jueves, 8 de octubre de 2015

AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - LA TABERNA DEL VINO BARATO,. / PIDEN 25 AÑOS DE CÁRCEL A UNA MADRE ACUSADA DE MALTRATO BESTIAL, A SU HIJO MENOR,.

TÍTULO: AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - LA TABERNA DEL VINO BARATO,.

Fernando Cachipé tras la barra de su taberna. :: E.R.La taberna del vino barato / foto,.

  • En Jerez, Cachipé despacha chatos de tinto de Feria a 30 céntimos,.

     El Cachipé es tan auténtico que no tiene un cartel en la puerta avisando de que aquello es una taberna. Ni tan siquiera cuelga de la pared una humilde bombilla que llame la atención e ilumine las sombras de la calle Posadas, tan estrecha, tan corta, tan antigua.

    Lo que sí tiene el Cachipé son dos escalones y dos asas de hierro en la pared para que los parroquianos entren con ayuda y salgan sin peligro, asiéndose para evitar que algún chato de más les juegue una mala pasada. Las dos asas son un logro colectivo del pueblo: cuando Zapatero sacó lo que aquí llaman Plan Renove, media población firmó para que colocaran las asas y por 19 euros ya nadie se tambalea al entrar ni al salir de la taberna más castiza de Jerez.
    Porque este bar sin nombre está en Jerez de los Caballeros y se llama Cachipé por su dueño, o mejor, por el abuelo del dueño, al que apodaron Cachipé, que viene del caló y significa muy bueno. Así que nos han traído unos amigos a esta taberna que cada jerezano llama como le da la gana: Cachipé, Muy Bueno o El Bar de los Comunistas. Lo de los amigos es importante porque, aunque la calle Posadas es muy céntrica, no es fácil adivinar que tras esta fachada de muros gruesos y blancos se esconde un bar que quien visita nunca olvida.
    Describámoslo: en las paredes, gorras, llaveros, todo tipo de colecciones y un popurrí de fotos que van desde retratos de grupos de amigos hasta la imagen del Che Guevara. También cuelga visiblemente su no-horario: «Abrimos: cuando venimos. Cerramos: cuando nos vamos. Si viene y no estamos es porque no hemos venido. La empresa». Tras la barra, dos carteles llaman la atención: en uno, se presentan las fotos de los guarros del mes del Cachipé. En septiembre, tocaban dos cerdos de las razas Duroc y Oxford Sandy Black. El otro cartel recoge el dicho del día. Cuando visitamos el Cachipé, regía refrán previsor: «Septiembre o seca las fuentes o lleva los puentes».
    Pero lo mejor del Cachipé es su clientela. Antes de comer, por allí solo se ven hombres de entre 50 y 70 y dos mujeres extrañas: una señora holandesa y una señora fotógrafa. Cuando la retratista le pide una sonrisa al barman para la foto, la parroquia estalla indignada: «Fernando, llevamos todo el año para sacarte una sonrisa y llega la fotógrafa y te la saca a la primera».
    Aquí aparece Fernando Rubio Vega, alias Cachipé, dueño, gerente, barman, maître y Presidente del Consejo de Administración del Cachipé. Fernando es un señor atento y simpático, que habla lo justo, sonríe lo necesario y tiene la gracia fundamental del tabernero: se fía de la parroquia. Sus clientes se echan chatos de vino y él no los cuenta ni durante las aglomeraciones jerezanas de Semana Santa. A la hora de cobrar, pregunta cuántos y cobra los vasos que le dicen.
    Tras hablar del tabernero, hablemos de la otra parte fundamental de la taberna: el vino. Fernando dispone por la barra varias frascas de un vino tinto de Feria que entra solo. Lo tiene de dos tipos, fresco o del tiempo, y de un solo precio: 30 céntimos el vaso. ¿Es posible que aún se sirva buen vino a 30 céntimos? Pues sí, en el Cachipé. Y no se bebe solo, sino en compañía de una tapa de tomate con orégano, de morcilla lustre, de callos, de queso, de riñones...
    Esta taberna fue, en tiempos, una posada de postas, donde los viajeros descansaban y cambiaban de caballo. En 1952, se convirtió en bodega y en la transición, la alquiló el Partido Comunista para instalar su sede, curiosamente a un paso de la cárcel donde encerraban a los antifranquistas. En el 84, la cogió Fernando y hoy, donde el PCE hacía las asambleas, hay un comedor para tomar ricas raciones de bacalao rebozado (7.50), chipirones (7.50), pluma (8.70) o rejos (6). Al final de la barra, un cartel acota el 'Rincón Solidario'. Por esa zona hay más conv ersación, más efusión y menos vino de Feria en las frascas. En fin, el Cachipé.

