'La Hora Musa', presentado por Maika Makovski ,
a las 22:55 horas, en La 2 martes - 9 - Julio , fotos.
RECLUSAS POR EL TEATRO CON ELENA CANOVAS,.
La funcionaria que abrió el telón de las mujeres presas,.
Elena Cánovas lleva más de 30 años subiendo la cárcel al escenario. La directora de Teatro Yeses transforma reclusas en actrices, ilumina con arte el camino de la reeducación social y consigue atrapar la mirada de la sociedad. Es la exfuncionaria de prisiones que, incansable, demuestra el poder transformador del teatro al servicio de la reinserción
Si la historia de Elena te ha hecho pensar y tú también quieres ayudar a esta causa para cambiar el mundo
En el primer acto de su biografía, Elena Cánovas recibió un uniforme, un manojo de llaves y un módulo a custodiar. Su cometido: recuentos y cacheos, la obligación de imponer la autoridad. Se había convertido en guardiana de ese hábitat artificial donde el sonido de los cerrojos y la omnipresente megafonía impone el ritmo de la vida en cautiverio. A los 23 años, recién divorciada, con dos niñas a su cargo y un título de asistente social bajo el brazo, acababa de obtener una plaza como funcionaria de prisiones. Huía de los trabajos de oficina que consideraba asfixiantes pero, al entrar en la cárcel de mujeres de Yeserías, no encontró el oxígeno que esperaba respirar.
La Ley General Penitenciaria de 1979, que Elena señala como “una de las más progresistas del mundo”, acababa de estrenarse. Llegó a la cárcel pensando en “cumplir el mandato constitucional que en el artículo 25 dice que, en las penas privativas de libertad, el fin primordial es la reinserción social”. Ahora, achaca a su anterior ingenuidad aquella visión idealista que había construido para su profesión. En realidad, “todo era muy desolador y muy poco proclive para la reinserción”. Se encontró a sí misma en un ambiente inhóspito donde “la seguridad empañaba todo”.
La encarnación de un personaje poliédrico
La rigidez que encontró en la cárcel no iba con aquella joven inconformista que deseaba contagiar a las reclusas su entusiasmo por la vida: “Tenía que establecer una distancia con la interna que me dolía profundamente porque yo quería también realizarme en mi trabajo. Entonces me di cuenta de que me había equivocado”. En busca de un giro argumental en la trama, rescató la pasión por el teatro que le había inculcado su profesora de literatura. Aquella docente y actriz frustrada de la niñez había puesto en ella la semilla que, contra todo pronóstico, estaba a punto de florecer en un tiesto de hormigón y concertinas. Nuestra protagonista superó las pruebas para entrar en la Real Escuela Superior de Arte Dramático (Resad) y nuevas raíces brotaron para su personaje. “A partir de ahí, cambió mi vida”, afirma Elena. Lo que no sabía es que el teatro sería también el balón de oxígeno con el que insuflar vida en la biografía de más de 700 mujeres condenadas durante su paso por prisión. En este segundo acto, Yeses estaba a punto de entrar en escena.Fueron los propios profesores de la Resad quienes animaron a Cánovas a plantarse ante la directora del centro penitenciario para proponerle la creación de un taller de teatro. A diferencia de los compañeros que observaba en las clases de arte dramático, aquellas mujeres “habían vivido”. Contaban con el bagaje de haber experimentado “vivencias antes de tiempo muy al límite que podían aportar a sus personajes”. Muchas de ellas eran chicas de su misma edad a las que la vida les había asignado roles abocados a finales infelices, pero que a través del teatro podían hacerse con herramientas indispensables para su retorno al tejido social.
