ME RESBALA BIEBER, REY DEL POP, fotos.
La gala que la MTV celebró en Milán corona al popular cantante al otorgarle cinco galardones con el apoyo de sus incondicionales,.
De alegría, de llanto, de puro histerismo. Cada vez que el ídolo del pop Justin Bieber (21 años) mueve un músculo de su cara sobre el escenario los gritos del público hacen temblar el recinto en el que se encuentren, sea del tipo que sea. Su última víctima ha sido el Mediolanum Forum de Milán, ciudad donde se celebró ayer la 21ª edición de los Eurpean Music Awards (EMAS) organizados y retransmitidos por la MTV y que están considerados los premios musicales más relevantes a nivel europeo. El frenético coro de sus fans, que se hacen llamar las 'beliebers' (juego de palabras con el apellido del cantante y la palabra 'creyentes' en inglés), puede parecer divertido a ojos ajenos, pero para ellas el tema es muy serio. Y gracias a sus votos por internet convirtieron a su ídolo en el rey del pop en Europa por quinto año consecutivo con cinco galardones (incluyendo el de 'mejor actuación masculina', 'mejor look' y, cómo no, 'mejores fans').Más allá de histerias adolescentes, los EMAS están concebidos para aspirar a ser uno de los mayores espectáculos a este lado del Atlántico. Los organizadores de la gala pusieron el listón alto desde el principio, empezando por una alfombra roja en lo que lo importante es llamar la atención. Como el cantante de Miami Jason Deluro, que se coló fumando un puro, con una botella de whisky en la mano y una camiseta blanca debajo de una americana negra. Ninguno de los invitados parecieron querer rendir pleitesía a Milán, una de las capitales de la moda.
Ya dentro del pabellón, en el que montaron un escenario espectacular formado por tres zonas diferenciadas, la pólvora corrió desde el minuto uno. El dúo de hip hop estadounidense Mackelmore & Ryan Lewis abrieron el show con 'Downtown', tema con el que ganaron la categoría a 'mejor vídeo'. Calentaron a todo el público gracias a unos efectos de vídeo y poleas que hacían parecer que los intérpretes volaban.
Una de las principales incógnitas de la noche era cómo iba a funcionar la inédita pareja de presentadores. El cantante Ed Sheeran, un pelirrojo británico de 24 años que dice cantar mejor cuando está de resaca pero que nunca ha destacado por ser especialmente gracioso, y la modelo y actriz australiana Ruby Rose, conocida por su actuación en la serie 'Orange is the new black'. Al final ambos hicieron honor al lema oficial de los EMAS, 'Cute and Badass' (Lindo y Macarra), y la mayoría de bromas y comentarios siguieron esos derroteros. Sheeran interpretó su tema 'Lay it on me' junto con Rudimental y acabó recogiendo dos premios a 'mejor actuación en directo' y 'mejor world stage'.
También Rihanna
Tantísimo pop y hip hop volvía a parecer demasiado para Milán, la
ciudad de la ópera y La Scala, hasta que apareció por el escenario el
legendario tenor italiano Andrea Bocelli, interpretó su clásico 'Por ti
volaré' en solitario. No despertó tanto griterío entre un público
formado esencialmente por 'milenials' (nacidos después del 2000) hasta
que invitó a subir al escenario a la joven cantautora norteamericana
Tori Kelly para compartir con ella sobre el escenario el tema de Pink
'Just give a reason'. Nicki Minaj se hizo con el premio a 'mejor hip hop'; One Direction, los principales competidores de Bieber en cuanto a fans inconcionales, con el de 'mejor artista pop'; Rihanna fue la reina de la velada y se alzó con el galardón a 'mejor artista femenina, y Taylor Swift, que partía como favorita con nueve nominaciones, se quedó solo con el de 'mejor canción' por 'Bad blood', que interpreta con Kendrick Lamar.
TÍTULO: UN PAIS PARA COMERSELO - TAPAS Y BARRAS - YA SE VAN LOS PASTORES,.
UN PAIS PARA COMERSELO - TAPAS Y BARRAS - YA SE VAN LOS PASTORES, fotos.
La trashumancia ha marcado nuestra historia, pero lo olvidamos,.
