una sociedad compleja y fascinante, muy militarizada, con escuelas y supermercados, reglas estrictas y castigos terribles; pero también muy avanzada, con unos conocimientos científicos de primer orden en astronomía, ingeniería, agricultura... Todos estaban al servicio de un imperio con capital en Tenochtitlán, bien engrasado administrativamente por una eficiente burocracia, dividido en 38 regiones fiscales, donde el grano de cacao y la habichuela fueron monedas oficiales. Y donde, además de guerrear, se comerciaba y había gremios y oficios muy diversos.
Ascenso social. 
El Códice Mendoza, que acaba de digitalizar el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, es la mejor ventana para asomarse a esa sociedad, cohesionada por el temor a unos dioses intimidatorios, dominada por la nobleza, pero que proporcionaba la oportunidad de ascender a los que se distinguían en el combate. Capturar enemigos era el pasaporte al éxito social. Y, viceversa, los que habían nacido nobles podían acabar convertidos en esclavos si mostraban cobardía; o incluso morir ajusticiados si eran sorprendidos en un desliz, como la ebriedad o el adulterio. El códice nace de la curiosidad de los conquistadores españoles. Es uno de los manuscritos más raros del mundo. Y según los expertos Baltazar Brito y Gerardo Gutiérrez, «es el documento más relevante que describe el imperio controlado por Moctezuma». La historiadora Frances Berdan autora del estudio de referencia lo considera «el más completo de los códices mesoamericanos, pues combina la historia de las conquistas imperiales, las cuentas de los tributos de las provincias y una crónica etnográfica de la vida cotidiana».
Una hipótesis sostiene que entre 1541 y 1542 el virrey Antonio de Mendoza ordenó la preparación del códice a un tlacuilo, o dibujante mexica, Francisco Gualpuyoguacal, mientras que el glosado en español habría sido realizado por el canónigo Juan González. 
A simple vista parece un cómic. Fue concebido como una larga tira de papel vegetal plegado a manera de biombo. Estos códices servían a los mexicas como libreto para una representación teatral. La lectura se hacía en voz alta y ante un público atento y respetuoso, pues en la educación azteca el alboroto o la falta de atención eran sancionados, a veces con sadismo, clavando espinas u obligando al infractor a aspirar el humo de una fogata donde se asaban chiles. Pero los españoles pensaron que sería difícil escenificarlo y decidieron rehacerlo para facilitar su lectura y añadir anotaciones a los dibujos; y les quedó un tebeo de 71 folios.
Está dividido en tres secciones. Las primeras páginas narran la historia oficial de los mexicas desde 1325 a 1521. La parte central muestra los pueblos sometidos y los tributos que debían pagar. Y la última sección (16 páginas) es una narrativa de la vida cotidiana desde el nacimiento a la muerte: la educación de los niños, los castigos y reprimendas, las ceremonias, la gastronomía, el trabajo, el matrimonio, la guerra, los sacrificios humanos, la jubilación...
Una vez terminado, el Códice Mendoza fue enviado al rey Carlos I, pero nunca llegó a su destino, pues el barco fue asaltado por bucaneros franceses. Tras tener distintos dueños fue comprado por John Selden para su colección de manuscritos orientales, que fue adquirida por la Biblioteca Bodleiana de Oxford en 1659, donde está alojado actualmente. El redescubrimiento del Códice Mendoza se debe al excéntrico vizconde de Kingsborough, en el siglo XIX.La digitalización pone a disposición de todo el mundo un manuscrito esencial para entender la historia prehispánica de México, aunque para los mexicanos es «la repatriación virtual» de un tesoro nacional.
Un pueblo guerrero. 

La portada (a la izquierda) con el águila sobre el cactus, símbolo de la fundación de Tenochtitlán. A la derecha, la guerra era una manera de ascender en la sociedad. Por cada enemigo capturado se ganaba en jerarquía y se cambiaba de uniforme.
La crueldad de los castigos

A partir de los ocho o los diez años, a los niños desobedientes se les podían clavar espinas de maguey (planta parecida al cactus), golpearlos con una vara o hacerles aspirar el humo de chiles asados... Nótese el glifo de la admonición (una vírgula o raya de diálogo) y la lágrima en la cara del niño. Las sanciones eran más duras en la juventud: podían llegar a la lapidación por robar o emborracharse o incluso a la muerte, por tener relaciones sexuales fuera del matrimonio. Solo los ancianos podían descontrolar con el alcohol, pues habían cumplido con sus deberes en la vida. La 'jubilación' llegaba a los 52 años. El adulterio también merecía pena de muerte. A los infieles, sin importar el sexo o la edad, se les aplastaba la cabeza con una piedra... y el cuerpo era abandonado fuera de la ciudad para que fuera devorado por las alimañas.
Los consejos a los hijos

