jueves, 9 de octubre de 2025

DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - Mario Casas ,. / EL PAPEL HIGIENICO ROJO - EL D.N.I. - Lo urgente es parar la matanza,. / Donde comen dos - Sardinas Cuca - El festival que hace arder la alta cocina prende en España,.

 

 DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES -  Mario Casas ,.

 DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - Mario Casas  , fotos ,.

 Mario Casas,.

Mario Casas en una escena de "Muy lejos" 

Mario Casas, más cerca que nunca de su identidad: "Pasas la vida entera buscando quién eres" - en una escena de "Muy lejos",.

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(Desayuno)

El actor demuestra su versatilidad en "Muy lejos", una aproximación al cine independiente dirigida por su coach personal, Gerard Oms, que le ha valido una Biznaga de Plata,.

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(Cena )

Cuando nos acostumbramos a la exposición prolongada de un determinado rostro en la pantalla corremos el riego, como observadores aventajados y ajenos a lo que sucede fuera de ese cuadrado perfecto de fulgor y belleza repleto de vidas y escenarios inventados y de salvajes oportunidades de ser continuamente alguien distinto que es el cine, de asumir la figura de los actores o las actrices como pequeños depositarios estructurados de los deseos propios.

Existe en ese ejercicio erróneamente adjudicado de traslaciones equivocadas, de ilusiones rescindidas, algo de reclamo y algo de expectativa pero también de exigencia popular a veces egoísta y desquiciada por todas las horas de acompañamiento y lúdico sueño y ligereza y dispersión y recreo que brindaron las historias que protagonizaron y si hay un nombre en la industria cinematográfica española que cumpla en términos generacionales con esa cualidad atribuida de depositario afectivo –y en muchas ocasiones por reduccionista que suene también hormonal– sobre el cual se han asumido durante los casi veinte años que lleva de carrera una suerte de marcos estereotípicos y predeterminados a la hora asumir cada nuevo trabajo que afronta es, sin duda alguna, Mario Casas.

Mario Casas en "Muy lejos"
 
Mario Casas en "Muy lejos",.

Pero ocurre que Casas ya no es el chico de la moto, ni el nerd enamorado de la chica incorrecta, ni el nuevo becario seductor de la comisaría de San Antonio porque ha pasado el tiempo y como arrojan los Carolina en su canción "No tan jóvenes", "todo lo que veo ahora antes era otra cosa" y esa otra cosa ahora tiene 38 años, una vida alejada de la prisa y la aceleración cultural urbanita, del alcohol y el tabaco, una perra llamada Dakota a la que considera un ángel caído del cielo, claridad y criterio a la hora de elegir los proyectos en los que decide embarcarse y la necesidad vivísima de tomarse esta profesión como un canal de exploración constante, que es lo que resulta de su última y personal película por la que ganó una Biznaga de Plata en la reciente edición del Festival de Málaga, "Muy lejos".

Salto al vacío

Afable en el gesto y cálido en el trato, Casas reconoce en entrevista con LA RAZÓN cuando le preguntamos por la voluntad de incursión en los códigos de un cine más autoral e independiente que "los personajes o las historias procuro afrontarlos y crearlas siempre de la misma manera. Lo que no había hecho hasta ahora con respecto al cine independiente había sido atreverme. Me parece que son proyectos muy personales y además creados por un director o directores noveles para los que son sus primeras películas, así que lógicamente tienes que confiar muy mucho en esas personas, tirarte a la piscina, saber que te van a proteger, que hay una red. En este caso sabía que con Gerard iba a ser así. Yo confío ciegamente en él, nos conocemos desde hace muchos años, trabajamos todos los personajes juntos y confiaba en cuál iba a ser el resultado", comenta sobre la seguridad que desde el inicio le procuraba liderar interpretativamente este luminoso y extraordinario debut detrás de la cámara de Gerard Oms, conocido formador de actores y coach personal de Casas desde hace seis años que registra en esta historia de búsqueda identitaria y revelaciones existenciales impregnada de la herencia del cine social europeo y de una fuerte carga autobiográfica a través de su experiencia como migrante en Holanda coincidiendo con el estallido de la crisis de 2008.

