domingo, 13 de julio de 2014

DESAYUNO DE DOMINGO CON NATIVEL PRECIADO,./ EL PAJARITO DE ' CAILLOU',./ LA COCINA DEL DOMINGO,. Rillette' de salmón fresco y ahumado,.

TÍTULO : DESAYUNO DE DOMINGO CON NATIVEL PRECIADO,.

Soy periodista desde hace 40 años y lo seguiré siendo. ... puedo decir que soy de las pocas personas que ha sido entrevistada por una reina.

Desayuno de domingo con...(foto)

Nativel Preciado: "¡Soy de las pocas personas a las que ha entrevistado una reina!"

Madrileña, de 1948. Soy periodista desde hace 40 años y lo seguiré siendo. Acabo de publicar 'Canta solo para mí', la historia novelada de mi profesión, por la que he recibido el premio Fernando Lara.

XLSemanal. ¿Se puede vivir hoy de la literatura... con la que está cayendo?
Nativel Preciado. Muy mal. Yo he ido tirando un tiempo gracias a algunos premios, pero ya es muy difícil.
XL. Esta es una novela de mujeres, amor, pasión, sexo, terrorismo, política... ¿Me dejo algo?
N.P. Y de periodistas, que tenemos la suerte de vivirlo todo en primera línea.
XL. En aquellos tiempos, los últimos de la dictadura franquista, los periodistas teníamos buena imagen...
N.P. Pero fue breve, porque siempre la hemos tenido malísima. Recuerda esas películas en las que se nos retrataba como hambrientos que íbamos a los actos a comernos las sobras...
XL. Pues parece que añora esos años.
N.P. Es que la nostalgia te hace recordar lo mejor de cada época. Todo aquello ahora parece heroico, pero no es cierto.
XL. Al hilo de esta novela, ¿las madres siempre somos una incógnita para nuestros hijos?
N.P. García Márquez decía que tenemos tres vidas: la pública, la privada y la secreta; y esta no se puede contar nunca a los hijos, porque perderían la admiración hacia nosotros [se ríe].
XL. Tras 40 años, a la protagonista de su novela le entregan un premio los Príncipes de Asturias. Muy oportuno...
N.P. Ha sido casualidad. Me divertía contar un encuentro con Felipe y Letizia y describir una escena principesca.
XL. ¿A usted le han entregado algún premio los Príncipes?
N.P. No, pero Letizia me entrevistó por el 25 aniversario de la desaparición del diario Madrid. Al cabo de unos años coincidí en un acto con el actual Rey y me dijo: «Recuerdos de Letizia».
XL. ¿Y se acordaba?
N.P. En ese momento, no. El Príncipe me dijo: «¿No te acuerdas de la entrevista que te hizo Letizia?». La recordé al instante... Ahora puedo decir que soy de las pocas personas que ha sido entrevistada por una reina.
XL. ¿Cree que la Reina Letizia echa de menos su profesión?
N.P. Aunque dice que no, seguro que siente algo de nostalgia.
XL. ¿Con Felipe VI se cierra una etapa?
N.P. Sí. El Rey ha abdicado y a la generación de los que aprobamos la Constitución del 78 casi nos piden que nos retiremos también para dejar paso.
XL. Entonces, ¿piensa en jubilarse?
N.P. No. Me resistiré y seguiré luchando, pero ya me gustaría tener 20 años para poder contar esta nueva etapa como conté aquella desde la primera línea.

Su desayuno: "Un café con leche, tostadas de avena con aceite de oliva picual y queso blanco y, en primavera, un cuenco de cerezas. Y muy temprano, por que me encanta madrugar"

TÍTULO: EL PAJARITO DE ' CAILLOU',
  1. Ocurrió porque en un capítulo de Caillou moría un pajarito. Supuso una conmoción. Por más que uno lo proteja de películas e informativos en ...foto,.
     
    Mi primogénito se enfrentó no hace mucho a un descubrimiento terrible: el de la existencia de la muerte. Ocurrió porque en un capítulo de Caillou moría un pajarito. Supuso una conmoción. Por más que uno lo proteja de películas e informativos en los que la gente se degüella, resulta que en Caillou de repente se ponen a morir los pajaritos, y el chico sale de ahí con preguntas trascendentales para las que uno mismo no tiene respuesta ni deidades consoladoras. Si llega a ser un poco mayor, la conversación habría terminado en un bar, para beber juntos y olvidar la náusea y la ansiedad de la nada que seremos. Mientras, por culpa de Caillou, el niño ha comenzado un aprendizaje basado en la resignación en el que tendrá éxito si alcanza la misma sabiduría que inspiró a Art Buchwald esta frase expresada en sus postrimerías, poco antes de fallecer, a los 82 años: «Morir no es tan difícil como encontrar plaza de aparcamiento en Manhattan».
    En realidad, no lo llevó tan mal. Ahora hasta es consciente de una superioridad adulta sobre sus hermanos, porque ellos ignoran un secreto que él conoce. Tiene tanta prisa por vivir que se ha echado novia y exige más frecuencia en las visitas al parque de atracciones, como en un carpe diem desesperado, byroniano. Incluso ha pasado ya, estos días, por su primera eliminación consciente en un Mundial, que eso sí que da idea de finitud. Entre el pajarito de Caillou y el 5-1, me lo ha cambiado para siempre una experiencia que los cursis llamarían iniciática. Le pesan los estragos de lo vivido, cualquier día se me cala una boina, enciende un Gauloises y me escribe un ensayo existencialista. O una elucubración sobre el hipster ante el pavor al fin del mundo nuclear como el de Norman Mailer.
    Mientras digería intelectualmente su primer contacto con la muerte, lo que sí ocurrió es que yo tuve algunas noches de dormir mal. No porque estuviera buscando las respuestas que ambos necesitamos, sino porque él venía a la cama y me despertaba para comprobar que seguía vivo y no tendrían que meterme en una caja de zapatos como al pajarito de Caillou. Aquella fue una curiosa inversión de papeles porque, durante sus primeros meses de vida, cuando a mí me afectaron las angustias típicas del padre primerizo, era yo quien despertaba y le ponía la mano sobre el pecho para asegurarme de que respiraba. Eso se supera: para levantarse de la cama por el tercero, tiene que estar atacándolo Drácula. El tercero, por cierto, no puede permitirse angustias intelectuales. Bastante tiene con sobrevivir en términos darwinistas, con pelear por todo cuanto al mayor le fue dado. No me extrañaría que, en tiempos medievales, el tercero fuera siempre el más apto para la guerra.
    Algo que siempre me fascina es descubrir que repito como padre experiencias que tuve primero como hijo. Entre mi padre y yo también hubo un pajarito muerto, si acaso en circunstancias más crudas, y por lo tanto más aleccionadoras. Durante un fin de semana en la finca de unos amigos en Cáceres, salimos con una escopeta casi de juguete a tirar postas a latas. Con la mala suerte de que un disparo de mi padre hecho al azar abatió un ruiseñor que cantaba en un olivo. Un animal precioso, con colores de personaje ajeno a la discreción: un pajarito dandi. Fue tal la pena que el descubrimiento que hice no fue la existencia de la muerte, sino de la mortificación por la vida arrebatada. Pensado ahora, supongo que compusimos una estampa patética, observando los dos con infinita lástima al pajarito muerto como si acabáramos de matar a un boy scout con una bala perdida y diciéndonos cosas a lo William Munny: «... le quitas todo lo que podría haber sido este ruiseñor». Pero creo que ahí quedó bloqueada para siempre cualquier posibilidad de que yo acabara adquiriendo con los años afición a la caza. El ruiseñor de Cáceres hasta se me cruzó en las lecturas de los relatos africanos de Hemingway, como el de Francis Macomber, igual que el pajarito de Caillou ha sacado a mi primogénito de algunos de los refugios mentales de la infancia.

    TÍTULO: LA COCINA DEL DOMINGO,.Rillette' de salmón fresco y ahumado,.


    1. Ingredientes: 250 gramos de salmón fresco, 150 gramos de salmón ahumado, una cucharada sopera de eneldo picado y una cucharada ...foto,.
       Ingredientes: 250 gramos de salmón fresco, 150 gramos de salmón ahumado, una cucharada sopera de eneldo picado y una cucharada sopera de aceite de oliva virgen extra.Para la mayonesa de curri: una yema de huevo, un decilitro de aceite de girasol, 15 gramos de mostaza de Dijon, 10 gramos de zumo de lima, 0,5 gramos de curri, una pizca de sal y pimienta.
      -Elaboración: De la mayonesa de curri: se mezclan en un vaso de túrmix la yema de huevo, la mostaza de Dijon, el curri y los 10 gramos de zumo de lima. Se agrega después, poco a poco, el aceite de girasol para montar la mayonesa. Se añaden, luego, la sal y la pimienta y se reserva.
      De la rillette: se precalienta el horno a 130 grados. Se exprime la lima y se extrae el zumo. Se separan 10 gramos de ese zumo para la mayonesa y se reserva el resto. Luego se pica el eneldo finamente y se corta el salmón ahumado. Es recomendable cortarlo en dados pequeños de un centímetro por uno. En una bandeja se ponen el aceite de oliva y el salmón fresco, con la piel hacia abajo. Se hornea durante unos 10 minutos aproximadamente.Se saca el salmón del horno y se rocía con el zumo de lima reservado. Se deja enfriar todo. Y una vez frío el salmón, se desmenuza con las manos.
      -Acabado y presentación: colocamos ahora la mayonesa de curri en un bol, agregamos tanto el salmón ahumado como el salmón cocido más el eneldo picado y lo mezclamos todo con delicadeza. Rectificamos finalmente de sal y pimienta y servimos la rillette en pequeños tarros de cristal. Una sugerencia de presentación sería untarla en unas pequeñas tostas de pan con una pizca de aceite de oliva.
      Mis trucos
      Podemos preparar esta rillette con cualquier otro pescado que sea de nuestro gusto, aunque los grasos son mejores porque la preparación coge más gusto y consistencia. En cualquier caso, al final solo nuestra imaginación es el límite.
      Reinos de humo, por Benjamín Lana
      Hambre o apetito
      Se puede matar y morir de hambre. Se puede matar el hambre y juntarlo con las ganas de comer. El apetito, sin embargo, se despierta, como si perteneciera a una cualidad más elevada, quizás porque aplique no solo a la comida sino a otras demandas y deseos en los que también se usa o no la boca. Iñaki Camba, uno de los cocineros más singulares de la Villa y Corte, de los pocos que se cubre con gorro de chef, ajeno a las modas, un erudito al que uno podría imaginarse en las cocinas de Luis XV o en las del Waldorf de Nueva York, se sienta con sus comensales cada día en su restaurante, Arce, y les pregunta qué preparaciones y tamaño de porciones prefieren. «¿Hoy tenemos hambre o apetito?», interroga.
      Como Iñaki, Alejandro Dumas, el autor de El conde de Montecristo, era otro apasionado del fogón que se tomaba muy en serio lo del apetito. Dedicó sus últimos años a escribir un diccionario de cocina en el que explica que existen tres tipos de apetito: el que se experimenta en ayunas, «una sensación imperiosa que no admite caprichos y que podríamos satisfacer con un trozo de carne cruda como con un faisán»; el que, aun sentándonos sin hambre a la mesa, surge tras un plato suculento. Y tercero, en el que tan bien nos vemos reflejados los locos del yantar: «El que produce, tras varios platos deliciosos de la cena, un manjar que aparece al final, cuando el comensal sobrio iba a abandonar la mesa sin pesar, donde lo retiene esta última tentación de la sensualidad».
       

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