Los padres aconsejaban a sus hijos que fueran virtuosos y obedientes. La holgazanería era castigada. Y acabar siendo un vagabundo o un borracho era caer en lo más bajo. Se transmitían de padres a hijos algunos oficios, como el de platero y el de pintor o tlacuilo, que debía saber de muchas materias, pues los dibujos ilustraban lecciones y representaciones teatrales sobre la historia y las costumbres. Los hijos también aprendían a hacer los adornos con plumas en la vestimenta de los oficiales. Los trajes de los guerreros estaban acolchados con algodón remojado en salmuera para endurecerlo. Los banquetes eran amenizados por músicos y cantores. Y practicaban juegos, como la pelota o los dardos, en los que se apostaba fuerte.
Los sacrificios humanos

Los prisioneros eran usados como ofrendas a los dioses. Había 18 fiestas al año con estos rituales sangrientos. Los rivales capturados morían con el pecho abierto y los corazones pulsantes, arrancados por los sacerdotes. Pero existía un extraño vínculo entre vencedor y vencido: en el banquete caníbal en el que se comía maíz y tiras de carne del cautivo, el captor renunciaba a comerse al que había sido su prisionero.
Para saber másLa edición digitalizada, bilingüe y gratuita del Códice Mendoza está disponible en la página web www.codicemendoza.inah.gob.mx y en versión para teléfonos móviles a través de la tienda de iTunes. Ha sido realizada por el INAH de México, la Bodleian Library de Oxford y el King's College de Londres.

DESAYUNO - CENA - DOMINGO - ROCIO MARQUEZ,./ TRAZOS,. LA CALLE DESVENTRADA,.

TÍTULO:DESAYUNO - CENA - DOMINGO - ROCIO MARQUEZ,.

Rocío Márquez: "A mis críticos los llamo 'mis queridos talibanes', pero desde el amor..."

Huelva, 1985, cantaora. En 2008 gané la Lámpara Minera del Festival del Cante de las Minas. Mi nuevo disco es 'El niño'. Acabo de cantar en el Museo de la Universidad de Navarra: Granados, Albéniz y Falla.

XLSemanal. ¿Qué hace una flamenca cantando en un museo de arte contemporáneo en Pamplona?
Rocío Márquez. Es un museo muy especial, en medio del campus de la Universidad de Navarra, y tiene un enorme y magnífico auditorio. Si no me inspiro aquí, no me inspiro en ningún lado: aquí estamos rodeados de arte.
XL. Su madre trabaja en un hospital; su padre es profesor de Enfermería; usted es rubia, de ojos verdes y no tiene la voz rajada. ¿En serio es cantaora?
R.M. No encajo mucho en los perfiles flamencos de siempre, ¿no? No me extraña que algunos puristas se enfaden tanto conmigo... [Ríe].
XL. Tampoco fuma, bebe ni quiere ver una copa con hielo. De flamenca, poco.
R.M. ¡Vamos, que soy muy aburrida! Cuando era una enana, quería encajar a la fuerza en los modelos establecidos: me teñía el pelo de negro y me lo rizaba mucho, me pintaba todos los lunares que podía y me colgaba todos los corales que pillaba. Hasta que decidí aceptar la situación y tirar palante.
XL. Donde va tiene a los flamencos divididos y a algunos, soliviantados.
R.M. Si canto flamenco clásico no me critican, pero si innovo... Los más puristas tienen una visión museística por temor a que se pierdan las esencias. Pero no hay que embalsamar las cosas: se nos pueden morir. Tengo claro que lo que no está vivo está muerto.
XL. ¡Eso, seguro!
R.M. [Ríe]. No hay que tener miedo a innovar: todos pensamos lo mismo, y el punto de amor a la tradición lo tenemos todos. Por eso, aunque nos demos caña, en el fondo nos queremos.
XL. Cuenta que a veces ha tenido que escuchar cosas que son como para irse de cabeza al psicólogo.
R.M. Sí [ríe]. Y de hecho voy para no matarme con nadie cuando oigo ciertas cosas. Pero tengo muy mala memoria para recordar lo que me quema la sangre. Yo le recomiendo el psicólogo a todo el mundo: ayuda mucho a centrarse. Además, hay que dar trabajo a todos...
XL. ¿Pero qué le dicen sus «queridos talibanes»?
R.M. Yo los llamo así desde el amor [sonríe]. A veces tienen expresiones muy machistas, porque el flamenco tiene un punto cerraíllo. Pero ya vamos cambiando y cada vez se escucha menos que una mujer no puede cantar por seguiriyas, o no puede entrar en las peñas flamencas... Yo he tenido mucha suerte: aún no me han mandado a la cocina [risas].

