El Paisano - Los besos y los abrazos ya llegarán,.
Viernes -12- junio a las 22:10 horas en La 1 , fotos,.
Los besos y los abrazos ya llegarán,.
Regresan las visitas familiares. Los ancianos de las residencias vuelven a ver a sus hijos cara a cara. Les separa una mampara pero les une la alegría por el reencuentro,.
«No
voy a poder contarle nada, porque en cuanto empiezo a hablar me entran
ganas de llorar», se disculpa la mujer, que lleva todo el estado de
alarma sin salir de casa porque el coronavirus le da mucho miedo. Un
encierro voluntario que terminó anteayer por un motivo inaplazable:
visitar a su madre, anciana y enferma. Casi tres meses después, por fin
va a reencontrarse con ella. Lo mismo que Santos, el hombre que también
espera su turno en la calle y que igualmente habla de llorar, pero de
risa, que es como acaban a veces esos encuentros con su padre que la
COVID-19 suspendió. Faltan diez minutos para que se abra el horario de visitas familiares en la residencia San Francisco (Plasencia),
y a sus puertas parecen juntarse dos mundos con sus matices: el de los
hijos que visitan y el de los padres que son visitados. En este tiempo,
unos y otros han vivido soledades distintas, pero hay algo que les
iguala: todos estaban deseando que llegara este momento. El de acercar
lo que la pandemia alejó.
«¿Ha echado de menos a su hija estos tres meses?». Santiago Martín (96 años), sonriente, cabal, toda la vida como ganadero trashumante, recibe la pregunta como si le acabaran de poner encima de la mesa un platillo volante. «¡Menuda ocurrencia! ¿Pues y cómo no?», contesta. Está en una sala de la residencia, ha dejado a un lado su andador y se ha sentado en una silla. Enfrente tiene una mampara de metacrilato, y tras ella está Inés (69 años), la mayor de sus cuatro hijos. «Yo pienso que no solo a mí, que a todos nos ha costado dejar de ver a nuestros hijos, pero tenía que ser así… Yo como tengo tantos años… He conocido la viruela, el paludismo, que lo tuve de los nueve a los once años y lo pasé muy mal, la tuberculosis… Enfermedades que ahora se curan o para las que hay vacunas, pero cuando yo las tuve no había nada de eso».
La COVID-19 no la ha padecido. Al menos no en sentido estricto. Sí sus consecuencias, lo mismo que los otros 109 ancianos de esta residencia que de momento ha salvado la tormenta con seis contagiados, cinco de ellos trabajadores. El 13 de marzo, a las cuatro de la tarde, el centro recibió una comunicación oficial que les informaba de que ningún residente podía ya recibir visitas. Al rato, Inés, la hija mayor de Santiago, se acercó a ver a su padre pero ya no le dejaron entrar. «Es una situación dura la de no poder verle, aunque hemos seguido hablando por teléfono casi a diario, y algún día nos hemos visto por videollamada».
Son nimiedades en comparación con el alivio emocional que supone el reencuentro. Ni siquiera parece importar demasiado que las visitas de ahora no sean como las de antes, entre otros detalles por la mampara. «Las familias están muy concienciadas sobre la importancia de respetar las medidas de seguridad, y por la experiencia de estos días, yo creo que la mampara les hace sentirse protegidos» apunta Maria Teresa Cañada, la directora de la residencia.
Ella supervisa que todo se haga como mandan las nuevas normas, que incluyen no entrar ni salir de la residencia sin antes frotar bien las suelas de los zapatos en una alfombra impregnada de una solución desinfectante. «Funciona todo fenomenal, la verdad, no tengo más que agradecimiento hacia los trabajadores de esta residencia», resume Santos, que ya no podrá pasar a ver a su padre un día sí y otro no para echarse unas risas recordando las andanzas del tío Agustín el de Ahigal. De momento, cada residente no puede recibir más de una visita a la semana. Y sin besos ni abrazos. Santiago, optimista, no se queja. «Bueno –dice–, eso ya llegará».
Hay
muchas formas de sentirse orgulloso de un país, yo elijo la de sentirme
así por pertenecer a uno que es capaz de garantizar que nadie caiga en
la pobreza ante la indiferencia de los demás. En eso consiste el Ingreso
Mínimo Vital (IMV) que desde el día 15 puede ser solicitado y que según
los cálculos más prudentes beneficiará a 30.000 extremeños.
Esta ayuda, la paguita como ha sido despreciada por quienes no tienen problemas para llegar a fin de mes y además suelen incurrir en el postureo patriótico, tiene sus puntos débiles, como todo en la vida. El más obvio es que pueda desincentivar la búsqueda activa de empleo por parte de sus beneficiarios. Ese peligro existe, porque así es la condición humana. Sin embargo, el que pueda haber personas que hagan un mal uso de esta red que teje el Estado para los más frágiles no la invalida, igual que no se eliminan las pensiones porque alguien siga cobrando indebidamente el dinero de la abuela fallecida. Puede desanimar a que alguien trabaje, es verdad, pero se pueden arbitrar mecanismos de control y, en cualquier caso, prefiero correr ese riesgo al otro de ver cada vez más familias en las colas de entrega de alimentos.
Además, tener un empleo hace tiempo que dejó de ser garantía en nuestro país de tener una vida digna, lo cual es un problema de modelo económico. La crisis de 2008 dejó la secuela de un nuevo tipo de pobre, aquella persona que pese a tener trabajo no supera el umbral de la pobreza por la precariedad de su contrato y la bajada de los salarios.
