DESAYUNO CENA FIN DOMINGO -Ya está instalado el dispositivo de seguridad para el Día de la Luz ,. fotos.
Ya está instalado el dispositivo de seguridad para el Día de la Luz,.
A estas ocho cámaras se sumarán 55 efectivos de la Guardia Civil, la Unidad de Seguridad Ciudadana, cinco agentes de la Policía Local, 26 de seguridad privada, un puesto avanzado del 112, voluntarios de Protección Civil, además de tres puestos sanitarios, cinco ambulancias, tres médicos y 18 técnicos de DYA.
Isabel Molano, alcaldesa de Arroyo de la Luz, aseveró que los carteles de señalización espaciales para el Día de la Luz estarán escritos en español y en inglés, ya que cada vez hay más turistas extranjeros que acuden a las fiestas de la localidad. «Para que todo el mundo sepa dónde está, dónde entra y lo que hay», indicó la primera edil.
Molano hizo especial hincapié en que todo ese despliegue no servirá de nada si no colabora todo el mundo, ya que «la primera prevención es uno mismo». La alcaldesa espera que las fiestas congreguen a más de 15.000 personas.
TITULO:Las rutas Capone -Los turistas vienen al barrio,.
Los turistas vienen al barrio
Los viajeros se cansan de las calles globalizadas y buscan la autenticidad del extrarradio,.
Se trata, pues, de un barrio normal parecido a todos los barrios de España, un barrio con parroquia y catequesis, con parque lleno de ancianos paseando perros, con estanco, muchas multitiendas y familias jóvenes que los domingos vienen a visitar a sus padres.
Si han leído hasta aquí, coincidirán conmigo en que mi barrio no tiene nada especial, sin embargo, bien mirado, en él todo es singular porque las tiendas, los vecinos y los espacios públicos tienen personalidad e historia. El barrio se ha ido haciendo a lo largo de los años y los bares y los comercios tienen una clientela antigua, que se conoce y se reconoce, que habla de lo que no se habla en la tele ni en el centro: las novedades que llegan de los pueblos, el eterno debate sobre el sabor de los tomates o los remedios caseros que permiten combatir la tendinitis, el ardor de estómago e incluso la ansiedad. «No pienses en ella y se quita», recetan las viejecitas sabias al panadero angustiado.
Pues bien, por mi barrio he visto esta Semana Santa grupos de turistas que lo observaban todo y parecían complacidos. Entraban a comprar morcillas de Arroyo y quesos de Carbajo a un precio, decían ellos, irrisorio, tomaban cervezas con pinchos estupendos y parecían estar descubriendo la esencia de Cáceres, como si en la ciudad monumental y las calles del centro no latiera la verdad, sino una belleza monumental muy bonita, pero masificada e impostada, calles llenas de comercios repetidos con recuerdos, ropas y detalles que te puedes encontrar en ese mismo momento en el cogollo de Ámsterdam, París o Bilbao.
Me sucedió lo mismo en Sevilla hace unas semanas. Salía por la zona de la Giralda, la Torre del Oro y las animadas calles del centro y nada me sorprendía: los monumentos, bellísimos, los tenía ya muy vistos, los turistas que se movían por la zona eran iguales a los miles de turistas de cualquier ciudad bonita, vestían igual, padecían el mismo estrés y tenían las mismas preocupaciones: buscar un buen sitio para comer, un buen ángulo para un selfi y una tienda barata de la que llevarse recuerdos para las cuñadas.
Así que no volví al centro en mis ratos libres y me dediqué a recorrer el barrio de la clínica donde pasaba los días. Y ahí sí que encontré lo inesperado y la Sevilla auténtica. Los nativos, escapando del centro, quedaban en las terrazas de los bares de aquel barrio a comer, conversaban de lo que interesaba en la ciudad y, poniendo el oído, entendías mejor Sevilla que dando mil vueltas por Triana. Además, las tiendas eran diferentes porque vendían lo que les interesaba en particular a los vecinos, no lo que le interesa a un turismo globalizado y repetido que llega a las ciudades atraído por sus emblemas monumentales y acaba haciendo un Inditex Tour, un Decathlon Urban Travel y un Burger King & Starbucks Experience que podrían haber realizado tranquilamente sin moverse de su ciudad.
Este movimiento de los turistas hacia los barrios crece cada temporada. No he visto que se promocione ni se mime en ningún sitio. Mejor así porque como se ponga de moda y se enteren los operadores turísticos y los cazadores de tendencias, llenarán mi barrio y todos los barrios de tiendas iguales como esa que tiene una vaca en la puerta ante la que se retratan los turistas del mundo entero como si hubieran descubierto la esencia de la originalidad. Que no se entere nadie, pero lo que de verdad sorprende a los turistas es Moctezuma, Valdepasillas, Nueva Ciudad. Turismo de barrio, turismo de verdad.
