sábado, 6 de junio de 2020

Mi casa es la tuya - El guardia civil Jorge Pérez , Viernes -5 -Junio. / Pekín Express - Que viene el fuego,. / UN BUEN PLAN ES IR AL CINE - El marido de mi hermana . / Días de cine -Cine - 'McKellen: Tomando Partido',.. ,. Viernes -5- Junio ,. / Saber Vivir - Los algoritmos no predicen la estupidez humana (aún),.

TITULO: Mi casa es la tuya - El guardia civil Jorge Pérez  ,.  , Viernes -5- Junio ,.









Mi casa es la tuya',.











Este viernes -5- Junio a las 22.00, Telecinco emite una nueva entrega de 'Mi casa es la tuya', con Bertín Osborne charlando con El guardia civil Jorge Pérez ,. , foto.

 

 El guardia civil Jorge Pérez,.

El guardia civil Jorge Pérez gana 'Supervivientes' ante casi 4 millones de espectadores,.

El guardia civil Jorge Pérez gana 'Supervivientes' ante casi 4 millones de espectadores

Con el mayor porcentaje de la historia del programa, un 81,6% de los votos, se alzó la noche del jueves el guardia civil Jorge Pérez como ganador de 'Supervivientes 2020', y de los 200.000 euros que acompañan al título. Así, el concursante posiblemente más desconocido consiguió vencer abultadamente a Ana María Aldón, mujer de Ortega Cano, en el desenlace definitivo. Además, el 'reality' de Telecinco cerró la edición con su gala más vista, como es habitual, y se consagró todavía más como el programa más visto de lo que va de la temporada televisiva. El formato congregó a 3.986.000) de espectadores, que representaron un enorme 34,3% de cuota de pantalla.
Asimismo, su minuto de oro fue el mejor de todo el año, y superó los cinco millones de televidentes. Con esos datos, la final se convirtió en la cuarta con mejor audiencia de la historia del espacio, y ha situado a la edición como también la cuarta más vista en número de espectadores de media (3.495.000 espectadores), ligeramente por debajo de la del año pasado (3.511.000 espectadores). Por si fuera poco, el programa que precedió al 'reality', 'Supervivientes: Exprés', también lideró su franja, con más espectadores, 4.115.000, pero menos 'share', un 23,5%.
A pesar de haber celebrado ya su gran final, 'Supervivientes 2020' todavía no se ha despedido de la parrilla. Lo hará mañana por la noche, con un especial presentado por Jorge Javier Vázquez, que reunirá a los 17 concursantes.


TITULO: Pekín Express - Que viene el fuego.




Pekín Express ,.





  Cristina Pedroche conduce 'Pekín Express: La ruta de los elefantes', una aventura en mitad del Índico, en la que 10 parejas con perfiles muy diferentes, etc.

 Que viene el fuego,.

 

Solo cinco empresas en España sobreviven en el oficio de fundir campanas artesanalmente. En Lérida acaban de moldear la más grande de Europa en los últimos 30 años. En horno de barro y a pie de torre, como en la Edad Media,.


