lunes, 4 de noviembre de 2019

A Crush, la pasta te aplasta - Mariana Enríquez gana el Herralde con una novela “monstruo”,./ PUERTA CON PUERTA CANAL EXTREMADURA - El Santa Teresa madura el liderato ,. / Trastos y tesoros - CANAL EXTREMADURA - El Cacereño vence y ya es tercero,.

TITULO: A Crush, la pasta te aplasta - Mariana Enríquez gana el Herralde con una novela “monstruo” ,.

 El viernes -8- Noviembre  a las 22:00 por La 1, foto.

Mariana Enríquez gana el Herralde con una novela “monstruo”,.

'Nuestra parte de noche’ usa el género gótico para viajar por el Londres de los sesenta y la Argentina de las siguientes décadas,.

Mariana Enríquez posa ante las cámaras tras anunciarse su galardón.
La romántica y macabra ficción de Mariana Enríquez (Buenos Aires, 46 años), a la vez social y fantasmagórica, se ha alzado con el Herralde de Novela, con una novela “monstruo”, Nuestra parte de noche, que pretende, como la deidad lovecraftiana que contiene, devorarlo todo. Devorar, en realidad, todo aquello que obsesiona a su autora, que ha ido tejiendo una obra particularísima en la que la historia de Argentina se vuelve tenebrosa pesadilla alimentada por un intenso gótico que le debe tanto a Sobre héroes y tumbas, de Ernesto Sabato, como a Cumbres borrascosas, de Emily Brönte, y al poeta maldito Arthur Rimbaud. No en vano son esas las tres cosas que la propia Enríquez menciona cuando se le pregunta de qué está hecho su oscuro y adictivo universo.
Nuestra parte de noche empezó siendo una narración de cuatro cabezas —la idea era contar la misma historia desde cuatro puntos de vista, o géneros, distintos— y acabó convertida en una orgánica criatura de cuatro voces —seis, en realidad, si se cuentan los insertos narrados por un médico “psicópata” y “la crónica periodística del hallazgo de una fosa común en Argentina”, añade la propia autora—. En ella, un padre y su hijo recorren la Argentina de los ochenta por carretera “para encontrar un final folk-horror”; se vuelve al relato La casa de Adela, incluido en Las cosas que perdimos en el fuego, “uno de los orígenes de la novela”; se narra la creación de La Orden, el culto sobrenatural sobre el que pivota la novela, formado en el Londres psicodélico de los setenta, y se detalla la educación sentimental de una adolescente en la Argentina de los noventa.
Todo ello, perfectamente hilado, da lugar a lo que el jurado del premio —formado por Lluís Morral, Gonzalo Pontón Gijón, Marta Sanz, Juan Pablo Villalobos y Silvia Sesé— ha considerado “una novela total”, tan ambiciosa y desmesurada “como 2666 de Roberto Bolaño”.

Desbordamiento

“Me ha encantado desbordarme”, admite Enríquez, que no había escrito novela “desde 2004”, ya que su obra se compone básicamente de relatos, y siempre había querido, añade, “realizar una novela de género que contuviese una reflexión política sin que esto la llevase a apartarse del género”. En la novela, un mundo repleto de otros muchos mundos, Juan, el padre protagonista, es capaz de visitar universos paralelos que no puede cambiar, solo observar, y que en realidad son osarios, cementerios, están únicamente habitados por muertos que ni siquiera están presentes. “Todo eso tiene que ver con que los primeros textos de terror que leí fueron textos que documentaban las torturas de los setenta y los ochenta”, confiesa.
El big bang de su realismo gótico romántico (macabro, añade) parte de las dos obras mencionadas — el clásico de Sabato protagonizado por “la figura bella y maldita” de Alejandra; y “la mujer intensa” a que da voz Cumbres borrascosas— y los versos rebeldes de Rimbaud, cuya lectura coincidió en el tiempo con el fin de la dictadura en Argentina “y la publicación de una serie de revistas en las que se hacía una exposición pornográfica” de lo que acababa de ocurrir en su país.
En la mente de la niña Enríquez —“yo debía tener 11 o 12 años cuando todo eso pasó, y lo tenía todo al alcance de mi mano, no distinguía entre realidad y ficción porque la realidad era peor de lo que cualquier ficción podía imaginar”, dice— todo ese universo fantasmagórico de lo literario quedó inevitablemente unido “al horror real”. Los monstruos estaban de un lado y del otro, en todas partes, asegura.

