LA BRUJULA ONDA CERO,.
La Brújula es un programa de radio de la emisora española Onda Cero, presentado y dirigido por David del Cura. Es el tercer espacio en audiencia en la franja nocturna, retransmitiéndose entre las 20 y las 24 horas, tiempo que dedica a un análisis de la actualidad, el deporte, la economía (con el espacio denominado La Brújula de la Economía) y el debate político., etc,.
La Linterna La Cope ,.
'La Linterna' es el programa de radio informativo, político y económico, cultural y de debate nocturno de la Cadena COPE. Dirigido y presentado desde 2009 por Ángel Expósito, se emite de lunes a viernes de 19:00 a 23:30 horas, correspondiendo la última hora de los viernes a 'La Linterna de la Iglesia', dirigida y presentada por Faustino Catalina., etc.
Muere por eutanasia una adolescente holandesa de 17 años con trauma tras una violación
foto / Noa Pothoven fue agredida a los 14 años y llevaba desde entonces en manos de médicos y centros especializados. Pidió morir porque no aguantaba más su sufrimiento psíquico,.
Noa Pothoven, una adolescente holandesa de 17 años, aquejada de
estrés postraumático, anorexia y depresión, murió el domingo en su casa
de Arnhem (al este del país). Víctima de abusos sexuales y violación a
los 14, pidió la eutanasia porque ya no podía aguantar más su
sufrimiento, y los médicos se la han practicado. “Seré directa: en el
plazo de diez días habré muerto. Estoy exhausta tras años de lucha y he
dejado de comer y beber. Después de muchas discusiones y análisis de mi
situación, se ha decidido dejarme ir porque mi dolor es insoportable”,
dejó escrito en su cuenta de Instagram el pasado sábado. No puso fecha
exacta, pero falleció el domingo. La eutanasia es legal en Holanda desde 2002,
y a partir de los 12 años pueden pedirla los niños con enfermedades sin
curación y padecimientos insufribles. Ellos necesitan el permiso de los
padres, pero desde los 16 años deciden por su cuenta.
La adolescente quería dejar de sentir dolor. "No vivo desde hace mucho tiempo, sobrevivo, y ni siquiera eso", explicó antes de morir. “El amor es dejar marchar. En este caso, así es”, añadió, y aprovechó sus últimos días para despedirse de su familia y amigos. Tenía padres, un hermano y una hermana y le gustaba escribir y los conejos de indias como mascota. El médico acudió a su domicilio; ella estaba en una cama, que había sido instalada en el comedor.
La primera agresión sexual se produjo cuando Noa tenía 11 años en una fiesta escolar. Hasta entonces, había sido una niña alegre y con buenas notas que cursaba la secundaria preuniversitaria sin problemas. Un año después volvió a pasar, esta vez en una fiesta de adolescentes. Cuando cumplió los 14, la violaron dos hombres en un callejón de su ciudad. No lo dijo y tampoco puso una denuncia en ese momento. Luego sí denunció, y su madre, Lisette, ha explicado que revivir el asalto fue demasiado para su hija. Desde entonces tuvo anorexia y su vida se convirtió en un entrar y salir de hospitales y centros especializados. Al comprobar su estado emocional, los jueces la internaron a la fuerza en una institución durante seis meses: allí la inmovilizaron y aislaron para que no se lesionara. “Nunca, nunca más volveré a un sitio así. Es inhumano”, dijo Noa, tiempo después.
Al salir del centro la anorexia empeoró. Su familia denunció la falta de lugares apropiados en Holanda para casos como el de su hija. Tuvo que esperar seis meses para que la admitieran en una clínica para desórdenes alimentarios y acabó hospitalizada y con una sonda nasogástrica. Su caso llegó a los medios de comunicación nacionales en 2018 y posteriormente publicó un libro, Ganar o aprender, donde contaba su historia.
A pesar de la dureza de su caso, porque la eutanasia no la suelen solicitar adolescentes o jóvenes con dolores psíquicos, sus intentos de suicidio y el peregrinaje hasta dar con el tratamiento adecuado han sido una llamada de atención a escala nacional. La madre ha denunciado la falta de centros para jóvenes con los problemas físicos y emocionales de su hija, y ha criticado a los servicios de asistencia social dedicados al menor, “con una burocracia y listas de espera para volverse loco”. Ha dicho también que el libro de su hija “debería ser de lectura obligada para cuidadores, jueces y ayuntamientos con responsabilidad en este terreno”, porque el dolor psíquico derivado de un trauma así no se reconoce. El libro ganó un premio el pasado marzo, y Noa afirmó entonces: “No sé si seguiré escribiendo”.
