TITULO: El Telediario La 1 - Españoles en las rendijas del Brexit ,.
Españoles en las rendijas del Brexit ,.
La salida del Reino Unido de la Unión Europea ha provocado a miles de residentes originarios de España un montón de quebraderos de cabeza burocráticos. Muchos de ellos se enfrentan incluso a su posible expulsión del país,.
foto / Te encuentras con tu vida destruida de un día para otro. Pensar que, después de 30 años en el Reino Unido, pudiera perderlo todo, tener que marcharme cuando toda mi familia está aquí, ha sido una angustia tremenda». El gerundense Andrés García ha pasado muchas noches sin dormir en el último año hasta que, a mediados de mayo y después de meses de problemas burocráticos, recibió por fin la ansiada confirmación de que no perderá sus derechos y podrá seguir residiendo legalmente en el país que ha sido su hogar durante más de media vida. Ahora suspira aliviado, pero dice haberse sentido muy solo en un proceso deshumanizado: «Para ellos yo era un simple número, han sido nueve meses de pesadilla».
El pasado 30 de junio se cerró el plazo para que los europeos residentes en el Reino Unido legalizaran su situación en el país después de que el Brexit les dejara en un limbo. Un proceso titánico que ha regularizado a través del conocido como EU Settlement Scheme (EUSS, Plan de Residencia de Ciudadanos de la UE) a más de seis millones de comunitarios, en su gran mayoría de forma rápida y sencilla, pero que para algunos ha supuesto un auténtico calvario. Personas vulnerables o mayores, sin acceso a la tecnología, con trayectorias vitales complejas, o a los que la pandemia ha obligado a ausentarse del país durante meses, han visto peligrar derechos tan básicos como el acceso a la sanidad pública, a la vivienda o al trabajo.
«He tenido que buscar papeles de los últimos #30 años para probar al gobierno que he estado aquí todo ese tiempo»
ANDRÉS GARCÍA
El caso de Andrés García no es el único. «He tenido que buscar papeles de 30 años para probar al gobierno que he estado aquí todo ese tiempo», explica este trabajador social por teléfono desde su casa de Cwmavon, en Gales. Las complicaciones para localizar toda la documentación que le pedían lo embarcaron en una sucesión de correos y llamadas con las autoridades, obteniendo en muchas ocasiones por respuesta solo una frustrante grabación o un mensaje automatizado. Su situación se complicó al tener el pasaporte caducado y por las dificultades para trasladarse al consulado de Londres durante el confinamiento para renovarlo. Desesperado, acabó acudiendo a la oficina del diputado que representa a su circunscripción en el Parlamento británico para que le ayudaran a solucionar su caso.
«El requisito era vivir en el Reino Unido antes de 2021 y solo irte un máximo de 12 meses por estudios. Ese era mi problema»
jorge marín
Menos suerte ha tenido Jorge Marín, al que las autoridades han rechazado su solicitud para obtener la residencia y sus planes para emprender una vida en el Reino Unido. Después de pasar unos meses en 2019 trabajando en Bath, este cordobés regresó a España para estudiar un curso presencial en la universidad, pero con la intención de volver en el verano de 2020. La pandemia se interpuso en su camino.
El EUSS prevé dos modalidades, el estatus de 'asentado' (settled), para aquellos que han vivido más de cinco años en el país, y el de 'preasentado' (pre-settled), para los que llevan menos tiempo. Este último es el que solicitó Jorge, y aunque lo hizo ya desde España, «el requisito era que hubieras estado viviendo en el Reino Unido antes de 31 de diciembre de 2020 y solo te hayas ido por un periodo como máximo de 12 meses por estudios. Ese era mi caso», cuenta desde Córdoba. El proceso es completamente digital, y Jorge aportó como prueba de su estancia en el país unas nóminas. Sin embargo, al cabo de unos meses de silencio, el Home Office (el equivalente al ministerio del Interior británico) le pidió más evidencias. «No encontraba qué otras pruebas podía aportar, quizás lo ponía claramente pero, como mi inglés no es muy bueno, supone una barrera para una página tan técnica como esa», reconoce el joven.
El tiempo fue pasando, «tardaban meses en contestarme a los correos y solo recibía respuestas automatizadas. Lo último que me pidieron fue ¡un certificado de matrimonio!, cuando yo no estoy casado con ninguna inglesa». La negativa llegó el pasado 23 de junio. Hace tan solo unos días, Jorge recibió una oferta para trabajar en un hotel en las Highlands escocesas, «algo que sería mi sueño». Sin embargo, para poder conseguirlo ahora deberá someterse a la durísima nueva ley de inmigración, que prevé un sistema de puntos y que excluye a prácticamente todos los aspirantes a trabajos no cualificados. «Me he quedado muy decepcionado porque estoy enamorado del Reino Unido y mi intención era quedarme allí hasta que me hartase», lamenta.