TITULO: Un país mágico -San Sebastián ,.
El sabado -27- Abril a las 18:30 por La 2,foto.
Un país mágico - San Sebastián,.
San Sebastián es hoy nuestra ciudad
mágica . Descubrimos por qué la ciudad era el lugar escogido por los
Reyes para descansar. O cómo la playa de la Concha se ha convertido en
el corazón de la ciudad para los donostiarras y los visitantes.
TITULO: Diario de un nómada - Carreteras extremas -Un viaje al Desierto de los Niños ,.
El domingo -28- Abril a las 19:00 por La 2 , foto.
Un viaje al Desierto de los Niños
Lo que surgió como una mera excursión a Marruecos, se ha convertido gracias a Hyundai y a la Asociación del Desierto de los Niños en una aventura solidaria,.
Este año EL DIARIO VASCO pudo compartir gracias a Hyundai la gran aventura solidaria de la 13ª edición de El Desierto de los Niños. Durante diez días participamos en la caravana al volante de un Hyundai Tucson, un modelo que nos ha sorprendido muchísimo el coche iba de serie exceptuando unas llantas algo más fuertes- y las de otros Hyundai Santa Fe, que también formaron parte de la expedición de 17 Hyundai que recorrimos Marruecos, junto con dos ix20 Active.
Asociación de ayuda
El motivo principal del viaje era acompañar y colaborar en el trabajo que realiza desde hace más de 13 años la Asociación del Desierto de los Niños (www.desiertoninos.com). Esta idea surgió en 2004, cuando la revista Autoverde 4 x 4 organizó para sus lectores un viaje a Marruecos por Semana Santa al que acudieron 16 vehículos, al que asistieron pocos niños.
A partir de esa edición, los organizadores se plantearon la idea de unir aventura, ocio y niños en un mismo formato. A esta idea se le sumaría para la edición 2005 la solidaridad de Hyundai y Coca-Cola que apoyaron la iniciativa solidaria repartiendo mochilas, material escolar, balones, pizarras, borradores, tizas, cuadernos, bolígrafos y diversos materiales útiles. Así nació en 2005 la primera edición de El Desierto de los Niños. Ésta que hemos realizado es la decimotercera edición.
Cuando hace un par de meses nos propusieron la idea de ir a Marruecos a recorrer en un Hyundai Tucson más de 4.000 km (saliendo de Madrid hasta Algeciras, pasando por ciudades como Tánger, Fez, Merzouga, Erfoud, etc.,) la idea nos atrajo al instante. Más aun cuando nos contaron los motivos: resulta que Hyundai colabora con la Asociación del Desierto de los Niños (ADN) poniendo los vehículos de organización y materiales para los niños de las aldeas que visitaríamos y en otras materias con el desarrollo del viaje denominado El Desierto de los Niños.
Aunque en años anteriores habíamos contado a nuestros lectores en qué consistía este viaje, en esta oportunidad nos ofrecían hacerlo. ¡¡Imposible negarse!!
En la caravana solidaria de este año se han reunido 61 vehículos en los que viajaron 209 personas entre padres, niños y niñas. Así, nos dirigimos desde Madrid, una vez recogido nuestro flamante Hyundai Tucson rotulado, hacia Tarifa, vía Sevilla con la intención de hacer noche en la capital andaluza.
Al día siguiente, salimos de Sevilla en dirección a Tarifa cuando nos avisaron que había viento de fuerza 6 (una barbaridad) en el Estrecho de Gibraltar y que los ferris pequeños que zarpan de Tarifa no podían hacerlo por el temporal y teníamos que dirigirnos a toda velocidad a Algeciras para tomar un ferri más grande que pudiera navegar hasta Tánger Med, un puerto nuevo que nos pillaba más lejos de Tánger ciudad pero que era la única opción.
Llegados por fin a Tánger, con un retraso de más de cuatro horas, dormimos la primera noche en Marruecos. Conocimos a nuestros compañeros de viaje y a la gente de la ADN y de la Fundación de Alain Affelou (el óptico francés tan famoso), las doctoras de la expedición y a los organizadores, comandados por Nacho Salvador y Federico Granda de ADN.
Gente estupenda y muy amable
Los muchachos de Alain Affelou querían batir el récord del año pasado y lograron al final del viaje- realizar 760 graduaciones de ojos a niños y mayores. Auténtico récord. Haciendo un paréntesis al relato del viaje, diré que los seis ópticos que vinieron a realizar su trabajo eran unos fenómenos, provenientes cada uno de una zona del país y con la presencia de un óptico marroquí desarrollaron una labor increíble.
En Glagla, muy cerca de Merzouga, los seis ópticos voluntarios Juanjo, Verónica, Joan, Raquel, Luisa y María estuvieron realizando revisiones ópticas de graduación a muchas personas.
