-El jueves 10 de julio, nos visita el artista onubense|foto| Manuel Carrasco,
que tras el éxito de su último disco, “Confieso que he sentido”
(Universal Music), que ha conseguido ser Disco de Platino, está ya
embarcado en una intensa gira de conciertos que le va a llevar este
verano prácticamente por toda España. Los fans del andaluz están
agotando en sólo unas horas las localidades que se han puesto a la venta
y, hasta ahora, todos sus conciertos han registrado un lleno total.
Manuel nos contará algunas de las anécdotas vividas en esta última gira y
adelantará algunas de las sorpresas que podrán verse en sus shows de La
Coruña (11 de julio), Vigo (12 de julio), Fuengirola (16 de julio),
Cádiz (26 de julio), Algeciras (1 de agosto), Cazorla (2 de agosto),
Almuñécar (14 de agosto), Águilas (16 de agosto) y Carboneras (17 de
agosto).TÍTULO: EL BALON NO ENTRO, EL CACEREÑO REPITE GUION,.
- Y ha vuelto a repetir el Cacereño un guión con el que no le fue nada mal hace dos años: promocionar al segundo. El actual entrenador del ...|foto|,.
Tal y como sucedió hace dos años con Julio Cobos, el club verde le confía su nuevo proyecto al ayudante en el banquillo de Ángel Marcos, Aitor Bidaurrázaga,.
El mejor equipo, tanto por categoría como por resultados, de los últimos cinco años en Extremadura ha sido precisamente el último de todos en escoger entrenador para su banquillo de la próxima temporada. Y ha vuelto a repetir el Cacereño un guión con el que no le fue nada mal hace dos años: promocionar al segundo. El actual entrenador del Villanovense, Julio Cobos, llegó al banquillo del Príncipe Felipe en noviembre de 2010 como ayudante de José Luis Montes y en 2012 se le ofreció la alternativa. Con esa idea llegó el pasado verano Aitor Bidaurrázaga procedente del Miajadas: la idea de ayudar en el banquillo a su amigo Ángel Marcos y dar el salto a primer entrenador algún día no muy lejano. Ese día fue ayer.
El segundo de Ángel Marcos el curso pasado, con notable experiencia y excelente crítica en Tercera tanto en sus años en el Ciudad de Plasencia como en sus dos temporadas en el Miajadas, será ahora el encargado de devolver a la gente al Príncipe Felipe con su propuesta futbolística, que comparte con su nuevo ayudante, Tomás García Calvo, ex técnico del Arroyo en los primeros años de Juan Bermejo en el club arroyano.
Nada más terminar la última temporada y ante el mutismo público de Antonio Martínez Doblas, el dueño del Cacereño, todas las miradas se dirigieron instantáneamente a Aitor Bidaurrázaga como futuro técnico. Se manejaban dos opciones: no tocar el banquillo (o sea, Marcos de primero y Bidaurrázaga de segundo) o promocionar al ayudante. La idea de Doblas de delegar el club en otra persona hacía ganar enteros a la segunda opción. Y dos meses después, el Cacereño confirmó todas las intuiciones. Marcos de consejero delegado, Bidaurrázaga de entrenador y el profesor universitario Tomás García Calvo, que ha podido recalar estos últimos meses tanto en el Coria como en el Arroyo, como segundo. No se lo pensó ni un segundo el nuevo técnico del Cacereño sobre quién sería su ayudante en banquillo.
«Estoy muy responsabilizado»Bidaurrázaga, de vacaciones aún en su pueblo, Barakaldo (donde recibió ayer la noticia), comenzará a trabajar sobre el papel nada más llegue a la capital cacereña el domingo por la tarde. Su debut en Segunda B será, evidentemente, el reto más importante y lindo de su carrera: «Es el club donde jugué y la ciudad donde vivo hace ya muchísimos años», aclara. «Estoy muy responsabilizado».
La idea es renovar entre doce y trece jugadores de la última temporada (ya se han marchado a otros equipos Gaspar, José Ramón Lavado, Iván Pérez, Pizarraya, Jairo Álvarez y Dani Pérez) y esperar a los últimos días de agosto para reforzarse con jugadores que den el salto de calidad.
Habrá que ver también qué futbolistas se trae el nuevo director general, José Almeida, representante de jugadores. «Empezaremos a entrenar el próximo martes. Mis equipos intentan estar siempre bien trabajados y son honestos. Habrá días que juguemos más fluidos y habrá días en que nos atasquemos, pero debemos darlo todo para que nadie nos eche nada en cara. Y a partir de ahí, me gustaría que el equipo fuese divertido y atrevido». Por fin, el Cacereño 2014-2015 comienza a rodar.
TÍTULO: EL EXITO O EL FRACASO, DEPORTES, LOS SIETE PECADOS CAPITALES DE BRASIL,.
Los siete pecados capitales de Brasil. Un aficionado brasileño con la careta de Neymar, en la grada tras la eliminación de Brasil. / foto,.
«La mayor vejación de la historia reclama un cambio urgente de concepto y reducir el promiscuo intercambio de favores, una plaga nacional que asola al fútbol y al país», sentencia el mítico Tostao,.
Fue una tragedia. La mayor derrota de la historia. Se necesita un cambio de concepto urgente y es preciso reducir el promiscuo intercambio de favores, una plaga nacional que asola al fútbol y al país», sentencia el legendario Tostao, campeón del mundo en México’70, en una de sus brillantes y punzantes columnas. Tras la debacle ante Uruguay en el ‘Maracanazo’ de 1950, Brasil cambió hasta su indumentaria y pasó del blanco al amarillo. ¿Qué hará ahora tras sufrir la mayor vejación jamás conocida en el país del fútbol?
Los analistas, ya sean exfutbolistas, técnicos o periodistas, exigen una regeneración, un cambio profundo, una modernización de las estructuras desde la base hasta la élite y, por supuesto, la marcha inmediata de Felipao Scolari. El principal candidato para reemplazarlo es Adenor Leonardo Bacchi, ‘Tite’, de 53 años, técnico del Corinthians en los tres últimos cursos y ahora sin equipo.
En el Mineirao de Balo Horizonte, la ‘Canarinha’ sufrió su mayor derrota en las Copas del Mundo, su mayor revés en casa, la mayor goleada histórica en una semifinal, la peor derrota de un anfitrión, el mayor número de goles encajados por el organizador en un partido y el mayor batacazo de una selección campeona. Además, con 11 goles recibidos, Brasil iguala su peor marca, la de Francia’38. Más conclusiones no puede dejar el ‘Mineirazo’, la madre de todas las tragedias para el fútbol brasileño. Una debacle que podría explicarse a través de la metáfora de los siete pecados capitales:
Soberbia: «Ya estamos con una mano en la Copa». Esta frase, dicha por el coordinador técnico de la ‘Seleçao’, Carlos Alberto Parreira, el día 26 de mayo, resume a las claras el exceso de confianza de los dirigentes del cuerpo técnico durante todo el torneo. El factor de ser local no era garantía de un nuevo triunfo, como ha sido evidente. Brasil se mostró arrogante al subestimar a los adversarios e ignorar que Alemania era mejor y se merecía un planteamiento especial.
Pereza: Quienes cubrieron el día a día de la selección brasileña coincidieron en criticar la poca cantidad de entrenamientos realizados en la Granja Comary, en Teresópolis. Las largas juergas después de los partidos tampoco quedaron a salvo de las críticas, mientras los rivales se ejercitaban. En la víspera del duelo ante Alemania, no se entrenaron en el estadio Mineirao, escenario del partido.
Ira: Causaron extrañeza tanto las reacciones emocionales exageradas del entrenador, siempre agresivo en sus respuestas a los periodistas, como de los jugadores. Antes de los penaltis ante Chile, el capitán Thiago Silva lloró, se negó a lanzar y se marchó a la banda para ver la tanda. El portero Julio César también lloró a moco tendido antes de los disparos, aunque luego detuvo dos. Faltó equilibrio emocional a pesar del trabajo de la psicóloga.
Avaricia: Scolari sufrió una alarmante carencia de opciones tácticas alternativas y esquemas adaptados a cada situación. Cuando el equipo cumplía o cuando sufría porque jugaba mal, sólo modificaba jugadores en la misma posición, sin alterar el método. Para muchos, la pobreza técnica en el campo fue resultado de una convocatoria con pocos jugadores diferentes. Faltaron delanteros y tipos de más experiencia para apelar a la experiencia y calmar al grupo. Felipao repitió lo que ya le perjudicó a Dunga hace cuatro años.
Gula: A falta de un buen equipo, no faltaron jugadores que trataron de decidir los partidos por sí solos. Neymar, Hulk y Oscar, que no llegó en buena forma, trataron muchas veces de acabar las jugadas y buscar el lucimiento personal en lugar de asistir a compañeros mejor colocados. Scolari insistió en el funcionamiento colectivo pero Alemania le desnudó.
Lujuria: La constante exhibición de los jugadores como modelos de diversas marcas comerciales tampoco da un valor añadido al grupo. La prensa acusa a algunos futbolistas de adoptar posturas dentro del campo de acuerdo a los suculentos contratos publicitarios firmados antes del Mundial: Brillaron mucho más en grandes carteles publicitarios que en el terreno de juego.
Envidia: En lugar de copiar las virtudes ajenas y asumir las carencias propias, Brasil insistió en el discurso de que es el país del fútbol y no lo cambió. La existencia de entrenadores pasados de moda, de campeonatos locales de poca calidad y la deficiente preparación desde la base no se reconocieron ni tan siquiera después de la catástrofe. El sustituto de Ricardo Texeira al frente de la Confederación Brasileña, el octogenario José María Marín, cambió a Mano Menezes, que comenzaba a adaptarse a los nuevos tiempos, por Scolari, cuyos últimos trabajos fueron deficientes, y el coordinador Carlos Alberto Parreira, que también venía de algunos fracasos. Segundas partes nunca fueron buenas.
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