Desde que se puso en marcha el EUSS, tanto el gobierno británico como las distintas embajadas europeas, ONG y grupos de presión como 'The 3 Million' han desarrollado una intensa labor de información sobre los riesgos de no acogerse al programa y quedar en situación de ilegalidad una vez que se consumó la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
La mayoría, sin problemas
En la embajada española, por ejemplo, se creó la 'Ventanilla única del Brexit' para centralizar todas las dudas relacionadas con la nueva situación. Se mandaron cartas a todos los españoles mayores de 70 años y se puso en marcha una campaña para recordar a los padres que también tenían que solicitar el permiso de residencia para sus hijos. La inmensa mayoría lo ha reclamado sin problemas, pero siempre hay algunos que se cuelan por las rendijas del sistema. «El problema es que lo que no te llega no sabes que existe», reconocen desde la 'Ventanilla', donde creen que los problemas empezarán a surgir en las próximas semanas o meses. Muy probablemente cuando algunos vuelvan de vacaciones y se encuentren en la frontera con que les exigen un permiso de residencia que desconocen que necesitaban.
«Hay mucha gente que no va a saber qué pasa hasta que llegue la misma Policía a su casa o les manden la carta de la Home Office invitándoles a salir del país», advierte David Casarejo, presidente del Consejo de Residentes Españoles en el Norte del Reino Unido, quien recuerda que otro problema lo plantean los que sí lo solicitaron a tiempo, pero aún no han obtenido respuesta, ya que «a partir de ahora, sí que te pueden pedir pruebas físicas de tu estatus de residencia».
«A cuenta del pasaporte, nos preocupa que el niño pierda sus derechos en Inglaterra porque queremos quedarnos»
áUREA MAZARIEGOS Y ÁLEX GÓMEZ
Esa es ahora mismo la principal angustia de Áurea Mazariegos, que vive en Cambridge. Su hijo nació el 23 de diciembre y hasta mediados de junio no consiguió hacerle el pasaporte por el colapso de los servicios del consulado español en Londres. Sin el pasaporte no podía iniciar su proceso de solicitud y, aunque pudo hacerlo finalmente en los últimos días del plazo, aún no ha obtenido respuesta. «Nos preocupa que el niño pierda sus derechos en Inglaterra porque queremos quedarnos», reconoce por teléfono desde España, donde está pasando las vacaciones. Áurea espera, no obstante, no tener problemas en el aeropuerto a la vuelta: «Quiero pensar que todo va a ir bien».
La situación de otras familias es aún peor. «Unos padres nos contactaron porque a ellos les habían concedido el permiso de residencia y a su hijo de tres años se lo habían denegado», cuenta Sylvia Ordás, voluntaria de Settled, una de las organizaciones sin ánimo de lucro que ha asesorado en los últimos años a europeos en los trámites para regularizar su situación tras el Brexit.
La solicitud se hace desde una aplicación para móviles que, sin embargo, solo soportan los dispositivos más modernos, una traba para personas que no están familiarizadas con la tecnología. «Hemos tenido de todo, pero sobre todo gente mayor y sola, en las últimas semanas hemos ayudado a hacer muchas en persona, porque había algunos que no sabían ni bajarse la aplicación», explica Ordás, que se ha encargado de atender la línea en español del organismo.
«Ahora mismo es muy difícil saber cuántas personas se han quedado fuera», reconoce Noelia Martínez, coordinadora del Citizen Rights Project que, desde otoño de 2018, ofrece información y asesoramiento sobre el EUSS a los europeos residentes en Escocia. Pero los casos, advierte, van a llegar, «quizá cuando esas personas tengan que pedir prestaciones sociales, o entrar en una casa o un trabajo nuevo. Y entonces lo importante será que no se escondan, que pidan ayuda para solucionarlo».
TITULO: EL MAGO DEL TIEMPO - El Tiempo del Lunes hasta el Jueves,.
El Tiempo del Lunes hasta el Jueves,.
TITULO: Volando voy - Jesús Calleja - Julio Pérez Díaz ,.
La demografía se ha usado muchas veces para asustar»,.
Rechaza que la baja natalidad deba preocuparnos porque las circunstancias han cambiado tanto que incluso así la población sigue creciendo. «Si fuera por las previsiones, estaríamos muertos hace años», dice,.