Como decía uno de ellos «lo más impresionante es cuando ves a un pequeño que de no ver más que sombras al ir colocándole cristales con aumento empieza a sonreír y, cuando conseguimos acertar con la óptica necesaria, su leve sonrisa se convierte en una redonda, franca y emotiva sonrisa eso no tiene precio; el poder dar esa alegría a un niño o una niña es impagable»
Y eso que la avería del camión (donde se encontraba parte del material de la Fundación Alain Affelou) imposibilitó que llegaran las gafas de prueba. Menos mal que la Fundación Marroquí para la Ayuda de Personas con Dificultades Visuales y su mismo director, Choukri Younes, lo solucionaron llevando el material de apoyo personalmente. Marruecos es así todo tiene solución.
«Había una chica de unos 30 años, que nunca había usado gafas graduadas, probó una con 16 dioptrías; se emocionó tanto al poder ver bien con las gafas de prueba que rompió a llorar», comentaba Raquel, una de las voluntarias de Alain Affelou. En esta ocasión, el director de desarrollo de Alain Afflelou para el Magreb y el África francófona, Abdelaziz Idhammou, compartió la tarea de ayudar a los voluntarios en su cometido, atendiendo a pequeños y mayores.
A partir de ahí, imagínense lo emotivo del viaje. Hemos podido conocer la increíble variedad paisajística de Marruecos con zonas que parecían el mismísimo altiplano boliviano (que uno conoce, por suerte) y sus habitantes que se asemejaban a los mayas (morenos de tez y de baja estatura), pasando por zonas desérticas con dunas increíbles (Er Rachidia, Erfoud o Er Chebbi) o los alucinantes oasis que se encuentra uno en los trayectos realizados, alguno de más de 600 km, con palmerales en los que más de un millón de palmeras surten de dátiles a la región.
Magnifica diversidad paisajística
Hemos conocido ciudades como Fez, donde se encuentra la Medina más grande de Marruecos y con unos monumentos y puertas increíbles así como el palacio más grande que tiene el rey Mohamed VI. Posteriormente pernoctamos en Midelt, a los pies de la cordillera del Atlas, conocida por sus magnificas alfombras a la que para llegar, atravesamos los bosques de cedros Gouraud por la carretera que va de Azrou a Ifrane.
Por ahondar en la variedad paisajística, mencionar que sobrepasamos el meio Atlas con altitudes de 2.200 metros y cruzamos la pequeña ciudad de Ifrane o Ifrán donde se encuentra la Universidad Al Akhawayn, una de las más renombradas de Marruecos y la más cara del país, debido a su lujoso campus universitario.
Situada a 1.713 metros de altitud es una ciudad de reciente creación (1929), y con una población de unos 30.000 habitantes, que disfrutan del aire puro, de los bosques de cedro que la rodean, lagos, fuentes y manantiales. Podría estar enclavada en los Alpes, con villas con techos picudos para las nieves y urbanizadas como en pueblos suizos, donde el rey de Marruecos tiene su palacio de invierno.
El contraste a esto lo aportan las dunas de Erg-Chebi, muy cerca de Merzouga, situada a 50 kilómetros de la frontera con Argelia. En esta zona, tuvimos oportunidad de probar nuestro Tucson en la zona de dunas de Erg-Chebi donde el vehículo se comportó de forma sorprendente sin ninguna enganchada ni necesidad de ser sacados de la arena.
Al día siguiente nos encaminamos a conocer ¡¡por fin!!- la escuela de nómadas en Kamkmia, construida en el linde de un oued (rio) totalmente seco. Se trata de cerca de 25 kilómetros de tierra y arena en el que viven 20 familias y donde la bailarina y educadora social donostiarra Cristina Montero, está llevando a cabo una tarea importante para escolarizar a los más pequeños.
Desde su asociación Aisha Danza Alma impulsa (con sus propios medios) la educación de niños y niñas de esta pequeña comunidad. Con sus actuaciones y festivales recauda dinero para construir el techo de su escuela, pagar el sueldo a un maestro, construir una cocina para dar de comer a los niños y crear un taller de mujeres. La Asociación Desierto Niños aportó su granito de arena prometiendo material para el techo de la escuela y los participantes colaboramos aportando material escolar, ropa y la mayor parte de los 'Cuadernos de Manolo' para que los más pequeños puedan seguir con su escolarización.
Antes de regresar a España, los componentes de la caravana visitamos una guardería en Al-Chiaifa en la que la ADN financia la reconstrucción de la misma, demoliendo la estructura actual y creando una nueva para que los niños de entre 6 y 11 años puedan recibir educación.
Después, tocaba el viaje de vuelta: desde Erfud los 61 vehículos tomamos camino hacia Nador, 596 kilómetros de carretera para embarcar en un ferri que nos trasladó tras siete horas de navegación hasta el puerto de Almería.