"El cambio es algo constante"

Mario Casas

"Estoy en un momento en el que siento que la vida me va enseñando ¿no? tengo 38, todo va por etapas. Tú puedes creer que te has encontrado, que te conoces y de repente la vida, de un día para otro, te cambia y te dice, ahora vas a jugar de nuevo. Entonces, lo que sí creo es que la madurez y la edad y la experiencia y el vivir cosas, te da... bueno, un aprendizaje. A día de hoy yo sigo buscándome y es algo que me encanta. Es decir, yo estoy en una búsqueda constante de quién soy. Y a veces dices, hostia, pues soy este. Y de repente, al día siguiente, dices, hostia, pues no era tan así, ¿no? Yo creo que pasas la vida entera buscando quién eres", reflexiona el actor extrapolando ese lógico periodo de interrogantes permanentemente abiertos que atraviesa todas las decisiones de su personaje Sergio, un joven trabajado desde la radicalidad física y pretendidamente masculina del cuerpo hegemónico y testosterónico desarrollado en los ambientes futbolísticos que decide romper con su vida en España, con la condición establecida sobre lo que se supone que tiene que ser depositada en él y empezar de cero en la ciudad holandesa de Utrech después de asistir a un partido del Espanyol como aficionado acostumbrándose a una cultura que no entiende, a un idioma que tiene que aprender -qué aportación tan certera y brillante la de ese David Verdaguer devenido en absoluto cretino para retratar esa otra cara resultante mucho menos amable de los procesos de cambio aparentemente idílicos- y a una realidad relacionada con un nuevo despertar sexual que le resulta del todo desconocida.

"Creo que hay tantas masculinidades como hombres en el mundo"

Gerard Oms

Por su parte Oms, apunta sobre la radiografía social que plantean los ambientes relacionados con el fútbol que "tengo una contradicción sobre ello. Es un lugar muy testosterónico, pero después el fútbol es un lugar muy homoerótico. Los futbolistas se tocan entre ellos. Hay algo muy físico, hasta hay muestras de cariño de tocar el culo, tocar el cuerpo. Luego los aficionados, cuando un equipo pierde o gana, lloran. Lloran y lo pasan mal. Hay algo muy emocional también allí. Entonces me parece un lugar muy contradictorio, no me gusta colocar todo en un solo cajón. Yo creo que hay tantas masculinidades como hombres en el mundo y es importante que podamos matizar. Y seguro que en el mundo del fútbol se puede matizar y esta película permite matizar en el mundo del fútbol también. No solo desde la masculinidad, sino también desde muchas otras características a nivel humano que puedan mezclarse".

Y sitúa esta idea relacionada con la identidad como resultado de una búsqueda como el eje principal sobre el que está vertebrada la narración: "Qué es la identidad, eso es lo que yo intento preguntarme con esta historia y preguntar a los demás. Sergio es una persona que tira su identidad a la papelera, literalmente. Reniega de lo que es y a partir de ese momento se le abre un universo de posibilidades para intentar descubrir ese dichoso qué soy o quién soy. Y qué soy o quién soy, poniéndome un poco filosófico, es una cuestión que varía según quién me mira, según dónde estoy, según qué circunstancias vivo, o según lo que yo he querido ser y mostrar para pertenecer al grupo", propone el director antes de Casas complete: "Estoy muy de acuerdo con esto y además creo que el cambio es algo constante, manteniendo tu ser, que para mí es la raíz, y tiene que ver con dónde vengo, pero es inevitable que el cambio acompañe todo ese proceso de intentar saber quiénes somos y a medida que cambiamos también crecemos y creo que es bonito".

Un cambio aludido por el ganador de un Goya por "No matarás" que sin duda busca, ansía y experimenta Sergio pero que asume con el vértigo y el bloqueo emocional que precede siempre a las transformaciones. "Mira, voy a decirte algo, voy a sumar a esto que acaba de añadir Mario y que me parece relevante. Yo creo –prosigue el cineasta– que lo único que tenemos seguro en la vida es el cambio precisamente. Eso y que vamos a morir, algo que es un cambio también. Pero creo realmente que lo único a lo que te puedes agarrar es al cambio. El mundo está cambiando constantemente, la naturaleza cambia constantemente. Tú debes cambiar y también lo haces, aunque a veces no nos demos ni cuenta de ello y creo que es lo único a lo que te puedes agarrar. Hay muchas veces mucho miedo al cambio. Y pienso sin sentar cátedra de nada... agárralo, ponte a favor. Es lo único que tenemos de verdad". El que propone "Muy lejos", establecido y contado a través de un despojamiento y una huida -del dolor, de lo impuesto, de lo esperado, de lo temido- cuesta muy poco cogerlo con auténtico entusiasmo.

 

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 Lo urgente es parar la matanza,.

 El ultimátum de Trump y Netanyahu a Hamás no es un plan de paz para Gaza, pero supone una oportunidad para que cesen las muertes,.

 

 Netanyahu y Trump, el lunes en la Casa Blanca.

El plan anunciado el lunes en Washington por Donald Trump y Benjamín Netanyahu para poner fin a la guerra de Gaza debe ser recibido como una oportunidad deses­perada, un mínimo resquicio para detener la matanza que se ha cobrado ya la vida de más de 66.000 palestinos, en su mayoría mujeres y niños. Su redacción unilateral, sin plazos ni garantías claras y que además ningunea a los palestinos como interlocutores, convierte el texto en un ultimátum. La única condición concreta inmediata es que Hamás entregue a los rehenes israelíes en 72 horas. En otras palabras, impone a la organización islamista la rendición incondicional. No es una hoja de ruta hacia la paz, pero la urgencia del horror exige darle una oportunidad porque pondría fin a la guerra inmediatamente.

 

Es precisamente este horror ante un escenario de miseria extrema y muerte indiscriminada el que lleva a la comunidad a ver con buenos ojos, en principio y a corto plazo, cualquier medida que ponga fin a la matanza, incluida la presentada este lunes en la Casa Blanca. La premisa es que cesen las muertes y luego ver cómo evoluciona el resto de los puntos. Así, Alemania, España, India, China, Japón, Reino Unido o la UE han recibido la propuesta como una oportunidad para poner fin a la guerra. En España, el Gobierno y el PP han coincidido en acoger la iniciativa con esperanza, lo que da una idea de la urgencia. Potencias regionales con influencia como Turquía, Arabia Saudí, Egipto o Qatar también han celebrado que al menos se hable de reconstrucción y de evitar el desplazamiento de la población palestina. 

 

En la cuestión de fondo, el cese de hostilidades que Trump y Netanyahu plantean no tiene horizonte político alguno. Sin Estado palestino —rechazado este martes expresamente por enésima vez por el primer ministro israelí— y bajo una tutela extranjera supervisada por Estados Unidos e Israel, se establece un futuro de sometimiento. La Autoridad Nacional Palestina, la legítima representante de los palestinos y que debería recuperar legalmente el control de la Franja según los Acuerdos de Oslo, queda arrinconada. Y, además, todo queda condicionado a las reformas que imponga Israel.

Hamás debe estar fuera de cualquier ecuación sobre el porvenir de Gaza y de los palestinos. Ningún proyecto pacífico y justo puede construirse con el movimiento responsable del brutal ataque del 7 de octubre de 2023 contra Israel, que todavía mantiene rehenes israelíes, vivos y muertos, y que no renuncia al objetivo de la destrucción de Israel. Pero ni Palestina es Hamás ni los palestinos son automáticamente miembros de la milicia islamista, falacia en la que Netanyahu se ha apoyado para aplicar a la población inocente de Gaza un castigo colectivo que ha despreciado el derecho humanitario y horrorizado al mundo.

Lo preocupante es que el plan consagra las raíces del conflicto con la consolidación de la ocupación, la negación del Estado palestino, la expansión de colonias y la ausencia de un marco basado en la legalidad internacional. Las disparatadas propuestas de convertir el territorio en el “Dubái del futuro” como si la población palestina no existiera o de establecer una especie de protectorado presidido por Trump por encima de la legalidad internacional no merecen ser consideradas. También habrá que vigilar que el acuerdo no se convierta en un cheque en blanco para Netanyahu. Los culpables de esta barbarie tendrán que pagar por ello. Nadie olvidará lo que han hecho. Pero Gaza no puede soportar bombardeos y hambre un día más. 

 

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El festival que hace arder la alta cocina prende en España,.

Chefs on Fire celebra este sábado su segunda edición en Madrid, tras el éxito de Cascais, con un plantel de chefs que incluye a Iván Cerdeño, Rafa Zafra, Marlene Vieira o Coco Montes,.

Festival Chefs on Fire

 Festival Chefs on Fire,.

El sonido de las guitarras se mezcla con el crepitar de las brasas, bocanadas de un humo blanco cargado de aromas se cuelan entre las ramas del parque Marechal Carmona de Cascais y al pie de cada árbol, la gente se sienta sobre manteles de cuadros, compartiendo bocados recién salidos del fuego y brindando con copas de vino. Nada de vasos de plástico, alfombras de basura y multitudes hacinadas, este es un festival diferente y los protagonistas no son las bandas del momento, sino los chefs más interesantes de la escena ibérica. 