El IMV es un efecto de esta realidad porque también ayudará a las personas que ya disponen de ingresos laborales periódicos, pero que son tan escuálidos que necesitan de un suplemento para alcanzar una renta mensual que les permita subsistir, y que se ha fijado entre los 461 y los 1.015 euros según la unidad familiar. La aparición trágica de la COVID-19 y sus consecuencias socioeconómicas solo ha adelantado la implantación del Ingreso Mínimo Vital, que ya estaba previsto en los acuerdos de la coalición de gobierno PSOE-Unidas Podemos.
Si algo está dejando tras de sí esta pandemia es también el reforzamiento del viejo Estado como garante de unos niveles de bienestar, frente al liberalismo rampante del sálvase quién pueda, al que se le han visto todas las costuras en esta crisis.
El IMV supondrá un desembolso de 3.000 millones de euros. En Francia, el Gobierno de Macron ha avalado 5.000 millones a una empresa como Renault para salvar puestos de trabajo. Decía hace unos días nuestro colaborador Javier Bardají que lo realmente meritorio hubiera sido que España pudiera pagar el IMV sin tener que recurrir a deuda, y dados sus conocimientos en la materia, no seré yo quien le lleve la contraria. Es cierto que lo ideal sería que nuestro país tuviera el suficiente músculo económico como para no tener que endeudarse si quiere afrontar este tipo de prestaciones, pero esa solo es la vertiente presupuestaria. Otra cosa es la visión política y, en ese sentido, me parece que se debe aplaudir que la acción de un gobierno marque este tipo de prioridades a las que solo Vox ha negado el voto.
En el caso de Extremadura, además de la inyección económica que supondrá, rebajando el número de hogares por debajo del umbral de la pobreza, es probable que también tenga el efecto de generar ahorro a las arcas regionales pues en la práctica se abonarán menos rentas básicas. Ambas prestaciones son complementarias, pero para ciertas unidades familiares el IMV es de mayor cuantía.
El nivel de personas que depende de una prestación, ayuda o subsidio en muy alto en nuestra región, impropio de lo que debe ser una economía dinámica y diversificada. Ojalá la cifra de personas que no necesiten de estas redes sea cada vez más reducido y que exista un tejido empresarial capaz de generar riqueza. Pero mientras, habrá que atender la realidad y dejarse de posturitas patrioteras.
Si
estos días de desescalada han consistido, para muchos de nosotros, en
reincorporar poco a poco algunas funciones vitales olvidadas, y para
algunos, directamente, en recuperar extremidades, órganos y otras partes
del cuerpo que habían quedado relegadas a un segundo plano durante la
cuarentena –pienso en las piernas, en los pies, en la espalda, en los
ojos–; mi última reconquista no ha nacido en mi casa y, desde luego, no
ha tenido que ver en sentido alguno con ningún recodo de mi voluntad: ha
llegado desde fuera. Más en concreto, desde el taller mecánico de mi
barrio, que me tenía secuestrado el coche desde antes del inicio del
estado de alarma. El diagnóstico fue tajante: hay que abrir y operar a
corazón abierto. El pobre necesitaba un trasplante de mariposa, una
parte del motor que, por lo que sea, rima con dolorosa: más de
trescientos euros en plena pandemia mundial que a mi bolsillo de
autónoma le han sentado de maravilla.
Sin embargo –al César lo que es del César–, el rescate de mi carraca me ha devuelto cosas que no sabía que extrañaba. Qué sensación esa de volver a mirar lejos, de volver a atisbar un horizonte medio desdibujado por una miopía que sin duda habrá crecido durante este tiempo, después de meses sin ejercitar la vista más allá de dos pantallas, cuatro paredes y una marabunta de gente concentrada a las ocho de la tarde. Qué raro es volver a calibrar unas medidas distintas a las del propio cuerpo, a las del hogar, a las del kilómetro de rigor. Qué placer tan tontorrón recobrar la carretera despejada, la velocidad reglamentaria, las ventanillas abiertas, a los Estopa en los altavoces. Y eso que no me gustan los coches. De hecho, yo ni siquiera iba al volante.
Extremely Wicked, Shockingly Evil, and Vile (Extremadamente cruel, malvado y perverso en España, Ted Bundy: Durmiendo con el asesino en México y Retrato de un asesino en Hispanoamérica) es una película biográfica estadounidense de suspenso policíaco de 2019, dirigida por Joe Berlinger y escrita por Michael Werwie, protagonizada por Zac Efron como el asesino en serie Ted Bundy,2 así como por Lily Collins, Kaya Scodelario y John Malkovich.
Anunciada por primera vez en mayo de 2017, la fotografía principal de la película comenzó en enero de 2018. La cinta tuvo su estreno mundial en el Festival de Cine de Sundance el 26 de enero de 2019 y fue estrenada en Netflix el 3 de mayo de 2019.
En 1969 en Seattle, el estudiante de Derecho Ted Bundy (Zac Efron) conoce a Liz Kendall (Lily Collins), una secretaria y madre soltera. Los dos comienzan a salir y Ted ayuda a Liz a criar a su pequeña hija, Molly.
En 1974, los informes noticiosos anuncian los asesinatos de varias mujeres jóvenes, incluidas dos que desaparecieron a plena luz del día en el lago Sammamish. Varias personas vieron a un hombre parecido a Ted pidiéndole a las mujeres que lo ayudaran a cargar un velero en un Volkswagen Beetle. Se publica un bosquejo compuesto del atacante y, tras cientos de llamadas telefónicas, Ted es arrestado en 1975.
