viernes, 2 de enero de 2015

REVISTA FOTOGRAMA, LEE CHILD ESCRITOR,.«Prefiero no conocer el secreto de mi éxito» / TEBEOS, EL ADN DE LOS HÉROES DE LA HISTORIETA PATRIA,.

 TÍTULO: REVISTA FOTOGRAMA, LEE CHILD ESCRITOR,.«Prefiero no conocer el secreto de mi éxito»,.

«Prefiero no conocer el secreto de mi éxito» · La literatura se pone ... «Mucha gente puede pensar que mi subcampeonato es un fracaso» ·

  LEE CHILD ESCRITOR,.-fotos.

Lee Child-foto,.

Lee Child
Lee Child, Bouchercon 2010.jpg Lee Child en Bouchercon XLI, 2010
Nombre de nacimiento Jim Grant
Nacimiento 24 de octubre de 1954 (60 años) Bandera de Inglaterra Coventry, Inglaterra
Nacionalidad Flag of the United Kingdom.svg Británica
Seudónimo Lee Child
Ocupación Novelista
Período 1997 - actualidad
Lengua de producción literaria Inglés
Lengua materna Inglés
Género Thriller
Cónyuge Jane Grant
Descendencia Ruth
Firma LeeChildSignature.png
Sitio web oficial
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Lee Child (Coventry, Reino Unido 1954), seudónimo de Jim Grant, es un escritor británico de thrillers. El protagonista de sus novelas es Jack Reacher, un exoficial de la policía militar norteamericana que, después de dejar el ejército, decide comenzar una vida de vagabundo a lo largo de Estados Unidos.

Biografía

Hijo de un funcionario, Lee Child nació en Coventry en 1954, pero a los cuatro años se mudó con sus padres y sus tres hermanos a Birmingham. Grant asistió a la Escuela Primaria Cherry Orchard en Handsworth Wood hasta la edad de 11 años.
En 1974 ingresó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Sheffield, pero sin la intención de desarrollar esos estudios profesionalmente. Concluida su etapa universitaria comienza a trabajar en Granada Television hasta 1995.

Carrera literaria

Después de abandonar su trabajo tras una restructuración de la compañía, Grant decide que quiere empezar a escribir novelas. En 1997 apareció Killing Floor, su ópera prima, y en el año siguiente se fue a vivir a Estados Unidos.
Su seudónimo de escritor, "Lee", viene de una broma familiar por un error de pronunciación de Reanult's Le Car, mientras que "Child" era un truco para aparecer en las estanterías de las librerías entre dos estrellas de la literatura de misterio como Raymond Chandler y Agatha Christie.
Según Grant, eligió el nombre Reacher (alcanzador, en español) para el protagonista de sus novelas un día que hacía la compra con su mujer Jane en un supermercado. Jane le dijo que, como Grant era muy alto, si no tenía éxito como escritor siempre podría trabajar en un supermercado alcanzando a la gente los artículos que estaban más arriba.
Algunos libros de la saga Jack Reacher están escritos en primera persona mientras que otros son en tercera persona. Child caracterizó los libros como historias de venganza, inspirado por el sentimiento de rabia que sintió al ser despedido.
A pesar de ser británico siempre se ha definido por un estilo de thriller norteamericano.
En 2007, Grant colaboró con otros 14 escritores para crear un thriller radiofónico de 17 episodios narrados por Alfred Molina y emitido en Audible.com desde el 25 de septiembre hasta el 13 de noviembre de 2007.
Grant fue elegido presidente de la asociación Mystery Writers of America en 2009.
En 2012 el guionista y director estadounidense Christopher McQuarrie adaptó al cine la novela Un disparo (One Shot) con el título de Jack Reacher y Tom Cruise como protagonista.

Bibliografía

  • Killing Floor (1997)
  • Die Trying (1998)
  • Tripwire (1999)
  • Running Blind (2000)
  • Echo Burning (2001)
  • Without Fail (2002)
  • Persuader (2003) — El inductor, trd: Juan Soler, Ediciones B, Barcelona, 2004
  • The Enemy (2004) — El enemigo, trd: Juan Soler, Ediciones B, Barcelona, 2005
  • One Shot (2005) — Un disparo, RBA Libros, Barcelona, 2011
  • The Hard Way (2006) — Edición en español bajo dos títulos: El camino difícil y Por el camino difícil, trd: Magdalena Palmer; RBA Libros, Barcelona, 2009
  • Bad Luck and Trouble (2007) — Mala suerte, RBA Libros, Barcelona, 2012
  • Nothing To Lose (2008)
  • Gone Tomorrow (2009)
  • 61 Hours (2010)
  • Worth Dying For (2010)
  • The Affair (2011)
  • A Wanted Man (2012)
  • Never Go Back (2013)
  • Personal (2014) — Personal, RBA Serie Negra, VIII Premio RBA de Novela Negra 2014,.
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  • TÍTULO: TEBEOS, EL ADN DE LOS HÉROES DE LA HISTORIETA PATRIA,.

    El ADN de los héroes de la historieta patriaEl ADN de los héroes de la historieta patria . 

    Antes de que Superman y Batman aterrizaran en España, los superhombres eran ibéricos. La presencia de los primeros se remonta a los años ...fotos,.

    El valenciano Pedro Porcel rescata en ‘Superhombres ibéricos’ a las figuras del cómic español del siglo XX,.

    Antes de que Superman y Batman aterrizaran en España, los superhombres eran ibéricos. La presencia de los primeros se remonta a los años 40, aunque su supremacía fue imparable desde los 70. A partir de la década de los 80 se certifica la defunción del superhéroe patrio, que años antes ya dio muestras de debilidad con la aparición de Hero-Man y Los Vengadores de la editorial Marvel. Pese a los poderes de Super Pumby, Superlópez, Delta 99, Los Titanes, Astroman o Pantera Negra, la guerra se perdió ante el invasor americano. Se impuso el trazo y se consolidó la trama del otro lado del Atlántico. El superhéroe dibujado en España se americaniza y pierde la peculiaridad ibérica para dar paso a «seres hipermusculados ceñidos a historietas creadas con modos narrativos miméticamente calcados del modelo ‘made in USA’», explica el valenciano Pedro Porcel, autor de ‘Superhombres ibéricos’ (Edicions de Ponent) y experto en el tebeo español. En esta obra, Porcel rastrea el ADN de los todopoderosos patrios y realiza un paseo por estas figuras de la cultura popular española de fabricación nacional, desde los años 20 hasta final del siglo XX. Es un estudio exhaustivo que abarca en su mayoría viñetas, pero también recorre el folletín, las novelas pulps y hasta películas.
    Porcel echa la vista atrás para reivindicar «un patrimonio cultural» eclipsado por otros iconos de la cultura anglosajona que «han terminado por devenir símbolo del país que les vio nacer». Así, el Capitán América es casi seña de identidad de EE. UU., cuyas aventuras continúan vivas. España carece de estas figuras pese a que las tuvo en un pasado no tan lejano.
    Los superhombres ibéricos eran «subdesarrollados, como la sociedad del momento. No eran de físico espectacular, eran de andar por casa y como tal realizaban hazañas modestas. Los superhombres eran hijos de las carencias sociales pero también del talento creativo de los autores». Esta definición de Porcel no resta ni un ápice de imaginación a las historietas que desde los años 20 se publicaron en España dado que, como mantiene el experto, «no hubo libertad de expresión por la censura, pero sí hubo cierta libertad imaginativa». Así, debido al control de las autoridades, el primer Superman que llegó a los kioscos españoles lo hizo con cierta metamorfosis castiza. Se rebautizó como ‘Ciclón el Superhombre’, Clark Kent pasó a llamarse Carlos Sanz y no trabajaba en el ‘Lonely Planet’ sino en el periódico nacional ‘La Jornada’, que dirigía Jorge Martín en lugar de Perry White. En la década de los 50, Superman volvió a sus orígenes e incluso editorial Valenciana, junto a Maga y Bruguera, publicaron sus viñetas. Un caso similar vivió Batman que se presentó al lector español como Alas de Acero en 1947 y más tarde Robin y el Murciélago. Recuerda Porcel que antes de que naciera Spiderman en Estados Unidos España alumbró a Mack Wan, el Invencible, uno de los primeros superhombres españoles. Mack Wan nació en 1934, casi tres décadas antes que el Hombre Araña. Publicado en forma de folletín por la editorial Marco, esta figura luce un traje ajustable que le cubre todo el cuerpo y media cabeza, invulnerable a cuchilladas o disparos y provisto de unas ventosas en muñecas y rodillas que le permiten adherirse a cualquier superficie o encaramarse a los techos. Como pionero de los superhombres, cuenta con un enemigo acérrimo que le persigue a lo largo de medio planeta, Tres garras.
    Antes, exactamente en 1948, de que en las pantallas de cine fascinase a medio mundo Robocop, de la mano de Paul Verhoeven en 1987, nació sobre el papel Erik, el enigma viviente, «medio hombre, medio máquina, de origen necromántico y con superpoderes prácticamente idénticos al de la criatura de celuloide».
    Si Mack Wan surgió en el folletín, el primer superhombre español de la viñeta fue Patria y Fe, según Porcel, y su lugar de nacimiento fue la revista ‘Pelayos’, una publicación «carlista, tradicionalista y de derechas», que surgió en 1937, en plena Guerra Civil. Los niños de la posguerra se vieron aliviados de su realidad gracias a la revista ‘Chicos’, que abrió la puerta «a una caterva de exploradores, gángster, cosmonautas, indios, tarzánidos y fieras» dispuestos a transportar a los lectores a «mundos lejanos» y alejados de las penurias y disciplinas de la época.
    Por las historietas de ‘Chicos’ desfilaron los superhombres ibéricos de rasgos muy singulares. Tres ejemplos. El primero, Sankro el meteoro, una figura que vuela, tiene fuerza sobrehumana y cierta invulnerabilidad; viste sencillamente como un antiguo romano (sandalias y túnica corta). Segundo caso, Sir Black, enmascarado, mago circense de frac y sombrero de copa, dotado de poderes hipnóticos con los que invoca falsas apariciones y domina la voluntad de sus enemigos; posee además unos guantes con ventosas que le permiten encaramarse por las paredes; «demuestra ser Sir Black en sus primeras aventuras el único superhombre anticapitalista de España y aún del mundo, combatiendo a los especuladores y a la fraudulenta banca responsable de la ruina y suicidio de su padre». Y tercer ejemplo, Pantera Negra, aparte de dar algunos brincos y puñetazos, caminaba sobre las aguas merced a sus portentosos zapatos motorizados.
    Más tarde el mundo estuvo a salvo en manos de S. ¿Quién era S? «Por más que se busque, no es posible encontrar un superhéroe tan educado como S. Enfrentarse diariamente a bandas de criminales, ‘rajáhs’ traidores o gorilas de fuego no es excusa para perder la impasibilidad ni los buenos modales. S es justiciero internacional y elegante que luce chistera y capa con la que cubre la reglamentaria malla y calzón, se peina hacia atrás, engominado para que no se le mueva un cabello por más que su vida se vea en peligro cada dos por tres. Calza botas de liviano tacón y usa un guante negro y otro blanco, el primero para protegerse de las radiaciones y el otro para zurrar a los maleantes», sostiene Porcel.
    Tierra de grandes figuras
    Los superhombres patrios fueron muy genuinos. Porcel subraya que algunos desplegaban cierto toque disparatado pero todos desprendían «una idiosincrasia ibérica». Pero, ¿hubo superhombres de cuño valenciano? «Pocos», contesta el autor de la publicación, y cita a El Capitán Látigo, El Duende, Misterioso X y Super Pumby.
    El Capitán Látigo nació en el folletín ‘S.O.S’ (1948), cabecera de editorial Valenciana, consagrada a la historieta de aventuras que no acababa de encontrar su lugar en el mercado. Dibujado por José Grau, el superhombre valenciano es uno de los primeros enmascarados. Es un paladín de sangre real cuyo enemigo es el emperador de Asia. Destaca Porcel el «banquete de felices incoherencias» en el relato del Capital Látigo, aunque destaca que su narrativa «es moderna y ágil. Grau se interesa por el lenguaje gráfico, elabora secuencias bien hilvanadas, arriesga con el montaje de la página y dota a los personajes de la vida que precisan».
    El Misterioso X, obra de Manuel Gago, se publicó en el sello valenciano Garga. Son historias de carácter policiaco, el superhéroe es un enigmático personaje que persigue con saña al delincuente, convirtiéndose en terror de los gángsters, quienes a su vez tratan de aniquilarle. El misterio que rodea a esta figura legendaria da lugar a situaciones de un interés apasionante que se acrecentaba a cada cuaderno, que costaba 1,25 pesetas.
    En 1961, la editorial valenciana Maga crea El Duende, que es «el postrer representante de una estirpe de héroes enmascarados que siembra el terror entre los delincuentes del mundo entero». Se enfrenta a criminales de altura, nada de gángsters o vulgares chorizos, sino villanos poderosos, como el chino Chug Lang, uñilargo, bigotudo y habitante de siniestra guarida de probeta y calavera, o al mismísimo Hombre de las Nieves. El Duende, dibujado por Jesús Serrano, «reside en un castillo medieval, posee un aparato de rayos capaces de dejarlo en un santiamén hecho un pincel por muy maltrecho que regrese de alguna de sus cotidianas peleas, y se hace acompañar por un perro lobo llamado Raudo. Su coraza es a prueba de balas, aunque a mitad de la serie la juzga innecesaria y se dedica a lucir torso desnudo y diminuto antifaz», explica Porcel. En las historias de este superhumano valenciano todo es «desmesura y frenesí», destaca.
    Pumby, personaje crucial
    Sin embargo, si hay una figura de la cultura valenciana con superpoderes y de notable éxito es Pumby. Aparece en 1955 en editorial Valenciana. «Pronto las peripecias de este personaje crucial de José Sanchis se convierten en las favoritas de los lectores», explica Porcel. Pumby comparte sus andanzas con Blanquita, su novia, que desempeña un papel más activo que el de tradicionalmente designado a las compañeras del héroe, y con el profesor Chivete, una especie de ‘mad doctor’ bueno que no para de inventar artilugios fantásticos. Porcel destaca que el estilo de Sanchis insufla vida a sus criaturas de papel, acentúa la sensación de celebración constante y recrea arquitecturas de color reales e imaginarias, en definitiva, despliega «esa capacidad de maravillar con las situaciones más absurdas».
    Editorial Valenciana, continúa Porcel, quiso explotar el filón de Pumby y en 1959 sacó al mercado la publicación trimestral Super Pumby. En esta nueva cabecera, aparece un nuevo gato que, sin abandonar sus esencias, «muta en superhéroe con todas las de la ley». Al ingerir zumo de naranja se convierte en una versión de sí mismo de capa roja y pijama azul, pero con un petardo en el pecho.
    «Cítrico y traca, todo muy valenciano, como el mismo autor», apunta Porcel. Super Pumby es «el más lozano de los superhéroes ibéricos», pero dejó acudir a los kioscos en 1973. Fue personaje más longevo.
    En esa época, recuerda Porcel, la industria de la historieta valenciana estaba prácticamente extinguida y el núcleo de influencia se desplazó a Barcelona. Por un cúmulo de circunstancias (la censura, la adaptación a los gustos del lector, el mercado editorial, etcétera) los sellos de la Comunitat no sobrevivieron.
    Las tiradas de más de 30.000 ejemplares de aquella época no volverán, entre otras cosas, porque los niños están alejados del cómic, asegura Porcel. Apenas hay viñetas para ellos y las que existen no son competencia ni con los superhéroes de Marvel y DC ni con los videojuegos. Son malos tiempos para los superhéroes de papel, aunque Pedro Porcel y la editorial alicantina Edicions de Ponent recuperan su legado. Los superhombres ibéricos nunca mueren.

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