TÍTULO; Sólo hay un Mourinho en este mundo"
La noticia saltó a principios de semana. José Mourinho,
entrenador del Chelsea y ex del Real Madrid, concedió una entrevista en
la revista France Football y entre muchas respuestas, dejó una con
especial trascedencia para el madridismo y su faro: "No conozco ningún profesional mejor", comentó.
Estas palabras supusieron un giro de 180ª con respecto a aquellas que, en pleno mes de agosto, el técnico dedicó al ariete en la cadena americana ESPN. "Entrené a Ronaldo, no a éste, al verdadero, el Ronaldo brasileño. Entrené a Rivaldo, a Figo, a Guardiola, a grandes jugadores", comentó a propósito de sus años en el FC Barcelona, cuando fue asistente de Robson o Van Gaal entre otros.
Aquello fue un misil en toda regla a la línea de flotación del Real Madrid. Cristiano Ronaldo, al día siguiente de la declaración de Mourinho, habló y fue muy rotundo.
"Yo no escupo en el plato del que como", dijo. Desde entonces, ni una palabra sobre Mourinho. En todas y cada una de las interpelaciones que le han lanzado, el ariete ha dicho lo mismo. "Yo no opino de cosas del pasado", suelta como una suerte de letanía.
Lo cierto es que las relaciones entre ambos no es buena. Y
no lo es por el trabajo de 'The Special One' en el Real Madrid. Los
métodos del técnico fueron molestando poco a poco a Cristiano hasta que
en la previa de la Supercopa de España, el entrenador dejó en ridículo al luso en una sesión de vídeo.
Cristiano explotó y en el partido frente al Barça jugado en el Bernabéu le dedicó el gol que le hizo a los culés. Después de aquello, hubo más roces. Al final del curso, ni uno ni otro se dirigían la palabra.
En el último partido de Liga ambos coincidieron en el túnel de vestuarios en la entrega de un premio a Cristiano y ni se miraron.
Era la prueba del divorcio. Divorcio que ahora ha querido arreglar Jorge Mendes, representante de ambos. Y lo ha querido hacer, por cierto, en la semana más importante para la elección del Balón de Oro y el premio FIFA al mejor entrenador del año.
Casualidades o no, lo cierto es que el manager ha solicitado a ambas partes una suerte de acercamiento público. Es decir, que ambos se muestren más condescendientes con la otra parte, aunque en la realidad las relaciones sigan tocadas.
De ahí que Mourinho haya hablado en la manera en la que habló de Cristiano. Sus piropos al jugador son una forma de enterrar el hacha de guerra (al menos ante los medios) y de paso dar un importante espaldarazo al luso en su lucha por el Balón de Oro.
Lo que diga Mourinho es noticia en buena parte del planeta fútbol y, en especial, en países lejanos donde la Premier League se sigue varios pasos por delante de otras competiciones.
Es, en definitiva, una forma de hacer campaña por el madridista ante los ojos de seleccionadores y capitanes de combinados pequeños que suelen votar más por la inercia generalizada que por el seguimiento continuo de todas las grandes competiciones del planeta.
Ahora falta saber la respuesta que dará Cristiano Ronaldo. El luso, concentrado con Portugal para jugar esta noche frente a Suecia el partido de ida de la repesca para ir al Mundial, hablará después del partido. A buen seguro que le preguntarán por las palabras de Mourinho.
Será entonces cuando comprobemos si le devuelve el guiño y completa, así, la estrategia de Mendes para rebajar las tensiones entre sus dos representados más importantes.
Estas palabras supusieron un giro de 180ª con respecto a aquellas que, en pleno mes de agosto, el técnico dedicó al ariete en la cadena americana ESPN. "Entrené a Ronaldo, no a éste, al verdadero, el Ronaldo brasileño. Entrené a Rivaldo, a Figo, a Guardiola, a grandes jugadores", comentó a propósito de sus años en el FC Barcelona, cuando fue asistente de Robson o Van Gaal entre otros.