Una joven llamada Carol DaRonch saca a Ted de una fila de policías, alegando que la había secuestrado y amenazado con matarla antes de que ella lograra escapar. Ted es puesto en libertad bajo fianza y regresa a casa con Liz, que está molesta después de leer un artículo sobre él en el periódico. Ted explica que a Carol se le mostró su foto antes de que se llevara a cabo la alineación, razón por la cual le resultaba familiar, y cree que se está preparando. Después de un juicio de banco de cuatro días, Ted es declarado culpable de secuestro agravado y condenado a cumplir un mínimo de uno a un máximo de 15 años en la prisión estatal de Utah.
Unas semanas más tarde, las autoridades de Colorado acusan a Ted del asesinato de Caryn Campbell y lo transfieren a Aspen, Colorado en 1977. Liz se niega a creer que Ted es culpable, pero los eventos comienzan a afectarla y comienza a beber alcohol regularmente. Mientras está en el Palacio de Justicia del Condado de Pitkin, Ted elige servir como su propio abogado y, como tal, se le exime de usar esposas o grilletes en las piernas. Durante un receso, Ted escapa del juzgado saltando por una ventana del segundo piso y corriendo hacia las montañas, pero es recapturado después de seis días.
Liz visita a Ted y termina su relación. Más tarde escapa de nuevo después de cortar un cuadrado en el techo de su celda. Dos mujeres en una casa de hermandad son asesinadas en la Universidad Estatal de Florida, seguidas de ataques feroces contra dos más. Después de que Ted es arrestado, intenta contactar a Liz pero ella siempre lo cuelga. Comienza a recibir seguidores de mujeres que están fascinados por él, algunos incluso afirman que lo aman. Ted es visitado por una vieja amiga, Carole Ann Boone (Kaya Scodelario), quien cree que es inocente y se muda a Florida para estar más cerca de él.
Un preventiva acuerdo con el fiscal se negocia en el que Bundy se declararía culpable de matar a las dos chicas de la hermandad, Lisa Levy y Margaret Bowman, y la jovencita de doce años de edad, Kimberly Leach, a cambio de una sentencia de 75 años de prisión en lugar de la pena de muerte, pero él se niega. Ted y Carole Ann se acercan mientras lo visita regularmente; los dos comienzan una relación, pero Ted continúa contactando a Liz, quien sigue sus juicios por televisión. Ella lleva la culpa de ser la persona que dio el nombre de Ted a las autoridades de Seattle en 1975. Ted luego le propone matrimonio a Carole Ann y se casan.
La evidencia física discriminatoria se proporciona en la corte, incluida una combinación de un molde de yeso de los dientes de Ted con las impresiones de heridas de mordedura en los glúteos de Levy. En menos de siete horas, el jurado condena a Ted por los asesinatos de Levy y Bowman, tres cargos de intento de asesinato en primer grado y dos cargos de robo. El juez de primera instancia Edward Cowart (John Malkovich) impone penas de muerte por las condenas por asesinato que se llevarán a cabo con una ejecución por electrocución.
Diez años después, Liz recibe una carta de Ted y lo visita, tomándole una fotografía que le dio un detective. Ella exige la verdad, pero Ted sigue negando tener algo que ver con los asesinatos. Luego le muestra a Ted la fotografía, una imagen de la escena del crimen de una de sus víctimas decapitadas. Ted finalmente admite que le cortó la cabeza al escribir la palabra "sierra para metales" en la ventana empañada de rocío de la sala de visitas con los dedos, antes de borrarla con la mano. Liz sale de la prisión en estado de shock, pero su nuevo esposo y su hija adolescente la encuentran afuera, y proclama que está bien.
Cuando termina la película, las imágenes de archivo y el texto en pantalla dicen que Ted fue ejecutado en enero de 1989, a la edad de 42 años. Ted había confesado más de 30 asesinatos días antes de su ejecución y sus cenizas estaban dispersas en las montañas Cascade, donde había depositado los restos de sus numerosas víctimas., etc,.