El poder transformador del teatro
Independientemente del delito cometido, las reclusas a su cargo cumplían condena por no haber sabido convivir. La mayor parte de las chicas Yeses no habían recibido una educación con la que desarrollar sus aptitudes, carecían del apoyo de un contexto familiar sólido y sus vidas estaban marcadas por la pobreza o la drogadicción. La cárcel debía propiciar ese espacio donde volver a aprender a vivir en sociedad: “Son personas desprovistas de los medios que hemos tenido la mayoría y hay que aprovechar el tiempo de la cárcel para dárselos, para que sea constructivo”. Para Elena, “el castigo es la privación de libertad” y el tiempo impuesto en la pena debe suponer un antes y un después: “Ese tiempo se tenía que convertir en uno de aprendizaje y de enriquecimiento”, algo que para Elena “es una deuda que tiene la sociedad también con ellas”.El teatro no solo representa un espacio de libertad e intimidad donde crear y olvidar su cautiverio, sino también un reto donde enfrentarse al crecimiento individual y colectivo, a la autodisciplina y al aprendizaje del respeto por la convivencia. A diferencia de la vida, aquí sí se permiten ensayos y los errores cometidos pueden convertirse en recursos para representar lo humano desde la verdad. Tras pasar por Yeses, las reclusas “son chicas totalmente distintas” porque adquieren “conciencia de sí mismas, de su dignidad, de que pueden luchar en la vida”. Casi todas comparten “un sentimiento de injusticia sufrida” y por eso, a través de los textos dramáticos, algunos como Mal bajío creados por ellas mismas desde prisión, “denuncian las actitudes machistas, pelean la igualdad y son obras que siempre están cargadas de un mensaje de lucha por la justicia social”.
Para ilustrar la marginalización aún presente, Elena recuerda le etimología de la palabra con la que nos referimos en la calle a este espacio de vigilancia y castigo: “El talego es un trozo de tela donde se meten cosas y luego se cierra. En ese sentido, las cárceles son lugares donde entran personas y se cierran también; no sabemos nada de ellas”. Pero la esencia del teatro y su fin último es el de mirar y ser mirado, y por eso, en este viaje de dos direcciones, tanto intérpretes como público salen enriquecidos. Para muchas de las reclusas, Yeses ha supuesto “una tabla de salvación” y para los espectadores en libertad, un antídoto contra la indiferencia. La magia ocurre en el parpadeo, en ese lapso de libertad entre la subida y bajada del telón que permite que todos podamos vivir muchas más vidas.
TITULO: Cachitos de hierro y cromo - El diario HOY afianza su liderazgo en la región . Martes -9- Julio ,.
Martes - 9 - Julio a las 22:00 horas en La 2, foto.
El diario HOY afianza su liderazgo en la región,.
Con 104.000 lectores diarios, cuadriplica los que tiene El Periódico de Extremadura, según los datos de la segunda ola del EGM de este año,.
Más del 62 por ciento de las personas que leen prensa diaria en la región eligen informarse a través de este medio
La macroencuesta que mide tres veces
al año la audiencia de los medios de comunicación certifica que HOY
refuerza su posición de líder en las dos provincias extremeñas, Un total
de 71.000 personas en Badajoz y 33.000 en Cáceres escogen cada jornada
este periódico. En Badajoz la penetración de HOY es del 78 por ciento
por ciento frente a un 2,2 por ciento de El Periódico de Extremadura, lo
que supone que ocho de cada diez lectores de prensa en la provincia de
Badajoz eligen el diario HOY para informarse y que la presencia de
nuestro competidor es prácticamente inexistente. En los datos que ofrece el Estudio General de Medios disgregados por localidades, en los que se estudian diferentes rangos por población (que van desde municipios de menos de 2.000 habitantes a los superiores a 50.000, así como pueblos de tamaño intermedio), HOY es el periódico de pago más leído en todos ellos en Badajoz. Especialmente destacables son los 21.000 lectores en la capital pacense, donde el EGM muestra que El Periódico de Extremadura ya no tiene lectores, como tampoco en Mérida, ya que literalmente les da cero lectores.
HOY solo en la provincia de Cáceres tiene más lectores que El Periódico de Extremadura en toda la región
Los datos muestran incluso que en la
provincia de Badajoz hay más lectores que se decantan por los medios
nacionales para informarse antes que por El Periódico de Extremadura
(7.000 El Mundo, 7.000 El País, 2.000 el ABC, 2.000 La Razón y 2.000 El Periódico de Extremadura).La última ola del Estudio General de Medios muestra también que la prensa gratuita se desploma en la capital pacense, ya que La Crónica de Badajoz, único medio impreso diario, ha ido perdiendo lectores paulatinamente, pasando de los 16.000 que tenía en la primera ola de 2017 a apenas 3.000 lectores diarios en esta última ola, teniendo, por tanto, una presencia testimonial.
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