LA LOTERIA DEL VIERNES - LOTERIA - SAN ISIDRO -15- MAYO- SABADO - ¿Dónde está Wally? - Comienzan las ferias del libro ,. / POLICIAS EN LA CALLE - La persistencia de la cuarta ola complica el fin del estado de alarma ,. / EL DIVAN DE OLGA VIZA - Al Khelaifi masca la tragedia,.

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  LA LOTERIA DEL VIERNES - LOTERIA - SAN ISIDRO -15- MAYO- SABADO - ¿Dónde está Wally? - Comienzan las ferias del libro  , fotos.

Comienzan las ferias del libro,.

Crear en pandemia. Durante este mes, se presentan las obras escritas en confinamiento,.

 

Feria del Libro de Badajoz celebrada el pasado septiembre.

Hoy comienza la Feria del Libro de Mérida. El día 26 de este mes, Luis Landero inaugurará la Feria del Libro de Badajoz, que contará con 40 casetas, y después vendrá la de Cáceres, que se celebrará del 4 al 12 de junio, aunque aún no se sabe dónde. 

 

 

A través de la propia web del Gremio de Libreros de Lance de la Comunitat Valenciana puede verse que la feria del libro viejo estaba previsto que comenzase el próximo 1 de marzo. Una fecha habitual, si bien en ocasiones se adelanta un par de días. La edición de este año se adelanta casi una semana, pues dará comienzo el próximo 24 de febrero a causa de la crisis, según las fuentes del sector consultadas por LAS PROVINCIAS. 

 

 

La crisis es para todos. Se compra por necesidad, más que por voluntad, y eso que nosotros tenemos libros de hasta uno y dos euros, pero la situación no es nada buena, y se adelanta la feria porque ahora, mismo, en las librerías, estamos mano sobre mano, casi no se hace nada», señalaron desde una de las librerías de viejo más tradicional e importante de Valencia.

«Nosotros tendremos la parada donde siempre», responde un tradicional expositor de una feria que este año alcanza su trigésimo tercera edición mientras la crisis continúa sin dar tregua a nadie. Tampoco a los libreros: «A nosotros nos va relativamente bien, pero para vender nos tenemos que mover mucho más que antes, y en el caso de la feria en la Gran Vía Marqués del Turia, es evidente que es bueno salir allí pronto, cuanto antes, para intentar vender».

Con ese espíritu de anticipación se están instalando ya las casetas en la Gran Vía Marqués del Turia de Valencia. Los tradicionales tenderetes ya se extienden desde la plaza de Cánovas hasta el cruce con la calle Pizarro. En las casetas, los visitantes podrán encontrar toda clase de libros: desde novelas, biografías, guías turísticas, volúmenes y colecciones de temática histórica , así como tebeos, literatura infantil... y a precios muy variados, aunque, paradójicamente son los precios lo que menos ha cambia, para desgracia de las librerías de lance.

Los libros de ocasión hacen a su nombre desde hace años. Las ediciones nuevas incrementan su precio en consonancia con el IPC,. Los estrenos literarios de principios de la década pasada costaban 1.500 de las antiguas pesetas, y ahora se adquieren por cerca de 20 euros. El doble. Sin embargo, el precio de los libros de viejo se ha congelado. Lo que antes podía encontrarse a 500 pesetas ahora se compra a dos o tres euros.

La potente deflación del libro de ocasión no ha propiciado un aumento de la venta. El volumen de facturación de la feria ha ido disminuyendo en los últimos años, según constató LAS PROVINCIAS durante la pasada edición, cuando los participantes en el certamen señalaban que durante los últimos cinco años ha habido un bajón considerable, de hasta cerca de un 50%, tanto en periodo de feria como en el día a día en la librería.

Cliente tradicional

«Estamos preocupados, claro, porque nuestro cliente la verdad es que no se renueva demasiado, va envejeciendo. La oferta de ocio que ahora tienen los jóvenes y las nuevas tecnologías les alejan de las librerías de viejo. Los chavales sí compran cosas como Harry Potter o la saga de vampiros, pero son muy reacios a los clásicos o a los libros viejos, no han recibido esa cultura», explica el propietario de una librería valenciana.

Tal y como están las cosas, a los participantes en la feria (organizada por el Gremio de Libreros de Lance de la Comunitat con la colaboración de diversas instituciones públicas y privadas, entre ellas el Ayuntamiento de Valencia y la Conselleria de Cultura, Educación y Deporte), no les quedan muchas más salidas que mirar al cielo. Y no sólo para rezar.

