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Aprender otro idioma, conocer un país diferente al de origen y, sobre
todo, ayudar a colectivos desfavorecidos. Son los objetivos que mueven a
los ocho jóvenes voluntarios que, desde el pasado octubre, están en la
ciudad para desarrollar los proyectos para los que la asociación local
Euexia ha logrado subvención europea.
«Estudié periodismo
en mi país y después trabajé durante un año; escribí entonces sobre
personas que necesitaban ayuda, pero no podía comprobar si eso les
servía», afirma Elena. «Por eso, decidí apuntarme al programa de
voluntariado, hacer algo más, ver si mi colaboración ayuda». Esta joven
de 23 años ha abandonado por primera vez su país natal, Rumanía, y es
una de los ocho jóvenes que desde mediados del pasado octubre están en
Plasencia para desarrollar trabajos de voluntario.
Jóvenes de Portugal, Francia, Italia, Lituania y Rumanía realizan labores de voluntario durante 10 meses a través de Euexia
Elena lo hace en Placeat igual que
Raminta (23 años, Lituania), Martina (30 años, Italia) y Cindy (21 años,
Francia). Y las cuatro están satisfechas con el trabajo que ya están
desarrollando en la entidad en favor de sus usuarios. Como lo están
Amélie (24 años, Francia), quien realiza su trabajo de voluntaria en
Cáritas; Rondet (23 años, Francia) en la propia Euexia; y Sebastiano (28
años, Italia) y Madalena (25 años, Portugal), en el centro
sociosanitario, en el antiguo psiquiátrico.
En estas sedes los
voluntarios llegados de cinco países este año, que por las mañanas
reciben clases de español para extranjero en la Escuela Oficial de
Idiomas (EOI), realizan actividades con los usuarios y se acercan a sus
problemáticas y anhelos con el objetivo prioritario de ayudar en lo que
puedan, el que les ha traído a los ocho a Plasencia.
«Una ciudad
pequeña en la que la gente es amable y acogedora, en la que estamos muy
bien y en la que podemos conocer la realidad de España», coinciden los
voluntarios. Un país, además, que algunos ya habían visitado, pero en el
que realizan por primera vez labores de voluntariado. Porque ellos han
sido los ocho, tras una selección y entrevista, los elegidos por Euexia,
especialmente por su responsable, Álvaro Cano, y la encargada de la
gestión de los proyectos europeos, Alexandria Mancino. Esta italiana
lleva cinco años ya en la ciudad, a la que llegó como voluntaria y en la
que hoy «siento que estoy en casa».
Euexia es la asociación
placentina que está acreditada para participar en el programa de
voluntariado. «Recibimos y mandamos voluntarios», aclara Álvaro Cano. Y
en todos los casos, tanto en los que llegan de fuera como en los de la
ciudad y el entorno que se marchan a trabajar a otros países, «hay un
antes y un después tras la experiencia de voluntariado, sobre todo por
el crecimiento personal que supone».
«Hay un antes y un después tras haber vivido la experiencia de ser voluntario en otro país»
No solo por la labor de ayuda
solidaria que conlleva, «sino por la oportunidad de conocer a personas
de distintos países -los voluntarios conviven en pisos- sino de aprender
otro idioma, otra cultura...». Una oportunidad excepcional para abrir
toda clase de fronteras.
Desde hace seis años
Como los
ocho voluntarios que ya están en Plasencia, otros más han vivido la
misma experiencia. Fue en 2013 cuando Euexia y el Ayuntamiento de
Plasencia firmaron un convenio de colaboración para el desarrollo de
proyectos juveniles transnacionales. Desde entonces, la asociación
-centrada especialmente en actividades relacionadas con el deporte, la
juventud y la discapacidad- ha enviado a 26 voluntarios nacionales a
diversos países de Europa y ha acogido a medio centenar de jóvenes
procedentes de 13 países diferentes. Todo a través del Cuerpo Europeo de
Solidaridad. «Es el programa en el que explicamos nuestros proyectos de
colaboración, aunque también lo hacemos por redes sociales, y donde se
pueden apuntar los jóvenes de otros países que estén interesados en
venir», explica Álvaro Cano.
Asegura que para los dos proyectos
que se desarrollan ahora con los ocho voluntarios elegidos -uno es el de
Euexia y el otro el que incluye a Cáritas, Placeat y el sociosanitario-
recibieron cientos de solicitudes entre las que escogieron a los ocho
voluntarios que, con diferentes titulaciones, ya están en la ciudad para
ayudar a los colectivos que centran el programa durante diez meses, en
los que también aprenderán nuestro idioma «y veremos si somos capaces de
integrarnos en un país diferente», concluyen.
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