Tañidos a fuegofoto / A Abel Portilla todavía se le acelera el corazón cuando llega el momento «crucial» de la creación, cuando la aleación mágica de 78% de cobre y 22% de estaño, que hace 5.000 años impulsó el desarrollo de la humanidad, convierte el bronce en música celestial, en llamada a misa, en alerta para prevenir a la población de una inminente catástrofe o en aviso de algún fallecimiento.
A sus 60 años, este cántabro vive la fundición de campanas con el mismo entusiasmo que de niño, cuando con 13 ayudaba a su abuelo en un oficio que le viene de lejos (proviene de un linaje de fundidores que se remonta a Marcos de Linares, que murió en 1732) y que hoy sobrevive en España y siguen ejerciendo de forma artesanal cinco empresas: Rosas, en Torredonjimeno (Jaén); Quintana, en Saldaña (Palencia); Rivera, en Montehermoso (Cáceres); Ocampo, en Arcos da Condesa (Pontevedra), y Hermanos Portilla, en Vierna (Cantabria).
Todos estos maestros fundidores proceden directa o indirectamente de esta última región, en la que desembarcaron, a instancias del rey Felipe II, un grupo de holandeses expertos en el oficio para contribuir a llevar los ecos del cristianismo hasta el último rincón de la Península. Arraigaron en la zona de Transmiera, donde artesanos cántabros construyeron en 1519 la primera campana que Hernán Cortés llevó al nuevo mundo; en concreto, a México. Llegaron a ser más de un centenar a principios del siglo XX y, aunque tras la Guerra Civil se intensificó la producción de campanas, muchas fábricas tuvieron que echar el cierre acabada esa etapa de esplendor. Aún así, cinco siglos después, aquella labor sigue fiel a unas señas de identidad transmitidas de generación en generación, pero cuyo negocio se ha diversificado y ha tirado de tecnología para mejorar su calidad y ser más competitivo. Ya no solo se fabrican campanas, también se hacen relojes monumentales o se montan carillones en cualquier parte del mundo.
«Aún se me acelera el corazón cuando el bronce discurre hacia el molde» Abel Portilla
«El sistema moderno reduce en un 70% el tiempo de fabricación» Gabriel Rivera
«Mientras exista la Iglesia, el oficio de fundidor tendrá futuro» Alberto Damas
«No queda otra que adaptarse a los tiempos para sobrevivir» Ignacio Quintana
Abel Portilla es una referencia internacional en la fundición de campanas al estilo tradicional. Lo hace a diario en su fábrica del pueblo cántabro de Gajano, pero durante el trigesimosegundo Encuentro de Campaneros, celebrado a finales de abril en la localidad leridana de Os de Balaguer, Abel ha llevado a cabo la fundición de una campana de 500 kilos partiendo desde cero, en un horno reverbero de barro y paja a pie de campanario (que él mismo construyó), tal y como se hacía en la Edad Media para facilitar el traslado hasta la torre. Se trata de la mayor campana fundida de esta forma en los últimos 30 años en Europa e irá destinada al monasterio de Santa María de Bellpuig de les Avellanes, en el citado municipio catalán, que ha pagado por ella unos 20.000 euros.
En el monasterio, que actualmente alberga un noviciado de los maristas y una hospedería, están con su campana como un niño con zapatos nuevos. «Para nosotros tiene un significado especial, no solo porque logramos recuperar el patrimonio que perdimos durante la desamortización del siglo XIX y las sucesivas guerras, sino porque contamos con una pieza única», apunta Robert Porta, su director. Precisamente, esa exclusividad es la que consiguen los actuales maestros fundidores con el sistema de 'cera perdida', un sistema artesanal y complejo que se prolonga durante un mes y que pasa por tres fases: la realización del molde interior o 'macho', que se logra colocando ladrillos en círculos concéntricos de mayor a menor diámetro, unidos por barro a partir de un plantilla o 'terraja'. Ésta reproduce con exactitud los perfiles de la campana y de su diseño depende que tenga una nota musical u otra.
Muchas de estas plantillas han pasado de generación en generación. Las proporciones y equivalencias en peso, altitud y grosor definirán el sonido de una campana y la personalidad de su creador. Asegura Abel que es fundamental untarla de ceniza para impedir que quede adherida al siguiente molde, que es la 'camisa' o 'falsa campana'. Ésta sirve de recipiente para verter a una temperatura de entre 1.000 y 1.200 grados el bronce líquido, que quedará limitado por la capa externa, donde van grabadas las leyendas, símbolos y la firma del maestro fundidor. En las más de 4.000 que Abel ha realizado puede leerse: 'Abel Portilla me fecis (me hizo)', seguido de un pez, varios asteriscos y dos pájaros volando. «Cuando la campana tiene todos sus adornos, se cubren con una mezcla de barro cribado, clara de huevo y sangre de animal. Así se crean varias capas de cera y se rematan con otra de barro y excrementos de caballo antes de proporcionarle calor para que las inscripciones se fijen a la campana», explica Abel.
Realizados los moldes, se crea un foso donde estos se entierran a un nivel inferior al horno, para que una vez fundido el bronce y por efecto de la gravedad llegue hasta los 'bebedores' de la campana. Es la fase donde estos artesanos se lo juegan al todo o nada en un solo un minuto y que ellos denominan 'colada' o 'punto crítico'. «Todavía se me acelera el corazón cuando tengo que decidir el momento de abrir la puerta del horno. Hay que contener la impaciencia y comprobar hasta en tres ocasiones si la temperatura es correcta antes de dejar salir la 'lava' incandescente de metal», subraya Abel. En Os de Balaguer, el público lo vivió como algo «casi místico». «Es como el nacimiento de un hijo. Hay quien rompió a llorar de la emoción o quien se abrazó al que tenía al lado», rememora Jaume León, presidente de honor de la Cofradía de Campaneros de Cataluña.