Desayuno,.
'¡Tostás!'

«Me encanta levantarme a las doce y desayunar a las doce y media: tostás con aceite, tomate y jamón y un té. Soy adicta al té. Nada de zumos. La fruta, pa la tarde».

Cena -- Un filete de carne con patatas fritas, tomate y lechuga, beber agua, pan , postre una pera,.

TÍTULO: TRAZOS,. LA CALLE DESVENTRADA,.

foto,.
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El otro día enfilé la entrada del gimnasio, con la bolsa sobre el hombro, y vi que esa calle y las colindantes estaban destripadas y con las tuberías fuera, como intestinos sajados. Todo estaba polvoriento, funcionaban taladradoras, circulaban excavadoras, algunos obreros había que se tapaban el sol llevando sobre la cabeza el pañuelo anudado en las cuatro esquinas que yo creía que era cosa de las películas de Tony Leblanc. Me quedé un momento a contemplar el estropicio y al lado se me detuvo un hombre de edad que me dijo: «Qué desastre todo, ¿no?». Empecé a responderle que sí, pero qué se le va a hacer, habrá una avería, estarán cambiando algo, seguro que en unos días la calle está normal, cuando me interrumpió: «No, no, ¡qué coño la calle! Me refiero al país. Qué desastre el país, que te veo en la tele, así que dame una opinión».
Vaya. Así pues, aquello no era una conversación casual entre dos vecinos del barrio, como la que puede tenerse también en un ascensor. Aquello era una adaptación reducida, sin nadie a quien pudiera mandar una factura por mis servicios, de la relación simbiótica televidente/tertuliano. Acabábamos de volver de publicidad. Salgo poco en la tele porque tiene este poder abrasivo, de exposición excesiva. Los periódicos y las radios preservan más. Un solo programa de televisión, unos minutos semanales expuesto en la pantalla, bastan en cambio para que a veces ocurran episodios como este ante los cuales uno jamás sabe cómo huir y evitarse la conferencia sin resultar descortés: «Lo de Pablemos qué, ¿cómo lo ves?». Sin echar moneda, el hombre ya había hecho su selección en la gramola.
Inicié la retirada con las maniobras evasivas acostumbradas: «Es usted muy amable, agradezco su interés, pero es que llego tarde, y tampoco puedo ir por ahí disparando opiniones al aire, que se me acaban». Pero quia, no hubo forma. El hombre no estaba solo. Pertenecía a uno de esos grupos de jubilados a los que les encanta acodarse en las obras para ver sudar a otros y todo lo critican como si los obreros contemporáneos, igual que los toreros, fueran todos peores que los de su época. El hombre pegó un silbido y me señaló, como proponiendo un plan mejor para esa mañana: «¡Mirad, este, que sale en la tele! Lo que no recuerdo es tu nombre, sólo te conozco de cara...». Enseguida me vi embolsado como Von Paulus, sin una grieta por la que huir, con la puerta del gimnasio, en realidad cercana, pero inalcanzable: «Eso, el chico de Pablemos, ¿qué? Venga, empieza». El tono era imperativo. Sólo les faltaba conminarme la opinión agarrándome de las solapas. Y encima apenas dejaban espacio para gesticular, con lo cual no me veía yo en las condiciones favorables para dar el show completo. Por no hablar de que estaba sin maquillar y sin que me diera pie Susanna Griso. ¡Y con un público difícil! Por si todo esto fuera poco, el tema impuesto era delicado. Habría preferido divagar un poco con un tema de precalentamiento, qué sé yo, una interpretación de las encuestas, una reflexión sobre el desprestigio de la Transición... Algo menos comprometido. Pero qué va. Directamente a la sucursal española de la revolución bolivariana.
Bueno, pues me puse en situación. Casi me tiré de la chaqueta para alisarle las arrugas, hasta que me di cuenta de que no llevaba puesta la chaqueta de salir en la tele. A unos pocos metros, el operador de la taladradora me miraba con un rencor evidente: lo había dejado sin público, los jubilados estaban antes instalados en su platea, y ahora se habían deslizado a la mía. Llegó el camión de la Coca-Cola, y por un instante deseé que se fueran todos a mirar cómo lo descargaban, aburridos ya de mí como del operador de la taladradora. Pero qué va. Eran hombres sin prisa. Tenían todo el día por delante para acodarse delante de obras o de tertulianos. Supe que jamás llegaría al entrenamiento. Me pregunté si por lo menos acudiría a las citas de después de comer: «Bien. De aquel espíritu de la Puerta del Sol, tal vez Podemos sea...».