Aquello fue un misil en toda regla a la línea de flotación del Real Madrid. Cristiano Ronaldo, al día siguiente de la declaración de Mourinho, habló y fue muy rotundo.
"Yo no escupo en el plato del que como", dijo. Desde entonces, ni una palabra sobre Mourinho. En todas y cada una de las interpelaciones que le han lanzado, el ariete ha dicho lo mismo. "Yo no opino de cosas del pasado", suelta como una suerte de letanía.
Cristiano explotó y en el partido frente al Barça jugado en el Bernabéu le dedicó el gol que le hizo a los culés. Después de aquello, hubo más roces. Al final del curso, ni uno ni otro se dirigían la palabra.
En el último partido de Liga ambos coincidieron en el túnel de vestuarios en la entrega de un premio a Cristiano y ni se miraron.
Era la prueba del divorcio. Divorcio que ahora ha querido arreglar Jorge Mendes, representante de ambos. Y lo ha querido hacer, por cierto, en la semana más importante para la elección del Balón de Oro y el premio FIFA al mejor entrenador del año.
Casualidades o no, lo cierto es que el manager ha solicitado a ambas partes una suerte de acercamiento público. Es decir, que ambos se muestren más condescendientes con la otra parte, aunque en la realidad las relaciones sigan tocadas.
De ahí que Mourinho haya hablado en la manera en la que habló de Cristiano. Sus piropos al jugador son una forma de enterrar el hacha de guerra (al menos ante los medios) y de paso dar un importante espaldarazo al luso en su lucha por el Balón de Oro.
Lo que diga Mourinho es noticia en buena parte del planeta fútbol y, en especial, en países lejanos donde la Premier League se sigue varios pasos por delante de otras competiciones.
Es, en definitiva, una forma de hacer campaña por el madridista ante los ojos de seleccionadores y capitanes de combinados pequeños que suelen votar más por la inercia generalizada que por el seguimiento continuo de todas las grandes competiciones del planeta.
Ahora falta saber la respuesta que dará Cristiano Ronaldo. El luso, concentrado con Portugal para jugar esta noche frente a Suecia el partido de ida de la repesca para ir al Mundial, hablará después del partido. A buen seguro que le preguntarán por las palabras de Mourinho.
Será entonces cuando comprobemos si le devuelve el guiño y completa, así, la estrategia de Mendes para rebajar las tensiones entre sus dos representados más importantes.
TÍTULO; 'Aída', la serie más longeva de la televisión, dice adiós en 2014
TIRAMILLAS
Miércoles, 15 de noviembre de 2013
Aída', que fue el primer 'spin off' de la televisión española y ha
superado los 200 episodios con su humor surrealista e irreverente
El equipo creativo de la serie trabaja en una nueva comedia para Telecinco, informa también la cadena, que dice afrontar uno de sus mayores retos: "Acometer la recta final de la serie".'Aída', que fue el primer 'spin off' de la televisión española, ha superado los 200 episodios con su humor surrealista e irreverente, que hasta ahora ha contado con el favor de la audiencia, traducido también en galardones como el Premio Ondas a la Mejor Ficción, que consiguió en 2006.
Este año ha sido el actor Pepe Viyuela el ganador del Ondas como mejor actor, uniendo su nombre al de Paco León, Mariano Peña y Carmen Machi, actriz cuyo personaje, Aída, dio nombre a esta serie tras ser uno de los principales de una comedia también emblemática de la televisión nacional: '7 vidas'.
'Aída' ha sobrevivido incluso a la marcha de Carmen Machi en la sexta temporada de la serie, un éxito sustentado en su premiado equipo de guionistas y en el trabajo de actores como Paco León, que ha atesorado con su papel de 'Luisma' los galardones más relevantes, como el TP de Oro, el Fotogramas de Plata, el premio de la Unión de Actores o el de la Academia de Televisión.
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