MAS QUE COCHE, EL MINI, EL 66% DE LOS ANCIANOS SON ATADOS EN LAS RESIDENCIAS,.-fotos,.
Sedar o atar durante horas a los ancianos enfermos en las residencias
son medidas muy controvertidas por las repercusiones éticas, morales y
jurídicas que conllevan. A pesar de que hasta el momento no existe
regulación normativa alguna, cada vez son más las asociaciones en
defensa de los mayores y contrarias a la sujeción mecánica o
farmacológica (a través de sedantes) de estas personas. Los datos no
dejan lugar a dudas. Según el estudio anual realizado por el Control de
Calidad, Inspección, Registro y Autorizaciones (CIRA) de la Comunidad de
Madrid, el año pasado dos de cada tres ancianos internados en una
residencia (66,2%) pasaron al menos unas horas del día atados a la cama o
sedados.
Durante la presentación del 'Documento de Consenso sobre Sujeciones Mecánicas y Farmacológicas', el secretario de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), Primitivo Ramos, denunció que el 85% de los dispositivos que se utilizan para «atar» al paciente «no están homologados». El también coordinador general del informe, que ha sido elaborado por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) junto con la SEGG, señaló que entre los argumentos más repetidos por estos centros para sujetar a este gran número de pacientes estaban «la prevención de caídas» en el 75% de los casos o el «vagabundeo errático» de los ancianos en el 15% de ellos.
Para Ramos, estas son razones «absurdas e insostenibles», ya que «no hay estudios que lo demuestren, sino más bien lo contrario». En su opinión, las sujeciones, siempre que no sean estrictamente necesarias, pueden provocar pérdida de masa muscular, atrofias, deterioro funcional, lesiones e incluso en los casos más graves, estrangulaciones y asfixias. El secretario de SEGG destacó que mientras que en 1992 los estudios hablaban de una muerte de un anciano por sujeción por cada mil casos, en 2003 ya eran cinco casos de cada mil. Por ello, Ramos aseguró que éste es un asunto en el que «la sociedad cada vez está más involucrada» porque afecta a un derecho fundamental de toda persona, como es la libertad.
Preservar la dignidad
En España, el país número uno en el ranking mundial en sujeciones -según datos del presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (Ceoma), José Luis Meler-, era necesario abordar este asunto con las administraciones públicas. Así, el documento de consenso se llevó a cabo con dos objetivos. Por un lado, preservar la máxima libertad, dignidad y autoestima del anciano y, por otro, velar por su máxima integridad personal y seguridad jurídica, según explicó en la presentación el director general del Imserso, César Antón. «A pesar de que la competencia en estos asuntos es de las comunidades autónomas, nuestra obligación como parte del Ministerio de Sanidad es establecer una referencia de actuación para estos casos», señaló Antón. El director del Imserso, que reconoció que llegar a un acuerdo entre los médicos, el Gobierno y las asociaciones antisujeciones fue «muy difícil», aseveró que era «necesario» abordar este tema porque en los momentos difíciles es cuando «deben salir a relucir los valores éticos y morales de la sociedad».
El consentimiento informado es otro de los aspectos que destacan los expertos en el documento. Debe ser realizado por escrito y siempre y cuando vayan a usarse sujeciones más allá de un episodio agudo motivado por un riesgo vital urgente. En este sentido, advirtieron de que son «ilegales» los genéricos y los que se obtienen en el mismo acto del ingreso.
Asimismo, el magistrado juez de Primera Instancia de Málaga, Herminio Maillo, sostuvo que el consentimiento informado es una «buena herramienta» porque se implica a más personas y es «exigible» con independencia del grado de discapacidad. Además, Maillo insistió en la necesidad de elaborar una legislación estatal que establezca los requisitos de cuándo deben ser utilizados estos instrumentos.
TÍTULO: CANTAR, POR EL MAR CORREN LAS LIEBRES,.
foto.la liebre,.
Ahora que vamos despacio, (bis)
vamos a contar mentiras, tralará, (bis)
Vamos a contar mentiras.
Por el mar corren las liebres, (bis)
por el monte las sardinas, tralará, (bis)
por el monte las sardinas.
Yo salí de un campamento (bis)
con hambre de tres semanas, tralará, (bis)
con hambre de tres semanas.
Me encontré con un ciruelo (bis)
cargadito de manzanas, tralará, (bis)
cargadito de manzanas.
