Fahim Mohammad AJEDREZ ,.foto,.
Mate a la mala suerte de Fahim,.
Huido de Bangladés y campeón de ajedrez de Francia con 11años, relata su vida en ‘El rey de Bengala’,.
Fahim ha hecho un perfecto resumen de su vida por cuarta vez en el día, y lo hará otras 20 veces más de aquí a mañana. “No me molesta. Los periodistas sois un poder, igual que me habéis ayudado a mí podéis ayudar a mucha gente”, dice, y bromea: “Lo malo son las preguntas que se repiten; lo bueno, que yo también repito lo mismo y no tengo que pensar tanto”. Fahim tiene 15 años y la inteligencia con que responde es proporcional a lo mal que lo ha pasado en la vida, de ahí el interés que su historia ha suscitado en todo el mundo.
Cuando tenía cinco años Fahim comenzó a jugar al ajedrez con su padre, que trabajaba de bombero en Dhaka. A los siete, Nura lo inscribió en un campeonato en Calcuta y el chico ganó, convirtiéndose en noticia en su país, algo que a la postre resultó ser malo pues la familia comenzó a recibir amenazas. Ante la posibilidad de que el chico fuera secuestrado, el padre planeó marcharse a Madrid, pero la vida le hizo recalar en Francia, donde se instalaron en el suburbio parisino de Crétiel. Allí empezó a ir a un pequeño club de ajedrez y conoció a Xavier Parmentier, quien se convertiría en su entrenador, protector y cómplice, y con quien ha escrito a cuatro manos El rey de Bengala (Grijalbo). Se ríe cuando le preguntas por el peor momento de su calvario de refugiado: ¿Cuando se les acabaron las ayudas públicas? ¿Cuando recibieron la notificación de que residían ilegalmente en Francia? “No, no hay un momento preciso”, bromea, “los momentos perduraban demasiado”. Lo peor, dice, era “la injusticia”, y por primera vez su tono de voz se vuelve áspero. “Yo era un niño. Mis compañeros al salir de clase se iban a su casa, o de vacaciones en verano. Me decían: yo voy a jugar a tal cosa, ‘¿tú que vas a hacer hoy?’. A mí ni me salían las palabras, me daban ganas de llorar”.
En el libro cuenta Fahim lo que suponía jugar al ajedrez con aquella presión. “Era mucho peso”, recuerda. “Si triunfaba, a lo mejor ganaba 1.000 euros que nos hacían falta para vivir”. Un día su padre le llamó mientras jugaba un torneo: “Tú eres nuestra última esperanza. Si ganas, es posible que ellos nos presten atención ¡No vuelvas sin la copa!”. Sin embargo, asegura, siempre jugó por él mismo, no por los demás: “Era la única forma de ganar”. En cambio el libro sí lo escribió por los otros. “Al principio no quería hacerlo, pensaba que era dar demasiado de mi intimidad”. Pero le convencieron. “Quiero que este libro sirva para que la gente entienda emocionalmente lo que es vivir en la calle cuando uno no tiene casa, lo que es tener frío y hambre y no tener papeles...”. Fahim lo consigue de sobra; logra remover conciencias. El ajedrez es como la vida, una batalla, y se gana o se pierde, dice. Cuando en 2012 ganó el campeonato de Francia, no sabía que el primer ministro resolvería su caso y que podría reunificar a su familia. “¿Cuánta gente está hoy en la misma situación y necesita ayuda?”, se pregunta. Y llega otro periodista.
Desayuno - Cafe con leche tostadas de bimbo con mermelada, mantequilla, y un zumo de naranja,.
Cena - Ensalada verde con autón y huevo cocido, pan, beber agua, postre , una manzana,.
TITULO: SILENCIO POR FAVOR - PAVOS - CARMEN POSADAS,.
foto, Carmen Posadas nos cuenta cómo pasa la Navidad y nos invita a hacer un clásico de estas fechas que no falta en la mesa de su casa.
Celebramos la Nochebuena en casa de una de mis hermanas. Es una ceremonia culinaria en la que se involucra toda la familia. Nuestro plato estrella es un postre, el famoso Christmas Pudding británico, que es muy complicado y muy largo de hacer, así que hay trabajo para todos. Me encanta ver a los nietos disfrutando en la cocina.
Lo habitual es que el resto del menú también se repita cada año. La sopa de almendras es el otro clásico. A mí no me gusta nada, pero hay que respetar las tradiciones… Solemos cocinar pavo y siempre nos apetece hacer un pequeño homenaje a nuestra vida en Rusia con algún plato típico. Dependiendo de cómo esté la economía, preparamos blinis de caviar.
Para Nochevieja, por supuesto, las uvas no faltan. Las hemos tomado estuviéramos donde estuviéramos, en España, en Inglaterra o en Siberia. En Fin de Año tenemos otra costumbre que viene de nuestras primeras Navidades en Uruguay, donde era verano y hacía calor: beber sidra El Gaitero. Nos la daban de pequeños y les damos un poco a los nietos.
Pudin de Navidad
Ingredientes
450 grs. de uvas pasas sultanas y de Corinto
25 grs. de cáscara de frutas escarchadas picadas
1 manzana pequeña cocida, pelada, sin semilla y picada
4 cucharadas de brandy
55 grs. de harina de trigo de repostería
1 cucharadita de mezcla de especias
Cucharadita y media de canela
110 grs. de mantequilla
110 grs. de azúcar morena
110 grs. de pan rallado
Media cucharadita de jengibre
25 grs. de almendras sin cáscara y picadas
2 huevos
Media naranja y medio limón grandes: ralladura y zumo
Preparación
Mezclar los frutos secos, la cáscara confitada, la manzana, la naranja, el jugo de limón y el brandy. Dejar macerar 2 horas. Mezclar la mantequilla, el azúcar, el limón, la ralladura de naranja, el pan rallado, los frutos secos, la harina, la mezcla de especias y la canela en un recipiente grande. Añadir los frutos secos macerados y remover.
Batir los huevos y luego remover con la mezcla anterior. Verterlo en un molde engrasado, presionando suavemente. Cocer el pudin al baño María 7 horas o hasta que esté hecho por dentro.
Retirarlo del fuego y esperar a que se enfríe completamente. Guardarlo en un lugar fresco y seco cubierto con papel de horno y de aluminio un día. Cuando se vaya a comer, recalentar una hora y dejarlo enfriar.
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