La voz kids 2
Entrevista al ganador del concurso,.-foto--José María: 'Mi madre no quería que comenzara tan joven en este mundo',.
" ¿ Antiguo el tupé?¡ Qué va! Es muy moderno.
Yo voy a la moda ",.
En La Puebla del Río, un pequeño pueblo sevillano de 13.000 habitantes, nació hace 11 años José María Ruiz, el niño que se proclamó vencedor del talent show de Telecinco La voz kids. Este pequeño monstruo, como diría la coach del programa Rosario Flores, ya ha grabado su álbum de debutY ahora que será presentado el 30 de octubre, en el que interpreta las canciones de sus artistas favoritos y donde también incluye un tema inédito. Durante la edición, José María ha sido uno de los concursantes que ha mostrado un comportamiento más divertido y desenfadado, incluso atreviéndose a piropear a Tania Llasera en su llegada al programa. Aunque se muestra muy cómodo delante de las cámaras, confiesa que a su madre no le cautivó la idea de que iniciase tan joven una carrera profesional en el mundo de la música: "Mi madre no quería porque dice que soy muy chico para este mundo". En cambio, manifiesta que su familia está muy orgullosa de su hazaña. "Mi familia está muy contenta, siguen sin creer que haya ganado", concluye.
El joven sevillano comenzó su andadura por los platós de televisión interviniendo en el programa presentado por Juan y Medio Menuda noche. Decidió acudir a los casting de La voz kids porque "en este programa la audiencia es mucho mayor". La gala final contó con la expectación de 4.944.000 millones de espectadores y un 29,5% de cuota de pantalla.
El compositor Manuel Carrasco, su coach durante esta edición, dice del ganador que "es un niño y no tiene que tener prisa por afianzar su carrera musical". El que también iniciara su carrera artística participando en otro talent show como Operación triunfo, expresó que lo que más le convenció de su pupilo fueron "sus ganas y su manera... Su estilo es muy añejo, me parecía muy curioso que cantase este registro con su edad". José María, también aficionado al fútbol y a la hípica, se diferenciaba de sus compañeros por el toque flamenco que introduce en los temas que defiende sobre el escenario. En su paso por el concurso, el chico demostró su talento interpretando Dígale, compartiendo escenario junto al coach David Bisbal; ¿Y cómo es él?, de José Luis Perales; y El sitio de mi recreo, de Antonio Vega, la canción que le hizo obtener el apoyo del público y proclamarse vencedor del concurso.
Coincidiendo con el lanzamiento del nuevo trabajo de su maestro, Bailar el viento, José María presenta este viernes su primer disco, Y ahora. Este fin de semana comienzan las primeras firmas en Sevilla, Málaga y Madrid, y también, próximamente, iniciará una gira por España.
Desayuno: Un vaso de leche o yogur, en definitiva, algún lácteo; y
tostada o algún otro tipo de cereal; también se le puede añadir una
pieza de fruta.
Cena: Ensalada y huevo frito o escalfado con salchichas.
TÍTULO: SILENCIO POR FAVOR - TIGRES CON CORREA,.
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Foreman, feliz de formar parte de la historia del deporte
Para justificar el traslado a Zaire, Don King inventó la coartada cultural de la africanidad,
y de hecho organizó un festival paralelo en el que actuaron artistas
del calibre de James Brown y BB King. Lo cierto es que, cuando firmó con
los boxeadores contratos por cinco millones de dólares de la época
por cabeza, no tenía dinero para pagarles. Tuvo que subastar la pelea, y
Mobutu la compró porque vio en ella una oportunidad de rehabilitar su
imagen en el mismo estadio en cuyos sótanos cientos de hombres habían
entrado para no regresar vivos jamás.
Foreman se ganó la inquina de los zaireños
en la misma escalerilla del avión porque apareció, sujeto con una
correa, con un perro pastor alemán, el de los represores belgas. Por el
contrario, Alí fue ungido como un campeón y redentor de África a quien
las muchedumbres, cuando salía a correr, gritaban «Alí Bumayé» (Alí
mátalo). No cabe duda de que Alí, maestro al fin y al cabo en los
manejos psicológicos y en los «shows» de autopromoción, supo sacar
ventaja de esa preferencia popular.
Detrás de los boxeadores acudieron para escribir sus crónicas escritores célebres, como Norman Mailer y George Plimpton,
que, cuando no visitaban los campamentos de entrenamiento, vivían como
corresponsales de guerra, dedicados a la dipsomanía y las apuestas en
los bares de los grandes hoteles en los que permanecían recluidos.
Alí tenía 32 años y era ya un púgil más pesado
y estático que el que derrotó a Sonny Liston. Los comentaristas lo
daban, no ya por perdedor, sino por muerto. Foreman tenía 25 años y una
fama de descoyuntar seres humanos que confirmó cuando tiró a Frazier
seis veces en dos asaltos. Su cadencia de ganchos por minuto era
disuasoria como la de una ametralladora, y al hombre que le sujetaba el
saco le levantaba los pies del suelo.
K. O. en el octavo asalto
La pelea de Alí fue una asombrosa proeza de la inteligencia.
Primero salió al ataque, y exasperó adrede a Foreman arrancando las
combinaciones con la mano derecha, la de atrás, lo cual era humillante
porque equivalía a despreciarlo por lento en la reacción. Cuando ya lo
tuvo fuera de sus cabales, se encerró en las cuerdas y permitió que le
largara todos los ganchos que se le antojaran, hasta agotarse. De vez en cuando le susurraba al oído cosas como: «¿Eso es todo lo que tienes, George? Me dijeron que pegabas fuerte».
Foreman llegó vacío al octavo asalto,
y Alí lo tiró definitivamente saliendo de las cuerdas después de
hostigarlo con unos jabs vertiginosos que enloquecieron como un enjambre
al gigante. Esa táctica de aguantar hasta la fatiga del rival pasó a la
historia como «Rope-A-Dope», término que en los Estados Unidos se usa incluso para el lenguaje político.
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