Empecé a tirarle piedras (bis)
y caían avellanas, tralará, (bis)
y caían avellanas.
Con el ruido de las nueces (bis)
salió el amo del peral, tralará, (bis)
salió el amo del peral.
Chiquillo no tires piedras (bis)
que no es mio el melonar, tralará, (bis)
que no es mio el melonar.
Que es de una foncarralera (bis)
que vive en El Escorial, tralará, (bis)
que vive en El Escorial.
Durante la presentación del 'Documento de Consenso sobre Sujeciones Mecánicas y Farmacológicas', el secretario de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), Primitivo Ramos, denunció que el 85% de los dispositivos que se utilizan para «atar» al paciente «no están homologados». El también coordinador general del informe, que ha sido elaborado por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) junto con la SEGG, señaló que entre los argumentos más repetidos por estos centros para sujetar a este gran número de pacientes estaban «la prevención de caídas» en el 75% de los casos o el «vagabundeo errático» de los ancianos en el 15% de ellos.
Para Ramos, estas son razones «absurdas e insostenibles», ya que «no hay estudios que lo demuestren, sino más bien lo contrario». En su opinión, las sujeciones, siempre que no sean estrictamente necesarias, pueden provocar pérdida de masa muscular, atrofias, deterioro funcional, lesiones e incluso en los casos más graves, estrangulaciones y asfixias. El secretario de SEGG destacó que mientras que en 1992 los estudios hablaban de una muerte de un anciano por sujeción por cada mil casos, en 2003 ya eran cinco casos de cada mil. Por ello, Ramos aseguró que éste es un asunto en el que «la sociedad cada vez está más involucrada» porque afecta a un derecho fundamental de toda persona, como es la libertad.
Preservar la dignidad
En España, el país número uno en el ranking mundial en sujeciones -según datos del presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (Ceoma), José Luis Meler-, era necesario abordar este asunto con las administraciones públicas. Así, el documento de consenso se llevó a cabo con dos objetivos. Por un lado, preservar la máxima libertad, dignidad y autoestima del anciano y, por otro, velar por su máxima integridad personal y seguridad jurídica, según explicó en la presentación el director general del Imserso, César Antón. «A pesar de que la competencia en estos asuntos es de las comunidades autónomas, nuestra obligación como parte del Ministerio de Sanidad es establecer una referencia de actuación para estos casos», señaló Antón. El director del Imserso, que reconoció que llegar a un acuerdo entre los médicos, el Gobierno y las asociaciones antisujeciones fue «muy difícil», aseveró que era «necesario» abordar este tema porque en los momentos difíciles es cuando «deben salir a relucir los valores éticos y morales de la sociedad».
El consentimiento informado es otro de los aspectos que destacan los expertos en el documento. Debe ser realizado por escrito y siempre y cuando vayan a usarse sujeciones más allá de un episodio agudo motivado por un riesgo vital urgente. En este sentido, advirtieron de que son «ilegales» los genéricos y los que se obtienen en el mismo acto del ingreso.
Asimismo, el magistrado juez de Primera Instancia de Málaga, Herminio Maillo, sostuvo que el consentimiento informado es una «buena herramienta» porque se implica a más personas y es «exigible» con independencia del grado de discapacidad. Además, Maillo insistió en la necesidad de elaborar una legislación estatal que establezca los requisitos de cuándo deben ser utilizados estos instrumentos.
TÍTULO: CANTAR, POR EL MAR CORREN LAS LIEBRES,.
foto.la liebre,.
Ahora que vamos despacio, (bis)
vamos a contar mentiras, tralará, (bis)
Vamos a contar mentiras.
Por el mar corren las liebres, (bis)
por el monte las sardinas, tralará, (bis)
por el monte las sardinas.
Yo salí de un campamento (bis)
con hambre de tres semanas, tralará, (bis)
con hambre de tres semanas.
Me encontré con un ciruelo (bis)
cargadito de manzanas, tralará, (bis)
cargadito de manzanas.
Empecé a tirarle piedras (bis)
y caían avellanas, tralará, (bis)
y caían avellanas.
Con el ruido de las nueces (bis)
salió el amo del peral, tralará, (bis)
salió el amo del peral.
Chiquillo no tires piedras (bis)
que no es mio el melonar, tralará, (bis)
que no es mio el melonar.
Que es de una foncarralera (bis)
que vive en El Escorial, tralará, (bis)
que vive en El Escorial.
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