El accidente de Chernóbil1 fue un accidente nuclear sucedido el 26 de abril de 1986 en la central nuclear Vladímir Ilich Lenin, ubicada en el norte de Ucrania, que en ese momento pertenecía a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, a 3 km de la ciudad de Prípiat, a 18 km de la ciudad de Chernóbil y a 17 km de la frontera con Bielorrusia. Es considerado el peor accidente nuclear de la historia, y junto con el accidente nuclear de Fukushima I en Japón en 2011, como el más grave en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares (accidente mayor, nivel 7). Asimismo, suele ser incluido entre los grandes desastres medioambientales de la historia.23
Las causas y desarrollo del accidente son objeto de controversia. Existe un consenso general en que desde el día anterior se venía realizando una prueba que requería reducir la potencia, durante la cual se produjeron una serie de desequilibrios en el reactor 4 de esta central nuclear. Estos desequilibrios desembocaron en el sobrecalentamiento descontrolado del núcleo del reactor nuclear y en una o dos explosiones sucesivas, seguidas de un incendio generalizado. Las explosiones volaron la tapa del reactor de 1200 toneladas y expulsaron grandes cantidades de materiales radiactivos a la atmósfera, formando una nube radiactiva que se extendió por Europa y América del Norte.45 La cantidad de dióxido de uranio, carburo de boro, óxido de europio, erbio, aleaciones de circonio y grafito expulsados,6 materiales radiactivos y/o tóxicos, se estimó que fue unas 500 veces mayor que la liberada por la bomba atómica arrojada en Hiroshima en 1945, causó la muerte de 31 personas en las siguientes dos semanas y llevó al Gobierno de la Unión Soviética a la evacuación de urgencia de 116 000 personas, provocando una alarma internacional al detectarse radiactividad en al menos 13 países de Europa central y oriental.7
Después del accidente, se inició un proceso masivo de descontaminación, contención y mitigación que desempeñaron aproximadamente 600 000 personas denominadas liquidadores en las zonas circundantes al lugar del accidente. Se aisló un área de 30 km de radio alrededor de la central nuclear conocida como zona de alienación, que aún sigue vigente. Solo una pequeña parte de los liquidadores se vieron expuestos a altos índices de radiactividad. Dos empleados de la planta murieron como consecuencia directa de la explosión y otros 29 fallecieron en los tres meses siguientes. Unas 1 000 personas recibieron grandes dosis de radiación durante el primer día después del accidente, 200 000 personas recibieron alrededor de 100 mSv, 20 000 cerca de 250 mSv y algunos 500 mSv. En total, 600 000 personas recibieron dosis de radiación por los trabajos de descontaminación posteriores al accidente. 5 000 000 de personas vivieron en áreas contaminadas y 400 000 en áreas gravemente contaminadas. Hasta hoy no existen trabajos concluyentes sobre la incidencia real, y no teórica, de este accidente en la mortalidad de la población.8
Tras prolongadas negociaciones con el Gobierno ucraniano, la comunidad internacional financió los costes del cierre definitivo de la central, completado el 15 de diciembre de 2000. Inmediatamente después del accidente se construyó un «sarcófago», para cubrir el reactor y aislar el interior, que se vio degradado con el paso del tiempo por diversos fenómenos naturales, y por las dificultades de construirlo en un ambiente de alta radiación, por lo que corría riesgo de degradarse seriamente. En 2004, se inició la construcción de un nuevo sarcófago para el reactor. El resto de reactores de la central están inactivos.8
En noviembre de 2016, treinta años después de la tragedia, se inauguró un nuevo sarcófago, al que se denominó «nuevo sarcófago seguro» (NSC, por sus siglas en inglés), una estructura móvil, la mayor construida hasta la fecha en el mundo, en forma de arco de 110 metros de alto, 150 de ancho y 256 de largo y más de 30 000 toneladas de peso. Se construyó a 180 metros del reactor y luego se ubicó sobre él, desplazándolo mediante un sofisticado sistema de raíles. Se construyó con características que le dieron una durabilidad estimada de más de cien años. El coste final de la estructura fue de 1500 millones de euros, financiado por el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD), junto a la colaboración de 28 países que aportaron 1417 millones de euros, y construido por la empresa francesa Novarka. La estructura está equipada con grúas controladas a distancia con el objetivo de ir desmontando la antigua estructura., etc,.
acerca a los espectadores el lado más desconocido de
personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una
hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al
invitado y también al propio Bertín Osborne, en Telecinco a las 22:00, el viernes -19- Junio ,etc.
«¿Ha echado de menos a su hija estos tres meses?». Santiago Martín (96 años), sonriente, cabal, toda la vida como ganadero trashumante, recibe la pregunta como si le acabaran de poner encima de la mesa un platillo volante. «¡Menuda ocurrencia! ¿Pues y cómo no?», contesta. Está en una sala de la residencia, ha dejado a un lado su andador y se ha sentado en una silla. Enfrente tiene una mampara de metacrilato, y tras ella está Inés (69 años), la mayor de sus cuatro hijos. «Yo pienso que no solo a mí, que a todos nos ha costado dejar de ver a nuestros hijos, pero tenía que ser así… Yo como tengo tantos años… He conocido la viruela, el paludismo, que lo tuve de los nueve a los once años y lo pasé muy mal, la tuberculosis… Enfermedades que ahora se curan o para las que hay vacunas, pero cuando yo las tuve no había nada de eso».
La COVID-19 no la ha padecido. Al menos no en sentido estricto. Sí sus consecuencias, lo mismo que los otros 109 ancianos de esta residencia que de momento ha salvado la tormenta con seis contagiados, cinco de ellos trabajadores. El 13 de marzo, a las cuatro de la tarde, el centro recibió una comunicación oficial que les informaba de que ningún residente podía ya recibir visitas. Al rato, Inés, la hija mayor de Santiago, se acercó a ver a su padre pero ya no le dejaron entrar. «Es una situación dura la de no poder verle, aunque hemos seguido hablando por teléfono casi a diario, y algún día nos hemos visto por videollamada».
