viernes, 1 de agosto de 2025

Atención obras - Cine - El director de cine Pedro Almódovar ,.Viernes - 1 , 8 - Agosto ,./ Detrás del instante - Marcel Barrena ,. / TARDE DE CINE CON - La sociedad de la nieve ,. / Historia de nuestro cine - Cine - Carmen , Viernes - 1, 8 - Agosto ,.

 

 TITULO: Atención obras - Cine - El director de cine Pedro Almódovar ,. Viernes -  1 , 8  - Agosto ,.

 Viernes -  1 , 8 - Agosto   a las 20:00 horas en La 2, foto,.

 El director de cine Pedro Almódovar,.

El director de cine Pedro Almódovar, en su estudio de Madrid 

Pedro Almodóvar, 75 años de cine: "Me aterroriza no darme cuenta de mi propio declive cuando llegue",.

El director manchego recibe, por fin, el Premio Donostia en plena efervescencia creativa pocas semanas después de conseguir el León de Oro en Venecia por 'La habitación de al lado',.

Un total de 23 largometrajes es lo que ha tardado el Festival de San Sebastián en reconocer con su premio de honor al más internacional de los directores españoles. No ha sido tanto despiste como problemas de agenda. O eso, al menos, es la explicación oficial. Démosla por buena. Pedro Almodóvar (Calzada de Calatrava, 1949), que viene de convertirse hace unas semanas en el segundo cineasta nacido en España tras Luis Buñuel en obtener el León de Oro y hoy cumple 75 años, se muestra cauto. No quiere que la euforia le pueda. Y no es fácil. La habitación de al lado, la cinta premiada en Venecia con Tilda Swinton y Julianne Moore en el reparto, es un nuevo salto al vacío en una carrera siempre al filo de todos los abismos. Se trata de su primera cinta en inglés y enteramente edificada sobre el rostro de sus personajes. Y se ha salido con la suya.

Tras su estreno el próximo 18 de octubre, le espera una larga temporada de premios. Hasta el Oscar si es preciso. De momento, el Premio Donostia. Nos recibe en su oficina/estudio en Madrid. En la misma ciudad que estos días se rinde homenaje a sí misma a través de las películas del director. "Todavía recuerdo lo que me impresionaron las colmenas de casas al lado de la M-30 detrás de las cuales había un descampado. Ahí nació la idea de '¿Qué he hecho yo para merecer esto?", dice.

¿Dónde vivió por primera vez en Madrid?
En Canillas, en el barrio de Prosperidad. Trabajaba en Telefónica, como se ha contado muchas veces. Lo que pasa es que pedí muchas veces permiso sin sueldo. Siempre me iba con la idea de no volver. Llegué a solicitar hasta seis permisos sin sueldo de tres meses cada uno. Trataba de hacer mi vida, pero en cuanto se me acababa el dinero volvía. Lo que no quería era ir pidiendo prestado por ahí. Ya empecé a trabajar en teatro, con Los Goliardos, y a hacer pequeños papeles en el cine, donde siempre me contrataban como figurante melenudo.
¿Confiaba en su talento? ¿En una de esas idas o venidas no se le pasó por la cabeza rendirse y acumular sexenios en Telefónica?
No sé si confiaba o no. Lo que sí sentía era la necesidad casi física de hacer cine, que era algo completamente disparatado para alguien como yo, porque tampoco sabía lo que era el cine. En el pueblo, de adolescente, estaba convencido de que las películas las hacían los actores. Fue cuando llegué a Madrid con 18 años que abrí los ojos. Madrid para mí era la ciudad no solo de la libertad, a pesar de vivir el dictador Franco, sino la ciudad de los teatros, de los cines y de los museos. Recuerdo que iba diariamente a la biblioteca y fue ahí donde descubrí de manera ordenada la historia del cine. Y fue ahí donde caí en la cuenta de que existía un puesto detrás de la cámara que era el de director.
Saltamos hacia adelante y nos vemos en San Sebastián para recoger un premio honorífico justo después de recibir otro por su última película. ¿No le abruma tanto reconocimiento?
Con respecto a los premios, he decidido no darme por aludido. Es decir, que no supongan un problema para mí en ningún sentido, que no me afecte, lo reciba o no. Y lo digo porque sé que es un cliché periodístico. En Venecia la prensa francesa me preguntaba constantemente por la Palma de Oro y hasta Vincent Lindon en la ceremonia de clausura de la Mostra me dijo que era una vergüenza que no la tuviera. Y no, yo no lo vivo así. En primer lugar, porque es un sentimiento muy negativo pensar en esos términos. La vida me ha compensado con creces. No me siento maltratado en absoluto. Sé que es un tema que da mucho juego, pero es cosa de vosotros, de la prensa.
En efecto, la Palma es la única que falta en sus vitrinas...
En Cannes me han dado premios por el guion, la dirección y han premiado a las actrices de mi película... El sistema de los jurados es como es. Cada uno es de su padre y de su madre y, aunque la idea de juntar gente diferente es buena, a la hora de la verdad los debates no son tan fructíferos. He sido miembro de jurados y sé cómo funcionan. Diré más, casi nunca estoy de acuerdo con los premios, ni siquiera con los Oscar. En lo que a mí respecta, lo relevante es que estoy vivo, sigo haciendo cine y los premios me permiten promocionar las películas. A veces pienso que estos premios me hubieran ayudado muchísimo cuando hice Pepi, Luci, Bom... o Laberinto de pasiones. La ley del deseo es la primera película que hicimos en nuestra productora El Deseo y estaba condenada a no hacerse...
No tuvo ninguna ayuda de hecho...
El Instituto del Cine (ICAA) nos negó la subvención. Y entonces es cuando hubiera necesitado el dinero, la promoción y los premios. Los Goya, por ejemplo, empezaron con Matador. Pero, por supuesto, si me los dan voy a recogerlos con agradecimiento. Hay un aspecto que sí es cierto que no me gusta tanto de los premios honoríficos. Me ocurrió en el Premio Feroz de Honor de hace un par de años. Este tipo de reconocimiento me convierten en un ser melancólico porque me hacen mirar para atrás. Y eso no me gusta, aunque sé que estoy obligado a hacerlo.