Julio Pérez Díaz es un demógrafo con una larga experiencia investigadora en su campo que se traduce en numerosas publicaciones. Desde 2007 es científico titular del Centro de Ciencias Humanas y Sociales, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Es especialista en lo que algunos definen como envejecimiento de la población, concepto que a él no le gusta. En esta entrevista desmonta numerosos tópicos sobre la baja natalidad y sus efectos.
- Un tema recurrente en España es que la baja tasa de natalidad amenaza con el envejecimiento de la sociedad e incluso una reducción de la población. ¿Realmente estamos ante una situación grave?
- Se habla de esto desde el siglo XIX y no es un discurso propio de España, sino a nivel mundial. El diagnóstico es absurdo: quienes lo hacen no han entendido lo que ha cambiado la demografía. Incluso sin inmigración, antes de la pandemia teníamos en España la población más numerosa de su Historia. En ese tópico hay un componente moral.
- ¿A qué se refiere?
- Se piensa que la baja natalidad se debe a que la mujer ha perdido los valores tradicionales y no quiere reproducirse, y eso se considera inmoral. Son tonterías que podían colar hace un siglo, pero hoy... El cambio demográfico de los cien últimos años es la revolución humana más importante de este tiempo.
- Los países nórdicos, que tuvieron las tasas de natalidad más bajas, están ahora en cifras superiores. ¿Es un fenómeno debido a las políticas implantadas o es ajeno a las mismas?
- Aquí estamos ahora en una tasa algo por encima de 1,3 y en esos países están casi en el 2. Suecia, que es el emblema en esto, tiene políticas de igualdad de género, de conciliación, porque intentaban que las mujeres trabajaran. Son políticas sociales, no de natalidad.
- ¿La economía es el factor crucial que explica el descenso o es más una cuestión cultural?
- La economía es importante, pero no opera en solitario. Los requerimientos de hoy para formar pareja y tener hijos son más complicados. Hay que entender cuánto cuesta reproducirse y eso no es solo tener hijos. Implica trabajo, inversión, tiempo... La mitad de los niños nacidos hace un siglo morían antes de cumplir 15 años. Los recursos que una familia dedicaba entonces a los hijos eran muy pocos; al revés, siendo bien pequeños trabajaban para sostener el hogar familiar. Eso ha cambiado radicalmente.
- En apenas dos o tres generaciones.
- Un niño que nazca hoy en España tiene muy probablemente cien años de vida por delante. Aquí hay una generación que se deslomó para que sus hijos, los del 'baby boom', tuvieran estudios. La siguiente ya era un grupo urbano que se podía permitir mantener indefinidamente a los hijos en casa, y cuando se independizan incluso se les da dinero para que vivan mejor. Esta generación está retrasando su llegada a la edad adulta como nunca antes ha sucedido. Quizá en el futuro no tengamos la misma visión de la sucesión de etapas vitales que ahora.
Colar un discurso
-¿Por qué?
- Hoy uno es joven hasta casi los 50 y hay parejas que viven cada uno en su casa, tan felices. Los hijos tienen más tiempo para hacer ensayos (en el trabajo, con la pareja) porque hay padres que los sostienen. Y la inmigración forma parte de este cambio. Estamos en la mejor situación demográfica que hemos tenido nunca.
- Suele hablarse del individualismo y el hedonismo como motivos que explican el menor número de hijos de las parejas. ¿Es así?
- Me pregunto por qué quienes dicen eso no se plantean que la gente quiere tener hijos en unas condiciones determinadas. En ese asunto nos están colando también un discurso que carece de sentido. Ciñéndonos a los datos: desde comienzos del siglo XX y con un descenso continuo de la natalidad el planeta ha pasado de 1.000 a 7.000 millones de habitantes. ¿Dónde está el problema de la baja natalidad?
- ¿Las llamadas políticas natalistas, suponiendo que existan, de los gobiernos de izquierdas y derechas en España han sido igual de ineficaces?
- En España y en otros lugares. Lo que ha sucedido en Francia lo explica: allí daban ayudas directas y no funcionaron. Luego cambiaron a la política del tercer hijo y era a partir de ese momento cuando se concedían. Pero el problema real para las clases trabajadoras no era tener el tercero sino el primero, de manera que la política era socialmente retrógrada porque terminaba ayudando a quien no lo necesitaba.
- Es decir, que en esta materia todos los gobiernos parecen dar palos de ciego.
- Porque en realidad pretender captar el voto. Una política de este tipo, si hace falta, requiere medidas económicas, relativas a la vivienda, laboral... En Cataluña, Pujol -autor de un libro sobre inmigración que contiene conceptos que hoy tacharíamos directamente de racistas- puso en marcha una medida que consistía en desgravar a las familias que invirtieran en vivienda para sus hijos jóvenes.