«Las familias están concienciadas sobre la importancia de la seguridad, la mampara les hace sentirse protegidos»
Mª Teresa Cañada | Dtora. residencia San Francisco
«Ese
aparato ni se oía ni se veía bien, hablabas y al otro no le llegaba lo
que habías dicho hasta un rato después», comenta entre risas Santos, que
está con su padre en uno de los jardines del complejo. El anciano que
no lo parece se llama Saturnino Paniagua y tiene 92
años pero la lucidez mental de alguien varias décadas más joven. Nació
en Ahigal, donde regentó un ultramarinos, luego se fue a Valrío y allí
tuvo un bar, y por último se estableció en Alagón del Río para trabajar
«en la parcela». En la residencia San Francisco comparte habitación con
su mujer (94 años), enferma de alzhéimer en fase avanzada que hace unas
semanas le dio un susto. Tuvo un poco de fiebre y tuvieron que
separarles porque así está escrito en los protocolos de seguridad frente
al coronavirus. Al final ella dio negativo. «Muy aburrido»
«Yo este tiempo lo he llevado mal, muy aburrido», reconoce Saturnino, a quien su hijo Santos ya no podrá llevar una botella del vino que él mismo hace con las parras de su finca. Más aún: hoy se quedarán en su bolsillo los cincuenta céntimos del café de máquina que le paga a su padre cada vez que va a verle a la residencia.Son nimiedades en comparación con el alivio emocional que supone el reencuentro. Ni siquiera parece importar demasiado que las visitas de ahora no sean como las de antes, entre otros detalles por la mampara. «Las familias están muy concienciadas sobre la importancia de respetar las medidas de seguridad, y por la experiencia de estos días, yo creo que la mampara les hace sentirse protegidos» apunta Maria Teresa Cañada, la directora de la residencia.
Ella supervisa que todo se haga como mandan las nuevas normas, que incluyen no entrar ni salir de la residencia sin antes frotar bien las suelas de los zapatos en una alfombra impregnada de una solución desinfectante. «Funciona todo fenomenal, la verdad, no tengo más que agradecimiento hacia los trabajadores de esta residencia», resume Santos, que ya no podrá pasar a ver a su padre un día sí y otro no para echarse unas risas recordando las andanzas del tío Agustín el de Ahigal. De momento, cada residente no puede recibir más de una visita a la semana. Y sin besos ni abrazos. Santiago, optimista, no se queja. «Bueno –dice–, eso ya llegará».
TITULO: VACACIONES - EUROPA DE PELICULA -Orgulloso de mi país,.
Orgulloso de mi país,.
El IMV puede desincentivar la búsqueda de empleo, pero mejor correr ese riesgo que el otro de ver aumentar la pobreza,.
Esta ayuda, la paguita como ha sido despreciada por quienes no tienen problemas para llegar a fin de mes y además suelen incurrir en el postureo patriótico, tiene sus puntos débiles, como todo en la vida. El más obvio es que pueda desincentivar la búsqueda activa de empleo por parte de sus beneficiarios. Ese peligro existe, porque así es la condición humana. Sin embargo, el que pueda haber personas que hagan un mal uso de esta red que teje el Estado para los más frágiles no la invalida, igual que no se eliminan las pensiones porque alguien siga cobrando indebidamente el dinero de la abuela fallecida. Puede desanimar a que alguien trabaje, es verdad, pero se pueden arbitrar mecanismos de control y, en cualquier caso, prefiero correr ese riesgo al otro de ver cada vez más familias en las colas de entrega de alimentos.
Además, tener un empleo hace tiempo que dejó de ser garantía en nuestro país de tener una vida digna, lo cual es un problema de modelo económico. La crisis de 2008 dejó la secuela de un nuevo tipo de pobre, aquella persona que pese a tener trabajo no supera el umbral de la pobreza por la precariedad de su contrato y la bajada de los salarios.
El IMV es un efecto de esta realidad porque también ayudará a las personas que ya disponen de ingresos laborales periódicos, pero que son tan escuálidos que necesitan de un suplemento para alcanzar una renta mensual que les permita subsistir, y que se ha fijado entre los 461 y los 1.015 euros según la unidad familiar. La aparición trágica de la COVID-19 y sus consecuencias socioeconómicas solo ha adelantado la implantación del Ingreso Mínimo Vital, que ya estaba previsto en los acuerdos de la coalición de gobierno PSOE-Unidas Podemos.
Si algo está dejando tras de sí esta pandemia es también el reforzamiento del viejo Estado como garante de unos niveles de bienestar, frente al liberalismo rampante del sálvase quién pueda, al que se le han visto todas las costuras en esta crisis.
El IMV supondrá un desembolso de 3.000 millones de euros. En Francia, el Gobierno de Macron ha avalado 5.000 millones a una empresa como Renault para salvar puestos de trabajo. Decía hace unos días nuestro colaborador Javier Bardají que lo realmente meritorio hubiera sido que España pudiera pagar el IMV sin tener que recurrir a deuda, y dados sus conocimientos en la materia, no seré yo quien le lleve la contraria. Es cierto que lo ideal sería que nuestro país tuviera el suficiente músculo económico como para no tener que endeudarse si quiere afrontar este tipo de prestaciones, pero esa solo es la vertiente presupuestaria. Otra cosa es la visión política y, en ese sentido, me parece que se debe aplaudir que la acción de un gobierno marque este tipo de prioridades a las que solo Vox ha negado el voto.
En el caso de Extremadura, además de la inyección económica que supondrá, rebajando el número de hogares por debajo del umbral de la pobreza, es probable que también tenga el efecto de generar ahorro a las arcas regionales pues en la práctica se abonarán menos rentas básicas. Ambas prestaciones son complementarias, pero para ciertas unidades familiares el IMV es de mayor cuantía.
El nivel de personas que depende de una prestación, ayuda o subsidio en muy alto en nuestra región, impropio de lo que debe ser una economía dinámica y diversificada. Ojalá la cifra de personas que no necesiten de estas redes sea cada vez más reducido y que exista un tejido empresarial capaz de generar riqueza. Pero mientras, habrá que atender la realidad y dejarse de posturitas patrioteras.
TITULO: Lazos de sangre - El rescate ,.
El miercoles -10- junio a las 21:30 por La 1, foto,.
El rescate
Sin embargo –al César lo que es del César–, el rescate de mi carraca me ha devuelto cosas que no sabía que extrañaba. Qué sensación esa de volver a mirar lejos, de volver a atisbar un horizonte medio desdibujado por una miopía que sin duda habrá crecido durante este tiempo, después de meses sin ejercitar la vista más allá de dos pantallas, cuatro paredes y una marabunta de gente concentrada a las ocho de la tarde. Qué raro es volver a calibrar unas medidas distintas a las del propio cuerpo, a las del hogar, a las del kilómetro de rigor. Qué placer tan tontorrón recobrar la carretera despejada, la velocidad reglamentaria, las ventanillas abiertas, a los Estopa en los altavoces. Y eso que no me gustan los coches. De hecho, yo ni siquiera iba al volante.
TITULO: VUELTA AL COLE - Ted Bundy: Durmiendo con el asesino ,.
Ted Bundy: Durmiendo con el asesino ,.
Extremely Wicked, Shockingly Evil and Vile,.
Extremely Wicked, Shockingly Evil, and Vile - foto. | ||
---|---|---|
Título |
| |
Ficha técnica | ||
Dirección | ||
Producción |
Nicolas Chartier Jason Barrett Michael Costigan Ara Keshishian Michael Simkin | |
Guion | Michael Werwie | |
Música |
Marco Beltrami Dennis Smith | |
Fotografía | Brandon Trost | |
Montaje | Josh Schaeffer | |
Protagonistas |
Zac Efron Lily Collins John Malkovich Jim Parsons Angela Sarafyan Jeffrey Donovan Grace Victoria Cox Kaya Scodelario Haley Joel Osment Dylan Baker Terry Kinney James Hetfield Brian Geraghty | |
Ver todos los créditos (IMDb) | ||
Datos y cifras | ||
País | Estados Unidos | |
Año | 2019 | |
Estreno | 3 de mayo de 2019 | |
Género |
Biográfica Suspenso policíaco | |
Duración | 110 minutos | |
Idioma(s) | Inglés | |
Compañías | ||
Productora | Voltage Pictures | |
Distribución | Netflix | |
Recaudación | $5 574 7271 | |
Ficha en IMDb Ficha en FilmAffinity | ||
Anunciada por primera vez en mayo de 2017, la fotografía principal de la película comenzó en enero de 2018. La cinta tuvo su estreno mundial en el Festival de Cine de Sundance el 26 de enero de 2019 y fue estrenada en Netflix el 3 de mayo de 2019.
Sinopsis
En 1974, los informes noticiosos anuncian los asesinatos de varias mujeres jóvenes, incluidas dos que desaparecieron a plena luz del día en el lago Sammamish. Varias personas vieron a un hombre parecido a Ted pidiéndole a las mujeres que lo ayudaran a cargar un velero en un Volkswagen Beetle. Se publica un bosquejo compuesto del atacante y, tras cientos de llamadas telefónicas, Ted es arrestado en 1975.
Una joven llamada Carol DaRonch saca a Ted de una fila de policías, alegando que la había secuestrado y amenazado con matarla antes de que ella lograra escapar. Ted es puesto en libertad bajo fianza y regresa a casa con Liz, que está molesta después de leer un artículo sobre él en el periódico. Ted explica que a Carol se le mostró su foto antes de que se llevara a cabo la alineación, razón por la cual le resultaba familiar, y cree que se está preparando. Después de un juicio de banco de cuatro días, Ted es declarado culpable de secuestro agravado y condenado a cumplir un mínimo de uno a un máximo de 15 años en la prisión estatal de Utah.
Unas semanas más tarde, las autoridades de Colorado acusan a Ted del asesinato de Caryn Campbell y lo transfieren a Aspen, Colorado en 1977. Liz se niega a creer que Ted es culpable, pero los eventos comienzan a afectarla y comienza a beber alcohol regularmente. Mientras está en el Palacio de Justicia del Condado de Pitkin, Ted elige servir como su propio abogado y, como tal, se le exime de usar esposas o grilletes en las piernas. Durante un receso, Ted escapa del juzgado saltando por una ventana del segundo piso y corriendo hacia las montañas, pero es recapturado después de seis días.
Liz visita a Ted y termina su relación. Más tarde escapa de nuevo después de cortar un cuadrado en el techo de su celda. Dos mujeres en una casa de hermandad son asesinadas en la Universidad Estatal de Florida, seguidas de ataques feroces contra dos más. Después de que Ted es arrestado, intenta contactar a Liz pero ella siempre lo cuelga. Comienza a recibir seguidores de mujeres que están fascinados por él, algunos incluso afirman que lo aman. Ted es visitado por una vieja amiga, Carole Ann Boone (Kaya Scodelario), quien cree que es inocente y se muda a Florida para estar más cerca de él.
Un preventiva acuerdo con el fiscal se negocia en el que Bundy se declararía culpable de matar a las dos chicas de la hermandad, Lisa Levy y Margaret Bowman, y la jovencita de doce años de edad, Kimberly Leach, a cambio de una sentencia de 75 años de prisión en lugar de la pena de muerte, pero él se niega. Ted y Carole Ann se acercan mientras lo visita regularmente; los dos comienzan una relación, pero Ted continúa contactando a Liz, quien sigue sus juicios por televisión. Ella lleva la culpa de ser la persona que dio el nombre de Ted a las autoridades de Seattle en 1975. Ted luego le propone matrimonio a Carole Ann y se casan.
La evidencia física discriminatoria se proporciona en la corte, incluida una combinación de un molde de yeso de los dientes de Ted con las impresiones de heridas de mordedura en los glúteos de Levy. En menos de siete horas, el jurado condena a Ted por los asesinatos de Levy y Bowman, tres cargos de intento de asesinato en primer grado y dos cargos de robo. El juez de primera instancia Edward Cowart (John Malkovich) impone penas de muerte por las condenas por asesinato que se llevarán a cabo con una ejecución por electrocución.
Diez años después, Liz recibe una carta de Ted y lo visita, tomándole una fotografía que le dio un detective. Ella exige la verdad, pero Ted sigue negando tener algo que ver con los asesinatos. Luego le muestra a Ted la fotografía, una imagen de la escena del crimen de una de sus víctimas decapitadas. Ted finalmente admite que le cortó la cabeza al escribir la palabra "sierra para metales" en la ventana empañada de rocío de la sala de visitas con los dedos, antes de borrarla con la mano. Liz sale de la prisión en estado de shock, pero su nuevo esposo y su hija adolescente la encuentran afuera, y proclama que está bien.
Cuando termina la película, las imágenes de archivo y el texto en pantalla dicen que Ted fue ejecutado en enero de 1989, a la edad de 42 años. Ted había confesado más de 30 asesinatos días antes de su ejecución y sus cenizas estaban dispersas en las montañas Cascade, donde había depositado los restos de sus numerosas víctimas., etc,.
TITULO: EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles -17- Junio - La vida secreta de Chernobyl.
En la tuya o en la mía - Miercoles -17- Junio,.
En la tuya o en la mía', presentado por Bertín Osborne, acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en La 1 a las 22:30, el miercoles -17- Junio,etc.
EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - La vida secreta de Chernobyl.
La vida secreta de Chernobyl.
Accidente de Chernóbil
Accidente de Chernóbil - foto,. | ||
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Fotografía aérea del reactor 4 al día siguiente de la explosión.
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Suceso | Accidente nuclear | |
Fecha | 26 de abril de 1986 | |
Hora | 1:23 (UTC+3) | |
Causa | Explosión del reactor 4 de la central nuclear Vladímir Ilich Lenin durante una prueba de corte eléctrico | |
Lugar | Prípiat, RSS de Ucrania, Unión Soviética (actual Ucrania) | |
Coordenadas | 51°23′22″N 30°05′57″ECoordenadas: 51°23′22″N 30°05′57″E (mapa) | |
Fallecidos |
31 (directos) Ver controversia sobre las estimaciones de víctimas | |
Las causas y desarrollo del accidente son objeto de controversia. Existe un consenso general en que desde el día anterior se venía realizando una prueba que requería reducir la potencia, durante la cual se produjeron una serie de desequilibrios en el reactor 4 de esta central nuclear. Estos desequilibrios desembocaron en el sobrecalentamiento descontrolado del núcleo del reactor nuclear y en una o dos explosiones sucesivas, seguidas de un incendio generalizado. Las explosiones volaron la tapa del reactor de 1200 toneladas y expulsaron grandes cantidades de materiales radiactivos a la atmósfera, formando una nube radiactiva que se extendió por Europa y América del Norte.45 La cantidad de dióxido de uranio, carburo de boro, óxido de europio, erbio, aleaciones de circonio y grafito expulsados,6 materiales radiactivos y/o tóxicos, se estimó que fue unas 500 veces mayor que la liberada por la bomba atómica arrojada en Hiroshima en 1945, causó la muerte de 31 personas en las siguientes dos semanas y llevó al Gobierno de la Unión Soviética a la evacuación de urgencia de 116 000 personas, provocando una alarma internacional al detectarse radiactividad en al menos 13 países de Europa central y oriental.7
Después del accidente, se inició un proceso masivo de descontaminación, contención y mitigación que desempeñaron aproximadamente 600 000 personas denominadas liquidadores en las zonas circundantes al lugar del accidente. Se aisló un área de 30 km de radio alrededor de la central nuclear conocida como zona de alienación, que aún sigue vigente. Solo una pequeña parte de los liquidadores se vieron expuestos a altos índices de radiactividad. Dos empleados de la planta murieron como consecuencia directa de la explosión y otros 29 fallecieron en los tres meses siguientes. Unas 1 000 personas recibieron grandes dosis de radiación durante el primer día después del accidente, 200 000 personas recibieron alrededor de 100 mSv, 20 000 cerca de 250 mSv y algunos 500 mSv. En total, 600 000 personas recibieron dosis de radiación por los trabajos de descontaminación posteriores al accidente. 5 000 000 de personas vivieron en áreas contaminadas y 400 000 en áreas gravemente contaminadas. Hasta hoy no existen trabajos concluyentes sobre la incidencia real, y no teórica, de este accidente en la mortalidad de la población.8
Tras prolongadas negociaciones con el Gobierno ucraniano, la comunidad internacional financió los costes del cierre definitivo de la central, completado el 15 de diciembre de 2000. Inmediatamente después del accidente se construyó un «sarcófago», para cubrir el reactor y aislar el interior, que se vio degradado con el paso del tiempo por diversos fenómenos naturales, y por las dificultades de construirlo en un ambiente de alta radiación, por lo que corría riesgo de degradarse seriamente. En 2004, se inició la construcción de un nuevo sarcófago para el reactor. El resto de reactores de la central están inactivos.8
En noviembre de 2016, treinta años después de la tragedia, se inauguró un nuevo sarcófago, al que se denominó «nuevo sarcófago seguro» (NSC, por sus siglas en inglés), una estructura móvil, la mayor construida hasta la fecha en el mundo, en forma de arco de 110 metros de alto, 150 de ancho y 256 de largo y más de 30 000 toneladas de peso. Se construyó a 180 metros del reactor y luego se ubicó sobre él, desplazándolo mediante un sofisticado sistema de raíles. Se construyó con características que le dieron una durabilidad estimada de más de cien años. El coste final de la estructura fue de 1500 millones de euros, financiado por el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD), junto a la colaboración de 28 países que aportaron 1417 millones de euros, y construido por la empresa francesa Novarka. La estructura está equipada con grúas controladas a distancia con el objetivo de ir desmontando la antigua estructura., etc,.
