TITULO : Los pilares del tiempo - El Melómano de Chamberí, pillado 'in fraganti' por (la falta de) los pelos ,.
Los pilares del tiempo - El Melómano de Chamberí, pillado 'in fraganti' por (la falta de) los pelos ,.
El Melómano de Chamberí, pillado 'in fraganti' por (la falta de) los pelos,.
A este pertinaz ladrón lo cazaron 'in fraganti' en 1933 con una táctica insospechada, frenando en seco sus robos «en masa y sin medida» de melones
foto / Los actores Luis Ballester y Enrique Suriñac, del teatro Fuencarral, interpretaron el suceso para el fotógrafo de 'Blanco y Negro',.
No robó una bolsa de cacahuetes. Ni tampoco golpeó a la propietaria de la tienda como Mónica Cervera, la actriz de 'La que se avecina' detenida hace unos días en Marbella. Aunque el Calandria acabó en el calabozo, como esta intérprete que pasó ,.
TITULO:
REVISTA QUO - Urnas o balas ,.
REVISTA QUO - Urnas o balas , fotos ,.
Urnas o balas,.
Han terminado los casi 75 años en que Estados Unidos protegía nuestras vidas. Si Europa quiere tener armas para defenderse, debe empezar a pagárselas,.

Resulta comprensible para todo el mundo que Europa debe responsabilizarse de sus propias armas. Se puede estar de acuerdo o no, pero la lógica del argumento resulta fácil de entender. Han terminado los casi setenta y cinco años en que Estados Unidos protegía nuestras vidas para así asegurarse tener un mercado al que vender sus productos. Ahora es América el mercado natural de los productos chinos y necesita todo su dinero para no arruinarse, con lo cual ya no puede gastar en protegernos. Por tanto, si Europa quiere tener armas para defenderse, debe empezar a pagárselas ella misma.
No se puede tildar de violentos sin escrúpulos a los que señalan sensatamente estos argumentos. Pero tampoco se puede llamar estúpidos irresponsables a todos aquellos a quienes no apetece nada adentrarse de nuevo en los tiempos en que el militarismo y la carrea armamentística eran moneda común. El sinsentido de la posible agresión mutua ya quedó patente con la guerra fría. Por tanto, hay que escuchar a unos y a otros e intentar sacar una conclusión de todo ello. Y no es fácil.
Obviamente, si aspiramos a construir una verdadera unión de estados nos veremos obligados necesariamente a dotarla de unos ejércitos que pueda respaldar sus posiciones. Eso no lo discute nadie. Lo que está en cuestión es la prisa y la dimensión de esos ejércitos. Y ahí caben muchas opiniones y diferentes planteamientos. Porque estaría bien no lanzarnos a una loca carrera sin analizar primero de qué queremos exactamente defendernos. En el contexto de los últimos acontecimientos, los más apocalípticos dan por supuesto que la principal amenaza es Rusia.
Imaginar que Rusia invadiera Europa quizá suene muy bien en los relatos distópicos y de terror, dada la peliculera retórica y estética del autócrata que la dirige. Pero lo cierto es que desde un punto de vista realista es una idea bastante ridícula. Por razones demográficas, difícilmente podría hacerlo. Rusia es un país de una extensión geográfica gigantesca, pero su población es proporcionalmente pequeña para esas dimensiones. Sencillamente, no tiene bastante gente para ocupar Europa.
Hay mucha más densidad demográfica en Luxemburgo que en cualquier parte de Rusia. Si Europa se llenara de rusos (con uniforme o sin), Moscú y San Petersburgo quedarían vacías y, al cabo de cierto tiempo, los ocupantes de Europa serían tan alemanes, andaluces o sicilianos como los somos nosotros. Cuando se menciona esa simple realidad, los apocalípticos repliegan velas y aparece entonces el tío Paco con las rebajas.
Bueno, resulta que el peligro es más bien no una invasión rusa completa, sino que el autócrata Putin vaya mordisqueando lentamente nuestras fronteras tal como Hitler hizo con los Sudetes o repartiéndose Polonia con Stalin. Pero el inconveniente que tiene esa otra distopía es que sufre el mal de los paralelismos falsos. Cada época tiene su contexto propio y ni la edad de Putin o DonaldTrump, ni la estructura política de sus respectivos países, pueden sostener esos paralelismos falsos.
A la hora de armarla, el principal error que estamos cometiendo los europeos es confundir la Europa administrativa con la Europa cultural. Porque Rusia es Europa. A formar los valores europeos ha contribuido tanto Rusia, como el que más de los países de la unión. No existiría la cultura europea y sus valores sin el mestizo Pushkin, sin Tolstoi, sin Gogol, sin Chejov, sin Dostoievsky. Fue Ivan Turgueniev quien consiguió instaurar el derecho de autor en toda Europa en compañía del inglés Charles Dickens, peleando juntos codo con codo, viajando por todos los países hasta conseguir una regulación universal en unos años en que, en la ciudad de Bruselas, se concentraban todas las imprentas piratas dedicadas al plagio. Por tanto, ¿de cual es exactamente el enemigo del que queremos defendernos y en qué medida?
Ese es un debate que deberíamos poner sobre la mesa y tomarnos un tiempo para reflexionarlo todos los españoles. Porque la decisión que se tome va a marcar las próximas décadas y el futuro de nuestros hijos y no se puede tomar a la ligera. No la puede tomar un hombre solo o un grupo reducido de ellos de una manera arbitraria y luego decirnos a todos que es lo mejor y que lo hacen por nuestro bien.
Los españoles tenemos derecho a decidir sobre nuestro futuro. Máxime si el hombre que pretende tomar esas decisiones por nosotros sabemos todos que va marcado, no tanto por su capacidad política o su visión estratégica de estadista, como por su oportunismo de superviviente para mantenerse como sea en el poder. Si hemos de poner en manos de alguien la factura del precio de las armas para el futuro debemos decidirlo todos los españoles. Por eso, más que nunca, si queremos saber la verdadera opinión de la población al respecto son necesarias perentoriamente unas elecciones.
A ellas puede presentarse cada partido político con su propuesta al respecto y de ello todos los españoles podremos sacar unas conclusiones claras. Y, sobre todo, tomar la decisión tranquilamente asumiendo, nos guste o no, que es la voluntad de la mayoría; pero una mayoría real, actual, de un Congreso y un Senado puestos al día con todos los sucesos acontecidos recientemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario