TÍTULO : SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO, De feria en feria,.
Cuando estoy inmersa, como ahora, en la escritura de una novela no pienso en el lector, ni siquiera imagino a qué manos llegará la historia que estoy contando. Empiezo a preocuparme por ellos el día en que la novela llega a las librerías, porque deciden si es un éxito o un fracaso. A lo largo de los años, he conocido a los míos. Les he puesto cara, he recibido sus comentarios, hemos desmenuzado cada novela. La experiencia ha sido enriquecedora. Y tengo que confesar que me encanta ir a clubes de lectura, porque sé que es mucho lo que voy a recibir: comentarios sinceros, opiniones libres. Pero en esos encuentros sucede de todo, y más si se producen en una feria. De marzo a junio, suelo acudir a cuantas puedo porque son un momento único para encontrarse con los lectores. Estar en una caseta te coloca en una situación peculiar. Hay momentos emocionantes. -fotoEn Madrid me visita una joven a la que conocí con mi primera novela. Viene en silla de ruedas y es fiel a la cita. La he visto crecer, va a terminar Periodismo y estoy orgullosa de que le gusten mis libros. En este peregrinar pasa de todo. Lo normal es que cada persona que compra un libro pida la dedicatoria y una foto. Pero hay quienes disparan sin ton ni son. Entonces, me siento como un chimpancé enjaulado. Alguna vez he preguntado por qué no piden permiso y contestan: “Está en un sitio público, se aguanta”. Una señora me soltó: “Es usted mayor de lo que imaginaba”. Sonreí y me mordí la lengua para no decir que ella era un carcamal. También me encontré con quien se llevó el libro para regalar, aunque lo había leído en PDF. Le pregunté si había bajado el libro pagándolo, y la respuesta fue: “Gratis”. Ustedes me conocen y saben que no me callo: a la “pirata” le cayó le bronca.
Por las ferias aparece gente que has conocido y llega con la pretensión de ponerte al día de su vida. A algunos me alegra verlos, pero de otros me molesta su afán por recrear momentos en que coincidimos. Si no nos hemos visto ha sido porque no hemos querido, hemos tomado caminos diferentes o no tuvimos una gran amistad. Me pone de los nervios que personas a las que no has visto en 30 años pregunten: “¿Te acuerdas de mí?”. Por educación, dices: “Sí, claro... ¿Cómo te va?”, pero es evidente que no tienes ni idea. Su respuesta suele ser: “Dime quién soy, que tienes cara de no saberlo”. Y claro que no lo sé. Pero pongo cara de póquer y sigo una situación que se me antoja absurda.
En Madrid, un conocido al que no venía desde hace 20 años se plantó dispuesto al “decíamos ayer”. Me pidió el teléfono y le di el del trabajo. Supongo que comprenderá que no tengo intención de hablar del pasado ni del futuro. También me lo pidió una lectora: “Cuando lo lea, le digo lo que me ha parecido”, me dijo. Me negué. No le gustó mi respuesta, pero a mí me dejó atónita su pretensión. Me despido al menos un par de años, porque estoy con mi nueva novela. Comencé en octubre y sé cuando empiezo, pero no cuando termino.
TÍTULO: MUJERES EN PRIMERA LINEA,.ISABELLE D'ORNANO,.
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