"No quiero acostumbrarme a las barbaridades que oímos cada día de la derecha y ultraderecha"

Recuerdo que lloró sobre el escenario...
Sí, en el montaje con mis películas aparecía mi madre hablando por teléfono y no estaba preparado para eso. Parecía que me hablaba a mí. Odio llorar en un escenario, pero mi experiencia me dice que delante de los focos tienes que hacer lo que te pide el cuerpo. Te quedas desnudo delante de todo y sin defensas. Era como si mi madre me hablara desde el más allá. Y en parte es verdad. Es lo que tiene el celuloide, que vive a su manera en el más allá. Es como una boutade, pero es cierto. El cine tiene algo de profecía. Me pasa mucho que lo que ocurre en mis películas acaba por ser una especie de ensayo de algo que acaba por suceder.
¿Por ejemplo?
En esta película, por ejemplo, que habla de la eutanasia. Días antes de volar a Venecia, mi gato, con el que vivía desde hace 14 años, enfermó. Tenía un bulto y le hicieron un TAC. Me fui de vacaciones una semana y cuando volví me dijeron que no había más remedio que sacrificarlo. De repente, te das cuenta de hasta qué punto estás apegado a una mascota que, en efecto, es un ser vivo. Fue muy doloroso y eso, de algún modo y sin querer comparar, está en La habitación de al lado. Fue premonitoria. Parece exagerado hablar de eutanasia con un gato... Pero recuerdo perfectamente el último momento en el que le mire antes de su muerte. Es terrible, pero sigo sin entender la muerte, cualquier tipo de muerte.
¿Qué le mueve a seguir y a seguir probando cosas nuevas? ¿Por qué hacer ahora una película en inglés?
Me mueve una pasión irracional. Lo curioso es que dure tanto tiempo, porque la pasión, cuando es entre humanos, no suele durar 44 años o se reconduce hacia una amistad profunda, que es un muy buen final. De hecho, es el mejor final posible de las pasiones entre humanos. Pero creo que cuando iba a la Telefónica durante esos 12 años y cogía el autobús a las siete de la mañana, pensaba constantemente cuándo dejaría de cogerlo para irme a hacer una película. Y lo vivía con mucha frustración. Era joven y había muchas cosas que vivir. Pero mi pasión ahora por el cine es mayor, porque es más adulta; es más consciente. No sé cuándo llegaré al final del ciclo creativo. Hay autores, como Fellini, que llegaron a la cima de su carrera con 40 años. Él siguió haciendo cine y se lo agradezco porque me encanta, como el fanático que soy, todo su cine. Pero sus últimos trabajos no son comparables a La dolce vita o Fellini, ocho y medio.
¿Le da miedo llegar a ese declive?
Lo que me aterroriza es no darme cuenta yo. Soy muy autónomo. Cuando voy a hacer una película consulto el proyecto con mi hermano y con toda mi gente, pero al final las decisiones las tomo yo de forma única y con todas las consecuencias. Si quiero hacer algo, lo hago y nadie se cruza en mi camino. Lo que espero es darme cuenta si realmente el ciclo creativo llega a su fin. Por otro lado, yo no hago cine para sanarme ni nada de eso, pero hacer cine me quita dolores. Cuando empecé a rodar Julieta, la espalda me dolía muchísimo por un problema de vértebras. Pensaba que no podría rodar la películas porque el rodaje exige mucho físicamente y yo ni siquiera podía estar de pie mucho tiempo. Pues milagrosamente casi, fue empezar y se pasaron todos los dolores. La espalda literalmente desapareció durante los tres meses de la película.
