TITULO: Documaster - El botín que se revaloriza más que el oro,.
El botín que se revaloriza más que el oro,.
Casas de subastas, distribuidores exclusivos y contactos en las bodegas. Así se construyen grandes colecciones de caldos como la del restaurante Atrio de Cáceres, capaces de atraer a ladrones de guante blanco y catavinos de plata,.
fotos / Antes incluso de que llegara la Policía, José Polo y Toño Pérez, los dueños del restaurante Atrio, en el casco antiguo de Cáceres, marcaron el número de François Passaga, la persona que les había ayudado a construir su valiosísima colección de Chateau d'Yquem, el Burdeos más cotizado. La noticia del robo de 45 botellas en su dos estrellas Michelin -entre ellas la joya de 1806 que coronaba su bodega- «me cayó como un mazazo, sentí todo el peso de la incertidumbre y mucha inseguridad», cuenta el principal distribuidor de grandes Burdeos en España. La llamada de sus clientes y amigos le hizo revivir el drama que él mismo había sufrido hace apenas seis meses cuando, días antes de participar en Madrid Fusión en un debate sobre vinos de lujo, fue víctima de otro robo millonario. Passage llegó al congreso gastronómico desencajado por la pérdida de 6.000 botellas, 288 eran Chateau d'Yquem valoradas en más de 400.000 euros.
Un equipo perfectamente organizado había asaltado su almacén durante el fin de semana anterior. El sábado, al filo de las 23.00 horas, alguien había conseguido anular las alarmas. Al día siguiente, media docena de personas invirtieron horas en sacar de allí con sumo cuidado el equivalente a 500 cajas de vino. «Al ser añadas recientes les resultará más fácil colocarlas en el mercado, las botellas históricas de Atrio son casi imposibles de vender», apunta el marchante, que opina que ambos robos no están conectados.
Hace unos días la Guardia Civil detuvo al presunto jefe del brazo ejecutor, «pero aún no ha soltado quien está detrás», desliza Passage, que cree que puede tratarse de un profesional español. Desde entonces ha invertido una fortuna en mejorar las medidas de seguridad, pero de momento no hay dinero que pueda compensarle lo robado. «He pasado unos meses muy malos, siento que he perdido algo que no podré recuperar». Una sensación parecida a la que experimentaron los dueños de Atrio al ver mutilada una colección construida con tesón a lo largo de toda una vida.
No a golpe de chequera
La noticia de este robo de película ha hecho aflorar otros como el de Diverxo, el restaurante madrileño de Dabiz Muñoz, hace dos años, o los de Maison Rostaing en París o The French Laundry en el Valle de Napa, y ha puesto el foco sobre el elitista y opaco mundo de los coleccionistas de vino. ¿Cómo se construye una bodega tan valiosa que es capaz de atraer a ladrones de guante blanco y tastevin de plata? «Desde luego no a golpe de chequera, eso solo está al alcance de algunos millonarios rusos o chinos, sino con tiempo, esfuerzo y amor por el vino», apunta el crítico Juancho Asenjo. Esa pasión -«casi una enfermedad»- llevó a José Polo a invertir grandes sumas de dinero, a rodearse de los mejores distribuidores, cultivar contactos con las bodegas más prestigiosas y rastrear las casas de subastas en busca de rarezas hasta completar una colección irrepetible, «que sigue siendo muy importante a pesar del robo».
La manera más lenta, pero quizá también la más gratificante para el coleccionista, es hacerse con las añadas excelentes cuando salen al mercado y tener la paciencia necesaria para aguardar a que estén en su mejor momento. Así se construyeron algunas de las grandes bodegas de este país, como la de Txomin Rekondo, en San Sebastián, «que permaneció fiel a los clásicos de Rioja cuando no estaban de moda y ahora tiene premio», apunta el escritor de vinos Luis Gutiérrez. Para hacerse hoy con añadas míticas como el 28, el 48 o el 64 no queda otra que acudir a distribuidores especializados o al mercado secundario.
Las bodegas hace tiempo que echaron el cerrojo a su colección de históricos. López Heredia, en Haro, recibe cada año cientos de peticiones de particulares que solicitan una botella de tal o cual año para celebrar un aniversario de bodas o el cumpleaños del abuelo. «Son tantas que decidimos no atender ninguna», advierte María José López Heredia, cuarta generación al frente de la casa.
La bodega riojana ha construido un archivo líquido de cerca de 200.000 botellas a lo largo de sus 144 años de historia. Cada cosecha se quedan con unas 2.000 de cada etiqueta que elaboran. «Las guardamos para celebraciones familiares, catas con periodistas muy escogidos, subastas benéficas o estudios científicos», explica la bodeguera. «Tienen valor histórico, enológico, afectivo... y también algún valor comercial, pero ninguna bodega puede vivir de vender su colección». Hace unos años sí se desprendían de algunas botellas, siempre con cuentagotas -«los Tondonias antiguos que tiene Atrio se los vendimos nosotros»-, pero entonces no tenían el valor que han adquirido tras el 'boom' de López de Heredia en el mercado internacional.