La meteorología tuvo un papel preponderante en el resultado, algo flojo, de la pasada edición de la feria. Llovió un día sí, y otro también. Y durante los fines de semana, también. Y sopló el viento. Un desastre. Hubo días que apenas pasaron por la Gran Vía una docena de personas para visitar las 40 casetas de los expositores. Y lo cierto es que este año las cosas no empiezan nada bien. Ayer, durante el montaje, los chubasqueros eran prenda imprescindible. El invierno se está prolongando en exceso, y aún no se tienen noticias del tradicional buen tiempo que comienza a asomar por la capital del Turia ya en estas fechas. No obstante, a los libreros no les queda otra que enfrentarse a la crisis dando un paso al frente. Los más de 200.000 volúmenes que todos los años se ofrecen en la feria ya comienzan a empaquetarse.

Según la web del Ayuntamiento de Valencia, la feria permanecerá abierta en horario de 10.30 a 14 horas por las mañanas y de 17 a 21 horas por las tardes, los sábados y víspera de festivos permanecerá abierta por las tardes hasta las 21.30 horas y los domingos el horario será de 11 a 14 horas por las mañanas y de 17 a 21 horas por las tardes.

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La persistencia de la cuarta ola complica el fin del estado de alarma,.

El Gobierno esperaba dejar una situación más fácil de gestionar a las comunidades, pero la pandemia se ha instalado en un «altiplano»,.

foto / Cuando el 6 de abril Pedro Sánchez, en su intervención en Moncloa para fijar el calendario vacunal, anunció formalmente que el Gobierno no iba a prorrogar el estado de alarma más allá del 9 de mayo, las previsiones epidemiológicas de Sanidad eran otras. El presidente del Ejecutivo tomó la decisión de prometer el fin de la legislación de excepción en el plazo de un mes contando con que España, de la mano de las vacunas y de las restricciones impuestas en Semana Santa, para ese 9 de mayo no solo habría doblado la curva de la cuarta ola, sino que se encontraría en un escenario tendente a la 'nueva normalidad', de manera que las comunidades no iban a tener que siquiera plantearse -o reclamar vehemente, como algunas están haciendo- medidas tan extremas de restricciones de derechos fundamentales como mantener los confinamientos perimetrales o los toques de queda.

Cuando Sánchez compareció aquel martes inmediatamente posterior al fin de Semana Santa, los informes del Comité de Seguimiento del Coronavirus, que él mismo preside, confirmaban que España, efectivamente, estaba entrando en la cuarta ola a cuenta no solo de las vacaciones, sino también por cierta relajación de medidas a finales de marzo tras superarse la tercera ola. De hecho, esa última semana la incidencia acumulada había subido 18 puntos.

Pero esos mismos informes -según reconocen responsables de Sanidad- vaticinaban un futuro más halagüeño del que se finalmente se ha producido. Apuntaban a que el «pico máximo» de la cuarta ola se iba a alcanzar en la semana del 19 al 26 de abril, tal y como anunció públicamente Carolina Darias en una de sus comparecencias.

Es más, el mismo 19 de abril, el director de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, llegó a afirmar que el «efecto de la Semana Santa no se está notando» y que la cuarta ola se iba a quedar en una «olita».

El optimista análisis del jefe de la epidemiología española coincidía con los documentos del CCAES de mediados de abril y que hicieron a Moncloa refrendarse en su determinación de que no iba a haber prórroga. Y es aquellos informes -revelan fuentes del Ejecutivo- apostaban por una «caída franca» de los índices epidemiológicos a partir de la tercera semana de abril. España iba a llegar a una «zona valle», como la definió literalmente Simón, tanto en público como en las reuniones con Sánchez. Iba a haber una «clara mejora de la situación sanitaria» que debería tender a consolidarse antes, incluso, de que llegase mayo. Los 'papeles' que Pedro Sánchez valoró a principios de abril para tomar la decisión de anunciar que no iba a haber prórroga del estado de alarma dibujaban una pandemia en «valle» y no en un «altiplano», como ha acabado ocurriendo, ante la persistencia de la cuarta ola a negarse replegarse, como sí que hicieron las anteriores de forma casi inmediata una vez alcanzados sus techos.

Así las cosas, lo cierto es que desde que Simón hiciera sus predicciones sobre la «olita» aquel 19 de abril, la incidencia acumulada (IA) nacional a 14 días, que entonces era de 230 casos por cada 100.000 habitantes, se mantiene prácticamente igual -este viernes. último dato disponible, se situó en 229 positivos- tras dos semanas de vaivenes en forma de dientes de sierra.