TITULO: EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes - 19- De Ayamonte a Isla Canela .
EL
BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes - 19- JUNIO - De Ayamonte a Isla Canela,.
EL
BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes - 19- JUNIO - De Ayamonte a Isla Canela,.
De Ayamonte a Isla Canela,.
foto / Sepa que el paseo es de unos diez kilómetros muy agradables y que en ambos lugares se puede comer y beber con eficacia
Ayamonte
es una de las esquinas de España. Asomado a la desembocadura del
Guadiana, es una agradable y blanca población onubense por la que no se
pasa: a Ayamonte hay que llegar por una autovía muy mejorable o por una
abigarrada carretera llena de encanto, siempre que no se tome en el
masificado verano de todas las poblaciones costeras españolas. Saliendo
de Huelva, uno recorre Punta Umbría, El Rompido, El Portil, Lepe y
Cartaya, Isla Antilla, Isla Cristina, playas y núcleos urbanos con aires
pesqueros y, finalmente, llega a las calles de un pueblo blanco que
pide pincel y lienzo. Reflejándose en su espejo portugués, mirándose en
las aguas de un río que nunca fue más rotundo que en su desembocadura,
Ayamonte luce un sereno aspecto de ciudad fronteriza tocada por diversas
gracias: su entidad urbana, sus alrededores únicos y no pocas
tradiciones de orden artístico y turístico-religioso. Su tradición
pictórica arranca de lejos: comprobando cómo Juan Galán, extraordinario
artista, completaba un asombroso retrato acrílico en un par de horas,
uno se puso a pensar en la riqueza plástica de los nombres propios que
han tomado los pinceles como quien toma una batuta para dibujar
sinfonías: Florencio Aguilera, Lola Martín, Gómez Feu, los hermanos
Gómez Sáenz, y así sin parar, en la estela del valenciano Sorolla cuando
pintó en la población La pesca del atún para que formase parte de su
colección Visiones de España. Su otro tesoro es el entorno
extraordinario de Isla Canela, entre Ayamonte e Isla Cristina, extensión
de 1700 hectáreas de marisma, salinas y playas que supone, a todas
luces, el gran activo del municipio. Isla Canela es la demostración de
que, si se quiere, se puede preservar el litoral de invasiones
inadecuadas y se puede combinar progreso en forma de edificaciones
equilibradas y respeto al medioambiente. Viendo cómo ha sido castigado
el litoral español, resulta sorprendente que Isla Canela no sea una
acumulación de ladrillos mal cruzados entre unos y otros. Es,
ciertamente, un paraíso de playas portentosas, muy amplias, sin
sensación de agobio –cosa bastante común en las playas de Huelva: no son
agobiantes–, con la arena blanca y fina, los chiringuitos justos y el
núcleo de pescadores de la Punta del Moral para brindarle el aire de
salitre y escamas necesario en cada enclave marítimo.
En solo dos días no da demasiado tiempo
como para hacerse un listado completo de los lugares a los que acudir a
holgar y dar cuenta de los productos locales, que no son solo los del
mar. Si se acerca a Isla Canela o a Ayamonte, sepa que el paseo entre
ambos centros es de unos diez kilómetros muy agradables y paseables y
que en ambos lugares se puede comer y beber con eficacia. En el pueblo
me entusiasmó Merkajamón, una abacería con profusión de excelentes
jamones colgando y no pocas exquisiteces, como la presa de cerdo
fileteada, una hueva de atún que no es tan fácil encontrar (mojama la
que quiera, pero hueva no es tan sencillo) y, por supuesto, un jamón en
su justo punto de sabor, además de los vinos que usted quiera paladear.
Parecido es Ultramarinos Oltra, en el mismo centro, tienda de sabores
con patio interior en el que sentarse y abrir cualquiera de las
excelentes conservas de la zona. El Choco me pareció una buena
alternativa de pescado y marisco, pero me llevé una agradable sorpresa
con el Bar Margallo, donde fríen el pescado del día, blanco y sabroso,
con particular acierto y con una peculiaridad añadida: uno de los
mejores tomates aliñados que he tomado jamás. En cualquier caso, en las
animadísimas calles del centro uno se encuentra con terrazas de dos en
dos y la tentación de dejarse caer en cualquiera de ellas es
difícilmente esquivable.
En el puerto deportivo de Isla Canela
tampoco pasará hambre. Antonio V me dio un sabroso arroz negro; El
Mentidero, unos panes con atún y bacalao originales y apetitosos; y los
chiringuitos de la playa, el Sonrisas por ejemplo, unas sardinas asadas
que siempre me hacen confirmar que es el pescado más productivo de
todos.
Es un excelente lugar para vacaciones,
particularmente asequible, y un buen núcleo urbano para apoyarse en esa
esquina de España que, además y por si fuera poco, tiene Portugal a dos
brazadas.
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