 Sardinas picantes | Conservas Cuca

La cita se llama Chefs on Fire, acaba de celebrar su séptima edición a las afueras de Lisboa y el próximo sábado 4 de octubre desembarca en Madrid con un plantel estelar de cocineros -Javier Aranda, Iván Cerdeño, Rafa Zafra, Marlene Vieira, Coco Montes y muchos más- dispuestos a atizar las brasas para cocinar una fiesta memorable. La idea es tan simple como exigente: Ni hornos, ni sartenes de inducción, ni cocción al vacío; solo fuego, humo y paciencia. El público ve a los chefs trabajar a la intemperie, con el mismo grado de incertidumbre que cualquier parrillero de domingo, aunque con bastante más oficio. Esa exposición forma parte del atractivo: un festival donde se come bien, porque alguien asume el riesgo de que un viento inoportuno o una brasa rebelde decidan el punto de una carne.

El parque de Cascais, con sus árboles centenarios, prestó el escenario ideal para un encuentro que parece pensado más para una larga sobremesa que para el consumo rápido. El público se acomoda en sofás rescatados, bobinas de cable convertidas en mesas, puertas antiguas recicladas en tableros y fardos de paja. Esa mezcla de desaliño y cuidado terminaba por construir una atmósfera relajada, más cercana a una multitudinaria comida de amigos que a un festival gastronómico al uso.

El menú, sin embargo, no está al alcance de cualquier romería. Juan D'Onofrio quiso replicar a la intemperie uno de los platos icónicos del madrileño Chispa Bistró, una deliciosa molleja con anchoa y beurre blanc que encendía las ascuas con cada lágrima de grasa. «Ni me planteé hacer algo que no fuera lo mismo que sirvo en el restaurante, de eso se trata este festival, de acercar la alta cocina a la gente, y eso a veces tiene sus riesgos», bromeaba. No es el único chef español que se ha dejado ver el festival, que recibió el Premio Nacional de Turismo de Portugal como mejor evento gastronómico en 2022 y el año pasado dio el salto a Madrid. Álvaro Castellanos e Iván Morales, del Grupo Aranzábal, también cocinaron para el público portugués; o Nino Redruello, que estaba por allí para conectar con el público de Lisboa, donde acaba de abrir una sucursal de Fismuler en la que ya es casi imposible reservar.

Postres al fuego

Como anfitriones, una larga lista de chefs portugueses de referencia, como Oscar Geadas, Carlos Teixeira, Andre Cruz, Rui Paula, Catarina Correia o Rodolfo Lavrador, entre otros muchos más. La televisiva Noelia Jerónimo -jueza en la versión lusa de Masterchef- removía una enorme perola de xerem, una suerte de polenta típica del Algarve, acompañada de unas lascas de ventisca de atún. Un plato reconfortante que resume su manera de entender la cocina: «Usamos mucho el fuego en mi restaurante porque el fuego da vida a los alimentos, la gente no quiere comer cosas salidas de una bolsita de plástico, sino comida de verdad».

Hasta los postres se cocinaban con fuego, con resultados sorprendentes. Américo dos Santos, el pastelero de Belcanto -dos estrellas en la edición portuguesa de la guía Michelin- presentó una bola de berlín pasada por el fuego, acompañada de salsa cabidela, una elaboración tradicional a base de sangre de gallina y rematada con una cresta crujiente. «En el restaurante el 70% de la proteína se cocina a la brasa y ha sido un reto usarla también para el postre», un ejercicio de alta repostería punk que despertó el entusiasmo del público.

El éxito en Cascais ha animado a repetir en Madrid, donde Chefs on Fire celebrará su segunda edición el 4 de octubre en el Real Jardín Botánico Alfonso XIII. El formato será el mismo: dos turnos, almuerzo y cena, y un menú de cinco platos y dos bebidas incluido en la entrada. El aforo se amplía a diez mil personas, pero la intención declarada es que nadie sienta que ha ido a un macroevento de pulsera fluorescente. El cartel es contundente: Javier Aranda, Iván Cerdeño, Rafa Zafra, Ricardo Acquista, Marlene Vieira, Gil Fernandes, Coco Montes, Lydia del Olmo o Xosé Magalhaes, entre otros, un grupo que acumula once soles Repsol y nueve estrellas Michelin. Junto a ellos, la música de The Sunny Side Street Band, Aaron Rux o Mito & Comadre.

En el fondo, lo que distingue a Chefs on Fire no son los laureles de los chefs, sino la decisión de prescindir de lo accesorio. Nada de menús interminables, nada de lujos, ni discursos inflados: basta con cocinar valiéndose de la técnica más primitiva que existe y disfrutar del resultado en un espacio pintoresco y en un ambiente relajado. Las brasas, además de dejar un poderoso aroma en la ropa, son capaces de devolverle a un evento gastronómico algo tan raro como la naturalidad.

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