En Moncloa también esperaban empezar mayo lejos de los 10.000 casos diarios de mediados de abril, pero las cifras siguen siendo casi idénticas a las de entonces. Y también confiaban en entregar el mando a las comunidades con una perspectiva muy favorable para las próximas semanas, pero los últimos 'indicadores profundos' no son tan claros. Aunque la incidencia acumulada a 7 días en las últimas jornadas sigue siendo menos de la mitad que la de a 14 días, lo que en principio auguraría una pandemia en retroceso, la positividad (el porcentaje de pruebas positivas sobre el total) no muestra una tendencia definida en las últimas jornadas con constantes subidas y bajadas (moviéndose en el entorno del 7,29% del viernes) sin un patrón que apunte de manera definitiva al descenso.

Riesgo extremo

En el escenario que apuntaba Moncloa para el 'traspaso de poderes' a las comunidades, los 19 territorios, o la mayoría de ellos, debían situarse fuera de la zona de «riesgo extremo» en los dos parámetros que más preocupan a los especialistas: la incidencia acumulada y el porcentaje de ocupación de camas de UCI por enfermos covid. Sin embargo, a una semana del fin del estado de alarma, la situación epidemiológica es de lo más dispar según los territorios, pero sobre todo, lo que más preocupa es que más de la mitad de la población vive en comunidades que siguen en zonas de máximo peligro por encima de los 250 casos de IA a 14 días por cada 100.000 habitantes y con ocupación de unidades intensivistas más allá del 25% del total de las camas.

Según las últimas estadísticas de Sanidad (viernes), siete comunidades, algunas de ellas de las más pobladas del país, y Melilla están por encima de los 250 casos. Incluso el País Vasco dobla el listón del «riesgo extremo», con 517 positivos. Le siguen Madrid con 384, Melilla con 365, Navarra con 342, Cataluña con 295, Aragón con 290, La Rioja con 268 y Cantabria con 256. Solo una autonomía, la Comunidad Valenciana con 43 casos, está en esa zona de «riesgo bajo» en las que las autoridades sanitarias ven factible no hacer uso de medidas drásticas de limitaciones de movimientos similares a las contenidas en el decreto del estado de alarma que está a punto de caducar.

La situación de las UCI es igualmente delicada, ya que -explican en Sanidad- aunque la cuarta ola no llegó a niveles de las anteriores, en las unidades intensivsa todavía había (y hay) enfermos de la tercera embestida del virus, a lo que se suma el hecho de que los pacientes, al ser más jóvenes, pasan más tiempos en las UCI porque logran sobrevivir. Siete comunidades y las dos ciudades autónomas están en esa zona de «riesgo extremo» por sus UCI: Madrid, 44%; La Rioja, 39%; País Vasco, 37%; Cataluña, 37%; Ceuta, 35%; Melilla, 29%; Navarra, 28%; Aragón, 26%, y Castilla y Léon, 26%.

 

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Al Khelaifi masca la tragedia,.

Los parisinos pueden perder la Ligue 1 en favor del Lille y viajan a Montpellier en semifinales de Copa. Se pueden quedar en blanco por primera vez en los últimos años.

 

foto / Tras la eliminación ante el Manchester City y la decepción de no disputar su segunda final consecutiva de la Champions, el PSG corre el riesgo de acabar la presente temporada en blanco. Los parisinos ya están eliminados de la Copa de Europa, pero podrían perder otros dos títulos en los próximos días.

En la Ligue 1, los de Pochettino no dependen de sí mismos para alzarse con el título. A falta de tres jornadas para el final del campeonato, el Lille encabeza la clasificación, aventajando en un punto al PSG. Si el actual campeón de la Ligue 1 quiere revalidar la corona, tendría que sumar un punto más que el Lille en las próximas tres jornadas para ser campeón.

Aunque en la Copa de Francia la situación es más favorable, el PSG tiene un duro compromiso la próxima semana, ya que viaja a Montpellier, uno de los campos más complicados del fútbol francés, en un partido trampa. El conjunto del sur de Francia sueña con ganar un título nueve años después de haberle arrebatado al PSG la Ligue 1 y el partido será de alto vuelo.

En caso de perder tanto la Ligue 1 como la Copa, los parisinos se quedarían en blanco por primera vez desde la era Al-Khelaïfi. Ganó la Supercopa en enero al Marsella, pero ese título lo cuenta la LFP siempre como una continuación de la temporada pasada.