El cine es un buen analgésico entonces...
Sea como sea, como decía, lo importante es no mentirse a uno mismo. A lo mejor puedes mentir a los demás, pero nunca a uno mismo. Por ejemplo, nunca he hablado de las partes de mis películas que no me gustan. No quiero dar ideas.
¿Alguna vez ha dudado de su talento?
Nunca he hecho cine por dinero. Cuando empecé me conformaba con llegar a hacer cine underground que solo vieran cuatro o cinco personas. Por eso digo que mi pasión es irracional. Lo que sí he dudado es de que una película saliera bien porque hacer una película es una aventura enorme en todos los aspectos, tanto emocional como físicamente, que implica a muchísimas personas. Lo más fácil es que una película salga mal. De lo que nunca dudo es del hecho de que voy a darlo absolutamente todo durante el rodaje y después de él. Pero claro que he tenido inseguridades.
Tiempo atrás confesó que Kika había sido la vez que más cerca estuvo de fracasar.
Sí, quise hacer algo que no salió que era mezclar dos géneros opuestos como el noir y la comedia dándole forma de collage. Pero el collage solo tiene dos dimensiones y funciona mal en una obra dramática, que tiene muchas más. Me interesaba y me interesa mucho experimentar. Por lo demás, tampoco tuve suerte con el casting. Hay otra película que tampoco me gusta, pero no lo voy a decir.
Entonces, no ha dudado de su talento.
Más que dudar del talento, dudo de la vida que llevo. Quiero decir, yo me inspiro en todo lo que me rodea y cada vez me rodean menos cosas. Entonces, inevitablemente, cada vez estoy más condenado a hacer películas más íntimas. Por eso, en mis últimos trabajos apuesto por menos elementos tratados con más profundidad. La habitación de al lado, por ejemplo, es una película nada convencional que empieza con una serie de flashbacks para luego enclaustrarse en el espacio que ocupan dos actrices en una habitación. Eso es raro, no es una estructura académica. Y dudé, pero, al final, decidí arriesgarme.
Parece que ha funcionado. O, por lo menos, el León de Oro lo parece demostrar.
Digamos que ya tengo suficientes reacciones para pensar que la película se ha entendido y que se ha entendido con la intención que yo quería. Pero también soy consciente de que mi cine da lugar a muchos malentendidos.
¿Por ejemplo?
Recuerdo que en una fiesta en Nueva York se me acercó un hombre con gesto cómplice, como si fuéramos dos animales de la misma especie, para ofrecerme un poco de sadomasoquismo. Eso es lo que él había entendido viendo mis películas. Efectivamente, el hombre no había entendido nada.

"Mi pasión por el cine es más profunda ahora que de joven porque es más consciente"