Ayer domingo, Lorenzo Sánchez Gentil, ganadero de Esparragosa de Lares, recorrió con sus 2.000 ovejas la Gran Vía de Madrid. Fue un paseo simbólico, reivindicativo, amenizado por grupos folclóricos, pero que no puede esconder la realidad de una práctica ancestral, la trashumancia, anulada prácticamente por la burocracia asfixiante y por unas medidas sanitarias demasiado estrictas y un punto dogmáticas.El paseo por la Gran Vía evoca un tiempo en que Extremadura era una tierra marcada por la trashumancia. El traslado de los ganados desde el norte solía comenzar el 29 de septiembre, San Miguel, cuando en la sierra de Cameros se barruntaba el cierzo y brotaba la hierba espantapastores. El viaje se hacía de manera organizada y escalonada. Cada día partían dos rebaños de más de mil ovejas con su rabadán mandando y los pastores y zagales a sus órdenes, que se despedían de sus familias hasta el mes de junio.
Se calcula que el 40% de esos pastores, que partían de las tierras altas de León, Asturias, La Rioja o Castilla, fallecían en Extremadura. Para el viaje, equipaban unas ocho mulas, que cargaban de enseres, ropa y alimentos. El menú del trashumante durante el viaje se basaba en una dieta de torreznos, chacina y queso, que comían sin dejar de andar. Por la noche, cenaban sopas de aceite o gazpacho. Ya en Extremadura, la dieta era más contundente, con migas en el desayuno y cena a base de guisos de patatas y arroz.
Durante la trashumancia, cada día los rebaños recorrían entre 23 y 30 kilómetros. Solían llegar a sus destinos extremeños justo en estos días de finales de octubre, principios de noviembre. El regreso empezaba el 31 de mayo. Durante el camino, no solo debían hacer frente al ataque de los lobos, sino también a los asaltos de los cuatreros, que tenían un nombre muy 'cacereño': golfines.
Había cuatro categorías de caminos pastoriles: cañada real, cordel, colada y vereda de carne, dependiendo de la anchura del camino. La cañada real medía 75,22 metros de ancho. A partir de 1836, la Mesta (organización ganadera protegida por la Monarquía desde 1273) declina al perder la protección real y los agricultores empezaron a comer terreno a las cañadas. Hoy es raro ver cañadas de 75 metros de anchura como algún tramo de la Calzada de la Plata a su paso por Aldea del Cano. Un poco más adelante, en Alcuéscar, por el Cruce de las Herrerías, la ancha cañada se ha convertido en un humilde cordel. Se calcula que en la Cañada Real Soriana ha desaparecido el 20% de su trazado oiriginal de 700 kilómetros.
Aquellas cañadas eran las autopistas medievales y tenían sus circunvalaciones, sus viales de enlace y hasta sus puntos negros. Uno de ellos era el puente sobre el río Salor en Valdesalor, en el término municipal de Cáceres. Aquí convergían cinco calzadas y viales, lo que provocaba frecuentes atascos de rebaños en los primeros días de octubre y junio.
El paisaje que rodea Cáceres es casi el mismo que hace siglos: grandes pastizales provocados por la desforestación que llevó a cabo la Mesta para facilitar la alimentación del ganado. Los pastos que rodeaban la ciudad eran del rey, no de los nobles, y esto facilitaba que los rebaños pudieran pastar libremente y convertía la ciudad en etapa fundamental de la trashumancia y en nudo clave en las comunicaciones ovejeras.
Cáceres, en la Edad Media, era en cuanto a cañadas lo que hoy son Tordesillas o Benavente en cuanto a autovías. A la ciudad llegaban desde el norte las cañadas que venían desde Soria (Real Soriana) y desde los montes asturianos (de la Plata). Estas autopistas medievales convergían en el entorno de Cáceres con la calzada del Puerto del Pico, usada por los ganaderos de Ávila. La soriana seguía hasta Badajoz por Puebla de Ovando y la de la Plata continuaba hacia el sur por Mérida. Millones de ovejas y miles de kilómetros marcando una historia que ayer se recordó en Madrid, pero que no se conmemora demasiado en Extremadura.
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