¿Dónde está Wally? - ME RESBALA - El caballero de las espuelas de oro , fotos.
El caballero de las espuelas de oro,.
Esta leyenda
se sitúa entre la ficción y la realidad. Tuvo lugar en la Plaza Mayor
de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real), en pleno campo de Montiel y
está relacionada con el genial escritor Francisco de Quevedo, que vivió
los últimos días de su vida en esta localidad.
Según se dice, Quevedo encargó unas espuelas de oro para celebrar su nombramiento como Caballero de la Orden de Santiago. Construidas en Italia, sólo las usó con motivo de su nombramiento como Caballero de la Orden con el fin de disimular su cojera. El escritor fallece el 8 de septiembre de 1645 en el convento de los padres Dominicos de Villanueva de los Infantes, lugar al que se había retirado, ya muy enfermo, después de haber pasado cuatro años retenido en el Convento de San Marcos en León por denunciar la política del Conde Duque de Olivares. Sus restos mortales fueron sepultados en una capilla noble de la Parroquia de San Andrés Apostol, dentro de la cripta de la familia Bustos.
Algún tiempo
después, durante la celebración de un festejo taurino en la Plaza Mayor
infanteña, el público allí congregado contempló asombrado a un joven
caballero, de nombre don Diego y perteneciente a la nobleza local
dispuesto a la lidia de un toro a caballo luciendo unas extraordinarias
espuelas de un dorado intenso. Nada más salir al ruedo, el toro
embistió con extraordinaria fuerza al jinete y su caballo abatiendo
violentamente a ambos. En el suelo, el toro remató al joven con una
certera cornada. Don Diego solo tuvo fuerzas para balbucear antes de
morir: “….las espuelas…”
Posteriormente se supo que unos días después de la muerte de Quevedo, el joven don Diego que toreaba unos días más tarde, quería impresionar a todos sus vecinos de Villanueva. Se puso en contacto con el sacristán de la iglesia de San Andrés y le ofreció dinero a cambio de le ayudara a profanar la tumba y le quitara al cadáver de Quevedo las espuelas de oro para dárselas a él. El sacristán de la parroquia accedió a los deseos del joven y ambos profanaron la tumba quitándole las espuelas al cadáver y echando sus restos a una fosa común. Ambos, caballero y sacristán consiguieron el objetivo. El joven, las espuelas, el sacristán, el dinero pactado.
Posteriormente se supo que unos días después de la muerte de Quevedo, el joven don Diego que toreaba unos días más tarde, quería impresionar a todos sus vecinos de Villanueva. Se puso en contacto con el sacristán de la iglesia de San Andrés y le ofreció dinero a cambio de le ayudara a profanar la tumba y le quitara al cadáver de Quevedo las espuelas de oro para dárselas a él. El sacristán de la parroquia accedió a los deseos del joven y ambos profanaron la tumba quitándole las espuelas al cadáver y echando sus restos a una fosa común. Ambos, caballero y sacristán consiguieron el objetivo. El joven, las espuelas, el sacristán, el dinero pactado.
Pero el
destino castigará el pecado y la vanidad de don Diego. Nadie dudó de
que el trágico final del muchacho fuera provocado de alguna manera por
el espíritu agraviado de Francisco de Quevedo. Tras la muerte del joven,
no se volvió a saber más sobre el destino de las extraordinarias
espuelas. No sucedió la mismo con los restos de Quevedo, los cuales,
tras muchas investigaciones, fueron encontrados en mayo de 2007 y
depositados en la capilla de la Virgen de la Soledad de la iglesia de
San Andrés Apóstol, en la misma cripta donde originariamente fue
enterrado el escritor en 1645.
TITULO:
¡ QUE GRANDE ES EL CINE ! - AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - El gallito de la calle ,.
¡ QUE GRANDE ES EL CINE ! ,.
¡Qué grande es el cine! fue un programa de cine dirigido por José Luis Garci y emitido por Televisión Española por su cadena La 2.
El programa comenzaba con una presentación de la película que se
emitía esa noche, posteriormente esta película se emitía y acababa con
una tertulia entre Garci y los invitados del día sobre ella.1 El programa comenzó a llevarse a cabo en enero de 1995 y comenzó sus emisiones el 13 de febrero del mismo año., etc.
AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! -El gallito de la calle,.
El gallito de la calle,.
foto . La
atracción de Juan Rulfo por la fotografía y el cine fue anterior a la
publicación de sus dos obras más importantes. Es conocido que Rulfo era
un gran fotógrafo y a ella se dedicó muy en serio durante su vida, sobre
todo en los años cuarenta y cincuenta. Su viuda, según el estudio de
Weatherford, dijo de él que era “un espectador consumado de cine”, sobre
todo en los cuarenta cuando fue “nombrado supervisor de las salas
cinematográficas de la ciudad de Guadalajara” lo que le posibilitó poder
ver todas las películas que se estrenaban en la capital. Según Douglas
J. Weatherford, responsable del segundo estudio incluido en esta obra,
“Lo seguro es que Rulfo estaba desarrollando su curiosidad por la
fotografía y por el cine en sus años (los cuarenta y los cincuenta) más
productivos como escritor, y las dos formas artísticas (la literaria y
la visual) parecen haberse influido mutuamente.” Muchos estudiosos
coinciden que el escritor concibió Pedro Páramo en términos
visuales y que la escribió teniendo en cuenta las técnicas narrativas
del cine. Fue la publicación de sus dos primeras obras, a mediados de
los cincuenta, lo que hizo que Juan Rulfo se decantara por la literatura
y no por desarrollar una carrera cinematográfica, en la que trabajó en
casi ocho producciones, ya fuera como asesor, como localizador de
exteriores, como fotógrafo de imagen fija, como asesor histórico y en
alguna ocasión como actor secundario.
Carlos Monsiváis (izqda), Abel Quezada (centro), Rulfo (dcha.) |
El gallo de oro
fue dirigida en 1964 por Roberto Gavaldón y producida por Manuel
Barbachano y CLASA Films Mundiales. Se rodó entre los meses de junio y
julio en los Estudios Churubusco y en varias localizaciones del estado
de Querétaro, y se estrenó en diciembre. Gavaldón escribió el guión
adaptado con el asesoramiento de Carlos Fuentes y García Márquez,
y los tres fueron galardonados con una Diosa de Plata en 1965. “Gabriel
Figueroa se encargó de la cinematografía y el reparto incluyó a Ignacio
López Tarso como Dionisio Pinzón, Narciso Busquets como Lorenzo
Benavides y Lucha Villa, quien ganó una Diosa de Plata a la mejor
actriz, en el papel de La Caponera. Además de los premios ya mencionados
la cinta también ganaría la Diosa de Plata a la mejor película. Rulfo
conocía a los escritores y a muchos de los cineastas que trabajaban en
la adaptación pero, a pesar de esta conexión personal con el proyecto,
no estuvo satisfecho con los resultados y habló poco en entrevistas
sobre la adaptación.” Rulfo nunca estuvo satisfecho con las adaptaciones
de sus novelas al cine y acabó por renunciar a que su mundo literario
fuera entendido por los cineastas de entonces. Esa opinión fue
compartida por los periodistas y críticos de la época. El crítico, José
de la Colina publicó un comentario en 1980 con el título: “¿Es Rulfo
posible en el cine?”. Lamentablemente, el autor jalisciense murió en
ciudad de México el 7 de enero de 1986, antes del estreno de una mejor
adaptación de El gallo de oro, que bajo el título de El imperio de la fortuna fue realizada por Arturo Ripstein”, afirma Weatherford.
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