Comenta que cada vez está más aislado, pero, por otra parte, no duda en interrumpir una sesión de fotos para pronunciarse políticamente o utiliza la rueda de prensa en Venecia para lo mismo.
Mi mundo se ha reducido cuantitativamente, pero eso no significa que haya cortado todo vínculo con el mundo en general. Al revés. Procuro estar informado de todo y atento a lo que pasa. Cuando se descubrió el gran secreto de Alice Munro [ocultó los abusos de su marido con la hija de ambos], por ejemplo, pensé en cómo habría cambiado Julieta [basada en tres cuentos de la autora canadiense] de haberlo sabido. No juzgo a Munro, pero, de repente, todo se convierte en algo mucho más complejo y misterioso. Habría cambiado completamente la perspectiva.
En un caso así, y siento la pregunta tan manida, ¿es posible separar autor de la obra?
Siempre he defendido que hay que separar al autor de la obra. Insisto en que no juzgo. Lo que sí creo es que la literatura de Munro adquiere con esta nueva luz unos perfiles distintos, que creo que son, además, mucho más interesantes, porque convierten a la escritora en una persona mucho más compleja de lo que creíamos. Y entramos en el terreno de lo que es políticamente correcto y lo que no lo es. Pensemos que quizá Hitchcock no existiría, si hubiera sido políticamente correcto. Es muy importante que alguien nos cuente historias de esos lados en los que nosotros no nos hemos atrevido o no hemos querido entrar. Pero esos lugares oscuros desde donde escribe, por ejemplo, Jean Genet, son necesarios. Si hay una patología que después se convierte en una obra de arte, miro la obra de arte y le tengo un enorme respeto y admiración a la obra de arte. Y, afortunadamente, al autor no tengo necesidad de conocerlo ni de ser su amigo. De todas formas, tengo la impresión de que están cambiando las cosas para bien porque lo cierto es que lo políticamente correcto va absolutamente en contra de la inspiración. Absolutamente en contra. En el momento de estar escribiendo un guion, tú sabes ya que hay alguien en este mundo a quien estás ofendiendo.
Dice que están cambiando las cosas. ¿Cómo lo nota?
Pienso en Titane, de Julia Ducournau, o en la reciente Babygirl, con Nicole Kidman. Pienso en Un amor, la novela Sara Mesa. 
 
 

 TITULO:  Detrás del instante  -  Marcel Barrena ,.  

 Miércoles -  6 , 13   - Agosto   a las 20:00 horas en La 2 / fotos,.

 Marcel Barrena,.

 La lucha de los vecinos de Torre Baró llega a los cines con la película 'El 47'

Marcel Barrena, director de 'El 47': "España es un país de mezcla, de viajeros y de emigrantes",.

  • La película El 47, basada en una historia real, tiene 14 nominaciones a los premios Goya en su edición 39,.
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    Las ciudades las construyen sus gentes. Cada gesto cotidiano de sus habitantes, a veces intencionado y otras inconsciente, contribuye a levantar los cimientos de una historia compartida.

    Así lo hizo Manolo Vital, un vecino de Torre Baró y conductor de autobús que desafió al Ayuntamiento de Barcelona cuando, en 1978, secuestró la línea 47 de autobuses. Su gesto no solo desmontó la excusa oficial de que el transporte público no podía pasar por las calles de su vecindario, sino que encendió una chispa de cambio que trascendió su barrio, convirtiéndose en símbolo de lucha vecinal.

    En la sección "El último clásico" de Las mañanas de RNE con Mamen Asencio, viajamos en el tiempo con Loquillo y Marcel Barrena, director y guionista de la película El 47, participada por RTVE, a aquella Barcelona de finales de los 70. Un recorrido por la música y los movimientos sociales que marcaron una generación.

    Como no podía ser de otra manera, la banda sonora de El 47 es una obra colectiva. Surge de unos pocos para llegar a todos. Distintos autores, trayectorias diversas y formas únicas de entender e interpretar la música se unen para generar emociones tan personales como universales.

    "La banda sonora vive de de muchas cosas distintas. Por un lado, está la música de cine, compuesta por Arnau Bataller. Por otro, tenemos canciones clásicas de Núria Feliu, por ejemplo, además del mítico tema "Gallo Rojo, Gallo Negro". También tenemos la canción original "El borde del mundo", creada por Valeria Castro", cuenta Marcel Barrena.

    Porque todo, hasta el último detalle y hasta el último acorde, están cuidados en este filme. Todas las historias tienen cabida. Todas las vivencias conviven. "El 47 es una película local, pero a la vez nacional. Se centra en la realidad de quienes ayudaron a construir el barrio de Torre Baró, pero también en la de aquellos que contribuyeron a construir Cataluña y España –explica el director–. Habla de todos porque este es un país de gente que ha tenido que buscarse un lugar en el mundo".

    Combatir el éxodo rural y defender la vida de pueblo en España,.

    De hecho, el protagonismo de la cinta es casi lo de menos. Se trata de una excusa. Es el hilo conductor para narrar miles de vidas invisibles para los libros de historia, pero inmortales para sus familias y comunidades. Entre ellas, las de los abuelos de Valeria Castro. "Cuando Valeria Castro, que es canaria, vio la película, me pidió hacer la canción porque le había recordado a cuando hace 80 años sus abuelos cruzaban de isla en isla", relata Barrena.

    Incluso los propios mayores del director están presentes en la trama y en el espíritu de El 47 . "Mis abuelos vinieron a Cataluña desde Peñarroya-Pueblonuevo y el Hoyo de Belmez en Andalucía. España es un país de mezcla, de viajeros y de emigrantes", añade.