Allí, los diez días de aventura, dunas, arena, bosques, montañas y tierra de la 13 edición de El Desierto de los Niños finalizó. Fueron unos días llenos de solidaridad y un baño de realidad para todos. El mensaje que nos quedó es que todos podemos ayudar, como hace ADN, una organización de la que sabemos y de la que confiamos en dar nuestra colaboración, cosa que animo a hacer a todos.
Y recomiendo a los que les pueda apetecer, que se animen y se inscriban porque, además de ayudar y echar una mano a la organización y a los niños de las aldeas, pueden pasar unos días súper intensos y plenos de sensaciones. Y los niños dejarán durante diez días sus aparatos electrónicos y volverán a jugar con una pelota y a hablar un poco más con sus padres,.
TITULO: Un trío en la cocina - Cocina - Combarro, misterioso tesoro gallego donde aún habitan las meigas ,.
fotos,. Un trío en la cocina - Combarro, misterioso tesoro gallego donde aún habitan las meigas,.
fotos,. Un trío en la cocina - Combarro, misterioso tesoro gallego donde aún habitan las meigas,.
Combarro, misterioso tesoro gallego donde aún habitan las meigas,.
Considerado como uno de los pueblos más bellos y pintorescos de toda Galicia, entre sus callejones y hórreos de piedra se respira magia,.
Combarro parece un lugar encantado, es considerado como el pueblo de las meigas. Leyendas populares de la Galicia de antaño, brujas aliadas con el diablo para hacer el mal. Cada uno de sus rincones transmite más misterio aún si cabe que el anterior, una magia que se apodera del ambiente y embauca al viajero incitándole a recordar cada uno de los pasos que allí dio.
Tierra de cruceros
La villa, de tradición marinera, se levanta en robusta piedra. Tanto los muros de las casas como los suelos lucen este material. En su casco histórico mantiene intactos una estructura urbanística y un estilo arquitectónico propios de los siglos XVIII o XIX. Entre tanta callejuela sinuosa aparecen, para dar un respiro, pequeñas plazoletas que invitan a pararse y disfrutar de cada uno de los edificios que las flanquean.La plaza de San Roque es una de las más sorprendentes, allí se levantan dos cruceros, uno de ellos sobre la propia roca de granito que sobresale por encima del piso. Un total de siete cruceros decoran la localidad, todos ellos colocados para proteger de las meigas que allí se reunían. Situados normalmente en plazas o cruces de calles, cuentan con una peculiaridad: la figura de la Virgen suele mirar siempre al mar y la del Cristo hacia tierra.
La iglesia de San Roque es considerada como la obra arquitectónica de carácter religioso más importante de Combarro, erigida en el siglo XIX sobre una antigua parroquia destaca por su belleza pues pese a su escaso tamaño es un precioso rincón. La plaza Peirao da Chousa es otro de los rincones a destacar, allí se ubica la biblioteca local y muy cerca la fuente de la Rana.
Siguiendo la calle Rúa do Mar se accede a la ría, donde se encuentran las tradicionales casas marineras, de soportales estrechos y balcones construidos en piedra o en madera. Dependiendo del poder económico de la familia se construían en uno u otro material. Allí abundan bares y restaurantes de gastronomía local, además de tiendecitas de suvenires y artesanía local.
Costa de hórreos
En la villa de Combarro existen alrededor de 60 hórreos de los cuales la mitad encuentran su sitio en la zona costera, frente a la preciosa Ría de Pontevedra. La existencia de estos elementos denota una buena convivencia de la vida agrícola y ganadera con la actividad pesquera.La mayoría de ellos se construyeron entre los siglos XVIII y XIX a modo de almacenes, con el objetivo de proteger y guardar alimentos tanto para la población local como para los animales. De esta manera se ponían a salvo del agua y la humedad, factores meteorológicos habituales en Galicia que deterioraban los víveres.
De visita obligada es también el puerto de la localidad y, si el tiempo acompaña, darse un baño en alguna de sus playas, por ejemplo la del Padrón, próxima al trazado urbano.
Cocina de producto
Si hay algo que enamora a todos los turistas que se acercan hasta Combarro, ya sean nacionales o extranjeros, es la gastronomía, sin duda uno de los tesoros de Galicia. Degustar allí los productos del mar es todo un placer, en la calles cercanas a la costa se puede hacer con unas vistas espectaculares de la ría.La calidad del producto es la base de la cocina local, mariscos, pescados y carnes se tratan con mimo en la cocina de cada uno de los restaurantes que se reparten por la villa. Allí se saca el máximo partido a todos esos manjares consiguiendo sabores excepcionales y elaborando guisos exquisitos. Todo ello sin olvidar la repostería y los postres de leche, un dulce gallego es la mejor forma de culminar un buen banquete.
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