TÍTULO: PIDEN 25 AÑOS DE CÁRCEL A UNA MADRE ACUSADA DE MALTRATO BESTIAL, A SU HIJO MENOR,.

Piden 25 años de cárcel a una madre acusada de "maltrato bestial" a su hijo menor

Fachada de la Audiencia provincial de Cáceres.
Fachada de la Audiencia provincial de Cáceres. / foto
  • La Fiscalía indica que le causó graves heridas en el pene, le rompió un codo y le obligó a comer sus heces y orines,.

    En la Audiencia Provincial de Cáceres nadie recuerda un caso similar. El próximo martes, está previsto que se siente en el banquillo de acusados una mujer, nacida en Brasil, acusada de cometer verdaderas atrocidades con su hijo desde los cinco hasta los diez años.
    Según informa el diario extremeño Hoy, ella, L. C. S. se vino a vivir a España, comenzando en el 2008 a residir en Navalmoral de la Mata con un español con el que tuvo un hijo. Ella aportó al matrimonio otro hijo de una anterior relación, siendo éste el que ha sido víctima de graves malos tratos.
    Según señala la Fiscalía, desde que el niño tenía cinco años el matrimonio le sometió, «a una constante situación de humillación y maltrato bestial». Le golpeaban casi a diario. Le castigaban muchas noches pasando horas enteras arrodillado sobre arroz crudo, con los brazos en cruz y con peso en las manos. La acusación pública señala que le trataban como a un criado, y cuando viajaban en coche le encerraban en el maletero.
    En el verano de 2010, cuando el muchacho tenía 7 años, estuvieron en una casa en una finca, y allí le encerraron, durante más de 15 días, en un habitáculo destinada a despensa, «sin relacionarse con persona alguna, sin aseo ni mínima limpieza, algún día sin comida y obligándole a que hiciese allí sus necesidades e incluso a que injiriese sus propias heces y orín», indica el escrito de acusación.
    Herida abierta
    En otra ocasión la madre flageló violentamente, con un cable, el pene de su hijo. Le causó una herida abierta, que ella cerró cosiéndola con aguja e hilo. Otra vez la madre le golpeó de tal manera el brazo izquierdo que le rompió el codo. No le llevó al hospital y el hueso se consolido mal, teniendo ahora una deformidad en el codo.
    El calvario para este menor terminó en 2014, cuando tenía diez años, al pasar a ser atendido por la Junta, que también retiró al matrimonio la custodia del hijo tenido durante su relación.
    Agredido desde los cinco a los diez años, el niño tiene su cuerpo lleno de cicatrices.
    El fiscal pide para la madre 25 años de cárcel, pero también solicita el mismo tiempo de prisión para el que fue su marido, por maltratar igualmente al niño o por ser testigo de como la madre agredía al hijo sin hacer él nada para impedírselo.
    El acusador solicita que la madre y su ex pareja (convivieron juntos hasta el mes de junio de 2011) indemnicen al menor con la cantidad de 118.641 euros.
    Otra petición al tribunal es que les inhabilite para ejercer la patria potestad o tutela del menor durante 29 años, además de no poder acercarse o contactar con él durante 35 años, y que se les prohiba usar armas durante tres años.

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