Hace unos meses, la adolescente confeccionó listas de cosas que le gustaría hacer, por ejemplo, “ir en moto, fumar un cigarrillo, beber alcohol, pedir un tatuaje y comer una chocolatina". "Hace años que no las pruebo por mi anorexia”. Al mismo tiempo, y sin que nadie de su familia lo supiera, se puso en contacto con la Clínica para Morir (Levenseindekliniek), un centro privado holandés que practica la eutanasia desde 2013, con licencia, pero fuera del circuito de la medicina pública. A ella acuden en particular personas aquejadas de sufrimiento psíquico, el más difícil de evaluar objetivamente, y que figura en la Ley de Eutanasia holandesa (2002) siempre que no tenga su origen inmediato en una afección física. Al principio rechazaron a Noa porque era demasiado joven, pero al final aceptaron su petición.
La ley considera eutanasia tanto la practicada por el médico, como la ayuda al suicidio (el paciente toma una sustancia preparada por el doctor) y la combinación de ambas. También contempla el rechazo del facultativo, pero, de acceder, debe asegurarse de que el sufrimiento del paciente es insoportable, que pide la eutanasia de forma consciente y repetida, y debe consultar con otro colega. De no hacerlo bien, la norma incluye penas de hasta 12 años de cárcel.
La adolescente quería dejar de sentir dolor. "No vivo desde hace mucho tiempo, sobrevivo, y ni siquiera eso", explicó antes de morir. “El amor es dejar marchar. En este caso, así es”, añadió, y aprovechó sus últimos días para despedirse de su familia y amigos. Tenía padres, un hermano y una hermana y le gustaba escribir y los conejos de indias como mascota. El médico acudió a su domicilio; ella estaba en una cama, que había sido instalada en el comedor.
La primera agresión sexual se produjo cuando Noa tenía 11 años en una fiesta escolar. Hasta entonces, había sido una niña alegre y con buenas notas que cursaba la secundaria preuniversitaria sin problemas. Un año después volvió a pasar, esta vez en una fiesta de adolescentes. Cuando cumplió los 14, la violaron dos hombres en un callejón de su ciudad. No lo dijo y tampoco puso una denuncia en ese momento. Luego sí denunció, y su madre, Lisette, ha explicado que revivir el asalto fue demasiado para su hija. Desde entonces tuvo anorexia y su vida se convirtió en un entrar y salir de hospitales y centros especializados. Al comprobar su estado emocional, los jueces la internaron a la fuerza en una institución durante seis meses: allí la inmovilizaron y aislaron para que no se lesionara. “Nunca, nunca más volveré a un sitio así. Es inhumano”, dijo Noa, tiempo después.
Al salir del centro la anorexia empeoró. Su familia denunció la falta de lugares apropiados en Holanda para casos como el de su hija. Tuvo que esperar seis meses para que la admitieran en una clínica para desórdenes alimentarios y acabó hospitalizada y con una sonda nasogástrica. Su caso llegó a los medios de comunicación nacionales en 2018 y posteriormente publicó un libro, Ganar o aprender, donde contaba su historia.
A pesar de la dureza de su caso, porque la eutanasia no la suelen solicitar adolescentes o jóvenes con dolores psíquicos, sus intentos de suicidio y el peregrinaje hasta dar con el tratamiento adecuado han sido una llamada de atención a escala nacional. La madre ha denunciado la falta de centros para jóvenes con los problemas físicos y emocionales de su hija, y ha criticado a los servicios de asistencia social dedicados al menor, “con una burocracia y listas de espera para volverse loco”. Ha dicho también que el libro de su hija “debería ser de lectura obligada para cuidadores, jueces y ayuntamientos con responsabilidad en este terreno”, porque el dolor psíquico derivado de un trauma así no se reconoce. El libro ganó un premio el pasado marzo, y Noa afirmó entonces: “No sé si seguiré escribiendo”.