    Una suerte de casualidad y deseo de ayudar fue lo que finalmente llevó a enfocar las cámaras hacia la vida y la lucha de Manolo y Torre Baró. Tras rodar la película Mediterráneo en Grecia con más de mil refugiados, en plena pandemia y con Dani Rovira enfrentándose al cáncer, Marcel Barrena no podía quedarse de brazos cruzados.

    "Fue una experiencia muy dura que me hizo querer contar algo sobre sobre mi ciudad, sobre mis lenguas y mi familia. Me puse a bucear por Internet y acabé descubriendo el blog de un señor que escribía sobre transportes metropolitanos. En él, había una esquela que decía: "Se cumplen diez años del fallecimiento del señor que secuestró un autobús", junto a un agradecimiento que ponía: "Gracias por acordarte de mi abuelo"", explica Barrena.

    Era la historia perfecta. Había relatos relevantes, personas interesantes y un contexto social, político y cultural vibrantes. "Recuerdo esa Barcelona del 78 con muchos detalles: el atentado de la Sala Escala, la fuga de Albert Boadella del Hospital Clínico o la fuga también de casi 50 presos de la Cárcel Modelo de Barcelona", relata Loquillo.

    Barcelona: epicentro social y cultural de la España de los 70,.

    "Barcelona era la ciudad a la que todos acudían porque se sentía más cerca de la libertad de Europa. "Era –cuenta– el lugar donde los movimientos gays, feministas y vecinales estaban en auge haciendo todo lo posible para cambiar las cosas. Barcelona era solidaria y, a la vez, repleta de ganas de modernizarse y cambiar la cara de España".

    No faltaba nada, ni siquiera la música. Esos años 70 y 80 tenían una banda sonora propia. "Recuerdo las jornadas en el festival Canet Rock, donde la cultura cambió del movimiento hippie al punk-rock y la new wave", agrega el cantante.

    A aquella Barcelona, epicentro musical y social de España así como sede "todas las compañías de discos", le ponían ritmo, entre otros, la banda estadounidense Blondie, el cantante argentino afincando en Cataluña Gato Pérez y los grupos madrileños Burning y Tequila.

    La rumba catalana de unos se mezclaba con los temas de rock y punk de los otros que, poco a poco, se fueron convirtiendo en himnos para sus vecinos, como el mítico "Heart of glass" de Blondie. "Fue la primera canción que tocaron en Canet Rock, en 1979, cuando cambió todo", señala Loquillo.

    Se produjo una transformación que dio paso a nuevos estilos marcando una era. "De repente había unos chavales con cazadoras de cuero, con gafas negras y con chapas de sus grupos favoritos que contrastaba con los restos de la época hippie. Empezaron a salir nuevos artistas, como Tequila ", explica el interprete de "Cadillac solitario". Fue "un momento clave para la música española" al igual que lo fue para la sociedad.

    TITULO:TARDE DE CINE CON - La sociedad de la nieve,.

     La sociedad de la nieve

     

    Reparto ,.Enzo Vogrincic. Agustín Pardella. Matías Recalt. Esteban Bigliardi. Diego Vegezzi. Fernando Contigiani García. Esteban Kukuriczka.

     En 1972, el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, fletado para llevar a un equipo de rugby a Chile, se estrella en un glaciar en el corazón de los Andes. Solo 29 de sus 45 pasajeros sobreviven al accidente. Atrapados en uno de los entornos más inaccesibles y hostiles del planeta, se ven obligados a recurrir a medidas extremas para mantenerse con vida.

     

    TITULO:  Historia de nuestro cine - Cine -  Carmen     ., Viernes  - 1 , 8  - Agosto ,.

     

     Carmen

     

     

    El Viernes   -  1 , 8 - Agosto    a las 22:15 por La 2, foto,.

     

     Reparto ,. Paz Vega, Leonardo Sbaraglia, Antonio Dechent, Joan Crosas, Jay Benedict, Joe Mackay, Susi Sánchez,.

     

     Durante un viaje por España, el azar convierte al escritor francés Prosper Merimée en testigo de una historia apasionante. La naturaleza libre y enigmática de una mujer llamada Carmen, su belleza meridional, su carácter arrebatado y pasional, hacen que el sargento José se convierta en víctima y protagonista de acontecimientos extraordinarios, de amores turbulentos y pasiones incontrolables, en una cadena de fatalismo, celos y sangre.

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