Su bodega es visitada cada año por miles de personas, pero un robo de esas características se antoja poco probable, «por la sencilla razón de que las botellas no están etiquetadas y solo nosotros sabemos el año que corresponde a cada nicho». Pingus directamente no permite las visitas. «La bodega es solo un punto de venta para distribuidores, el stock se guarda en otro sitio», señala Peter Sisseck. El danés afincado en España apenas guarda para sí unas 200 botellas de cada añada, «por interés profesional». Ha llegado a quedarse sin ejemplares del 96, y del 95, su primera añada, solo le quedan 18. «Tenemos una producción muy pequeña, casi no nos llega para abastecer a todos los puntos del mundo donde queremos estar, no podemos quedarnos con un 25% como hacen algunas casas bordelesas», se excusa.
Sus vinos salen al mercado por algo más de 1.000 euros, pero pueden llegar a adquirir precios estratosféricos en el mercado secundario. «No hacemos venta directa, confiamos en nuestros distribuidores locales», algo así como sus marchantes de arte.
¿Alguien da más?
Ese camino suele llevar tarde o temprano algunas botellas hasta el catálogo de las casas de subastas. Las cinco más grandes del mundo -Christie's, Sotheby's, Acker Merrall, Hart Davis Hart y Zachy- movieron alrededor de 400 millones de euros en 2019, pero además hay docenas de casas más pequeñas especializadas en vinos y licores que sumaron entre 200 y 300 millones más. Casi el 90% de lo subastado corresponde a vinos franceses de Burdeos, Borgoña y Champagne, además de algunos italianos que van abriéndose camino. La presencia española aún es testimonial y se limita a bodegas históricas -Vega Sicilia, CVNE, La Rioja Alta o Tondonia- y un puñado de nombres propios como el mencionado Pingus, Artadi, Álvaro Palacios, Telmo Rodríguez o Benjamín Romeo.
Para Jachen de Vylder, de la firma belga Ampersand Wine Auctions, «la subasta sigue siendo la mejor fuente para hacerse con vinos históricos», pero echa en falta mecanismos de control que eviten escándalos como el que protagonizó hace una década Rudy Kurniawan al subastar decenas de millones de euros en botellas falsas. «Las casas de subastas deben comunicar la procedencia del vino para asegurar su autenticidad y debería existir una plataforma con información sobre las botellas robadas o falsificadas». Eso cortaría las alas a ladrones como los que han saqueado la bodega de Atrio.
El vino es una gran inversión, desde luego; si es bueno se revaloriza más que el oro y siempre tiende a escasear. Las cifras que proporciona Sotheby's arrojan un peso creciente del mercado asiático, con Hong Kong como protagonista absoluto -el 42% de sus compradores proceden de la antigua colonia británica-, pero lo cierto es que la mayoría de quienes adquieren una botella en una casa de subastas lo que quieren es bebérsela. «El vino es la forma más sofisticada de arte pues llega un momento en que ingieres la obra y pasa a formar parte de ti», llega a decir Jef Levy en el documental 'Sour Grapes'.
Cazadores de tesoros
Aún hay otra manera de hacerse con una bodega excepcional, quizá la más romántica de todas, que consiste en lanzarse a la búsqueda de tesoros ocultos. Óscar Alegre se pasó años rastreando restaurantes y hoteles del norte de la Península para adquirir bodegas enteras. «La gente vendía por poco dinero, casi para liberar espacio», mientras él se hacía con un botín muy cotizado en el mercado internacional. «Cuando le dieron los 100 puntos Parker al Viña Real del 59, yo tenía siete cajas compradas en el Cubita de Aixerrota a 60 euros la botella, el precio que tenía en la carta», rememora todavía emocionado.
Hace años que vendió el negocio a su socio inglés y dejó ese mercado «porque lo que encontraba cada vez era menos interesante y los precios eran más caros». Con lo que ganó se dedica a elaborar en su bodega de Sajazarra, Alegre&Valgañón, vinos a la manera de los clásicos que ha bebido desde chaval.
A Rodrigo Prieto, sin embargo, no le hizo falta buscar demasiado, pues el tesoro lo tenía en casa. Al fallecer su suegro, su mujer le pidió que echara un vistazo a la bodega. «Me encontré con una colección impresionante de 30.000 botellas desde los años 20 hasta los 80 donde estaban todas las grandes casas de Rioja y Ribera», detalla. Él no era entendido, «pero gente como Txomin Rekondo o María José López de Heredia me dieron una idea del valor que eso tenía». Incapaz de beberse en toda una vida un patrimonio semejante, hace un lustro montó una web para deshacerse de algunas botellas.
Sus clientes son vinotecas, particulares o distribuidores, «la mayoría extranjeros»; también restaurantes de prestigio como Quique Dacosta, Diverxo, Azurmendi o Mugaritz. Su joya de la corona es un Vega Sicilia blanco de 1942, una edición rarísima que corresponde a las escasas pruebas que hizo la bodega para elaborar blancos en Ribera. No está dispuesto a venderla, pero «en una subasta no bajaría de los 20.000 euros». ¿Tiene miedo de que se la roben? «Nuestra bodega está en un sitio discretísimo y muy poca gente la ha visto, solo personas de máxima confianza».