Simulación por ordenador

Después de tres días enfriando bajo tierra, la respiración se contiene mientras la campana emerge de la tierra. Ahora solo queda la parte acústica, ya que una vez fundida hay que tornearla para obtener las frecuencias adecuadas. Este proceso, que antes se hacía de oído, ha evolucionado y algunas empresas, como Quintana, en la localidad palentina de Saldaña, llevan más de dos décadas estudiando con programas informáticos que simulan la vibración de la campana cómo mejorar su perfil original para que suene mejor.
«Nuestro oficio no corre peligro, porque campanas se van a seguir haciendo siempre, más o menos dependiendo del momento económico y social. Sin embargo, somos menos que hace 40 años, cuando la situación no era mucho mejor que la de ahora. Por eso, no queda más remedio que adaptarse a los nuevos tiempos para sobrevivir», subraya Ignacio Quintana, gerente y maestro fundidor de una empresa que lleva a gala la fundición de las campanas que sonaron en 2004 en la catedral de la Almudena durante la boda de los actuales Reyes de España.
La Iglesia sigue siendo su principal cliente y, además, «paga religiosamente», reconoce Abel. Fundidores como Alberto Damas, de Campanas Rosas, están convencidon de que mientras exista esta institución las campanas seguirán teniendo una función y el oficio tendrá futuro. Aún así, reconoce que ha sido necesaria una diversificación del negocio para salir adelante en momentos de crisis económica.
En el caso de la familia Rivera, instalada en Montehermoso (Cáceres) desde 1850, se mantiene el método artesanal, pero también ha apostado por un sistema más moderno, basado en otro tipo de materiales (silicatos, catalizadores y siliconas) y un proceso de moldeo que reduce el tiempo de fabricación en un 70% y su coste, en un 15%. «Con este método, cada campana sigue siendo única y personalizada, pero carece de ese romanticismo de las artesanales», puntualiza Gabriel Rivera, maestro fundidor al frente de un negocio familiar que es el único de España en la fabricación de cuadros de mando para accionar los badajos a distancia desde el móvil o un ordenador.
Para Abel, el oficio está asegurado siempre que haya aprendices dispuestos a perpetuarlo. «Prepararlos cuesta dinero y hasta seis o siete años de formación; eso no es rentable. Además, los jóvenes prefieren otros trabajos mejor considerados socialmente y donde no haya que doblar tanto el lomo. Hoy por hoy no podemos lanzar las campanas al vuelo», resume.


TITULO: UN BUEN PLAN ES IR AL CINE - El marido de mi hermana,.

 

Reparto
El marido de mi hermana , , , , , , , , , , ,
 
 
Richard Haign es un brillante profesor de Cambridge con una pasión desenfrenada por la poesía romántica y las mujeres hermosas. Sin embargo, la paternidad le cambiará la vida. De forma inesperada Kate, la joven estudiante americana que conoció en una de sus clases, le va a convertir en padre... noticia que recibe justo cuando conoce a Olivia, una novelista exuberante y excéntrica, hermana de la que pronto se convertirá en la madre de su hijo. Un trío amoroso que dista mucho de su ideal de familia. 
 
 
 
TITULO:  Días de cine - Cine -    'McKellen: Tomando Partido' ,. Viernes -5-  Junio,.


 Viernes 5 de Junio a las 20:35 horas en La 2 / foto,.
'McKellen: Tomando Partido'  'McKellen: Tomando Partido',.

Uno de los mejores actores de todos los tiempos se confiesa. Sir Ian McKellen hace repaso de su compromiso con el movimiento LGBTI y sus papeles más memorables: Rey Lear, Ricardo III, Gandalf y Magneto.
 
 
 
   TITULO:  Saber Vivir -Los algoritmos no predicen la estupidez humana (aún),.
 
 

Los algoritmos no predicen la estupidez humana (aún),.

Crean noticias falsas, invierten en Bolsa y pronostican atascos, pero nuestra espontaneidad se les escapa,.

Los algoritmos no predicen la estupidez humana (aún)

foto / El desconocimiento sobre qué son y cómo funcionan los algoritmos nos lleva a atribuirles capacidades que muchas veces no tienen. Se habla de ellos como si fueran oráculos que vaticinan el futuro y controlan lo que hacemos y, aunque en muchos casos es cierto, también tienen sus límites y engañarles es relativamente sencillo.
Lo demostró hace poco el artista alemán Simon Weckert, que consiguió burlar el algoritmo que utiliza Google Maps para predecir el tráfico. Lo que hizo fue conectar 99 móviles a la aplicación de forma simultánea, meterlos en un carrito y pasear con ellos por Berlín. Entonces, los dispositivos empezaron a mostrar en rojo las calles vacías que él atravesaba, como si hubiera mucho tráfico, y en las pantallas emergieron rutas alternativas para que los conductores evitasen el supuesto atasco.
Es solo un ejemplo pero también una prueba de que la inteligencia artificial no es infalible. «Los algoritmos pueden anticipar algunos de nuestros gustos o buscar soluciones a una partida de ajedrez o a un caso penal, pero la vida está llena de situaciones imprevisibles que se les escapan. ¿O alguien vio venir el 'Brexit' y la victoria de Donald Trump?», cuestiona la periodista y escritora Marta García Aller, que acaba de publicar 'Lo imprevisible' (Planeta), un relato que explora los límites que los algoritmos aún no han logrado traspasar. Para ello, la autora ha entrevistado a un centenar de expertos en distintas materias, como matemáticos, psicólogos, filósofos, abogados, ingenieros, lingüistas o humoristas, entre otros.
«No podemos esperar que la inteligencia artificial piense y decida por nosotros» Marta garcía aller
Así ha confirmado que hay algoritmos para todo. Los que generan noticias falsas, invierten en Bolsa, anticipan a quién vamos a votar, componen música o predicen los delitos, los atascos, y hasta los orgasmos. Pero también que esta tecnología está lejos de entender el sentido común, el humor o la estupidez.
«Los humanos tendemos a repetirnos, de ahí que los algoritmos aprendan a anticipar nuestro comportamiento, pero también somos espontáneos», añade. «La inteligencia artificial no es un poder inequívoco, así que no podemos esperar que piense y decida por nosotros. Es solo una herramienta para hacernos la vida más fácil, pero la responsabilidad moral de las decisiones ha de quedar del lado de las personas».
De ahí que entender la capacidad y los límites de los algoritmos sea tan necesario para decidir cuáles deberíamos explotar y cuáles restringir por nuestro propio bien. Ya no vamos a poder vivir sin ellos, así que lo mejor será conocer cómo nos influyen. Sobre todo porque, al estar programados por personas, pueden reproducir sesgos discriminatorios perjudiciales que ni siquiera entienden. Al fin y al cabo, el razonamiento, la empatía o la imaginación siguen siendo valores puramente humanos.
¿Cuáles son los límites de los algoritmos?
La salud

¿Predijeron esta pandemia?

Parecía que no, pero hubo algoritmos que predijeron la actual pandemia. El problema es que no nos lo creímos. «El olvido y la falta de bagaje histórico es lo que hace que repitamos nuestros errores. Por más que un sistema muy sofisticado nos advierta de un peligro, si no nos lo creemos no vamos a actuar», advierte García Aller. Algunos sistemas también prometen calcular la esperanza de vida, pero los comités de bioética aún no tienen claro hasta que punto deberíamos limitar esta capacidad. «¿Nos merece la pena vivir preocupados por algo que no tiene cura», pregunta la autora del libro.
El amor

Sus 'match' de Tinder también se equivocan

Internet se ha convertido en un medio más para encontrar pareja. Plataformas como Tinder o Match.com nos muestran perfiles de personas que podrían encajar mejor según nuestros intereses, pero la estadística a veces funciona tan bien como la arbitrariedad. En 2014, un estudio sobre cómo un algoritmo emparejaba a la gente probó a juntar usuarios aparentemente antagónicos para ver qué pasaba. Resultó que la posibilidad de éxito del romance tras la primera cita era muy similar entre perfiles aparentemente incompatibles y los que eran elegidos basándose en cientos de respuestas previas.
El empleo

Lo automático necesita supervisión humana

Los estudios sobre el mercado laboral del futuro calculan que gran parte de los empleos que existen actualmente serán automatizados en las próximas dos décadas. Mucha gente teme irse al paro pero, aunque sustituir los trabajos más rutinarios por robots podría aumentar el PIB mundial en un 40%, mientras haya trabajos con situaciones imprevisibles, la labor humana será necesaria. Por ejemplo, aunque automaticemos procesos como entregar comida a domicilio, harán falta personas que los supervisen. «Lo urgente es proteger a los trabajadores, para que tengan tiempo de reinventarse», dice la autora.
La verdad