Hace unos meses, la adolescente confeccionó listas de cosas que le gustaría hacer, por ejemplo, “ir en moto, fumar un cigarrillo, beber alcohol, pedir un tatuaje y comer una chocolatina". "Hace años que no las pruebo por mi anorexia”. Al mismo tiempo, y sin que nadie de su familia lo supiera, se puso en contacto con la Clínica para Morir (Levenseindekliniek), un centro privado holandés que practica la eutanasia desde 2013, con licencia, pero fuera del circuito de la medicina pública. A ella acuden en particular personas aquejadas de sufrimiento psíquico, el más difícil de evaluar objetivamente, y que figura en la Ley de Eutanasia holandesa (2002) siempre que no tenga su origen inmediato en una afección física. Al principio rechazaron a Noa porque era demasiado joven, pero al final aceptaron su petición.
La ley considera eutanasia tanto la practicada por el médico, como la ayuda al suicidio (el paciente toma una sustancia preparada por el doctor) y la combinación de ambas. También contempla el rechazo del facultativo, pero, de acceder, debe asegurarse de que el sufrimiento del paciente es insoportable, que pide la eutanasia de forma consciente y repetida, y debe consultar con otro colega. De no hacerlo bien, la norma incluye penas de hasta 12 años de cárcel.
TITULO: 24 horas - Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, llega a España con su hija,.
Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, llega a España con su hija,.
Tintori se encontraba en la embajada española en Caracas, junto a su marido, después de que éste fuera liberado de su arresto domiciliario, el pasado 30 de abril, foto,.
Lilian Tintori
y su hija Federica, de 16 meses, han llegado este martes a Madrid tras
burlar la vigilancia que las fuerzas gubernamentales mantienen en torno a
la residencia del embajador español en Caracas. Sobre la mujer del
antiguo preso político, Leopoldo López,
se mantiene desde 2017 una orden de prohibición de abandono del país,
la misma que sufren diputados y el propio presidente del Parlamento, Juan Guaidó.
Tanto
Tintori como la niña se encuentran en "perfecto estado", tal y como
anunciaron fuentes del Palacio de la Moncloa, que insistieron en que la
"huésped" de la Embajada de España en Venezuela viajó a Madrid "en ejercicio de su libertad de movimiento". La activista de derechos humanos salió de Venezuela primero por mar, hacia una isla del Caribe, y luego en avión hasta la capital española, han confirmado a EL MUNDO fuentes de Voluntad Popular (VP), el partido de López y Guaidó.
Las mismas fuentes insisten en que la huida de Tintori se logró con apoyo de sectores de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y de la Policía Nacional Bolivariana. "A ambos cuerpos de seguridad los tenemos infiltrados", agregaron las fuentes.
Antonio Ecarri, embajador del Parlamento democrático en España, ha confirmado que Tintori y Federica corrieron "todos los riesgos para reunirse en Madrid con sus dos hijos de 6 (Leopoldo Santiago) y 9 años (Manuela)". Los niños viven en Madrid, donde no sólo residen Leopoldo López Gil, padre del dirigente opositor y eurodiputado electo por el PP, y Antonieta Mendoza, sino también otra de las hermanas del "huesped" del Gobierno español en Caracas.
El enviado de Guaidó en España quiso dejar claro que el creador de VP sigue en Venezuela "luchando contra la usurpación y por la libertad". Desde el entorno de López confirman estas palabras: "En sus planes está operar con más fuerza para buscar la salida de Maduro".
El ex alcalde de Chacao, Tintori y la pequeña Federica se refugiaron en la residencia del embajador español, Jesús Silva, la misma tarde del 30 de abril, tras fracasar la rebelión militar contra el "hijo de Chávez". Al frente estuvo el general Cristopher Figuera, director entonces del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) que puso fin al arresto domiciliario de López, tras más de cinco años de prisión y de casa por cárcel.
La noticia ha sorprendido una vez más a Venezuela, el país de las sorpresas. Desde el interior de la Asamblea Nacional, Guaidó ha calificado el viaje de Tintori como una "gira por tema humanitario". Tanto la mujer del presidente encargado, Fabiana Rosales, como su hija Miranda, de dos años, también se encuentran fuera del país, tras acompañarle durante parte del desafío contra Maduro.
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