Seis mujeres en 37 ediciones

Se sentía ayer Mariana Enríquez halagada porque su libro se hubiese hecho con el Premio Herralde de Novela, el más importante de cuantos entrega su editorial, Anagrama. Creado en 1983 y dotado con 18.000 euros, además de la edición de la obra que saldrá este mes, el propósito del galardón —que han recibido Enrique Vila-Matas, Roberto Bolaño o Alan Pauls, entre otros— es impulsar la literatura escrita en castellano. El año pasado lo obtuvo Cristina Morales por Lectura fácil, —flamante premio Nacional de Literatura 2019—y Enríquez es la sexta autora en conseguirlo. En esta edición no ha habido finalista.

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El Santa Teresa madura el liderato,.

Las jugadoras felicitan a Pinilla por su gol.: SANTA TERESA/
foto / Las jugadoras felicitan a Pinilla por su gol.

Fernanda Pinilla y Estefa deciden en cuatro minutos un triunfo cimentado en la paciencia,.


Paciencia y templanza. Fueron las claves del triunfo (2-0) del Santa Teresa ante un Alhama correoso y combativo. Esta vez no apareció la precipitación ante la falta de acierto y las pacenses apaciguaron los nervios, maduraron las jugadas y esperaron a que la insistencia se transformara en puntería. Y así fue, porque hubo que esperar al tramo final del choque para que las locales amarraran los tres puntos y se afiancen en el liderato del Grupo Sur de Reto Iberdrola.
Las jugadoras de Juan Carlos Antúnez salieron a morder con presión alta para no dejar respirar a su rival. Fue toda una declaración de intenciones y las murcianas captaron de inmediato el guion que adquiría el partido. Como un acordeón, se replegaron, juntaron líneas y basaron sus opciones en las transiciones de Helena Torres buscando la velocidad arriba de Marina o Carmen Fresneda. Pero sin descubrirse atrás ni rifar lo más mínimo. El Santa trataba de imponer un dominio más territorial que efectivo, pero fue Esther la primera en avisar mandando a la red un disparo cruzado, aunque la atacante estaba en fuera de juego. Al Alhama no le importaba ceder el control, porque arriba gozaba de chispa que podía sorprender a la zaga extremeña.
El juego se enmarañó, sin criterio ni orden, abusando ambos equipos del balón largo en un entorno poco propicio para ello por el viento, muy protagonista durante todo el partido. En la medular, Nayadet encimaba a cualquiera que recibiera en su parcela, Alba Zafra buscaba abarcar campo y ofrecerse, pero pese a su trabajo de recuperación tuvo poco protagonismo. Carola estuvo desacertada en la entrega y se mostró algo desubicada. En la creación apenas apareció y en la contención sobraban obreras para la escasa productividad del Alhama. Ante ese panorama nadie asumía la batuta. Sin posesión ni fluidez Estefa apenas se conectaba para proporcionar algo de clarividencia, pero su calidad siempre es una garantía. La capitana recibía un pase filtrado de Belén, pero se entretuvo demasiado dando tiempo a la defensa a taponar su lanzamiento.
Las murcianas probaban fortuna con el juego más directo y en el ecuador de la primera parte Carmen Fresneda sorprendía con un misil lejano muy comprometido que sacaba Yoli con una gran mano a saque de esquina. Acto seguido, la guardameta manchega no se entendía con sus centrales y a punto estuvieron de aprovecharlo las murcianas. Los intentos desde larga distancia se convirtieron en un filón merced a la imprevisibilidad de las ráfagas que soplaban en El Vivero. Marta Parralejo fue la siguiente en probar suerte y puso en aprietos a Laura Martínez desde unos 30 metros.
El Santa Teresa consiguió abrir el campo. Con Estefa trazando diagonales y percutiendo por dentro, era Mireya la que adquiría protagonismo por la banda izquierda asociándose en ocasiones con María Neira, que se prodigó en ataque. La banda derecha, en cambio, fue prácticamente un páramo con Esperanza Cuello más tímida en esa faceta. La onubense colgaba un balón medido al corazón del área, pero el cabezazo de Estefa se marchaba desviado. Era el minuto 35 y daba la sensación de que el Santa empezaba a dominar con más autoridad. Todavía hubo tiempo antes del descanso para un susto de las visitantes, con un remate de Marina que se marchó fuera por poco.
Santa Teresa 1 -Alhama 0
Santa Teresa: Yoli, Esperanza (Sonia, m. 90) Parralejo, María Neira, Pinilla, Nayadet, Estefa, Mireya (Carla m. 79), Carola (Carrie, m. 61), Alba y Belén (Nieves, m. 88).
Alhama CF ElPozo: Laura, Iris, Judith, Ana, Totana, Helena, Requena, Marina, Lola (Paula, m.72), Fresneda y Esther (Ponce, m.79).
Goles: 1-0: Pinilla, m.71. 2-0: Estefa, m.75.
Árbitro: Manuel Olivera Vázquez (Comité extremeño). Amonestó a Nayadet en el Santa Teresa.
Incidencias: El Vivero, ante unos 200 espectadores.
Tras el paso por vestuarios, la dinámica fluctuó poco. Pinceladas del Alhama para sacudirse la presión y el Santa madurando el gol. Mireya, muy activa y vertical, intercambió roles con Estefa y fue la andaluza la que culminó la jugada iniciada por la pacense con un disparo que se topó con el poste. Estaba al caer… pero no llegaba. Buscando ser más incisivas entró Carrie Madden y en su primera oportunidad tuvo un mano a mano con Laura Martínez, que le ganó la partida. La estadounidense dio más mordiente y generó muchos problemas a las defensoras del Alhama. A cada aluvión local le seguía una réplica murciana, con Esther mandando un zapatazo cercano a la escuadra en el minuto 66. El Vivero contuvo la respiración. El sobresalto fue mayor con el lanzamiento lejano de Helena Torres que Yoli sacó como pudo con el pie en una parada típica de portera de balonmano.
En el minuto 71 acabó el calvario y la incertidumbre. Fernanda Pinilla, colosal en el corte y la anticipación, se sumó al ataque en un córner y cazó un rechace que rebotó en una visitante colándose el esférico para adelantar al Santa (1-0). A partir de ahí todo fue rodado. Cuatro minutos después las pacenses sentenciaban. Centro de Carrie para Estefa, que se plantaba ante la portera y definía con tranquilidad y maestría. Ahí no suele fallar (2-0). Era el minuto 75 y el Santa solo tenía que manejar el ritmo del choque y esperar a que el reloj corriera. Belén estuvo cerca de redondear el resultado, pero el juez de línea levantó la bandera e invalidó la jugada.
Al final, tres puntos ante un rival que solo había perdido un partido hasta la fecha y el Santa mira al Granada, al que visita la próxima semana siendo un rival directo para el ascenso.

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El Cacereño vence y ya es tercero,.

El capitán del Cacereño, Alberto Delgado, celebra el gol de la victoria. :: L. CORDERO/
foto / El capitán del Cacereño, Alberto Delgado, celebra el gol de la victoria.

El equipo de Cobos se deshace de un contestatario Moralo en un encuentro que los capitalinos pudieron cerrar con antelación,.