Pueden llenar la red de mentiras muy creíbles

La tecnología conocida como 'deepfake' utiliza algoritmos para crear vídeos y audios que imitan a la perfección a otra persona, haciendo imposible diferenciar lo que es real y lo que no. Se utiliza como medio artístico (para poner la cara de un actor en un cuerpo que no es suyo) pero también delictivo (estafas, chantajes, espionaje). Es, junto a las 'fake news' (noticias falsas), una de las amenazas más peligrosas de la democracia en el siglo XXI. Lo malo es que se viraliza más rápido un bulo que su desmentido y que ha tenido que llegar una pandemia para que empresas como Facebook intenten remediarlo.
La justicia

No tienen capacidad de empatizar

En Estados Unidos ya hay algoritmos que predicen si una persona puede salir en libertad condicional según sus probabilidades de reincidir. «Parece algo bueno porque los humanos somos subjetivos y con estas máquinas todo el mundo sería tratado objetivamente», dice García Aller. El problema es que los sistemas judiciales y policiales tienen muchos datos de algunas etnias y pocos de otras, por lo que reproducen sesgos racistas de forma inconsciente. Además, a diferencia de la inteligencia humana, la artificial carece de la capacidad de razonar, empatizar con otros y adaptarse a las circunstancias.
La naturaleza

Terremotos en lugares que eran 'seguros'

Predecir dónde se va a producir un incendio o una actividad sísmica podría salvar muchas vidas. Eso es lo que intentan conseguir muchos algoritmos. Sin embargo, sobre meteorología nunca se tienen todos los datos porque es caótica e imprevisible. De hecho, algunos de los temblores más destructivos del mundo —los de Los Ángeles en 1994, China en 2008, Haití en 2010 y Japón en 2011— ocurrieron en áreas que los mapas de riesgo sísmico consideraban seguras. Algunas empresas también se beneficiarían. Por ejemplo, para calcular cuántas cervezas se comprarán en un fin de semana soleado.
La seguridad

¿Es ético que un dron vigile el tránsito?

En la actualidad, ya hay sistemas de inteligencia artificial que predicen delitos con un 80% de acierto. Es una aplicación práctica de la tecnología sobre la seguridad, pero hay otras que plantean problemas éticos y de privacidad, desde los drones para supervisar el tránsito callejero a la biometría para vigilar la temperatura corporal en los aeropuertos. Las huellas dactilares, por ejemplo, han pasado de ser un método de identificación criminal a la manera más rápida de desbloquear el móvil. De hecho, Apple obtuvo en meses tantas huellas dactilares como las que al FBI le había costado décadas reunir.
Los gustos

Conocen nuestros intereses... y miedos

Las plataformas de 'streamig' estudian nuestros gustos para recomendarnos series, internet nos muestra publicidad acorde a las páginas web que visitamos y las redes sociales dan prioridad a las publicaciones en las que la probabilidad de que le demos a 'me gusta' es más alta. Todo esto puede ser útil, pero también inquietante. Una vez se conocen nuestros gustos también se deducen nuestros miedos. Estos datos pueden ser muy valiosos para la publicidad de empresas y partidos políticos. «Hace mucha falta un humanismo tecnológico que ayude a marcar los límites de lo cuantificable», dice la autora.
La estupidez

No la captan porque carece de sentido

Pocas cosas nos vuelven tan imprevisibles como la estupidez, y esa capacidad para ir en contra de sus propios intereses sin ganar nada a cambio es imposible de anticipar para los algoritmos, al menos todavía. «El futuro no se entenderá sin la inteligencia artificial, pero sin la estupidez humana tampoco. Ha marcado la Historia y no se puede aprender ni prever porque, en esencia, carece de sentido», expresa García Aller. «Aún estamos lejos de lograr que una máquina tenga una inteligencia de tipo general similar a la humana. Es uno de los objetivos más ambiciosos de la historia de la ciencia».
El humor

Si llegan a entenderlo, ¡huyamos!

La barrera para los algoritmos que tratan de escribir chistes no está solo en aprender a generar humor, también a entenderlo. La ironía y el sarcasmo son especialmente difíciles de comprender y detectar, a veces incluso para los humanos. Además, la esencia del humor es la sorpresa, que es muy difícil de prever. «Nada debería darnos más miedo que una inteligencia artificial que aprendiera a ser realmente graciosa. Si las máquinas logran dominar el humor, huyamos. Eso significaría que han comprendido todo lo demás. Ahí sí que la humanidad estaría en peligro», advierte la escritora.

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