8 apellidos retintos
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Cómo saber si comemos o compramos la mejor carne extremeña,.
Para Koldo (Karra Elejalde), un vasco de verdad debe tener ocho apellidos euskaldunes. Para Gregorio Moreno, un ternero retinto auténtico ha de ser hijo de madre y padre retintos. Tener muchos apellidos vascos no es garantía de nada, pero tener una ascendencia retinta certificada es garantía de un sabor y de una terneza sin igual.
Carne de retinto. Quizás, la mejor carne de ternera que se puede comer en Europa. Carne muy extremeña: en España hay 350 ganaderías de ganado retinto y 24.000 cabezas inscritas en el árbol genealógico de esta raza. De ellas, el 48% son extremeñas: 11.500 cabezas y 170 ganaderías.
¿Cómo se distingue un ternero retinto? «Sabemos que es retinto por su capa o piel colorada, por su mucosa sonrosada (no se acepta la bocinegra), por sus cuernos con forma de lira invertida y porque pasta en la dehesa. En la carnicería, lo primero que hay que buscar es el logotipo de una cabeza de ternera silueteada en verde y luego fijarse en que la carne es más oscura, lo cual es síntoma de naturalidad. En la mesa, al catarla, tiene una terneza y un sabor inigualables», detalla Gregorio Moreno Fernández de Córdova (Badajoz, 1969).
Gregorio preside la SAT Carne de Retinto y es el tesorero de la Asociación Nacional de Criadores de Retinto, que se fundó en 1973 y agrupa las tres subespecies: colorada extremeña, rubia gaditana y retinta cordobesa. «Somos muy estrictos, solo certificamos que un animal es retinto si su padre y su madre están inscritos en el libro genealógico», avisa.
Una cosa es carne de retinto certificada y otra, carne de Ternera de Extremadura amparada por la IGP (Indicación Geográfica Protegida), que agrupa a las cinco razas autóctonas (blanca cacereña, berrenda, morucha, avileña y retinta), pero que certifica en primer y segundo cruce y no cuenta con la asociación de retinto, depositaria del árbol genealógico de esta raza. Los técnicos en ganadería explican que, al crearse, la certificación Ternera de Extremadura fue menos estricta que, por ejemplo, la del cerdo ibérico (D.O. Dehesa de Extremadura). El resultado es una menor garantía de autenticidad de raza.
En cambio, la política de certificaciones de Carne de Retinto, aunque no tenga la oficialidad de una IGP, sí está consiguiendo que la carne comprada bajo esa marca sea muy fiable y no falle en el plato. Comparada con otras carnes españolas, Gregorio Moreno opina que la de retinto solo se equipara en terneza a la asturiana, pero es mucho más sabrosa la extremeña. Denuncia cómo se llevan terneros retintos a Galicia y se venden allí como Ternera Galega. Sería un caso más de ‘generosidad’ extremeña a añadir al pimentón, al vino o al jamón que exportamos para que sea vendido como murciano, de Rioja o de Guijuelo.
La ganadería de Gregorio Moreno pasta en sus fincas de Alconchel-Cheles y Salvaleón-Barcarrota. Empezó con el retinto un tío de su bisabuelo y hoy tiene 160 vacas y ocho sementales de retinto puro. Comercializa para carne, tanto él como los demás ganaderos de la asociación, machos añojos de 14-16 meses con 550 kilos en vivo y 300 en canal.
La carne de retinto se ha convertido en Andalucía en un producto estrella. Hay un restaurante en Media Sidonia con lista de espera para comerla y Gregorio Moreno teme que acaben llevándose los andaluces la producción extremeña. Los ganaderos de la región no apuestan fuerte por el retinto, una imagen de marca clave para ser referencia, porque los compradores prefieren el cruzado, que da más carne, aunque no ofrezca la misma calidad.
Y queda para el final la pregunta del millón: ¿Es retinto todo lo que nos ofrecen como tal? Pues los datos indican que no siempre. Con certificado (hijos de padre y madre), solo hay 12 carnicerías en la provincia de Badajoz y siete en la de Cáceres y 17 restaurantes en Badajoz y 13 en Cáceres que vendan carne con ‘ocho apellidos retintos’. Para saber cuáles son, basta con entrar en la web retinta.es.
TÍTULO: LA NOCHEBUENA - PAZ Y SER FELIZ,.
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Al callar la orquesta, pasean veladas
sombras femeninas bajo los ramajes,
por cuya hojarasca se filtran heladas
quimeras de luna, pálidos celajes.
Hay labios que lloran arias olvidadas,
grandes lirios fingen los ebúrneos trajes.
Charlas y sonrisas en locas bandadas
perfuman de seda los rudos boscajes.
Espero que ría la luz de tu vuelta;
y en la epifanía de tu forma esbelta,
cantará la fiesta en oro mayor.
Balarán mis versos en tu predio entonces,
canturreando en todos sus místicos bronces
que ha nacido el niño-Jesús de tu amor.
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