El Cacereño continúa haciendo buena su tendencia alcista para alimentar su escalada en la tabla. El conjunto de Julio Cobos, que ya es tercero a dos puntos de los colíderes Villanovense y Coria, cumplió este domingo en el derbi de rivalidad provincial frente al Moralo y se impuso a los de Navalmoral de la Mata (1-0) con más apuros de los que mereció, ya que el cuadro capitalino dispuso de varias y buenas ocasiones de gol como para haber podido cerrar el partido antes y con un margen más amplio. El solitario y a la postre definitivo gol de Alberto Delgado en el minuto 18 de se quedó sorpresivamente huérfano para lo visto sobre un terreno de juego en el que ambos equipos compitieron con intensidad y buscaron la portería contraria sin ningún tipo de miramientos cuando tuvieron oportunidad para ello.
Sin Murci –convaleciente por molestias en el sóleo–, no tardó el Cacereño en llamar a la puerta de Diego García cuando Teto, en su primera internada por la banda derecha, dispuso de la primera ocasión para los locales a los dos minutos. Poco después el visitante Ibu, que fue todo un quebradero de cabeza para la zaga verdiblanca durante todo el envite, ganó la partida a Mario Ramón en velocidad, pero no estuvo acertado en el momento decisivo cuando se plantó ante Bernabé. Casi sin tiempo para pestañear, Marcos Torres gozó de otra buena ocasión en el área contraria, pero su disparo salió alto.
Pasado el primer cuarto de hora de partido, Jojo tuvo en sus botas el primero para el Moralo tras una buena jugada combinativa de los visitantes, pero su vaselina ante Bernabé se marchó ligeramente alta. Lo pagarían caro los de Pastelero, pues a los pocos minutos, en el 18, Alberto Delgado desequilibró la balanza con un centro lejano desde la izquierda que se fue envenenando hasta colarse en la portería del cancerbero moralo.
CACEREÑO 1-MORALO 0
Cacereño: Bernabé; Neto, Alberto Delgado, Carlao, Mario Ramón, Rodri, Borja García, Teto, Carlos Andújar (Dani Muñoz, min. 73), Ezequiel (Collantes, min. 81) y Marcos Torres (Gustavo, min. 68).
Moralo: Diego García; Pedro Toro, Luis Lozano, Jojo, Carmona, Yoni (Sergio Alonso, min. 72), Sergio Gómez, Chavalés (Rubén Rivera, min. 80), Ibu, Aarón y Suso (Rulo, min. 86).
Gol: 1-0: Alberto Delgado, min. 18.
Árbitro: Asensio Pérez. Amonestó a Teto y Carlao por el Cacereño, así como a Suso y al entrenador, José Diego Pastelero, por el Moralo.
Incidencias: 1.214 espectadores en el Príncipe Felipe, según la cifra oficial. El Cacereño homenajeó al nadador Guillermo Gracia por las nueve medallas mundialistas conseguidas.
Los verdes gozaron en esta primera mitad de otras buenas ocasiones como para haber aumentado la ventaja con buenas acciones de Teto, Rodri o el siempre fiable Neto. Este último, en el minuto 34, se mostró demasiado generoso y renunció a definir en solitario. Ya en el 39 Teto no estuvo acertado en su combinación con Carlos Andújar cuando este último tenía todo a placer. El Moralo nunca dejó de dar señales de vida en la faceta ofensiva e Ibu a punto estuvo de instaurar el empate en el 43, pero Bernabé sacó una mano salvadora cuando el balón ya se colaba por la escuadra. Tan solo unos segundos después Rodri se quedó solo ante Diego García, que ganó el duelo individual al final de una frenética primera mitad.
Ya en el segundo acto fue el Moralo el que tuvo un mayor dominio territorial, aunque el Cacereño nunca renunció a dejar su impronta en acciones a la contra. Con un Asensio Pérez que por momentos enervó a la grada del Príncipe Felipe, el Moralo continuó llevando peligro hasta la misma línea de gol por mediación de Ibu, quien volvió a tener una clara ocasión en el 70. El Cacereño se defendió con oficio e incluso gozó en la recta final de otras claras ocasiones, aunque sin puntería en la definición.

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