- Que terminó por elevar el precio de la vivienda, claro.
- Por supuesto. No ha habido una receta que de verdad se haya revelado eficaz. En España se ha potenciado un modelo de familia tradicional porque no se ha entendido nada de la evolución demográfica. En ese mismo sentido, en Alemania dan dinero a las mujeres que se quedan en casa para cuidar a sus hijos. Y no ha subido la fecundidad. Ahora estamos debatiendo sobre planes que aspiran a subir la tasa dos o tres décimas. Antes las parejas tenían seis hijos porque era eso o te extinguías. La situación actual nada tiene que ver. Así se explica que Irán haya pasado en muy pocos años de siete hijos por mujer a dos.
- Otro tópico relaciona la baja natalidad con la dificultad o incluso la imposibilidad de pagar las pensiones futuras.
- Si fuera así, deberían explicarnos por qué no han quebrado ya los estados dado que la población mayor es ahora de dimensión superior a la de hace veinte años y la protección es mejor, y la quiebra anunciada no se ha producido. A mediados de los noventa participé en un estudio en el que analizamos datos de población en España entre 1964 y 1994. El censo había crecido en siete millones y en cambio había el mismo número de ocupados.
- ¿Cómo era posible?
- La demografía ha contribuido a ello. Los niños que nacen ahora no solo van a vivir más años: tendrán más formación, conocerán mucho más y por eso trabajarán en empleos cuyo perfil no es el de los años sesenta o antes, sino uno de mucha mayor productividad. Pensar que el cambio demográfico es malo para el sistema de pensiones es un error. Al revés, elevar el listón de las exigencias para tener hijos ha sido magnífico para el sistema. Otro tópico, y hay más.
Un repunte ligero
- ¿Cómo cuáles?
- Como que España es uno de los países más envejecidos de Europa, cuando no es cierto. Y hay uno relevante sobre las pensiones. La mayor parte de los países europeos dedican una parte de su recaudación por impuestos a la caja de las pensiones. Aquí se decidió que si hacía falta se completaría con deuda. Ha habido cambios en el sistema y habrá más pero no es cierto que no es sostenible. Europa, y España en ella, es una región opulenta que gasta dinero en cosas que hace solo veinte años eran impensables. Y estamos hablando de ruina del sistema de pensiones... La demografía se ha usado muchas veces para asustar. Si fuera por las previsiones, estaríamos muertos hace muchos años.
- ¿Qué pasa con los inmigrantes? ¿Cuánto tiempo tardan en adoptar el modelo de natalidad español?
- Hasta hace poco se daba por cierto que la natalidad de la primera generación de inmigrantes era más parecida a la de su país de origen que al de llegada. Ya no es así. La adaptación es inmediata. Y da igual de dónde vengan los inmigrantes. De todas formas, en esto tampoco se pueden comparar los datos de Soria con los de China, por ejemplo.
- Pues somos muy dados a comparar nuestra comunidad autónoma con Alemania o la UE en su conjunto.
- Lo que no tiene ningún sentido porque entran en juego muchos factores y cada vez es más contraproducente hacerlo así. El mundo se ha globalizado en muchas cosas, no solo en la circulación de mercancías, y lo paradójico es que seguimos hablando de diferencias culturales. Hoy se parece más a un nativo un inmigrante rumano que llega a Barcelona, que a un inmigrante andaluz en la misma ciudad en los años sesenta.
- Algunas célebres distopías se basan precisamente en la caída de la natalidad en determinados grupos sociales. ¿Tiene algún sentido?
- En Asia y África ya hemos visto que muchas mujeres abortaban si iban a tener hijas. Y hay novelas que cuentan cómo las mujeres escasean hasta tal punto que llegan a provocarse guerras. En el siglo XX, los dos grandes conflictos mundiales y el genocidio nazi dieron para hacer todas las distopías demográficas que queramos. Pero el gran desastre demográfico siempre es la muerte por guerra, hambrunas o epidemias. Lo demás nos lo montamos nosotros.
- La natalidad, pese a algunas predicciones, ha acelerado su caída durante la pandemia. ¿Repuntará siquiera coyunturalmente cuando esto acabe?
- Era lógico ese descenso. Cualquiera se atreve ahora a ir a un hospital a dar a luz. Y los hijos ya no se tienen por accidente. Espero un cierto repunte de la natalidad, como pasó en 1940, tras la Guerra Civil, aunque bajó al siguiente. Si hay una reactivación de la economía crecerán los nacimientos y la inmigración. Y habrá reactivación porque el número de licencias de construcción que se están solicitando anuncia un 'boom' del sector para 2022.
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