TITULO: Al Médico - El servicio de salud mental del área de Cáceres está colapsado,.
El servicio de salud mental del área de Cáceres está colapsado,.
La coordinadora de la especialidad, Julia García White, alerta de carencias en la asistencia por el aumento de la demanda y el déficit de personal,.
La huella de la pandemia es profunda y ha dejado heridas graves. La salud mental de la población se ha resentido y esto ha provocado un roto en el sistema sanitario que intenta remendarse con menos personal del necesario, un mal endémico al que ahora se suman una circunstancias especialmente adversas. El incremento de la demanda de atención,.
Alfaem cambia de nombre casi treinta años después. La Asociación Leonesa de Familiares y Amigos de Enfermos Mentales pasa a llamarse Asociación Salud Mental León. Un cambio que esperan que sirva para identificar mejor su labor.
Laura de la Torre, directora de la asociación, repasa una lista de «desigualdades» que producen como consecuencia la aparición de enfermedades mentales: «desigualdades económicas, rurales, discriminación a los mayores o falta de perspectiva de género».
Mediante su nuevo nombre, que según de la Torre «no requiere explicación» esperan poder englobar la totalidad de colectivos que agrupa y atiende la asociación.
« Engloba todos los perfiles, mucha más gente se sentirá identificada, es una extensión de nuestro movimiento», añade Rosa María Conde, directora gerente de la asociación.
1.000 personas atendidas
Conde añade que tratan con especial atención e interés «en las personas con discapacidad» y afirma que este cambio permitirá identificarlos mejor. «Trabajamos y gestionamos muchos servicios especializados, el cambio no hará que olvidemos nuestra raíz», sentencia.
El efectivo cuidado de la salud mental se ha hecho más visible que nunca tras la irrupción de la pandemia. En este periodo, la Asociación reconoce que ha atendido en León a más de 1.000 personas y afirma que la reducción de las desigualdades económicas o de género, entre otras, es clave para mejorar la salud mental de la sociedad
Un nuevo apellido para una asociación que espera poder seguir trabajando en favor del tratamiento de las enfermedades mentales. La concejala de Bienestar, Vera López, aplaude el trabajo de esta Asociación y afirma que su labor es muy importante porque «todo el mundo puede padecer una enfermedad mental».
TITULO: Tarde de café - 17 alumnos y 11 profesores 'erasmus' desembarcan en el Instituto Giner de los Ríos ,.
Tarde de café - 17 alumnos y 11 profesores 'erasmus' desembarcan en el Instituto Giner de los Ríos ,. , fotos,.
17 alumnos y 11 profesores 'erasmus' desembarcan en el Instituto Giner de los Ríos,.
fotos / Los docentes y estudiantes provienen de diversos países como Chipre, Rumanía, Portugal, Lituania o Croacia | El alcalde les invita a conocer la ciudad en una experiencia que «les marcará de por vida»,.
17 alumnos de entre 12 y 15 años y 11 profesores de diferentes países de Europa desembarcan en el Instituto Giner de los Ríos de León.
Los docentes y alumnos provienen de países como Rumanía, Croacia, Chipre, Lituania y Portugal y forma parte del tercer intercambio de corta duración del Proyecto KA2 dentro del programa Erasmus+ en el Instituto leonés.
Proyecto Erasmus+ (KA229), la gran apuesta de Giner de los Ríos
Experiencia que «les marcará de por vida»
El proyecto de intercambio trata de mejorar las competencias lingüísticas de los alumnos y pretende lograr un mejor rendimiento educativo, previniendo el abandono escolar temprano
El alcalde ha querido dar la bienvenida a alumnos y profesores invitándoles a conocer el patrimonio cultural y gastronómico de la ciudad en una experiencia que afirma que «les marcará de por vida».
Entre la emoción y los nervios, los alumnos se han mostrado curiosos por conocer los principales atractivos de León desde la Plaza de San Marcelo. Los barrios del Húmedo y el Romántico o algunos emblemas como la Casa Botines han despertado la curiosidad de alumnos y profesores en su nueva andadura en la ciudad de León.
Un proyecto del Insituto Giner de los Ríos
Desde el año 2019 el IES Giner de los Ríos de León participa en el Programa Erasmus+ a través de la formación del profesorado y el intercambio de alumnos.
Actualmente, el IES Giner de los Ríos tiene activos tres Proyectos Erasmus a través de los que el centro se abre a Europa para mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje de sus estudiantes.
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Además, como parte del apoyo al desarrollo de los alumnos, se llevará a cabo la iniciativa 'The Power of Understanging'. Un proyecto basado en el intercambio de experiencias a escala europea que busca identificar nuevas vías de enseñanza y aprendizaje a través de actividades extracurriculares de los estudiantes, que deben organizarse a través de 'clubs'.
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